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Balance de mi Festival de Granada

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Tras un intenso mes en el 74º Festival de Granada, desde este blog he ido subiendo mis críticas y reseñas, con fotos propias pero sobre todo las de mi admirado ©Ferminius. A nivel organizativo los números de este 2025 han sido los siguientes: 53.413 espectadores, 93,20% de ocupación, 136 espectáculos y actividades programadas, 21.391 asistentes a conciertos gratuitos y del FEX, y 124 alumnos en los Cursos Manuel de Falla.

En cuanto a mi presencia del 19 de JUN al 13 de JUL fueron 33 Conciertos en 25 días y 8 espacios aunque tuve la ocasión de presenciar parte del FEX:

Martes 17 de junio, 74 Festival Internacional de Música y Danza de Granada: paseo vespertino, a las 20:00 horas en Puerta Real, y una hora más tarde en Bib-Rambla escucharía a FEGRABAND, una fanfarria de la Federación Granadina de Bandas de Música, formación dirigida por Fernando Gómez Morgollón, auténtica cantera de talento para a las 21:30 horas en a la Plaza de las Pasiegas concierto de la Banda Municipal de Musica de Granada bajo la dirección del maestro  y compositor de Santa Fé Ángel López Carreño y un programa exigente con obras de Shostakovich, Copland y Reed.

Sin estar dentro de la programación, el jueves 26 de junio tuvo lugar en Granada “Cohen & Lorca. Ecos de la amistad cultural entre España y Canadá”, un encuentro homenaje a las figuras de Federico García Lorca y Leonard Cohen, uniendo los nombres del poeta granadino y el cantautor canadiense y su obra gracias a una iniciativa de la Embajada de Canadá en España, a la que se han unido el Centro Federico García Lorca y la Cátedra Leonard Cohen de la Universidad de Oviedo, que conviene recordar se creó tras el Premio de la Fundación P. de Asturias (FPA) de poesía en 2011 al canadiense, donando el premio en metálico con el que mi universidad  crearía una cátedra única, pudiendo saludar a mi querida Miriam Perandones, musicóloga y que también fue directora de esta cátedra desde 2016 hasta febrero de 2022.

También he dejado reflejada la asistencia a la Exposición de Juan-Alfonso García en el décimo aniversario de su fallecimiento y que ha tenido su merecido homenaje a lo largo del Festival.

Y ya dentro del propio festival paso a detallar y enlazar en los que estuve, con algún comentario extra a modo de balance personal, comenzando por el desglose de espacios que también hacen especial este longevo festival de Granada:

8 espacios, 33 conciertos (16+17) en 25 días:

Palacio de Carlos V (12): JUN 6 / JUL 6.

Teatro del Generalife (6): JUN 3 / JUL 3.

Hospital Real (5):

Crucero del Hospital Real (4): JUN 2 / JUL 2.

Patio de los Mármoles (1): JUN 1.

Monasterio de San Jerónimo (2): JUN 1 / JUL 1.

Iglesia del Monasterio de la Cartuja (2): JUL 2.

Patio de los Arrayanes (4): JUN 2 / JUL 2

Santuario del Perpetuo Socorro (1): JUN 1.

Parroquia de Nuestro Salvador (1): JUL 1.

Paso a continuación a desglosar los espectáculos por mi vividos dentro del propio festival con los enlaces a cada uno de ellos escritos desde mi segunda casa en el Realejo:

JUNIO

DÍA 1

Jueves, 19/06/2025 22:00, Palacio de Carlos V: La Cetra (Barockorchester & Vokalensemble Basel) – Jone Martínez, soprano – Lea Elisabeth Müller, mezzosoprano – Carlos Mena, contratenor – Jakob Pilgram, tenor – Tobias Berndt, barítono – 
Andrea Marcon
, director.

Johann Sebastian Bach (1685-1750): Misa en si menor, BWV 232 (1733-49)

In memoriam Miguel Ángel Gómez-Martínez

Excelente inicio de Festival y primer concierto con la presencia de un Carlos Mena descomunal que haría triplete en esta edición.

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DÍA 2

Viernes, 20/06/2025 22:00, Palacio de Carlos V: Orquesta Ciudad de Granada (II), Jean-Efflam Bavouzet, piano – Cristina Faus, mezzosoprano –  Juanjo Mena, director.

Manuel de Falla (1876-1946): El amor brujo (versión de 1925) – Concierto para piano en sol mayor (1928-31)

Juan-Alfonso García (1935-2015): Epiclesis II (orquestación del propio autor sobre original para órgano. 2009)
Manuel de Falla: Noches en los jardines de España (para piano y orquesta. 1909-16)
Maurice Ravel: La Valse (1919-20)

En el 150 aniversario del nacimiento de Maurice Ravel y Ricardo Viñes, y el centenario del estreno en París de «El amor brujo» de Manuel de Falla.

Además de la alegría de ver a Juanjo Mena dirigiendo a la OCG, un lujo escuchar a Bavouzet con las Noches y el concierto de Ravel, más el primer «encuentro» con Juan-Alfonso García a quien se le recordó en el décimo aniversario de su muerte.

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DÍA 3

Sábado, 21/06/2025 12:00, Santuario del Perpetuo Socorro: Michel y Yasuko Bouvard, órgano.

Marc-Antoine Charpentier (1643-1704): Preludio, de Te Deum H. 146 (a tres manos. 1688-98); Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791): Divertimento en si bemol mayor, K 240 (1776. Transcripción para órgano a cuatro manos); Robert Schumann (1810-1856): Estudio en forma de canon para piano-pédelier, op. 56, nº 4 (1845); César Franck (1822-1890): Coral nº 3 en la menor (1890); Jean Bouvard (1905-1996): Variaciones sobre un villancico de La Bresse (1969); Juan-Alfonso García (1935-2015): Veritas de terra orta est (de Cuatro piezas para órgano. 1959); Maurice Duruflé (1902-1986): Preludio sobre el Introito de la Epifanía, op. 13 (1960); Coral variado sobre «Veni Creator», op. 4 (1931).

Sesión matinal, habituales los fines de semana, y disfrutando de otro de los órganos que Granada atesora, una pareja unida a otra (Melcova y Pedrero) que lleva años trabajando con ellos, y por ellos. Segundo «encuentro» con Juan-Alfonso García de quien se escuchó una de las obras donde conjugar su labor de compositor y organista.

Sábado, 21/06/2025 22:30, Teatro del Generalife: Les Ballets de Monte-Carlo, Jean-Christophe Maillot.

Serguéi Prokófiev: Romeo y Julieta. Ballet en tres actos basado en la obra de William Shakespeare.

Tras otros años donde coincidían varios eventos, en este pude disfrutar de la danza, siendo además la noche del ascenso a Primera del Real Oviedo, donde estuve hasta el final del partido pendiente del teléfono y perdiéndome parte del espectáculo por tener la cabeza y oído en el Carlos Tartiere.

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DÍA 4

Domingo, 22/06/2025 12:30, Crucero del Hospital Real: Numen Ensemble – Héctor Eliel Márquez, director.

Manuel de Falla (1876-1946): Invocatio ad individuam trinitatem (1935). Jacobus Gallus / Valentinus Judex (atrib. T. L. de Victoria): Ave Maria. Serguéi Rajmáninov (1873-1943): Bogoroditse Devo (de Vsenoshchnoe bdenie, op. 37. 1915). Juan-Alfonso García (1935-2015):  Ave Maria (1975) Maurice Duruflé (1902-1986): Notre Père, op. 14 (1977). Igor Stravinsky (1882-1971): Pater Noster (1926); Ave Maria (1934). Juan-Alfonso García: Letrilla al Niño Jesús (1979); El corazón de la materia (2002) *; Serena de Amarillos (1978); Seis caprichos (1986); Cada vez que una mano se me ofrece (1979).

* Estreno absoluto

Tercer encuentro con la música de Juan-Alfonso García de quien se escucharon obras corales, la faceta que ya conocía aunque no en profundidad, y disfrutando de ese estreno con un coro joven que «repasó» un repertorio donde los actuales jóvenes encuentran la mejor forma de trabajar distintos estilos y épocas.

Domingo, 22/06/2025 22:00, Palacio de Carlos V: Orquesta Nacional de España (ONE) – María Dueñas, violín –Andrés Orozco-Estrada, director.

I parte: Édouard Lalo (1823-1892): Symphonie espagnole, en re menor, op. 21 (para violín y orquesta. 1874)

II parte: Hector Berlioz (1803-1869): Symphonie fantastique, op. 14 (1830)

Volver a escuchar a la violinista granadina y en su casa es otra de las buenas sensaciones de este 2025 aunque esperaba más de la ONE y del director colombiano que acabaría cancelando (por enfermedad) los dos últimos conciertos.

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DÍA 5

Lunes, 23/06/2025 22:00, Patio de los Arrayanes: Alexandre Tharaud, piano

Johann Sebastian Bach (1685-1750): Chorus, de Pasión según San Mateo, BWV 244 (1727) *; Sicilienne, de la Sonata en mi bemol mayor para flauta, BWV 1031 (1730-34) *; Suite en la menor, BWV 818a (1722); Aria «Aus Liebe will mein Heiland sterben», de Pasión según San Mateo BWV 244 *; Suite en mi menor para laúd, BWV 996 (1708-17) *.

Maurice Ravel (1875-1937): Miroirs (1904-05) **. Paul Dukas (1865-1935): L’apprenti sorcier (1897) *

* Transcripciones de Alexandre Tharaud
** En el 150 aniversario del nacimiento de Maurice Ravel y Ricardo Viñes

Si Bach sigue siendo «el padre de todas las músicas», el pianista francés nos lo preparó desde un instrumento poderoso que brillaría sobre todo con sus compatriotas más allá de virtuosismos en ese marco único y mágico del patio del Palacio de Comares.

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DÍA 6

Martes, 24/06/2025 22:30, Teatro del Generalife: Manuel Liñán & Compañía.

Muerta de amor. Dirección y coreografía: Manuel Liñán – Artista Invitada: Mara Rey.

Segunda noche de baile en el Generalife con el granadino dejándonos un excelente espectáculo más allá del flamenco y con el baile verdadero lenguaje sin palabras.

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DÍA 7

Miércoles, 25/06/2025 22:00, Palacio de Carlos V: Ballet Flamenco de Andalucía / Accademia Piacere. Patricia Guerrero, dirección artística y coreográfica BFA –Fahmi Alqhai, dirección musical, composiciones y arreglos. Origen – La Semilla de los Tiempos. Quiteria Muñoz, soprano – Amparo Lagares Díaz, cantaora – Dani de Morón, guitarra flamenca.

Desde que conozco a la Accademia Piacere y Fahmi Alqhai sus propuestas siguen siendo originales y de plena actualidad. Si sumamos el excelente Ballet Flamenco de Andalucía este nuevo espectáculo sería una de las apuestas más interesantes y exportables para nuestros artistas andaluces.

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DÍA 8

Jueves, 26/06/2025 22:00, Patio de los Mármoles (Hospital Real): De al-Ándalus a Isfahán. Accademia del Piacere
(Fahmi Alqhai, Rami Alqhai y Johanna Rose, violas da gamba) – Constantinople (Kiya Tabassian, setar y voz – Didem Basar, kanun
Patrick Graham y Hamin Honari, percusión). Músicas del Renacimiento español y de los imperios persa y otomano de los siglos XV y XVI.

En veinticuatro horas Accademia Piacere y los hermanos Alqhai trajeron otra propuesta de mestizaje aunque sean músicas atemporales que sentimos cercanas con la base de la improvisación tan arraigada en todas las culturas.

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DÍA 9

Viernes, 27/06/2025 22:00, Palacio de Carlos V: Budapest Festival Orchestra Gerhild Romberger, mezzosoprano – Iván Fischer, director. Gustav Mahler (1860-1911): Kindertotenlieder (Canciones sobre la muerte de los niños, para mezzo y orquesta. 1901-04); Sinfonía nº 5 en do sostenido menor (1901-02, rev. 1904-11).

Quienes me conocen saben que soy un mahleriano convencido y este concierto ha sido el mejor de todo el festival, no ya por las obras elegidas sino por «la orquesta de Iván Fischer» que nunca defraudan porque cada interpretación la sienten y viven como creo ninguna otra en la actualidad. Escuchar al maestro la entrevista que concedió dentro de los «Encuentros» a mi compañera de fatigas (#AsturianosEnGranada) explica a la perfección la diferencia entre esta Orquesta del Festival de Budapest (que volveré a disfrutar en Oviedo) y las demás.

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DÍA 10

Sábado, 28/06/2025 12:30, Crucero del Hospital Real: Pilar Alva-Martín, soprano – Stefano Arena, piano.

Juan-Alfonso García (1935-2015): Ocho “lieder” para canto y piano (1966-77); Segundo movimiento de Tres movimientos de danza (piano solo, 1962); Gritando su dolor (1977)*. Manuel de Falla (1876-1946): Tus ojillos negros, canción andaluza (1902-03); Andaluza, de Cuatro piezas españolas (piano solo, 1906-09); Oración de las madres que tienen a sus hijos en brazos (1914);El pan de Ronda que sabe a verdad (1915);  Trois mélodies (1909-10). Joaquín Turina (1882-1949): Poema en forma de canciones (1923).

* Estreno absoluto

Cuarto encuentro con la música de Juan-Alfonso García y sus canciones interpretadas nada menos que por vía directa gracias a su sobrina-nieta que está llevando el legado del Maestro, uniéndole con Falla y Turina además de contar con un excelente pianista, llenando de emoción esta sesión matinal.

Sábado, 28/06/2025 22:30, Teatro del Generalife: Centro Coreografico Nazionale / Aterballetto. Don Juan. Coreografía: Johan Inger / Composición musical original: Marc Álvarez (orquestación y grabación de Manuel Busto y la Orquesta de Extremadura).

La lesión del primer bailarín condicionó un programa que se hubo de cambiar, resultando casi un catálogo o muestrario de estos artistas italianos a los que agradecer el esfuerzo por mantener otra noche de ballet en el Generalife.

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DÍA 11

Domingo, 29/06/2025 12:30, Monasterio de San Jerónimo: Academia Barroca del Festival de Granada, Carlos Mena (dirección musical).

Alessandro Scarlatti (1660-1725): Motetes y salmos para varias voces y continuo; José García Román (1945): Obras religiosas a 4 voces.

Segundo espectáculo con Carlos Mena cantando y dirigiendo uno de los proyectos que cada año apuestan por formar nuevas voces jóvenes, caso de la Academia Barroca del Festival de Granada que también ha dirigido el asturiano Aarón Zapico (esta vez presente su hermano Daniel en el orgánico), y más allá del repertorio barroco con el homenaje a Scarlatti padre, nos trajeron al granadino José García Román dentro del homenaje al maestro Juan-Alfonso con uno de sus discípulos.

Domingo, 29/06/2025 22:00, Palacio de Carlos V: Israel Fernández, cantaor y piano – Diego del Morao, guitarra – Ané Carrasco, percusión – El Jali y Galery, palmas. Mi cante a piano.

Una decepción el autoproclamado «pianista» de este gran cantaor toledano que además venía con el excelente guitarrista jerezano, entendiendo que el flamenco está en los orígenes de este festival en 1922, pero que el palacio imperial le quedó demasiado grande a un espectáculo engañoso en el título, teniendo otros entornos más apropiados y cercanos donde los «jaleos» de sus fieles hubiesen sido más apropiados.

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DÍA 12

Lunes, 30/06/2025 22:00, Patio de los Arrayanes: Sondra Radvanovsky, soprano – Anthony Manoli, piano. From Loss to Love

Henry Purcell (1659-1695):  When I am laid in earth (de Dido and Aeneas. 1677-89); George Frideric Handel (1685-1759):
Piangerè la sorte mia (de Giulio Cesare in Egitto, HWV 17. 1724); Serguéi Rajmáninov (1873-1943): Ne poi, krasavitsa, op. 4 nº 4 (1890-93); Zdes’khorosho, op. 21 nº 7 (1900-02); Ya Zhdu Tebya, op. 14 nº 1 (1894-96); Richard Strauss (1864-1949): Allerseelen, op. 10 nº 8 (1885); Befreit, op. 39 nº 4 (1897-98); Morgen!, op. 27 nº 4 (1894); Heimliche Aufforderung, op. 27 nº 3 (1894).

Franz Liszt (1811-1886):  Tre sonetti di Petrarca, S. 270a (1842-46); Antonin Dvořák (1841- 1904):  «Canción de la luna» de Rusalka; Jake Heggie (1961): If I had known (2022); Umberto Giordano (1867-1948): La mamma morta (de Andrea Chénier. 1896).

Sensaciones agridulces con la supresión del previsto Liszt sustituido por la delicada «Io son’ l’umile ancella» de Adriana Lecouvrer (Cilea) y Verdi con la intensa aria «Pace, pace, mio Dio!» de La forza del destino (que debutará pronto en Londres). Con todo, siempre es un placer escuchar a la soprano norteamericana en las «distancias cortas» y donde sus emociones personales llegaron a un público entregado en una noche con la temperatura ideal en todos los sentidos.

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JULIO

DÍA 13

Martes, 01/07/2025 22:30, Teatro del Generalife: Ópera & Cine I: Georges Bizet. Orquesta Ciudad de GranadaTimothy Brock, director: Carmen (1915), película de Cecil B. DeMille, música original de Hugo Riesenfeld Samuel L. Rothafel (a partir de Carmen de G. Bizet). A burlesque on Carmen (1916), película de Charles Chaplin con música de Timothy Brock.

Una de las firmes apuestas de esta edición donde disfrutar de un cine de verano, tras el Chaplin-Keaton y el Nosferatu de la edición anterior, con un excelente Timothy Brock dirigiendo su música y comprobando que el llamado «Séptimo Arte» es mayor cuando suena la música en vivo, acompañando unas copias restauradas de gran calidad.

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DÍA 14

Miércoles, 02/07/2025 22:00, Patio de los Arrayanes: Ian Bostridge, tenor – Julius Drake, piano – Timothy Morgan, contratenor – Mauro Borgioni, barítono – Ketevan Kemoklidze, mezzosoprano – Solistas de la Orquesta Ciudad de Granada (Juan Carlos Chornet, flauta; Miguel Ángel Sánchez Miranda, arpa: Birgit Kolar, violín; Hanna Nisonen, viola;  Arnaud Dupont, violonchelo; Óscar Sala, trompa).

Manuel de Falla (1876-1946):  Psyché (para voz y ensemble, poema de G. Jean-Aubry.1924) *. Benjamin Britten (1913-1976): Arreglos de cinco canciones espirituales originales de Johann Sebastian Bach; Arreglos de cuatro canciones originales de Henry Purcell. Canticles (Cánticos).

* En el centenario del estreno de «Psyché».

Dentro de los aniversarios que se conmemoran, me supo a poco escuchar a la excelente mezzo Ketevan Kemoklidze en una Psyché  muy sentida en su interpretación, con un ensamble para la ocasión, aunque el verdadero protagonista sería el Britten de Ian Bostridge, probablemente la mejor elección para este ciclo tan poco habitual en los programas, y que sigue siendo una «delicatessen» para un público que sigue poniendo reparos a la música de nuestra generación.

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DÍA 15

Jueves, 03/07/2025 21:00, Iglesia del Monasterio de la Cartuja: Capilla Santa María – Ana Vieira Leite, soprano – Carlos Mena, contratenor y director. «Escoxidas».

Alessandro Scarlatti (1660-1725): Cantata «Del Tirreno a le sponde»; Cantata «E penar degg’io ancora»; Alessandro Scarlatti / Francesco Durante (1684-1755): Cantata «Dormono l’aure estive»; Cantata «Al fin m’ucciderete»; Alessandro Scarlatti: Stabat Mater.

En el 300 aniversario de la muerte de Alessandro Scarlatti.

Tercer espectáculo con Carlos Mena cantando y dirigiendo un homenaje de cantatas «Escogidas» para el #300AlessandroScarlatti con una soprano que domina este repertorio más un ensamble ideal en este aniversario que el festival granadino ha tenido en cuenta, recuperando La Cartuja a los marcos históricos que hacen distinta esta cita estival.

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DÍA 16

Viernes, 04/07/2025 22:30, Teatro del Generalife: Ballet Preljocaj – Angelin Preljocaj. El lago de los cisnes.

Mis noches de danza han sido otra de las alegrías en esta edición que en años anteriores me coincidían con otros géneros o estilo. Resultó como una vuelta a mis años universitarios para poder comprobar que el estado de salud del ballet es bueno y aún caben coreografías distintas aunque la música esté grabada. Si en la entrada no disponía de las fotos de Fermín Rodríguez, aquí dejo una de las más bellas recuperada de su archivo.

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DÍA 17

Sábado, 05/07/2025 12:30, Monasterio de San Jerónimo: Joven Coro de Andalucía, Marco Antonio G. de Paz (director). Paraíso abierto para muchos.

Manuel de Falla (1876-1946): Versiones expresivas de obras de Tomás Luis de Victoria: Ave Maria (1932); O magnum mysterium (1940-42); Tenebrae factae sunt (1940-42). Francis Poulenc (1899-1963): Quatre motets pour un temps de pénitence (1938-39). Olivier Messiaen (1908-1992): O sacrum convivium (1937). Ildebrando Pizzetti (1880-1968): Messa di Requiem (1922-23).

No es chauvinismo o como decimos en Asturias «grandonismo» pero me siento orgulloso de seguir y presumir del talento musical que mi tierra exporta, siendo uno de ellos el director Marco Antonio García de Paz que con muchos años de experiencia sabe transmitirla allá donde va, y el Joven Coro de Andalucía mostró y demostró que el buen trabajo siempre tiene premio. Un programa variado donde el Requiem de Pizzetti sería uno de los platos fuertes de un aprendizaje finalizado con las más altas calificaciones en un intenso «Camino al paraíso».

Sábado, 05/07/2025 22:00, Palacio de Carlos V: Orchestra e Coro dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia (I), Daniel Harding (director), Andrea Secchi (director del coro).

Claude Debussy (1862-1918):  La mer, trois esquisses symphoniques pour orchestre (1903-05).

Maurice Ravel (1875-1937): Daphnis et Chloé (sinfonía coreográfica para orquesta y coro. 1909-12).

En el 150 aniversario del nacimiento de Maurice Ravel

Uno de los conciertos de los que más me costó escribir porque tanto la orquesta y coro romanos, como su titular, parecían iban a marcar otro hito de esta edición y no fue así, por lo que esperé la mañana siguiente para escribir la reseña (podría haber reunido dos en una que terminarían por corroborar la primera impresión) de la noche sabatina donde «el comandante Harding» no encontró ni el charme francés ni la vertiente «no operística» verdiana.

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DÍA 18

Domingo, 06/07/2025 12:30, Crucero del Hospital Real: Trío Arbós (Ferdinando Trematore, violín – José Miguel Gómez, violonchelo – Juan Carlos Garvayo, piano).

Johann Sebastian Bach (1685-1750) Ferruccio Busoni (1866-1924):  Komm, Gott Schöpfer!, BWV 667 (1747-49) *. José María Sánchez-Verdú (1968): Trío III «Wie ein Hauch aus Licht und Schatten (2000). Bach / Busoni: Wachet auf, ruft uns die Stimme, BWV 645 (c. 1746) *. Manuel Hidalgo (1956): Trío esperando (1995). Bach / Busoni: In dir ist die Freude, BWV 615 (c. 1713-17) *. José García Román (1945): De civitate cordis (2004). Bach / Busoni: Nun freut euch, lieben Christen, BWV 734 (1708-17) *. Francisco Guerrero (1951-1997): Op. 1 Manual (1974, rev. 1981). Bach / Busoni: Ich ruf´ zu dir, Herr Jesu Christ, BWV 639 (c. 1713-17) *

* Transcripciones para trío de Juan Carlos Garvayo

Un programa interesante con el trío del motrileño Garvayo alternando «mein Gott» desde la óptica de Busoni reencarnada en trío, con cuatro exponentes de la llamada «Nueva Música en Granada» en otro tributo al maestro de Juan-Alfonso García conjugando inquietud y sosiego.

Domingo, 06/07/2025 22:00, Palacio de Carlos V: Orchestra e Coro dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia (II), Daniel Harding (director), Andrea Secchi (director del coro), Federica Lombardi (soprano), Teresa Romano (mezzo), Francesco Demuro (tenor), Giorgi Manoshvili (bajo). Giuseppe Verdi (1813-1901): Messa da Requiem (1874, rev. 1875).

Como el anterior de los romanos y el piloto comercial, otro concierto que me quitaría el poco sueño tras su escucha y posterior reseña donde lo mejor resultó el coro que dirige Andrea Secchi y un irregular cuarteto solista que al menos tuvo un bajo de verdad, junto a una soprano joven que el tiempo nos dirá hasta dónde llegará.

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DÍA 19

Lunes, 07/07/2025 22:00, Patio de los Arrayanes: Pierre-Laurent Aimard, piano (4). Olivier Messiaen (1908-1992):
Catalogue d’Oiseaux (Catálogo de aves. 1956-1958): V. La Chouette Hulotte; VI. L’Alouette Lulu; VII. La Rousserolle Effarvate.

Excelente idea la de poder escuchar el «Catálogo de aves» de Messiaen a lo largo de cuatro sesiones y distintos escenarios (y pianos) a cargo del alumno y verdadero especialista como el francés Pierre-Laurent Aimard, que mi admirado Pablo L. Rodríguez siguió todo el día. Personalmente y con el cansancio acumulado, así como unos aforos limitados, solo reseñé los «Pájaros nocturnos» nuevamente en el mágico Patio de los Arrayanes y disfrutando de esta apuesta de Paolo Pinamonti para esta su primera edición como director del Festival.

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DÍA 20

Martes, 08/07/2025 22:30, Palacio de Carlos V: Ópera & Cine II:

Pagliacci (1892), drama en un prólogo y dos actos (en versión concierto) con música y libreto de Ruggiero Leoncavallo (1857-1919). Orquesta Joven de Andalucía (OJA) – Joven Coro de Andalucía – Marco Antonio García de Paz (director del coro) – Coro de la Orquesta Ciudad de Granada – Héctor Eliel Márquez (director del coro) – Guillermo García Calvo (director). Reparto: Carolina López Moreno, soprano (Nedda) / Alejandro Roy, tenor (Canio) / Claudio Sgura, barítono (Tonio) / Moisés Marín, tenor (Beppe) / Pablo Gálvez, barítono (Silvio).

The Circus (1928), película de Charles Chaplin (1889-1977), música de Arthur Kay (1882-1969), estreno en España de la banda sonora original de Arthur Kay de 1928, recuperada por Timothy Brock en 2022.  Orquesta Joven de Andalucía – Timothy Brock (director).

La apuesta por la ópera en esta edición volvía a unirla con el cine, contando con una excelente OJA con Timothy Brock dirigiendo su música, tras unos «Payasos de cine» en versión concierto, comprobando no ya el talento joven «de casa» sino el nuevo triunfo de mi «alumno» Alejandro Roy que sigue con una carrera internacional donde Granada ha sido una parada muy esperada donde acudieron aficionados de todas partes (ovetenses también) compartiendo un reparto plenamente creíble, bajo la magistral dirección del maestro García Calvo que supo mimar las voces y sacar de la orquesta y coros todo el dramatismo de Leoncavallo antes de que el humor de Chaplin nos dejara marchar a dormir con una sonrisa.

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DÍA 21

Miércoles, 09/07/2025 21:00, Iglesia del Monasterio de la Cartuja: Orquesta Barroca de Sevilla (OBS) – Aurora Peña (soprano) – Ignacio Ramal (violín y dirección).

George Frideric Handel (1685-1753): Concerto grosso, en si bemol mayor, op. 6 nº 7, HWV 325. Giovanni Battista Ferrandini (c. 1710-1791): Il pianto di Maria (Cantata sacra da cantarsi dinanzi al Sancto Sepolcro). Juan-Alfonso García (1935-2015): Tríptico (para orquesta de cuerdas. 1990). Antonio Vivaldi (1678-1741): Sinfonia al Santo Sepulcro en si menor, RV 169; Motete para soprano «In furore iustissimae irae», RV 626.

Volvía al Monasterio de la Cartuja para un programa barroco a cargo de la OBS pero donde estuvo presente un nuevo tributo al maestro Juan-Alfonso García y su «Tríptico» de 1990 interpretado con enjundia (entendida en su acepción de «fuerza, vigor, arrestos») con la misma calidad que los grandes del siglo XVIII para volver a escuchar a una Aurora Peña madura bien arropada y concertada por Ignacio Ramal.

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DÍA 22

Jueves, 10/07/2025 22:30, Teatro del Generalife: Eva Yerbabuena, baile – Miguel Ortega, Segundo Falcón, Antonio El Turry, Ezequiel Montoya, cante – Daniel Suárez, percusión y electrónica – José Manuel Ramos, El Oruco, percusión y baile. Artistas invitados: Marina Heredia, Manuel Liñán y Esperanza Garrido. A Granada. Idea original, dirección artística y coreografía: Eva Yerbabuena. Composición, dirección musical y guitarra: Paco Jarana.

Última noche en el Generalife con el espectáculo de la granadina Eva Yerbabuena dedicado a su ciudad y su público entregado, junto a un excelente cuadro flamenco donde no faltaría el nuevo rumbo de la llamada fusión, volviendo a disfrutar del «pellizo» de otros granadinos: el cante completo y poderoso de Marina Heredia, el arte al baile siempre «rompedor» de Manuel Liñán y una joven promesa como Esperanza Garrido que sin ser un especialista le auguro un futuro más que prometedor, con un fin de fiesta que levantó a un respetable de todas las nacionalidades.

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DÍA 23

Viernes, 11/07/2025 22:00, Palacio de Carlos V: La traviata, música de Giuseppe Verdi (1813-1883) y ibreto de Francesco Maria Piave, basado en La dama de las camelias de Alexandre Dumas hijo. Ópera en tres actos (1853). Versión concierto: Orquesta y Coro Titulares del Teatro Real – Henrik Nánási (director musical) – José Luis Basso (director del coro). Reparto: Nadine Sierra, soprano (Violetta Valéry) – Karina Demurova, mezzosoprano (Flora Bervoix) – Gemma Coma-Alabert, mezzosoprano (Annina) – Xabier Anduaga, tenor (Alfredo Germont) – Artur Rucinski, barítono (Giorgio Germont) – Albert Casals, tenor (Gastone, vizconde de Létonières) – Tomeu Bibiloni, barítono (El barón Douphol) – David Lagares, bajo (El marqués de Obigny) – Giacomo Prestia, bajo (Doctor Grenvil) – Joan Laínez, tenor (Giuseppe).

Como ya sucediese en julio de 2003, el Teatro Real de Madrid desplazaría hasta el Palacio de Carlos V a todo el elenco de una aclamada Traviata madrileña (incluso con otra función retransmitida por distintos medios) donde la figura sería la soprano Nadine Sierra, que cancelaría este domingo 20 siendo sustituida por la «Embajadora de la Mierensía» Sabina Puértolas -que sin ensayos previos resultó la gran triunfadora de este título de referencia- dejando sorprendidos a quienes esperaban en el coliseo de la Plaza de Oriente por la estadounidense pero se encontraron con la aragonesa de sangre navarra y medio asturiana por matrimonio.

En Granada, y con todo vendido desde tiempo atrás, el trío protagonista lució y salvo el comentado inconveniente de la banda fuera de escena por la acústica, Sierra, Anduaga y Rucinski se entregaron en ese orden, dejándonos imaginar la escena que más nos gustase de nuestra memoria operística (que aseguro es grande).

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DÍA 24

Sábado, 12/07/2025 12:30, Parroquia de Nuestro Salvador: Juan María Pedrero, órgano. Johann Sebastian Bach (1685-1750): Fantasía en sol mayor «Pièce d’Orgue», BWV 572;  Partite diverse sopra il Corale «Ach, was soll ich Sünder machen», BWV 770; Toccata, Adagio y Fuga en do mayor, BWV 564; An Wasserflüssen Babylon à 2 Clav. et Pedal, BWV 653; Preludio y Fuga en mi menor, BWV 548.

Último fin de semana con sesión doble para una mañana bachiana a cargo del organista zamorano afincado en Granada en uno de los instrumentos que conforman el patrimonio andaluz que tanto debe a Paco Alonso. El magisterio y conocimiento de Juanma Pedrero nos dejó una meditación y pausa antes del «tour de force» que aún me quedaba por delante.

Sábado, 12/07/2025  22:00: Palacio de Carlos V: Orquesta Sinfónica SWR Stuttgart (I) – Alexandre Kantorow, piano –
Pablo Heras-Casado, director. Johannes Brahms (1833-1897): Concierto para piano y orquesta nº 1 en re menor, op. 15 (1854-59);  Sinfonía nº 1 en do menor, op. 68 (1862-76).

Si en los dos conciertos de la Accademia y «el comandante» estuve tentado a realizar una sola reseña para ambos, esta penúltima noche no lo dudé y esperé a que mis sensaciones posasen y reposasen, escribiéndola ya finalizado el festival mientras esperaba mi vuelo a casa en el mismo aeropuerto granadino (¡y jienense!). El cambio de director con el granadino por el colombiano ya me pareció una de las razones para la primera decepción, así como una orquesta alemana que me sonó sin sustancia y demasiado pegada al papel, más tras el excelente sabor de boca que me dejasen los húngaros con Iván Fischer. Al menos se salvaría el excelente pianista francés pese a lidiar con un instrumento desafinado que no se puede perdonar en este festival, aunque pueda entender los cambios de temperatura que tanto afectan incluso a los asistentes.

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DÍA 25

Domingo, 13/07/2025 12:30, Crucero del Hospital Real: Nacho de Paz, director – Solistas de la Orquesta Ciudad de Granada Lluïsa Espigolé, piano – Annette Schönmüller, mezzosoprano.

Igor Stravinsky (1882-1971): Three songs of William Shakespeare (1953). Francisco Guerrero (1951-1997): Concierto de cámara (1978). Pierre Boulez (1925-2016): Douze notations (para piano solo. 1945). Maurice Ravel (1875-1937): Introduction et allegro (para ensemble. 1905). José García Román (1945): Camino blanco y sin término (2025) *. Luciano Berio (1925-2003): Folk Songs (para voz y ensemble. 1964).

* Estreno absoluto

En el 150 aniversario del nacimiento de Maurice Ravel y el centenario del nacimiento de Pierre Boulez y Luciano Berio

El último día de festival de nuevo contaba con sesión doble donde volvería a reecontrarme con mi paisano Nacho de Paz que había organizado un programa «ex profeso» muy trabajado por su organización y orgánico elegido donde la alergia al polen granadino tanto del propio director como de la mezzo Annette Schönmüller truncó el esperado homenaje a Berio, pero se agradeció el último homenaje a Juan-Alfonso y el estreno de su alumno García Román con el que pude charlar al final del concierto, el excelente Ravel en el arpa solista de Daniela Iolkicheva, más el descubrimiento de la pianista catalana Lluïsa Espigolé que nos dosificó entre las demás obras un Boulez de referencia que espero pueda recuperar cuando Radio Clásica lo emita.

Domingo, 13/07/2025 22:00, Palacio de Carlos V: Orquesta Sinfónica SWR Stuttgart (II), Alexandre Kantorow, piano, Pablo Heras-Casado, director. Johannes Brahms (1833-1897): Concierto para piano y orquesta nº 2 en si bemol mayor, op. 83 (1878-81); Sinfonía nº 2 en re mayor, op. 73 (1877).

Mejores impresiones en el cierre de festival con un magnífico Kantorow y un piano al fin ajustado, propinas magistrales de una madurez exquisita, más una aseada orquesta donde Heras-Casado la dejó fluir en las dos danzas húngaras( 1 y 5) de Brahms aunque sin el músculo deseado ni la agógica que dos páginas tan conocidas se merecían. Supongo queda el agradecimiento al granadino por hacerse cargo de estos dos conciertos para clausurar esta 74ª edición con el monográfico del hamburgués enterrado en Viena.

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P.D.: Tras mis experiencias del año 2023 y 2024, este año la oferta de espectáculos fue menor, lo que siempre agradezco porque se hacía difícil elegir entre tantos a la vez. Se mantiene la variedad y el espíritu original, aunque no hubo grandes nombres internacionales, apostando más por lo cercano, aún sabedor de la premura que supuso la marcha del anterior director Antonio Moral, anunciada en febrero de 2024 y la rápida elección de Paolo Pinamonti, dos perfiles totalmente distintos: uno gestor que prosigue organizando festivales en formatos variados; otro un músico integral con un enfoque a largo plazo que desea un festival a lo largo del año, abierto a nuevos públicos y con presencia de nuestro legado.

Esperamos el festival de los 75 años que seguramente marcará las nuevas líneas del veneciano ya con tiempo suficiente, esperando más recursos, y al que le deseo todo lo mejor en esta siempre difícil tarea de seguir poniendo Granada como cita ineludible en el panorama mundial de los grandes eventos musicales.

Vivencias en el 74º Festival de Granada

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A lo largo de un mes y desde este blog he ido subiendo mis críticas y reseñas del 74º Festival de Granada, que paso a resumir en esta entrada, los conciertos que tuve que seleccionar ante la oferta inmensa, este año también asistiendo a la Danza -otra de las señas de identidad del Festival- en el Generalife y parte del FEX,

sumando alguna noche flamenca, que podéis ver y leer en las distintas entradas a ellas dedicadas, sin poder constatar en primera persona los Cursos Manuel de Falla, la versión pedagógica del Festival.

Muchas experiencias únicas e inolvidables en este 2025, tercer año al completo desde mi jubilación domo docente, y donde el sábado 21 de junio a la noche, con prórroga y mucha emoción, viví desde mi teléfono el ansiado ascenso a Primera del Mi Oviedín del alma tras 24 años de espera, recordando a mi padre que no pudo revivir este regreso, con la foto que me sacó Teresa Montellano, otra de las profesionales de la fotografía en Granada.

Mi eterna gratitud a todo el EQUIPO del Festival desde su director Paolo Pinamonti en su primera edición, pasando por la Jefa de Prensa Teresa del Río, la encantadora María José Serrano en el Patrocinio y Relaciones Externas, la insustituible Nina von Krogh en la Coordinación Artística y la mio neña Lorena Jiménez con sus «Encuentros» y «Off Stage» en las Redes Sociales para el festival, por citar sólo a mis «habituales», este año con Carlos y Alba como becarios.

También mis gracias eternas al fotógrafo, y ya amigo, Fermín Rodríguez, cuyas imágenes oficiales nunca pueden faltar en todas las entradas de mi blog, RRSS y noticias… por supuesto al amplísimo y numeroso personal (azafatas, técnicos más el «ejército de voluntarios y voluntarias») con quienes este festival funciona como un perfecto engranaje muy entrenado tras tantos años de trabajo, no siempre visible y que merecen todo mi reconocimiento vivido en primera persona.

Proseguir los agradecimiento al equipo humano de Radio Clásica con mis queridos Jesús Trujillo y Elena Horta, siempre un placer las tertulias y paseos tras los conciertos, sin olvidarme del «imprescindible» Arturo Reverter con quien compartir tanto, no solo recuerdos comunes sino toda su sabiduría de gallego en la capital madrileña.

Al personal del ambigú que el Grupo Abades montaba (y desmontaba) en el Palacio de Carlos V y en el Generalife, ya conocidos de estos tres años y que me tenían siempre fresquita «una verde» antes y después de cada concierto, siendo cada noche los que casi cerrábamos y recogíamos.

Imposible relacionar el encuentro con amistades de anteriores ediciones, granadinos ilustres, melómanos llegados de toda la geografía española y críticos de distintos medios: al «maestro» Rafael Ortega Basagoiti, con quien compartir toda su sabiduría, Pablo L. Rodríguez, José Manuel RuizJosé Antonio Lacárcel, José Antonio CantónJusto Romero, Alejandro Fernández «mi boquerón» junto a Paco Naranjo, por citar solo a unos pocos sin dejarme a Mercedes García Molina, profesora de música que espero tenga un buen destino el próximo curso, gran crítica y orgullosa madre además de cantante a quien disfruté desde mi butaca en palacio.

Reencuentros con Mercedes Pérez Villena o Paloma Viana (con mi querido paisano Nacho de Paz) a los que sumar «nuevos fichajes» como al inclasificable profesor Luigi (de madre ovetense) o ponerle cara al director artístico de la Sociedad Filarmónica de Burgos, José Miguel González.

Especial ilusión la visita de mi amigo el abogado mexicano Mario Herrera que me acompañó el día de mi santo en el concierto matinal, café en mano, haciendo un paréntesis en su largo periplo profesional por España, y al que volveré a ver, si nada lo impide, en Oviedo a finales de septiembre.

Siempre una mención especial al Colegio Mayor Santa Cruz La Real, mi segunda casa en otro mes granadino donde me trataron con la cercanía y cariño del «colegial repetidor» y todas las atenciones inmerecidas para este melómano noctámbulo (no solo por los horarios de los conciertos).

Gracias a Laura y Perico durante la semana, junto a Óscar y Natalia por «dar de comer al hambriento», a mis «guardianes» Paqui, David, Samuel y Manolo (by night), junto a todo el personal de limpieza, con el resto de trabajadores de un alojamiento increíble donde conviven los Padres Dominicos (Don Antonio Larios a la cabeza) y muchos grupos de estudiantes.

Cada día y cada noche hay que descubrir Granada, embrujo y magia, tapas con cerveza de la tierra (también malagueña), el Pub irlandés (Hannigan & Sons) con una Doble IPA de Almuñecar, que repetiría más de una noche con un camarero que conocía las Danzas húngaras de Brahms (!),

y entre mis habituales paradas por el Realejo citar el Rosario Varela (con las tapas más originales de Granada), las plazas de Santo Domingo (en La esquina de Juande) o de Carlos Cano (siempre sonando en mi cabeza) en Disloque

Volver a visitar mi oficina de «La Auténtica Carmela» en la calle Colcha, viendo la espalda de la estatua dedicada a Yehuda Ibn Tibon para seguir disfrutando de su carta, amabilidad y profesionalidad de todo el personal, agradeciendo un trato de «vecino»,

y el apoyo al Real Oviedo cada vez que vestía gorra o camisetas, extensible a tanta gente con la que me cruzaba por la capital nazarí, alegrándose de la vuelta a la máxima categoría del fútbol nacional.

No quiero dejarme otra parada «obligada» en la Plaza de la Trinidad a comer un salmorejo exquisito tras los conciertos matutinos en San Jerónimo, y donde compartí sobremesas con alemanes, sirios, ingleses y suecos (Granada siempre es internacional).

En otra entrada colocaré un resumen con los enlaces (links) a todas las reseñas de mis 33 conciertos en 8 espacios y  25 días… tengo que dejar algo más estrictamente musical aunque sin nada de lo anterior no hubiera sido lo mismo.

En casa iré retomando la normalidad y los horarios con todas las novedades que no faltarán desde este blog.

Embrujo de luna llena

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74º Festival Internacional de Música y Danza de Granada (día 22). Danza.

Jueves 10 de julio, 22:30 horas. Teatro del Generalife: Eva Yerbabuena: A Granada. Fotos propias y ©Fermín Rodríguez.

Noche de luna llena y el alma granadina con la danza flamenca que convirtieron El Generalife en un gigantesco Sacromonte con mucho nativo, más turistas y hornadas de visitantes que no querían perderse un espectáculo sobrio en este marco que, sin ser aficionado al flamenco, tuvo momentos de «pellizco» junto a otros con la sensación de improvisación (siempre necesaria) en un género y «palos» que todos dominan, con el decorado natural de los cipreses, unas luces sin gran despliegue pero eficaces, más una sonorización con algunos «errores» que no siempre estuvo atenta, reconociendo lo difícil de trabajar con tanto micrófono inalámbrico: canales bajados, ecualización desequilibrada donde los graves retumbaron en demasía, palmas y jaleos junto a la percusión muy potentes, mejor las voces (amén del despiste de tardar en abrir alguna a tiempo) pero la omnipresente y casi protagonista guitarra no siempre lució en los punteos aunque sí en los rasgueos y ritmos, incluso más que la parte electrónica.

La medalla de esta 74ª edición del Festival le fue concedida a la protagonista de la noche, la bailaora Eva Yerbabuena bien respaldada por su «cuadrilla» e invitados de lujo.

En la web se presentaba esta vigésimo segunda noche con luna llena:

Reencuentro mágico en el Generalife
Premio Nacional de Danza 2001, Eva Yerbabuena regresa al Festival de Granada para rendir homenaje a su ciudad. Nacida circunstancialmente en Frankfurt, a donde emigraron sus padres, la artista granadina es ya una de las grandes damas del baile y cumple más de un cuarto de siglo con su compañía. Según sus palabras, «no hay nada más contemporáneo que el flamenco». Y en esa línea, este espectáculo adquiere un eminente paralelismo con las coreografías que su admirada Pina Bausch realizó en homenaje a diferentes ciudades europeas como Palermo o Madrid. Lo que es seguro, es que Yerbabuena hechizará de nuevo con su baile asimilado entre la tradición y las nuevas formas expresivas, sobre el escenario del Generalife y con la sobriedad que le caracteriza.

Evidentemente esta granadina, a quien nacieron en Alemania, volvió a hechizar con su arte. La plasticidad y belleza de las fotos de mi admirado Ferminius que sabe captar los momentos oportunos, serán la mejor expresión a mis palabras, con los textos de las notas al programa de Rosalía Gómez que titula Un raro equilibrio entre la luz y la oscuridad:

Como sucede con Antonio (Ruiz Soler) o Manuela (Carrasco), Eva (Eva María Garrido García, Eva Yerbabuena) pertenece a esa breve nómina de artistas que no necesitan apellidos para ser reconocidos por los aficionados. Su personalidad artística se forjó en una fragua en la que a los bailes y los cantes más añejos de su Granada se fueron añadiendo, gracias a una inquietud sin límites y a una técnica impresionante, fruto de su don y su tesón, numerosos ingredientes de la danza y el teatro más contemporáneos. Una aleación que ha hecho de ella una de las banderas de la vanguardia flamenca. A lo largo de su trayectoria, Eva Yerbabuena nos ha contado muchas historias –personales, familiares o sociales– y ha homenajeado a sus poetas de referencia. A veces directamente, como hizo en A cuatro voces con Miguel Hernández, Blas de Otero, Aleixandre y Federico, al que, como buena granadina, ha regresado en varias ocasiones. Su Federico según Lorca fue uno de los hitos de este Festival en 2011, en este mismo escenario, como lo fue, en el de 2019 su delicioso trabajo Cuentos de azúcar, en el que compartía escenario con la cantante japonesa Anna Sato.

Ahora, atravesada la barrera del medio siglo, la artista no tiene nada que demostrar. Después de realizar espectáculos con un gran número de bailaores y bailaoras, de recurrir a diferentes directores, discursos, artistas invitados y lenguajes, especialmente el de la danza contemporánea, espoleada quizá por la que fuera su amiga, la mítica Pina Bausch, Eva no vuelve –no hay regresiones en el arte– sino que sigue avanzando en una continua transformación.

De este modo, en este, su último trabajo, la granadina ha decidido desprenderse de todo, salvo de lo que para ella es esencial en este momento de madurez: su baile, la guitarra extraordinaria y cómplice de Paco Jarana y el cante. Una vez más el cante, que para la bailaora «es la madre del flamenco, lo que me motiva para bailar», es, junto a la guitarra de su compañero, el motor de este décimo noveno espectáculo, como lo era ya en 2008, cuando celebraba en este escenario, con ocho magníficas voces, los diez años de su compañía. Esta vez, Miguel Ortega, Segundo Falcón, Ezequiel Montoya y Manuel de Ginés serán los cuatro paladines que la acompañen, junto a dos invitadas de excepción: Marina Heredia, siempre poderosa y exquisita, y Esperanza Garrido, dulce exponente de la nueva generación de cantaoras.

A Granada parte de Yerbagüena (oscuro brillante), un espectáculo único y múltiple que, centrado en su propia esencia y hecho para el disfrute de todos, ha recorrido escenarios como los de la Bienal de Flamenco –en su versión Solo para Sevilla– o el Festival de Jerez, desde su estreno en Madrid en 2023.

En un escenario vacío, la pieza se escande en cuatro tiempos. Siempre a la búsqueda de ese difícil equilibrio que existe entre la oscuridad y la luz, Eva aparece aquí en estado puro, enorme en el escenario, y comienza con unas bulerías por soleá para dejar claro su poder desde el primer instante. Luego vendrán los tientos y la arrebatada sensualidad de los tangos de Granada, la dramática sobriedad del taranto y un final exultante por alegrías con bata y mantón, como dicen que está mandado.

Y en ese recorrido cambiante, trémulo entre la luz y las sombras, mil destellos: las percusiones de Daniel Suárez, una ronda de fandangos antológica, la presencia rítmica de El Oruco, una reveladora granaína… y un invitado de excepción como es el bailaor, también él de Granada, Manuel Liñán.

Otra velada para recordar. Seguro.

Y lo fue como intentaré reflejar. Yerbabuena torera de negro y azabache, paseíllo de salida al ruedo en silencio, con los «subalternos» incorporándose comenzando ya el espectáculo con un cuadro en movimiento estático (y perdón por el oximorón).

 

Invitados artistas completos, bailadores y cantantes de timbres variados, protagonistas de una faena colectiva donde más que tercios toreros eran imágenes clásicas que alternaban con la modernidad electrónica, con el sevillano José Manuel Ramos “El Oruco” uniendo percusión y baile.

Voces de bailadores y todos a las palmas, taconeo, expresividad de pie o sentados, arropando y jaleando a Yerbabuena en todos los palos, con otro sevillano de pura cepa como Paco Jarana en una impecable guitarra que no se detuvo más que en los «cambios de cuadro», incluso cambiando su posición desde la penumbra al primer plano, todo un catálogo de bulerías por soleá, tientos, tangos de Granada, el taranto y el final por alegría. Acertados los juegos vocales de timbres similares en tesitura pero diferentes en «jondura», destacando para mi gusto Ezequiel Montoya.

Originalidad y tronío con la elegancia luminosa en la voz de Esperanza Garrido, invitada de lujo, la mezcla de tradición y vanguardia con la gran dama del flamenco bien jaleada, Eva dejándonos otro de los momentos de arte y emoción en su casa desde el Tablao Monumental del Generalife.

Con una percusión que suma pies y palmas como instrumentos,  mandando y marcando, cuadros estéticamente logrados en otro de los momentos de emoción con la pareja Yerbabuena y Liñán brindándonos imágenes toreras por el manejo de un mantón rojo cual capote hecho muleta, abrigo y templanza, espejo y sombra en una faena maestra.

No hay danza sin música, pero sí el cante puro y «a pelo», no siempre con guitarra, y otra invitada de casa, el desgarro y magisterio de Marina Heredia, coreografía vocal jugando con unos taburetes de movimiento circular que actualizan y modernizan la silla flamenca, con una voz «poderosa y exquisita».

La modernidad electrónica y el baile clásico, el vestuario elegante y el manejo de la cola regia que se recoge y nunca pisa, elevada para un zapateado coreado con la música original de un Paco Jarana incansable, o la interesante fusión de los cuatro cantaores incorporándose a un pie de micrófono en un cuadro polifónico cacofónico, casi en canon, en otro paseíllo de la luz a la sombra, genéticas de pura raza andaluza.

Cambios de «cuadro» dando brillo a estas pinturas negras más lorquianas que goyescas, del rojo pasión a la tierra yerma con otro mantón bellísimo, manejo más que torero puro flamenco, cantaores que palmean y danzan desde la silla, el cuarteto con Segundo Falcón desgarrador, Miguel Ortega agudo y delicado, el ya citado Ezequiel Montoya exquisito en las alturas, y Manuel de Ginés de «temple y rasga», alternando solos en una unidad coreográfica bien armada cual «cuatro tenores» en un «duelo de gallos» flamenco a más no poder.

Emoción, sobriedad e intensidad a lo largo de un espectáculo donde el fin de fiesta volvió a la esencia flamenca «exultante por alegrías con bata y mantón, como dicen que está mandado», todos compartiendo solos en un cuadro pasional con jaleos, palmas, zapateados, y volver a disfrutar de Marina y Esperanza al cante, compartiendo en primera fila otro baile de Eva y Manuel en un lenguaje único y universal, embrujados por la luna.

Una hora y tres cuartos de espectáculo de raíz donde vivir y escuchar el agradecimiento a una Granada que enamora en todo y por todo: entornos, paisaje, historia, cultura y gastronomía, ARTE con mayúsculas donde el flamenco sigue vivo y llenando allá donde va. Magia popular de nuestro patrimonio universal.

INTÉRPRETES:

Eva Yerbabuena baile

Paco Jarana guitarra

Segundo Falcón, Miguel Ortega, Ezequiel Montoya y Manuel de Ginés cante

Daniel Suárez percusión

José Manuel Ramos “El Oruco” percusión y baile

Artistas invitados:

Marina Heredia

Manuel Liñán

Esperanza Garrido

A Granada

Idea original, dirección artística y coreografía: Eva Yerbabuena

Composición y dirección musical: Paco Jarana

Vestuario: López de Santos

Iluminación: Fernando Martín

Director técnico: Ángel Olalla

Producción: Eva Hierbabuena S.L. – Manuela Franco

Distribución: Peineta Producciones

Un flamenco sin piano

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74º Festival Internacional de Música y Danza de Granada (día 11 b). Flamenco.

Domingo 29 de junio, 22:00 horas. Palacio de Carlos V. Israel Fernández (cantaor y piano), Diego del Morao (guitarra), Ané Carrasco (percusión), El Jali y Galery (palmas): Mi cante a piano. Fotos propias y ©Fermín Rodríguez.

Reconozco que no soy entendido de flamenco aunque tengo una buena discografía y llevo años escuchando cosas puntuales aunque más en la línea de Dorantes o Chano Domínguez, dos pianistas de estilos diferentes pero que como pianista me han gustado desde sus inicios, aunque mi abuela materna siempre me hablaba de Arturo Pavón a quien solo pude escuchar en grabaciones. Ante esta undécima noche y leyendo el historial de Israel Fernández quería ver cómo sería cantar con un piano pese a estar un fenómeno de la guitarra como es el jerezano Diego del Morao a quien mis amistades malagueñas me habían puesto en un pedestal.

La web presentaba este espectáculo de flamenco (otra de las raíces del festival granadino):

Una voz pura del flamenco

El cantaor toledano de origen andaluz, Israel Fernández, representa una nueva generación de cantaores que están revitalizando el flamenco, aportando un aire fresco y contemporáneo. Su origen gitano y su entorno familiar lo sumergieron desde temprana edad en el universo del flamenco, forjando un talento innato que lo ha llevado a convertirse en uno de los cantaores más reconocidos de su generación. En Mi cante a piano nos ofrece una revisión de su obra a través de la intimidad y la sonoridad del piano. Él mismo es quien ha adaptado estas composiciones y para sorpresa él mismo es quien se acompaña, llenando de matices nuevos cada cante y dotándolos de una nueva profundidad expresiva. El artista flamenco no sólo nos ofrece una nueva adaptación de su repertorio flamenco habitual, sino que también nos muestra composiciones inéditas hasta la fecha. Su voz potente y llena de sentimiento se fusionará con la guitarra de Diego del Morao en la que será una espléndida velada en el Palacio de Carlos V.

Con el palacio a rebosar y una aficionada que no dejó de jalear con unos «ole» no siempre en el sitio correcto, escuchar a Israel solo con el Morao apuntaba maneras, el cante tan peculiar  del toledano y el toque del jerezano, tras lo cual se incorporaron las palmas y la percusión. El equipo de sonido no estaba correctamente ecualizado, las palmas apenas se oían y cuando Israel presentaba era poco inteligible lo que decía (tampoco vocaliza muy bien), con una percusión pecando de exceso en el grave al igual que la guitarra en el bordón.

Se quedaría solo sobre el escenario el guitarrista jerezano que nos dejó con ganas de más y cuando llegó el momento más esperado por mi resultó cuando Israel Fernández se sentó al piano, pìdiendo disculpas y reconociendo que no es pianista. Cantar y acompañarse está al alcance de pocos músicos, y la forma de tocar autodidacta no es la mejor escuela, aunque tuve de alumno en el instituto un David Gabarre (DEP) que era un fenómeno sin saber qué era una corchea.

Pero Israel le quedó grande presentar este recital en un Palacio que tampoco era el recinto más adecuado como «Mi cante al piano». Teniendo de compañero a David del Morao podía tomar nota de los acordes que normalmente son básicos en lo que se llama «cadencia andaluza«. La mano derecha llena de ornamentos que querían emular la guitarra pero la mano izquierda no acertó ni un acorde, y cuando quedaba sola mientras cantaba, el resultado empeoraba aún más. Intentó una malagueña y una granaína que lo fueron por el título, y si además lo poco que entendí al presentarlas que no sabía qué iba a hacer, me puse a temblar. Al menos no se alargó mucho más y ya todo el grupo prepararían unas bulerías con un largo solo de  percusión a cargo de Ané Carrasco que rellenó su espacio.

No esperé a la propina porque ya tenía suficiente en este domingo de programa doble y entre la decepción y la mala localidad que tenía en platea con el más alto sentado delante de mi que me impidió ver aunque no escuchar con una amplificación mejorable de Antonio Romero (de las luces desconozco la causa de que figurase en el programa Oscar de los Reyes pues apenas se limitó a cambiar los colores de las luces y poner el foco en el cantaor. El concierto se grabó para  emitirlo aún sin fecha por el canal francés Mezzo. Seguro que el poder mediático dará buenos datos de audiencia, y para quienes asocien flamenco con lo vivido habrá sido un gran espectáculo.

Dejo aquí el texto completo de las notas del programa de mano:

Mi cante a piano es un espectáculo del gran cantaor Israel Fernández en el que nos ofrece una revisión de su obra a través de la intimidad y la sonoridad del piano. Él mismo es quien ha adaptado estas composiciones y para sorpresa él mismo es quien se acompaña, llenando de matices nuevos cada cante y dotándolos de una nueva profundidad expresiva. El artista flamenco no sólo nos ofrece esta nueva adaptación de su repertorio flamenco habitual, sino que también nos muestra composiciones inéditas hasta la fecha. Para la ocasión contará como colaboración especial con el genio de la guitarra Diego del Morao, artista fundamental en la obra de Israel. De esta forma, Israel nos abre a este nuevo universo sonoro con el que, una vez más, pretende arañarnos el alma.

Al menos cerraré el mes con una muy esperada Sondra Radvanovsky acompañada por el pianista Anthony Manoli con un programa variado en el Patio de los Arrayanes que contaré como siempre desde aquí.

Danza y música desde el origen

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74º Festival Internacional de Música y Danza de Granada (día 7). Danza.

Miércoles 25 de junio, 22:00 horas. Palacio de Carlos V. Ballet Flamenco de Andalucía / Accademia Piacere, Patricia Guerrero (dirección artística y coreográfica BFA), Fahmi Alqhai (dirección musical, composiciones y arreglos). Origen: La Semilla de los Tiempos. Quiteria Muñoz (soprano), Amparo Lagares Díaz (cantaora), Dani de Morón (guitarra flamenca). Fotos propias y ©Fermín Rodríguez.

Tercer año en Granada, tercera noche de danza en mi séptimo día de la 74ª edición de Festival internacional volviendo a unir de música y danza con el Ballet Flamenco de Andalucía y la Accademia del Piaccere, una de las formaciones que han cambiado la forma de afrontar el Barroco con propuestas tan originales como estos Orígenes, verdaderamente La semilla del tiempo. La presentación en la web de este nuevo espectáculo ya lo avanzaba:

Complicidad creativa
Fahmi Alqhai y Patricia Guerrero, dos referentes indiscutibles de la música y la danza actuales, retoman su complicidad creativa y empeño en proyectar al futuro las tradiciones andaluzas de la música y la danza. En Origen buscarán las semillas que nos ha legado el Siglo de Oro, sembradas en los bailes flamencos por jácaras y pasacalles, marionas y zarabandas que muestran evidencias históricas irrebatibles de sus inequívocos compases y rasgueos de guitarra barroca. Este nuevo espectáculo se nutre de nuestra historia y la recorre de pasado a presente y viceversa, en una rapsodia que proyecta al siglo XXI la fuerza del génesis de estas danzas. El poder en escena del Ballet Flamenco de Andalucía, y los sones histórico-vanguardistas de la Accademia del Piacere serán conducidos por la sensibilidad creativa de estos dos grandes artistas de nuestro tiempo.

Nuevas generaciones que insuflan de aire fresco repertorios de siempre, sin etiquetas, el disfrute de la música y la danza en feliz convivencia directa e irrepetible, aunque ya lo pude disfrutar en el canal ARTE, pero los espectáculos en vivo y además en la Alhambra, son únicos. Y otro lleno en una noche con duende barroco, con un órgano en solitario para abrir la sesión, escena sencilla con varios prismas de distintos tamaños, un bailarín abriendo solo, deambulando la escena y comienzo musical acompañado de una flamenca guitarra barroca tras la que entraría la Accademia con la soprano valenciana Quiteria Muñoz (que «descubrí» con ellos en su último CD) para ajustar una amplificación que mejoraría en dos estrofas de la trócola, para relevarse con un inmenso Dani de Morón a la guitarra flamenca, primera fusión junto al cuerpo de baile taconeando y latiendo a unísono.

Vestuario en tonos gris perla y un ballet jugando y transitando por los prismas mientras el ensemble (ubicabado atrás en una tarima) dialogaba entre siglos uniendo músicas y coreografías más que flamencas de genuino baile español. Combinaciones, movimiento escénico aprovechando el pasillo trasero de columnas para circular. Capítulos marcados por las músicas, «locura», jácaras, marionas, músicas de ida y vuelta, de oriente y occidente que transitaron mares y océanos con Andalucía de punto de partida y una Sevilla capital del comercio además de exportadora de nuestra música. Fahmi Alqhai como su hermano Rami representan como pocos  esta interculturalidad que han sabido volcar en sus programas, y este Origen es buena prueba de ello, enriquecido con Patricia Guerrero al frente del Ballet Flamenco de Andalucía (BFA).

Abundantes y enriquecedoras las distintas notas al programa firmadas por el director de escena, el musical y la directora artística y coreográfica, que intercalo con mis comentarios.

Origen
Juan Dolores Caballero
En este mundo nuestro, miserablemente rico y deliberadamente plural, poblado por millones de seres únicos, entendemos y experimentamos la danza solo desde la emoción.

Es en la emoción y la memoria donde habitan personajes confinados y alejados de lo “normal”. No pertenecen a nuestra vida cotidiana, pero existen, viven a nuestro lado, sienten, escuchan, sufren… y luchan por reconstruir, con su memoria difuminada, aquello que llamamos vida, con su dicha y su miseria. Entre luces y sombras, al alba o de madrugada, con la ciudad muda y callada de fondo, emergen estos seres: desconocidos, arrinconados por siglos, excluidos de la luz. Sin artificios, en su estado más puro, coexistiendo en la búsqueda de su espacio esencial, se plantea Origen.

Este espectáculo parte de los espacios poéticos de la ciudad de Sevilla, de la memoria y el simbolismo, del espíritu barroco que cabalga junto al flamenco como expresión universal, unificados en un pensamiento poético.

La propuesta de Origen se inscribe en una ciudad que rezuma memoria, guardiana de huellas y marcas de energía. Es el objeto olvidado en la tienda de un anticuario, aquello que parece no servir para nada, pero que amontona historia, la historia de nuestra propia vida. Es el objeto que, en su abandono, se convierte en un pedúnculo del ser humano, hibridando la carne con la materia inorgánica, hasta negar así la función misma del objeto.

Los utensilios cobran un significado especial cuando las acciones se desarrollan en un espacio concreto, en la intersección entre la vida cotidiana y la ensoñación. Sevilla es la ciudad de la vivencia, de los espacios abiertos y cerrados, de los escondites, de la buhardilla y del sótano, pero, sobre todo, la ciudad de la existencia.

Origen busca compartir sentimientos y emociones en tiempos, formas y espacios ajenos a la normalidad, fusionando lo físico y lo mental, lo barroco y el flamenco, predisponiendo al público a sentir.

Trabajar la imagen barroca en el baile como sugerencia y la música como elemento subconsciente, como vehículo de la memoria, ayuda al espectador a comprender aquello que se agita en los rincones más recónditos de su existencia.

La propuesta de Origen surge de la estilización de la vida cotidiana en una Sevilla barroca. La convivencia entre ensoñación y realidad, sostenida sobre los hombros de lo vivido, será el referente esencial para contar nuestra historia. Un mundo metafórico que no suprime la referencia, sino que la altera, la desdobla y la desplaza, creando una ciudad de nuevo orden, donde el flamenco y la orquesta barroca dialogan.

Origen es la búsqueda de los espacios donde nuestra historia habita, donde música y compás seducen con el secreto desde el que se toman las decisiones. Y es también el reflejo de un mundo interno, de una ciudad que es espacio amado, espacio vivido. En ella, Patricia Guerrero y Fahmi Alqhai, acompañados por el Ballet Flamenco de Andalucía y Accademia del Piacere, exploran un pasado y un presente comunes a través de la música y la danza, vías universales de hermandad entre pueblos y culturas. Dos estilos que se abrazan y se funden, un camino común entre el flamenco y la tradición histórica de la música española, donde cada lugar y cada objeto guardan memoria y significado, testigos de vivencias que trascienden lo íntimo.

Al aprender a habitar la ciudad, también aprendemos a habitar nuestro interior. Los espacios están en nosotros, al igual que nosotros estamos en ellos. La ciudad es el lugar donde se crea la vida y donde también encuentra refugio, es el escenario de los sueños y los ensueños, de los recuerdos y las evocaciones.

Música y danza en feliz unión, con Quiteria «de locura» en escena, belleza más plasticidad vocal y corporal del ballet y sus solistas, flamenco en femenino con la guitarra cristalina y honda de Dani de Morón contestado y completado con el «cante de Fami» que nos transportaría sin cesura al oriente junto a la percusión de Agustín Diassera, velos inquietantes y de pronto la luz con tres bailarinas de miriñaques y mantones creando otra escena maravillosa que crecería en intensidad, como el vito de fandango rompiendo fronteras.

Siguiente cuadro con un sacerdote tocando dos campanillas y un tambor procesional, pasando al negro con una oración de saeta que pone la carne de gallina en la voz de la cantaora Amparo Lagares, coreografiando tras mover las estructuras prismáticas, que también hicieron de percusión, una espectacular semana santa de reclinatorios, virgen en trono, procesión con los vientos, crucificado de pasión sumándose el viento que participaría en una puesta en escena rica, elegante, emocionante, esencia destilada de una tradición aún viva que Sevilla como tantas ciudades españolas siguen viviendo cada año.. Un cuadro impactante donde las manos fueron imaginería pura antes de fusionar un solo de Fami y Patricia que parecía explicar un flamenco barroco natural.

Sobre la música
Fahmi Alqhai
La historia de la música española, como la de su cultura, es el resultado de un mestizaje profundo, donde sensibilidades opuestas han convergido a lo largo de los siglos: Oriente y Occidente, cristianismo e islam, el Viejo y el Nuevo Mundo. De esta fusión nace una identidad musical única que, en los siglos XVI y XVII, conquista el panorama europeo y configura un More Hispano, esencia de nuestra forma de sentir y expresar la música. Un magnífico ejemplo de este crisol de influencias es el flamenco.

En Origen, la semilla de los tiempos, emprendemos un viaje a través de nuestras raíces musicales. Partimos de la herencia árabe de al-Ándalus, que dejó su huella en nuestras melodías y modos, otorgándonos ya en el siglo XV una identidad sonora única, muy distinta a la del resto de Europa y germen de lo que hoy reconocemos como flamenco. Avanzamos después hacia otro punto clave de nuestro mestizaje cultural: el impacto del descubrimiento de América. Y es que la España imperial se entrelazó con los ritmos africanos de los esclavos y las tradiciones de los pueblos indígenas. De esta fusión nacieron las danzas que trajimos de vuelta, como guineos, chaconas, zarabandas y marionas, entre muchas otras.

Este espectáculo no busca reconstruir un sonido histórico, sino reimaginarlo desde una perspectiva contemporánea. La música dialoga con el flamenco para crear un lenguaje nuevo que trasciende sus elementos originales y da vida a una expresión inédita para el baile y la representación dramática. En definitiva, un
nuevo mestizaje donde lo antiguo y lo moderno se entrelazan para celebrar la esencia de nuestra cultura: la fusión de los opuestos.

Y como el día anterior, el paso del negro luctuoso al rojo pasión, intensidad festiva, baile de salón dieciochesco pero actual, unos vientos versallescos traídos a la corte hispana danzados con la pureza de nuestra tierra junto al cante blanco de Lagares. Protagonismos de ropajes trampantojados, faldas en ellos, pantalones en ellas, que danzando cobraban más sentido.

Sobre la coreografía
Patricia Guerrero
El lenguaje de la danza en Origen nace del mestizaje cultural que inspira la obra. Desde el flamenco, exploramos movimientos que evocan las danzas africanas, el folclore e incluso las refinadas danzas barrocas de los salones de época.
Es un trabajo enraizado en el conocimiento musical y la complejidad rítmica del flamenco, pero con una mirada que atraviesa el tiempo, conectando pasado y presente a través del cuerpo en movimiento.

Como final Con qué la lavaré de Quiteria cantando a un «cabezudo negro» (llegaría después el dúo con Amparo) y la guitarra flamenca, todo ropajes blancos evocando nuestras tierras de ultramar, la Cuba colonial, el mestizaje de la nota anterior, pueblos unidos con el Atlántico por el medio, sin obviar las culturas africanas que estaban en la misma raíz, un original cuarteto de máscaras, herencias rítmicas, hasta los difíciles zancos y todos danzando casi como un ritual de música evocadora que navegaba por el palacio antes de la fiesta del fandango coral que coronaría al cuerpo de baile en la reubicación de los prismas y una iluminación sencilla. Cuadro visual aplaudido pero faltaba rematar, despojarse de miriñaques lujosos hasta quedar en lo mínimo, pues «la gloria es efímera pero la memoria eterna», cenizas cantadas, tocadas y bailadas desde lo más profundo con la belleza de un espectáculo enorme.

La semilla se plantó y brotó porque nadie mejor que la Academia del placer con el BFA para recordar nuestros orígenes haciendo historia danzada en otra noche mágica desde una obra de arte total y un éxito atronador en una de las señas de identidad de este festival único por tanto

FICHA TÉCNICA

Fahmi Alqhai (dirección y viola da gamba) – Quiteria Muñoz (soprano) – Dani de Morón (guitarra flamenca)

Accademia del Piacere

Rami Alqhai (viola da gamba) – Johanna Rose (viola da gamba tenor) – Javier Núñez (clave y órgano) – Carles Blanch (guitarra barroca) – Jacobo Díaz (oboe barroco y chirimías) – David García (sacabuches) – Luis Castillo (fagot) – Laura Asensio (contrabajo) – Agustín Diassera (percusiones).

Ballet Flamenco de Andalucía

Patricia Guerrero (dirección y bailaora solista) – Amparo Lagares (cantaora) – Eduardo Leal (maestro repetidor).

Cuerpo de baile:

Adriana Gómez, Álvaro Aguilera, Ángel Fariña, Araceli Muñoz, Arturo Fajardo, Blanca Lorente, Claudia “La Debla”, David Vargas, Hugo Aguilar, Jasiel Nahin, Lucía “La Bronce”, María Carrasco, Sofía Suárez.

Fabián Romero, sonido.

Olga García, dirección técnica y luces.

Valentín Donaire, codirección técnica y técnico de luces.

Alejandra Gimeno, producción.

Rami Alqhai & Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, producción ejecutiva.

Muertos de amor

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74º Festival Internacional de Música y Danza de Granada (día 6). Danza.

Martes 24 de junio, 22:30 horas. Teatro del Generalife. Manuel Liñán & Compañía: Muerta de amor. Dirección y coreografía: Manuel Liñán. Artista Invitada: Mara Rey. Fotos propias y ©Fermín Rodríguez.

Sexta noche de Festival y volvía al Generalife para disfrutar de un espectáculo completo que podría haberlo llamado «obra de arte total» porque Manuel Liñán (1980) y su compañía lograron subir sobre las tablas del teatro tal aire libre -con una temperatura ideal- una fusión de baile y cante flamenco, danza clásica, bailarines cantaores (o a la inversa), puesta en escena impecable, vestuario negro bellísimo, proyectando sombras con unas luces por momentos cual caverna de Platón en rojo, con un decorado y utillería sencilla (no faltaron en momentos puntuales la silla ni las pelucas rubias movidas como hace Melody) pero efectista, que darían un juego increíble, más unos «pedazo de músicos» en directo que por momentos también formaron parte de la coreografía, todo bien amplificado hasta alcanzar unas cotas de calidad capaces de llegar tanto a los eclécticos, entre los que me encuentro, como a los flamencos más puristas y los turistas que no suelen fallar cuando escuchan la palabra, aunque esta vez no fuese el Sacromonte.

En la web del Festival se presentaba este espectáculo con las siguientes palabras:

Baile flamenco y copla
«La nueva creación del coreógrafo y bailarín granadino Manuel Liñán, Premio Nacional de Danza 2017, fusiona la tradición de la copla con elementos innovadores y nos presenta una visión fresca y actual del baile flamenco. Con una puesta en escena cuidada al detalle y un elenco de excepcionales bailarines, el espectáculo es un homenaje a la riqueza y la diversidad del flamenco. La música original de Francisco Vinuesa y la voz de Mara Rey aportan una dimensión emocional que nos conmueve profundamente. Muerta de amor es un canto a la vida y al amor en todas sus formas. Una seductora y apasionante propuesta que reivindica la pasión a través del flamenco y la copla».

Se habla de fusión aunque prefiero referirla como transversalidad por todo lo que reúne este «Muerta de amor»: provocación, deseo, intimidad del cuerpo, energía, desgarro… con la copla como hilo conductor, porque las de nuestros abuelos eran microrrelatos que el baile de los siete magníficos iban recreando, sin género y con todos ellos: masculinidad, homosexualidad, bisexualidad, transexualidad, el colectivo LGTBQ+ totalmente actual pero con una elegancia digna de una casa de Bernarda Alba por el poso lorquiano del coreógrafo y bailarín granadino, dando protagonismo al conjunto, músicos incluidos, pero también a cada uno de sus componentes bien en solitario, por parejas, trío… incluso con distintas alturas de una plasticidad bellísima, arrancando el espectáculo cantando «a capella» -muy bien por cierto- desde la negritud que se tornaría stendhaliana.

Respiraciones, jadeos rítmicos, cotidiáfonos como el cable serpenteante o los pies de micrófono utilizados cual bastones de baile y cante de los siete bailarines, numerología pitagórica cargada de simbolismo, e impar: siete pecados capitales, siete notas musicales, siete escenas, variaciones y combinaciones de los siete elementos sumándose a la escena un octavo, Mara Rey (Madrid, 1979), internacional y verdadero vendaval sobre las tablas. Artista completa, actriz, bailaora y cantaora, de voz desgarradora y potente, expresiva en alma y cuerpo capaz de hacer converger en ella desde La Lupe a María Jiménez con el pellizco de Rocío Jurado y el tronío de Juana Reina. Un rojo clavel pero sobre todo un Me muero, me muero que mueve y conmueve, bailado y cantado.

Y no puede haber baile sin músicos porque los «siete magníficos» son ritmo puro en pies y cuerpo, palmas, golpes en el pecho, pitos y gemidos. Mas el peso de todo el espectáculo se sustenta en cuatro gigantes situados casi en penumbra en el lateral derecho, que no solo tuvieron intervenciones solistas increíbles sino que se sumaron a la escena diseñada por Rafael Liñán, Ernesto Artillo (suyo también el diseño del vestuario) y Gloria Montesinos. Vamos con el póker de ases:

Primero el malagueño Francisco Vinuesa (1985) a la guitarra y autor de la música original, aunando todos los estilos desde un flamenco con poso hasta un minimalismo que pasaba de lo diegético a lo incidental sin perder nunca originalidad, con escenas que parecían campanas o gotas de lluvia, rasgeos que conmovían y el toque  complemento inseparable del cante. Y aquí estaba un Juan de la María inmenso, la voz imposible, el desagrro y la «jondura» que le viene de ese mestizaje entre su familia gitana de Jerez más las raíces en Utrera y Lebrija. Y aunque los tacones flamencos son como el tap dance de hoy en día (incluso uno de los bailarines, el que podríamos llamar clásico se marcó al final un Irish Jig), la guitarra de Vinuesa es flamenca como ella sola, la percusión de Javier Teruel (y asesor musical de este espectáculo) fue un portento, con un cajón increíble que encajaba y marcaba cada palo, sustento del baile y refuerzo tímbrico poderoso, compañero habitual de Vinuesa haciendo magia a pares para empoderar el latido común del corazón rítmico. La cuarta pata sería Víctor Guadiana al violín y violín sintetizado, flamenco y árabe de giros casi guturales en el natural o sonidos de flauta (cual Jorge Pardo) en el eléctrico capaz de piar o ambientar los sonidos sintetizados, y por supuesto marcarse una jota sola que quitaría el aliento a los bailaores.

El fin de fiesta convirtió el escenario en un tablao muy del gusto de los turistas (especialmente japoneses y yanquis) que asocian este espectáculo a nuestro país, y que personalmente me resultó algo excesivo en duración rompiendo una línea argumental de rojo y negro para convertirse en un rosa hasta para la última vestimenta del ideólogo y líder Manuel Liñán «jugando en casa» y aclamado por un público que vibró con su artista junto a todo un equipo de altura en una producción maravillosa.

Quiero dejar íntegro el texto del programa de mano escrito por Rosalía Gómez Muñoz trufado con algunas fotos de ©Ferminius porque describe a la perfección las dos horas vividas este día de san Juan en la siempre increíble Granada.

Un canto al amor y a la libertad

«Cuando aún resuenan en este mismo escenario los ecos del triunfo obtenido en 2020 por su anterior trabajo, Viva, dentro del programa «Lorca y Granada», Manuel Liñán regresa al Generalife, esta vez de la mano del Festival de Música y Danza.

Desde su estreno el pasado año en los madrileños Teatros del Canal, Muerta de amor no ha dejado de levantar pasiones y de cosechar aplausos y premios. Un éxito que no obedece a ninguna moda, ni siquiera a su osadía –que la hay, y mucha–, sino al talento indudable de su creador y a un incesante trabajo, cocinado a fuego lento, de desarrollo personal y artístico.

El baile flamenco ha sido siempre la pasión y la esencia de Manuel Liñán. Lo ha demostrado en piezas tan maravillosamente desnudas como Baile de autor, acompañado tan solo de un cantaor y un guitarrista. Pero el arte le ha servido también para saldar cuentas personales, como la relación con su padre, Pie de Hierro –que lo hubiera querido torero como él– y, sobre todo, para liberarse de muchas convenciones, para dejar de ser como el lorquiano «muchacho que se viste de novia en la oscuridad del ropero…» y, entre otras cosas, subir al escenario con bata de cola, dignamente, abriendo espacios de libertad para sí mismo y para todos los que vienen detrás.

Su acierto, sin embargo, no se encuentra solo en las temáticas que aborda, sino en su talento para convertirlas en arte, universalizándolas en lugar de dejarlas, como suele suceder, en simples anécdotas.

Ahora, maduro y liberado de mucho lastre, el granadino ha decidido hablar de amor. De todos sus amores, que son los amores de todos y de todas: amores apasionados, tóxicos, platónicos, fraternales, frustrados… porque para él el amor, real o inventado, es el motor de la vida y del baile.

Y como la generosidad es otro de sus atributos, en lugar de realizar un espectáculo unipersonal como aconsejan estos tiempos difíciles, Liñán se divierte –con el sudor de su frente– y divierte ofreciéndole al mundo una obra grande y jubilosa, con siete bailarines que representan, además, la gran variedad de estilos que posee la danza española.

El hilo conductor de este Muerta de amor es la copla ya que, desde muy joven, desde que la Nati se las cantaba en las Cuevas Los Tarantos, las coplas, con sus letras desgarradas y ambiguas, han sido la banda sonora de todas sus historias de amor. Letras como las de Un clavel o Me muero, me muero, interpretadas por los propios bailarines o por una Mara Rey poderosa como una bacante poseída por el dios Amor, llegan como flechas al corazón del espectador.

Los siete bailarines cantan y bailan en un verdadero musical, expresando sus propios discursos no solo a través de los palos del flamenco –como esas alegrías flamenquísimas que baila el más joven, Juan Tomás de la Molía, o la impresionante soleá del propio Liñán–, sino con otros bailes españoles, incluido el folklore. Todos ellos tienen su momento de gloria y, junto a los magníficos músicos, llenan el escenario de arte, de sorpresas, de humor y de una cierta locura que se contagia en numerosas ocasiones a un público que respira a su compás.

Porque nada es casual en Muerta de amor. Hace años que el Liñán bailaor, poseedor de numerosos premios, incluido el Nacional de Danza, viene desarrollado un talento especial para la coreografía y, sobre todo, para la dirección de escena. Una capacidad, muy rara en los flamencos, que consiste en hacer salir lo mejor de cada uno de sus magníficos intérpretes y en aunar luego todos los ingredientes que intervienen en la escena haciendo que la excelencia final del espectáculo sea muy superior a la suma de sus individualidades.

Un talento que consiste, además, en no querer hacerlo todo solo, sino rodeado de otros grandes profesionales dentro y fuera de la escena: la música excepcional de Francisco Vinuesa, las magníficas luces de Gloria Montesinos… o la complicidad de Ernesto Artillo, entre otras cosas diseñador de unos trajes negros que no saben de géneros.

Todos ellos hacen de Muerta de amor un auténtico canto al amor y a una libertad que lo permite todo, menos la indiferencia».

Manuel Liñán & Compañía

Muerta de amor

Dirección y coreografía: Manuel Liñán

Acompañamiento creativo: Ernesto Artillo

Colaboración coreografía: José Maldonado

Artista Invitada: Mara Rey

Baile: Manuel Liñán, José Maldonado, Juan Tomás de la Molía, Miguel Heredia, José Ángel Capel, David Acero, Ángel Reyes

Cante: Juan de la María
Guitarra: Francisco Vinuesa
Violín y violín sintetizador: Víctor Guadiana
Percusión: Javier Teruel

Música original: Francisco Vinuesa

Espacio sonoro, arreglos y Folclore: Víctor Guadiana

Asesoramiento musical: Javier Teruel

Diseño vestuario: Ernesto Artillo

Diseño escenografía: Rafael Liñán, Ernesto Artillo y Gloria Montesinos

Realización escenografía: Readest montajes – Diseño iluminación: Gloria Montesinos A.a.i. – Técnico iluminación: J. M. Pitkänen – Diseño de sonido: Ángel Olalla – Maquinaria y regiduría: Octavio Romero – Asistente de producción y Tour mánager: Inés García – Guía espiritual: Iván Baba

De Cádiz a Granada pasando por Sevilla

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Miércoles 3 de julio, 22:30 horas73º Festival de Granada, Palacio de los Córdova | Noches de flamenco / Universo Lorca: Esperanza Fernández, cante – Chano Domínguez, piano – Miguel Fernández, percusión. Poemas lorquianos del cante jondo. Canciones extraídas de las obras teatrales de Federico García Lorca interpretadas en clave flamenca. Fotos de ©Fermín Rodríguez.

El pasado mes de mayo la Fundación Juan March organizaba su «Ciclo de los Miércoles» con El universo musical de Federico García Lora, una coproducción con el festival granadino que llegaba ahora y del que ayer pude disfrutar la primera sesión, contando con las notas al programa de Elena Torres  Clemente (escritas y cedidas para la propia Fundación).

En el folleto madrileño con el bellísimo diseño del mierense Alfredo Casasola (que dejo aquí abajo) la presentación de dicho ciclo ya nos centra esta auténtica inspiración desde todos los géneros y estilos: «Tan intensa fue la pasión musical de Federico García Lorca que, en su adolescencia, sintió la tentación de darle cauce con una dedicación profesional. La música, en sus manifestaciones más diversas, se enraizó en su personalidad creativa, y el piano y la guitarra lo acompañarían siempre como intérprete aficionado. El flamenco inspiró su poesía, los cantos populares enriquecieron su teatro y la amistad con compositores influyó decisivamente en algunas de sus creaciones. Este ciclo despliega una mirada panorámica sobre el rico universo musical lorquiano, combinando composiciones vinculadas a su obra y a su figura con algunas de sus poesías más célebres».

Por su parte la Web del Festival titula este programa, dentro de los tres conciertos del ciclo «Universo Lorca» el de este primer y caluroso miércoles de julio como Lorca flamenco presentándonos a los artistas que darían vida en el «palacio más flamenco de Granada»: «La ciudad de La Niña de los Peines, Rosalía de Triana o Aurora Vargas, Sevilla, tiene en Esperanza Fernández (…) a una de sus máximas representantes del flamenco de hoy. Consciente del peso de su herencia familiar, cuidadosa en la firmeza con que ha ido confeccionando su carrera artística, dama y señora de una mágica elegancia en la escena, Esperanza Fernández es una cantaora larga en cantes, buenas formas y exquisitez en el gusto. Todos estos atributos la acompañan en el trabajo con que se presenta en el Palacio de los Córdova, junto al pianista gaditano Chano Domínguez, para evocar al Federico más jondo, a los pies de la Alhambra, y a través del tamiz de su hermosa voz». Cuando en 2011 escuché en Avilés a Chano copiaba de Carlos Cano  su estribillo «La Habana es Cádiz…», así que hoy ‘la Esperanza’ (¡de Triana! evidentemente) uniría La tacita de plata con la capital nazarí, «De Cádiz a Granada pasando por Sevilla».

Y sería el gaditano quien en solitario nos traía «Un músico en Nueva York» hasta la Granada lorquiana,  aires caribeños hasta la bahía de Cádiz, el Atlántico de ida y vuelta tan nuestro que el gaditano fusiona  como nadie: jazz y flamenco más allá de etiquetas, música mayúscula desde un Yamaha© perfecto para el sonido y estilo único del gran Chano Domínguez.

Con un arrullo llegaba la otra Esperanza trianera para enamorarnos con Tres morillas – Las morillas de Jaén porque el programa no sería en el orden escrito sino en el sentido, voz con «pellizco» acunada por un Chano que hace del piano guitarra «lucida» para una Billie Holiday sevillana. Y ebriendo El Café de Chinitas se invitaba a esta fiesta por peteneras la percusión de Miguel Fernández, empuje flamenco con aires arábigos pero también de la India del maestro en las percusiones Trilok Gurtu, con el «jefe de sala» Domínguez y la Fernández Vargas eterna, jaleo con gusto en la misma música que Lorca vivió en todos los sentidos.

Hay que ser flamenca y andaluza, mejor sevillana de Triana para manejar el abanico como Esperanza Fernández, aunque bien podríamos americanizarla como Hope Fernanson, con Las tres hojas que formaron cantaora, pianista y percusionista, simbolismo de la canción antigua a una realidad sin etiquetas, capaz de convertir la copla en un «standar» internacional, pues Chano Domínguez hace del piano más flamenco el caribeño que encaja con lo que quiera, y fueron tres hojas de verbena a los pies de La Alhambra, palaciegas y populares, siempre contando con una amplificación delicada donde valorar todo lo que sobre el escenario se cocía, voz presente, piano claro y percusión empujando, reverberación en su punto, ecualización perfecta con los graves potentes que no distorsionaron, más unas luces creando  un ambiente ya de por sí bello con un fondo de foto.

La Nana de Sevilla fue uno de los momentos para cerrar los ojos y disfrutar con Esperanza y Chano a dúo en la cercana calidez tanto vocal como del acompañamiento, el Lorca tan actual que con un ropaje internacional sigue poniendo la carne de gallina con dos artistas que hacen suyo este «arrorró» uniendo sentires para un mismo sueño.

Si hay una canción popular de las que recogió Lorca, una indiscutible es los Cuatro muleros, versioneada a lo largo de los años por intérpretes y estilos para hacer una «Antología Lorquiana», que además con Esperanza, Chano y Miguel alcanzó otro punto álgido de la cálida noche en los jardines del palacio de la cuesta del Chapiz, palmas, cajón y el piano «tumbao», popular del pueblo que la siente suya aunque cambiemos el ropaje, pues la melodía es un cuerpo desnudo al que vestimos más allá de modas o épocas para resultar bello cuando las proporciones sin cánones preconcebidos saltan a la vista, en este caso al oído y el corazón de un público tan heterogéneo como esta fusión concebida desde el buen gusto.

Una trianera con un gaditano redondearon un Viva Sevilla «sentío», sevillanas decimonónicas del siglo actual más allá del baile, más sevillana que ninguna y antillana por el acompañamiento para disfrutar juntos y separados, ritmo contenido pero flamencos a más no poder, Esperanza Fernández de agudos quebrados y graves rotundos, ornamentos en vena contestados por los dedos de un Chano siempre atento, contestando, arropando, latiendo y fluyendo como un Hudson en el Guadalquivir de pentagramas no escritos que desembocaba en Granada.

Siempre se le debe un descanso a la voz cantante, y de nuevo Chano Domínguez nos regalaba unas guajiras de Cuba a Cádiz, de Harlem al malecón del Campo del Sur, caravana o transatlántico pianístico que vuelve universal nuestra música popular plenamente exportable sin etiquetas.

Una canción infantil como La Tarara devolvía al trío con Esperanza Fernández cambiando del rojo al blanco, simbolismos aparte pero un disfrute cada uno de ellos, la voz única de la sevillana, el empuje del malagueño y el virtuosismo gaditano, un Lorca atemporal y actual con esta interpretación de la Andalucía eterna.

Si hay algo «jondo es el Zorongo, con el piano delicado abrazando la voz de luna en un abrazo nocturno  con la magia granadina:

La luna es un pozo chico,

las flores no valen nada,

lo que valen son tus brazos

cuando de noche me abrazan

El tiempo volaba porque cada canción se nos hacía corta y las palabras crecían, así que nada mejor que unir en una sola canción las inicialmente previstas, Anda jaleo El Vito rítmicas, flamencas, jazzísticas, sentidas, actuales por atemporales, tiroteos y cipreses en vez de pinos con aire de bulerías, o la «malagueña que fue a Sevilla a ver los toros y en el medio del camino la cautivaron los moros», munición en la percusión, la sevillana cautivándonos y el torero Chano con una cuadrilla para el recuerdo en otra noche granadina.

PROGRAMA

Poemas lorquianos del cante jondo

Canciones populares españolas recogidas y armonizadas por Federico García Lorca (1898-1936):

Anda jaleo

El Vito

Los cuatro muleros

Los mozos de Monleón

Nana de Sevilla

Los reyes de la baraja

La tarara

Las tres hojas

Zorongo

Sevillanas del siglo XVIII

El Café de Chinitas

Tres morillas – Las morillas de Jaén

¿Lírica flamenca o Flamenco lírico?

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Martes 18 de julio, 22:30 horas. 72 Festival de Granada, Palacio de los Córdova, “Universo vocal”, Recital lírico II: Mariola Cantarero (soprano), José Quevedo ‘Bolita’ (guitarra flamenca), Paquito González (percusión). Libre, Canción española para soprano, guitarra flamenca y percusión. Obras de Ángel Barrios, Turina, Falla y José Quevedo. Fotos propias y de Fermín Rodríguez.

Quienes me conocen me han bautizado como “omnívoro musical” y siempre abierto de miras y oído a todo intento de innovar repertorios y ganar públicos. Se habla de fusión, mestizaje, hibridaciones, inspiraciones o versiones, pues romper clichés y tomar ingredientes de siempre combinándolos de otra forma es igual de respetable. En mis años de docente explicaba al alumnado que la melodía era un cuerpo femenino al que se le vestía de diferentes formas (con armonías, ritmos, instrumentaciones y toda las técnicas ancestrales actualizadas); si el cuerpo es proporcionado y bello, cualquier ropaje o vestimenta le queda bien. Caso contrario será un arte conseguir que el ropaje disimule e incluso favorezca ese cuerpo.

Tomar obras “clásicas” de por sí bellas y (re)vestirlas para que sigan luciendo y no afeando, también es un arte. El mundo de la moda diferencia entre la “Alta costura” con modelos exclusivos y a medida de trajes únicos, frente al “prêt-à-porter”, confeccionado en serie según unas medidas o tallas predeterminadas que se acomodan a un gran número de personas, y que alcanza modelos de calidad aunque dependiendo quién los lleve parezcan exclusivos. Sobre esto desconozco la respuesta sobre si es clase, percha o vaya usted a saber pero salta a la vista (y al oído).

Toda esta introducción viene a colación porque el mundo de la música está lleno de modas, trajes a medida y comerciales partiendo de cuerpos desde todos los criterios estéticos que queramos. El flamenco, como el jazz, son músicas con alta carga de improvisación y poca escritura (aunque la preparación de las generaciones jóvenes en el primer caso, ha llevado al papel sus arreglos, creaciones o anotaciones como ya hiciesen los segundos). Se puede fusionar toda la música sin más etiquetas, y el proyecto que presentaba en su tierra la soprano Mariola Cantarero (Granada, 1978) resulta interesante porque cambia el punto de vista y la óptica: acercar la lírica y el belcanto al mundo natural de esta tierra, un patrimonio universal del que además nuestros Falla o Turina bebieron, y parecía necesario devolver lo “prestado” pues de bien nacidos es ser agradecidos, más en esta tierra y en esta noche con dos flamencos gaditanos: el guitarrista José Quevedo ‘Bolita’ (Jerez de la Frontera, 1974), para mi la auténtica “estrella” en el penúltimo firmamento granadino, y el toque de Paquito González (Sanlúcar de Barrameda, 1981), discreto pero con las pinceladas necesarias de una percusión que realza ese pellizco intrínseco a lo jondo.

El Palacio de Los Córdova registró una buena entrada y un público algo “apagado” para un proyecto interesante y bien amplificado con lo que supone de captar todo (respiraciones, desafines, excesos y dudas), percibiéndose inseguridades por parte de todos. Un espectáculo de flamenco lírico más que de lírica flamenca en la voz de “La Cantarero” intentando empaparse de tanguillos, tarantos, alegrías, seguiriyas, fandangos del Albaicín, guajiras y boleros en este marco idóneo por la propia geografía interior y exterior.

Abriría la soprano granadina con tres cantes de Ángel Barrios (1882-1964), La novia del aire (bolero andaluz), Hechizo y nostalgia, más Con puñales de cariño, impecable el toque de ‘Bolita’ llenándolo todo con esa guitarra forjada al lado de los grandes.

Importante el acercamiento del jerezano al músico sevillano Joaquín Turina (1882-1949) con tres revisiones de Poema en forma de canciones, op. 19 (1917) sobre textos del asturiano Ramón de Campoamor (1817-1901) que conocemos en su versión con piano y que desde el aire flamenco suenan nuevos, distintos, vestidos de granadina los Cantares, Los dos miedos y Las locas por amor. No es un arreglo del piano a la guitarra ni se cantan igual, mejor hablar de distintos vestidos, en este caso a medida del “modisto Bolita” aunque no encontró la talla correcta para Mariola Cantarero, que por otra parte y literalmente eligió un vestuario interesante de moda granadina como pude leer en la prensa: “en la primera parte un diseño exclusivo de Monae y joyas de San Eloy, la mítica joyería que hay en la Plaza del Carmen”. El sabor local quedó en la escena y cantar sentada como los flamencos no sumó “pellizco” aunque sea de valorar el intento del sabor granadino y andaluz. Creo que su color y timbre vocal no son adecuados para ella, pero había que probar este vestuario y comprobar la respuesta de una clientela que como quien suscribe, no pareció muy conforme.

Mientras la soprano se preparaba para la segunda parte con un vestido verde muy ampuloso de una diseñadora sevillana, José Quevedo ‘Bolita’ y el toque mínimo de Paquito González nos dejaría el Falla que Paco de Lucía llevaría a su terreno tras tiempo de estudio de las partituras, escuela con alumnos aventajados como el jerezano que nos dejó su versión y visión de la Danza del fuego fatuo y la Danza del molinero, el ropaje acorde con el resto del espectáculo y la Granada nocturna con el Albaicín y la Alhambra escuchando. Sonido bien amplificado y virtuosismo propio donde el duende también tuvo algo swing. El genio de Algeciras tuvo mucho que ver, transmitir y legar para todas las generaciones posteriores.

Y en la segunda parte las Siete canciones populares españolas (1914) de Manuel de Falla (1876-1946), un gaditano enamorado de Granada moldeando cuerpos perfectos que ‘Bolita’ intentó diseñar para la soprano con desiguales resultados, tanto por las armonías (las costuras no parecieron bien cosidas en alguna) como por la “caída” de los siete ropajes. Mi Asturiana no tuvo la claridad textual ni canora de un cuerpo musical tan hermoso aunque la Nana al menos intentó acunarnos en esta noche de calor más atmosférico que humano, y lo más “flamenco” resultó un Polo que bisarían como tercera propina tras una Granaína (dedicada a Marina Heredia, presente y “catedrática” en el buen cantar), y el famoso Adiós Granada con los mismos diseños.
Insistir en el enorme trabajo de José Quevedo ‘Bolita’ por confeccionar siete vestidos de pasarela andaluza inspirados en Don Manuel, pero la voz lírica tampoco hubiera “desfilado” vestida con los originales, como si en esta pasarela los tacones no asentasen o faltase el ritmo natural que se suplió con los buenos deseos de una mixtura sin botones ni cremalleras.

Lo más interesante fueron las dos composiciones de José Quevedo para Mariola Cantarero, diseños propios como los patrones, no visiones ni búsquedas estilísticas, verdadera creación de una guajira verdaderamente bella y en el mejor sitio para escucharla como Blanca flor de La Alhambra con una voz jugando menos en el registro agudo y acertando con la ambientación, o Si no es mi pena (Fantasía y bolero), un soneto de Francisco de Quevedo que no creo fuese sangre del guitarrista aunque encontrar los textos que musicar son otro arte.

PROGRAMA

Libre. Canción española para soprano, guitarra flamenca y percusión

Ángel Barrios (1882-1964)

La novia del aire (bolero andaluz)

Hechizo y nostalgia

Con puñales de cariño

Joaquín Turina (1882-1949)

De Poema en forma de canciones, op. 19 (1917):

Cantares

Los dos miedos

Las locas por amor

Manuel de Falla (1876-1946)

Siete canciones populares españolas (1914):

El paño moruno

Seguidilla murciana

Asturiana

Jota

Nana

Canción

Polo

José Quevedo (1974)

Blanca flor de La Alhambra (Guajira)

Si no es mi pena (Fantasía y bolero, soneto de Francisco de Quevedo)

El flamenco de satén

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Viernes 5 de febrero, 19:00 horas. Auditorio de Oviedo: Tempo Rubato, Mayte Martín (voz), OSPA, Joan Albert Amargós (director). Entrada butaca: 15 €.

No importa la espera cuando algo se desea, ni el tiempo que nos ha tocado vivir podrá quitarnos los encuentros con el recuerdo disfrutando de veladas como este «flamenco universal» que suponen el aire fresco para respirar.

Soy un seguidor acérrimo de Joan Albert Amargós (Barcelona, 1950) desde que le escuché los arreglos para Paco de Lucía y su hermano Pepe, también con Camarón, a los teclados innovadores de mis años jóvenes que denotaban el «alma flamenca«, haciendo jazz de Colors con Carles Benavent, nuevos discos como Agüita que corre siempre con el bajista español más libre e innovador de todos los tiempos (Zyryab imprescindibe), también grabando desde Sole Giménez al Noi del Poble Sec, pasando por Ana Belén cantando zarzuela-pop,  y especialmente sus impresionantes arreglos entre los que quiero destacar a mi paisano Victor Manuel en Vivir para cantarlo (grabado en vivo con la OSPA y el Coro de la FPA) o el inimitable Serrat sinfónico seguido por el de Miguel Hernández Hijo de la luz y de la sombra, sin olvidarme de su participación en la clausura de los Juegos de Barcelona 92 o el «descubrimiento» de Miguel Poveda en las Coplas del querer con Chicuelo. Y supongo que muchísimas joyas más aunque todas las anteriores puedo presumir de tenerlas. Amargós músico sin etiquetas, de gusto infinito acompañando y arreglando, capaz de vestir a medida cualquier voz y estilo, elevándolo a la alta costura, respetando siempre al cantante con la maestría y sencillez de solo unos pocos, querido y admirado por todos.

La propia Mayte Martín (Barcelona, 1965) dice que «el flamenco es mi origen, no mi yugo«, por lo que sin ataduras ni complejos, libre como lo escribe Agustín García Calvo, me enamoró con Omara Portuondo en Tiempo de amar, rompió ataduras con Tete Montoliú cantando Free boleros y es siempre un placer escuchar su voz única que hace suyo todo lo que canta, propio o ajeno.

Encontrarse con Amargós en Barcelona supongo que era previsible, componiendo sin prisas, guitarra en mano e intercambiando partituras que tomaron forma para una cuerda camerística, guitarra y percusión que darían «Tempo Rubato», su penúltima apuesta cuyo último premio hemos podido tener en Oviedo al elevarlo a sinfónico con la cuerda de satén y seda asturiana, hoy comandada por el «Quiroga» asturiano Aitor Hevia, concertino invitado de casa, vistiendo el maestro las once poesías hechas canciones por la cantaora, y dos complementos imprescindibles para esta pasarela flamenca: Alejandro Hurtado (guitarra) y Vicens Soler (percusión), con la amplificación adecuada (apenas algún acople al inicio) y la OSPA al servicio de Mayte Martín mimada por el maestro Joan Albert Amargós. Poesía de Rafael de León a Lorca, Nuria Canal a la propia Mayte, y un increíble tango de Gardel y Le Pera (Sus ojos se cerraron) sin ruptura en esta primera parte de microrrelatos que la voz de la barcelonesa paseó con pellizco y duende catalán, el de un flamenco llamado de fusión más como disculpa que real, tan mediterráneo como el andaluz o tan arraigado como el extremeño, pues la música no tiene etiquetas salvo la elegancia del ropaje tejido a medida por su paisano.

Y es que los arreglos de Amargós nos permitieron gozar de la sonoridad aterciopelada de toda la cuerda sonando como un gran cuarteto, con intervenciones solistas de los primeros atriles, Aitor Hevia, Héctor Corpus, María Moros y Maximilian Von Pfeil, con unos contrabajos potentes y la guitarra de Hurtado plenamente integrada en una tímbrica global elegante, sobria, con las pinceladas de Solé, canciones con el único hilo conductor de vestir la poesía cantada y hacerla flotar con el color adecuado a cada momento. Hasta la propina de SOS más que grito de socorro fue un sentimiento de paz.

De las decenas de versiones que guardo además de las escuchadas, El amor brujo de Falla siempre me ha llevado a preferir las voces flamencas, naturales, sin academicismos y en la tesitura justa, el color del pueblo (me quedo con «La Jurado» y López Cobos para la película de Saura aunque también la de otra grande que cantó con la OSPA como Carmen Linares), y en esta línea disfruté con Mayte Martín, más que Fuego fatuo, la OSPA dúctil e integrada en la dinámica de la primera parte, solos de altura en todas las secciones inspiradas, fluidas, bien balanceadas por un Amargós inteligente, preciso, colorista, vital y sin etiquetas capaz de aportar con la cantaora un Falla catalán de tablao sinfónico en la capital asturiana, inspiración creativa, compositiva e interpretativa para este rubato que me sigue haciendo omnívoro. Las mascarillas se olvidan, las penas se aparcan, lo «jondo» trasciende, el arte cura y la cultura es segura. El Carnaval también será distinto.

Un acierto de desconcierto

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Miércoles 30 de mayo, 20:00 horas. Teatro Jovellanos, Concierto 103, clausura temporada 17-18 de la Sociedad Filarmónica de GijónDesconcierto para piano y voz: Rocío Márquez (cantaora), Rosa Torres Pardo (piano), Luis García Montero (recitador). Obras de Granados, Falla, Turina, Albéniz, García Lorca y García Montero.

Triángulos mágicos de cante, poesía y música, Huelva, Granada y Madrid, la perfección de la forma, geometría pura y Arte con mayúsculas. Con cierto desconcierto para un público que llenaba el teatro del Paseo de Begoña en una tarde desapacible abierta no solo a los socios de la centenaria sociedad, donde el concierto rodaría como la rueda poética. Desconcierto de un programa donde los tres bloques sin descanso estaban enlazados, los García (Lorca y Montero) sumaban Torres mientras Rocío rimaba con quejío. Aplausos contenidos cual respiraciones entrecortadas, ímpetu escénico con susurros del alma rotos por otros fuegos escritos que no queman, iluminan.
Rosa Torres Pardo (Madrid, 1960), el talento del piano desde el centro de la piel de toro, la musicalidad plena, el sentimiento hispano femenino y universal capaz de enlazar Granados y Falla, hilarlo con Albéniz en un sinfín armónico, seguir con la orgía de Turina y ambientar los poemas granadinos bien elegidos, elegías y saetas de siempre, hacer del piano poesía para conjugar en plural el texto ajeno invitado al rincón íntimo y sumarle pitos y palmas sordas con un flamenco de sangre y oro.

Rocío Márquez Limón (Huelva, 1985) es pasión y océano, pulsión e ímpetu con una voz inimitable, personal, única, escena y sentimiento, afinación clásica para el cante jondo en el que los músicos españoles de este concierto bebieron, poniendo el flamenco como un lied único que enamora, con un piano cercano cual guitarra pero poderosamente armado por nuestros grandes, inspiración de un pueblo al fin culto, ganado por la sabiduría de la música que llamamos pellizco, duende, magia, neblina u orpín.

Luis García Montero (Granada, 1958) artesano de palabras, poeta andaluz de ahora, prestidigitador lírico capaz de armar este triángulo con momentos solitarios tumultuosamente compartidos en primera persona. «Antes del concierto está el desconcierto, la necesidad de ponerse de acuerdo, de buscar un sentido, de que tu cinco y mi cuatro midan lo mismo«, nuestro tres en Gijón acertado y multiplicado por esperanza.

Puntualidad británica en el inicio, pianista intentando asentar rezagados con un arpegio, el poeta arrancando «Sabe el mundo vivir en unas manos» junto a esa grandiosa poesía vestida de Granados, cantada goyesca andaluza enlazando partituras y cante, fandangos de concierto y acento onubense, barrio de «Lavapiés» madrileño acogiendo andaluces en altas Torres, majos sin mantilla, guitarras de teclas y palabras desde el vientre que da vida.
Lorca y Poesía para ensamblar «Lorquiana» donde Albéniz en el piano de Rosa Torres Pardo es para regodearse, el Tango gaditano de poniente con la Almería del levante, García Montero poniendo la imagen del verso que habitó entre nosotros, Iberia y «Las palmeras navegan y nadan en el viento«, el estrecho de puertas abiertas como la onubense, canciones del norte y el sur en feliz convivencia, una sefardí anónima unidas a las «Canciones populares antiguas» del Lorca pianista con La Argentinita además de poeta, enamorado de Iberia, sentidas por estos artistas. Increíble el pupurri enlazando El Vito, Zorongo, Jota (de Falla), La tarara y Las tres hojas que en Asturias sentimos llegar por la Ruta de la Plata embaladas con un piano volador sobre el que cabalga la voz plateada en la «Huerta de San Vicente» de García Montero encontrando la ciudad buscada igual que la palabra.

Momentos mágicos de Albéniz y FallaEl Corpus Christi en Sevilla de saeta, pitos y palmas sordas con el arrebato pianístico, después la calma de arrullo, la Nana, placentera y murmurada como mecida por el mismo viento de Montero.
El amor brujo del Falla que embruja, dolores de Rocío con fuegos rituales y fatuos bien atizados por Pardo, Fandango Montero y Cantares de Turina con los barrios de Huelva entre dos patrias de una misma piel bravía. Si hace años «La Jurado» encendió a Saura y guardo el CD como una joya sinfónica entendiendo al gaditano como nadie, en este siglo XXI una Rocío onubense, «La Márquez» con Rosa son el Falla racial universal desde un canto que no rompe, desgarra con el piano candente, elementos de la naturaleza vividos en una concepción que saliendo del Moguer de Juan Ramón Jiménez vuelve a unir mundos en este mestizaje que mejora la raza musical y la propia vida. «El dogmatismo de las ideas» explicando Luis la prisa con pies de plomo, aplomo sin prisas de Falla para las damas.

Un trabajo conjunto donde Rosa Torres Pardo atesora el vagaje suficiente y la musicalidad en cada poro que le permite solear, solapar temas que fluyen como uno solo, modular con total naturalidad sin perder unidad (de ahí cierta sorpresa en unos aplausos que tras la Danza del fuego parecieron romper la complicidad, las entradas y salidas de la cantaora), adornar la poesía en primera persona con el acento granadino de García Montero y el timbre grave de dicción rotunda, para felizmente acompañar un cante íntimo, sentido por Rocío, casi imposible otro nombre de mujer en Huelva, fresco de la mañana y también Su Señora de Almonte, Márquez de apellido poético sin García, que lo pusieron Lorca y Montero, con un decir de clásica como un palo flamenco sin necesidad de desgarro, solo el vertido por las letras goyescas, populares y universales. Un verdadero espectáculo que lleva mucho recorrido y el ensamblaje resultó perfecto.

Concierto tras el desconcierto, «tu cinco y mi cuatro» reducidos a nuestro tres con par femenino para Volver, melodía de tango, imagen manchega de Almodóvar pero Puro Arte fusionando Rosa y Rocío, Torres con Márquez, mano a mano taurino incluso jugando con propios y artistas sobre la escena, Rocío Torres Montero clausurando con este cartel una temporada filarmónica gijonesa que ha apostado fuerte desde la renovada directiva buscando ampliar públicos, sumándose el Teatro Jovellanos que con este espectáculo «triangular» hace feliz a tantos omnívoros musicales como el que suscribe.

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