
Martes 10 de octubre de 2023, 19:30 horas. 76ª Temporada Ópera de Oviedo, Teatro Campoamor: segunda función de «Il tabarro» (1910) / «Gianni Schicchi» (1910), música de Giacomo Puccini. Entrada butaca: 139€. Fotos Miki López / Iván Martínez para Ópera de Oviedo, y propias.

Segunda función de la septuagésimo sexta temporada ovetense con el
programa doble perteneciente a
“Il trittico” de
Giacomo Puccini (1858-1924), y esperando mejoría respecto a la «premiere» del
pasado sábado (de la que escribí para
ÓperaWorld©), volvía al
Teatro Campoamor para seguir disfrutando del genio del
compositor de Lucca, aunque siga echando de menos tener a “
Suor Angelica” para redondear verdaderamente esta trilogía, y como siempre comprobando que el directo es irrepetible, único, con la esperanza de comprobar si había mejoría tras mis desiguales impresiones.

Evidentemente con el montaje ya rodado y supongo que por la confianza que se va ganando con las representaciones, este martes con menor temperatura exterior, un público que ni patea ni aplaude la alocución en asturiano antes del comienzo, bastante gente joven que seguramente no ha escuchado ninguna de las dos obras, todo fue a más respecto al sábado aunque siga habiendo carencias que espero puedan superarse, pero la impresión que diría en mis tiempos docentes es la de «mejora adecuadamente».
En esta segunda pude contemplar detalles que se me escaparon, y así el
infierno del Sena parisino no solo me convenció con el agua delante y un juego de luces que tiene su importancia en la dramaturgia, también corroboró al excelente Michele del barítono
José Antonio López que no solo mantuvo su excelente nivel del sábado sino que incluso escénicamente juega con ese papel de marido engañado, celoso y desconfiado. Voz poderosa e igual de claro con una orquesta algo más contenida que en la primera función, volviendo a bordar su atormentado personaje.

La Giorgetta de
Beatriz Díaz sigue siendo un seguro de calidad y entrega, pues siempre digo que tiene la voz ideal para
Puccini, y con este rol que
completa un año con el genio de
de Lucca, pienso que sigue siendo la única en poder cantar hoy en día la “trilogía pucciniana”. Su registro grave ha ganado volumen, y sus agudos llenos de tantos matices son más que suficientes, por lo que defendió su papel con solvencia y entrega, sin olvidarme del empaste ideal con el resto de voces, sobre todo con el Michele del barítono murciano.
Ana Ibarra como La Frugola volvió a convencer con una línea de canto sin aristas, una emisión clara y el volumen perfecto tanto en solitario como en los dúos y concertantes, con la pareja ideal del asturiano
Miguel Ángel Zapater como Talpa, buena réplica a la pareja anterior.
A diferencia del sábado, el tenor de Bakú,
Azer Zada al menos ganó algo en volumen y se mostró un poco más seguro, aunque sus agudos siguen siendo cortos y poco precisos, con la sensación calante más un color que no resulta bien para un de Luigi cercano al verismo. Escénicamente sigue siendo tosco pero supongo que bien orientado en la elección de roles y puliendo técnicamente sus carencias, al menos saldrá indemne de las críticas que en Oviedo no han sido lo que se dice buenas. Qué diferencia con
Josep Fadó en el papel del borracho Tinca, volumen suficiente, emisión clara y entrega plena a un personaje que redondea los roles principales.
De nuevo cumplieron en este
infierno el vendedor de canciones y enamorado (
Facundo Muñoz) al que esta vez se le escuchó claro y preciso fuera de escena, así como la Enamorada
Laura Brasó.
El
Coro “Intermezzo” igualmente fuera, sonó suficiente, afinado y empastado, extrañándome no saludasen al final.
La homogeneidad de todo el reparto vocal, hecha la salvedad del azerbaiyano, ganó en esta segunda función, también con la ayuda de un foso más contenido en dinámicas por el maestro
José Miguel Pérez-Sierra que sacó lo mejor de la
Orquesta Oviedo Filarmonía, con buenas intervenciones de los primeros atriles para volver a disfrutar de la bellísima orquestación de
Puccini corrigiendo los excesos sonoros en este
tabardo de la primera parte.

Gianni Schicchi es el contraste necesario, paraíso y comedia tras el drama inicial y con la ambientación en las cloacas florentinas, de nuevo con el agua al frente, de ahí los personajes de Schicchi, Giorgetta, el doctor
Spinelloccio, el notario
Amantio di Nicolao y hasta los testigos con botas de agua que gracias a mi tocayo vasco se llaman katiuskas. Un retablo de las debilidades humanas personificando las ansías de poder y la hipocresía, con un movimiento sobre las tablas por momentos excesivo pero que causó más que sonrisas entre el público. Escenas por momentos histriónicas como el juego de Schicchi moviendo al difunto, la orquesta de jazz más un trío femenino cual «hermanas Fleta» usando un micrófono radiofónico de los años 40, en esta ópera muy coral del
Puccini que compone estos retratos adorables de todos sus personajes.

Gianni Schicchi sacó a relucir la faceta cómica del protagonista,
José Antonio López con peluquín y bigote postizos, sin aumento de nariz, dominando toda la escena desde su primera aparición con su hija, riqueza vocal incluso en los «falsetes» imitando al difunto Donati, siendo nuevamente el triunfador de esta dupla pucciniana.
Beatriz Díaz como la Lauretta enamorada de Rinuccio, pese al menor protagonismo, la conocida aria
O mio babbino caro volvió a ser la única aplaudida en los dos títulos. Impresionante su gama dinámica, de proyección impecable y plenamente pucciniana además de una inconmensurable actriz (no me gusta el abuso del adjetivo «
pizpireta» con el que se la suele describir, aunque ciertamente su papel en este
Puccini sea
«alegre, vivaz y algo coqueto»). Sus agudos sonaron no solo claros ante el inmenso sinfonismo del foso sino también «solidarios» con sus compañeros desde una emisión cristalina y poderosa que gana enteros en cada función.

De los cantantes que repetían los dos títulos,
Ana Ibarra en un momento vocal perfecto como Zita, con un color que luce dentro de este «coral florentino», y otro tanto el Simone de
Miguel Ángel Zapater pasando del rol oscuro inicial al «gioccoso» del paraíso final, redondo vocal y escénicamente, escanciando un culete en escena (un guiño de
Paul-Émile Fourny a nuestra tierra). Y muy bien
Josep Fadó junto a
Laura Brasó en los roles de Gherardo y Nella respectivamente, que completaron un reparto muy homogéneo y compacto, donde de nuevo
Azer Zada como Rinuccio bajó un poco el listón aunque vocalmente intentó desde sus escasos recursos brillar un poco más, pese a un color opaco y de agudos forzados y cortos.
La segunda función sirvió para quitarme el mal sabor de boca sabatino y poder reflejar mis sensaciones algo más positivas y más fáciles de describir. Final feliz donde triunfó de nuevo la picaresca porque no nos puede faltar el humor… ni la música de Puccini.
FICHA:
Martes 10 de octubre de 2023, 19:30 horas. 76ª Temporada Ópera de Oviedo, Teatro Campoamor:
«Il tabarro» (1910), música de Giacomo Puccini; libreto de Giuseppe Adami, basado en la obra “La houppelande” (1910) de Didier Gold. Ópera en un acto, estrenada en el Metropolitan Opera House de Nueva York, el 14 de diciembre de 1918. Producción de la Opéra-Théâtre Eurométropole de Metz.
«Gianni Schicchi» (1910), música de Giacomo Puccini; libreto de Giovacchino Forzano, basado en el Canto XXX, 1.32 del “Inferno” de Dante (c. 1307-21). Ópera en un acto, estrenada en el Metropolitan Opera House de Nueva York, el 14 de diciembre de 1918. Producción de la Opéra-Théâtre Eurométropole de Metz.
FICHA ARTÍSTICA:
”Il tabarro”
”Gianni Schicchi”
43.362835
-5.847920
C. Pelayo, 33003 Oviedo, Asturias, España
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