Viernes 12 de enero de 2024, 20:00 horas. Auditorio “Príncipe Felipe” (Oviedo), Conciertos del Auditorio (25 años): «Gala Lírica». Ermonela Jaho (soprano), Oviedo Filarmonía, Lucas Macías Navarro (director). Entradas: 29€ y 25€.
Espléndida Jaho
13/01/2024
Asturias, ópera, clásica, conciertos, lírica, música, prensa, recital Auditorio de Oviedo, ópera, Catalani, Cilea, conciertos, Ermonela Jaho, lírica, Lucas Macías Navarro, Mahler, María Cueva, Mascagni, música, Oviedo Filarmonía, Puccini, recital, Verdi 2 comentarios
Cuando triunfa la escena
30/01/2022
Asturias, ópera, música Alejandro Roy, ópera, Carlos Daza, Cilea, Coro de la Ópera de Oviedo, Cristina Toledo, Daniele Callegari, Ermonela Jaho, Felipe Bou, Josep Fadó, Luis Cansino, Marifé Nogales, música, Nancy Fabiola Herrera, Oviedo Filarmonía, Pablo Moras, Rosetta Cucchi 3 comentarios
La 74ª temporada ovetense, con fechas recolocadas por el pandémico COVID, cierra con una ópera rescatada tras muchos sin disfrutarla en el Campoamor como es Adriana Lecouvreur, la más popular de Francesco Cilea estrenada nada menos que por Caruso y recordando al Aragall de 1982, esta vez con Alejandro Roy estrenando su rol de Maurizio, primer asturiano en debutar en el MET, más el “reclamo” de la aclamada Ermonela Jaho como protagonista, tras su anterior Butterfly de la temporada pasada, y un elenco español con muchos conocidos de la afición asturiana como Nancy Fabiola Herrera o Luis Cansino, un cuarteto vocal de altura que fue creciendo a lo largo de los cuatro actos.
Teatro Campoamor de Oviedo, jueves 27 de enero de 2022, 19:30 horas. Adriana Lecouvreur. Maurizio, Alejandro Roy. Príncipe de Bouillon, Felipe Bou. Abate di Chazeuil, Josep Fadó. Michonnet, Luis Cansino. Quinault, Carlos Daza. Poisson, Albert Casals. Adriana Lecouvreur, Ermonela Jaho. Princesa de Bouillon, Nancy Fabiola Herrera. Mademoiselle Jouvenot, Cristina Toledo. Mademoiselle Dangeville, Marifé Nogales. Dirección musical, Daniele Callegari. Orquesta Oviedo Filarmonía. Coro Titular de la Ópera de Oviedo (Coro Intermezzo). Dirección del coro, Pablo Moras. Dirección de escena Rosetta Cucchi. Diseño de escenografía, Tiziano Santi. Diseño de vestuario, Claudia Pernigotti. Diseño de iluminación, Daniele Naldi. Coreografía, Luisa Baldinetti. Diseñador de vídeo, Roberto Recchia. Acróbata, Davide Riminucci. Coproducción de la Ópera de Oviedo, Teatro Comunale di Bologna y Sidney Opera House.
Bacanal lírica
29/04/2019
Asturias, ópera, conciertos, lírica, música, recital Alain Guingal, ópera, Benjamin Bernheim, Berlioz, Charpentier, Cilea, conciertos, Donizetti, Ermonela Jaho, Gounod, lírica, Massenet, música, Oviedo Filarmonía, Puccini, recital, Saint-Saëns, Verdi 3 comentarios
Sábado 27 de abril, 20:00 horas. Conciertos del Auditorio, Oviedo. Ermonela Jaho (soprano), Benjamin Bernheim (tenor), Oviedo Filarmonía (OFil), Alain Guingal (director). Música de ópera francesa e italiana.
Saint-Saëns y la Bacanal de Sansón y Dalila fue premonitoria de una gala lírica que llenó el auditorio con abonados, habituales del Campoamor y seguidores venidos de toda España buscando la excelencia de dos figuras mundiales de actualidad: la soprano albanesa Ermonela Jaho y el tenor francés Benjamin Bernheim, arias y dúos conocidos de la ópera francesa e italiana donde ésta triunfó sobre la primera con una Oviedo Filarmonía pletórica bajo la batuta del director Alain Guingal.
Mucha expectación por escuchar a “La Jaho” que me defraudó aunque reconozca la entrega en cada papel, su presencia, la técnica e incluso el color vocal, así como la implicación en las obras elegidas, escenificando las heroínas operísticas que todos esperábamos. Pero cuando se abusa de recursos como el vibrato desmedido, los filatos y los portamentos hacia el agudo en todos los roles, dificilísimos por otra parte, rozando una afinación no del todo limpia, perdemos intensidad dramática y credibilidad, con ese amaneramiento que termina por pasar factura global en cuanto a calidad. No pareció estar cómoda ni en la Louise de Charpentier ni en la poco interpretada aria de Thais (Massenet) donde la bellísima y popular Meditación del concertino Mijlin eclipsó a la soprano en lirismo. La Manon francesa al menos dejó detalles a los que ayudó Bernheim (al que quiero dedicarle más espacio). Y la Adriana Lecouveur de Cilea volvió a dejarme con la miel en los labios, siendo más creíble su Mimí de La Bohème que cerraría el recital. Una voz la de Ermonela Jaho de colores desiguales que gana enteros en el medio y agudo, sobre todo en los fortísimos pero perdida en cuanto reitera los giros que dejan de sorprendernos a medida que avanzaba la gala. Al público le enamoran y aplaudió a rabiar, aunque reconocerle solo la técnica es poco para una estrella que triunfa en todo el mundo con su presencia escénica.
Asombroso Benjamin Bernheim desde la primera nota de su Fausto (Gounod), potencia, gusto en su línea de canto, robustez en la emisión y amplia gama dinámica que ayudaron a convertirlo en mi triunfador de la noche. Su Werther (Massenet) del “Pourquoi me réveiller” está a la altura de los mejores tenores actuales, el francés no lo nasaliza, es su lengua materna, el sonido es redondo, claro, y con Puccini Rodolfo brilló más que Mimí, si bien el empaste de ambas voces resultó ideal, debiendo “plegarse” a la soprano en los finales donde Bernheim siempre estuvo sobrado. Me puso la piel de gallina con “Che gelida manina” y los dúos con Jaho los ganó no ya por presencia o heroísmo sino por musicalidad.
La entrega de los dos cantantes fue completa, semiescenificando las entradas, puerta lateral incluida, usando la barandilla y la escalera; Guingal no bajó volúmenes en ningún momento por esa tentación sonora siempre inevitable ante la respuesta efectiva de la OFil que se lució desde la Bacanal y aún más con la obertura verdiana de La fuerza del destino, como si quisiera presagiar que el sino de la noche sería del tenor más que de la soprano. Puccini rey de la gala desde el Intermezzo de la otra Manon, Lescaut, hasta el final del primer acto de La Bohème que cerraría programa. El público quiere escuchar lo que conoce y Oviedo sabe mucho de la ópera italiana que ama sobre todas las demás.
Las propinas mantuvieron la línea de todos: orquesta madura y segura, Guingal pisando el acelerador dinámico aprovechando la potencia de las partituras, una impecable “furtiva lagrima” del elisir donizzetiano con un Nemorino Berheim rozando la emoción máxima; “O mio babbino caro” algo descafeinado para Lauretta Jaho, acelerado y poco convincente canto a “papaíto” como creo sintió la propia albanesa, que a continuación siguió con Puccini para transformarse en la Tosca de “Vissi d’arte”, más apropiado a su voz dramática quitando algo del mal sabor de boca, para brindar finalmente como Violetta con Alfredo Berheim en La Traviata verdiana que tantos éxitos le ha dado, alzando la copa por el tenor francés que triunfó en Oviedo.
Concierto para aficionados a la ópera y seguidores de figuras con renombre, congratulándome de la gran orquesta que es ya la OFil, sobremanera en el “repertorio de foso” que se ilumina sobre el escenario.
























