74º Festival Internacional de Música y Danza de Granada (día 25 a). Música de cámara.
Domingo 13 de julio, 12:30 horas: Solistas de la Orquesta Ciudad de Granada (OCG), Lluïsa Espigolé (piano), Annette Schönmüller (mezzo), Nacho de Paz (director). Obras de Stravinsky, F. Guerrero, Boulez, Ravel, García Román y Berio. «Juan-Alfonso García y la Nueva Música en Granada». Fotos , propias y ©Fermín Rodríguez.
Último día de Festival con un concierto matutino repleto de homenajes a los nacimientos del «medio vasco» Maurice Ravel (150 años) más Boulez y el italiano Luciano Berio en su centenario, sin olvidarse de la llamada Nueva Música en Granada y los «herederos» de Juan-Alfonso García con obras de Francisco Guerrero y un estreno de García Román, presente en un abarrotado crucero del Hospital Real granadino.
La web nos presentaba esta matiné con las siguientes palabras:
Aniversarios y homenajes
Uno de los más importantes directores españoles vinculados a la creación actual, Nacho de Paz, se pone al frente de un conjunto de solistas de la OCG, la pianista Lluïsa Espigolé y la mezzo alemana Annette Schönmüller, todos especialistas en contemporánea, para acercarse a músicas del último siglo y recorrer algunas de las celebraciones del Festival: los 150 años de Ravel, aquí con una delicia para arpa y conjunto de 1905; los 100 años de Luciano Berio, representado por una de sus creaciones más populares, las Folk Songs y los 100 años de Pierre Boulez, con sus fascinantes miniaturas para piano Douze notations, testimonio sonoro de su época. Además, un estreno de José García Román, Camino blanco y sin término, que no estará solo como miembro de la escuela granadina de composición ya que se ha programado también el Concierto de cámara de Guerrero. Todo se abre con el Stravinsky serial de las Tres canciones sobre Shakespeare.
Iré intecarlando las notas al programa de Stefano Russomano, que titula Un menú de homenajes y aniversarios con mis impresiones en otro orden al del novelista, ensayista y crítico musical.
El asturiano Nacho de Paz (Oviedo, 1974) se ponía al frente de unos excelente músicos para presentar un programa bien organizado donde ir alternando distintos ensambles con el piano impecable, docto, bien tratado y mejor interpretado de la catalana Lluïsa Espigolé que iría enhebrando y engarzando unas perlas como los Six encores de Berio y las Douze notations (1945) de Boulez.
El amor a las estructuras caracteriza la obra de Pierre Boulez (100 años del nacimiento): estructuras entendidas no como simple andamiaje, sino como revelación del pensamiento a través de los sonidos. Esta línea cartesiana y racional se combina en el veinteañero Boulez con el descubrimiento de la dodecafonía. Ahí surgen las tempranas Douze notations para piano, ciclo de miniaturas en las que la magia del número doce, con sus espejos y permutaciones, se mezcla con la frescura de un temperamento juvenil e intenso.
En una época en la que el furor vanguardista aupaba todo tiempo de excomuniones y exclusiones, Luciano Berio (100 años de su nacimiento) propició en muchas de sus piezas el encuentro crítico entre lenguajes (…) También los Six Encores constituyen, dentro de su brevedad, una reflexión y reinterpretación de gestos, figuras y sonoridades ligadas a la historia del piano.
En un estrado más amplio para cobijar todo el orgánico dispuesto para la ocasión, se abría esta matinal de domingo con Stravinsky y sus Three songs of William Shakespeare para mezzo, flauta, clarinete y viola, donde la cantante alemana Annette Schönmüller se presentó con una alergia al polen de esta tierra (también al asturiano) que no sólo mermó esta primera obra sino que finalmente y con un tremendo disgusto, hubo de cancelar la última obra que además era el eje de todo el programa. Una pena comprobar el estado anímico de la mezzo que con tanta ilusión había preparado sus dos intervenciones, estando dispuesta incluso a cantar en esas condiciones, pero tras el aviso de Paolo Pinamonti el público entendió y respetó una decisión que nunca se quiere tomar. Le deseo desde aquí la pronta recuperación de una espléndida cantante que desconsolada no pudo mostrar sus cualidades.
Abren el programa las Tres canciones de William Shakespeare de Stravinsky, pertenecientes a su etapa serial, donde un halo de sobriedad se impone con respecto al colorismo encendido y a la ferocidad rítmica de su período ruso, o a la ironía cortante y juguetona de su fase neoclásica. Apoyada en una tímbrica exquisita y cristalina (flauta, clarinete y viola) claramente influida por Anton Webern, la poesía de Shakespeare se envuelve en un halo intemporal al mismo tiempo que la música plasma con inmediata evidencia la imagen del sonido de las campanas (en Full fadom five) y la del canto del cuco (en When dasies pied).
La participación de los solistas de flauta, clarinete y viola (de la OCG) bien llevados por De Paz en este Stravinsky, nos mostraron una calidad de sonido y empaste que volveríamos a disfrutar en el resto del programa.
También discípulo de Juan-Alfonso García fue Francisco Guerrero, aquí representado por una obra en ciertos aspectos atípica dentro de su catálogo, el Concierto de cámara. Si el lenguaje guerreriano suele caracterizarse por una densa y compacta polifonía, la necesidad de amoldarse a una plantilla más heterogénea impulsa en este caso el desempeño solista de la flauta, que actúa en la primera parte como instrumento concertante y tiene a su cargo una extensa candencia. El resultado es una de las páginas más brillantes y luminosas del compositor.
Esta 74ª edición del festival nos ha sacado a la luz una generación de músicos granadinos en torno a Juan-Alfonso que pese a unos estilos heterogéneos, el paso de los años no debería seguir denominándoseles «vanguardias» porque su música debería ser la actual y programarse para ir educando al público en otras sonoridades. Este Concierto de cámara del jienense Guerrero con flauta, clarinete bajo y cuarteto de cuerda no solo debería programarse más a menudo, es que el juego tímbrico resulta cercano pese a los 28 años transcurridos desde su estreno. Virtuoso y casi protagonista Manuel Alejandro Recena y un empaste con el clarinete bajo de Israel Matesanz más el cuarteto de cuerda cómplice de sus compañeros, sacaron con la dirección de Nacho de Paz una interpretación seria, profunda y luminosa en una mañana dominical calurosa.
Comentaba anteriormente la alternancia entre las obras camerísticas con la pianista catalana, y llegaba el otro homenaje a Ravel:
Las efemérides de tres compositores (Ravel, Boulez, Berio), junto con el homenaje a la escuela granadina de composición, conforman en buena medida el variado mosaico sonoro de este programa. Los 150 años del nacimiento de Maurice Ravel justifican la presencia de su díptico Introduction et Allegro, una página de carácter demostrativo –surgió como encargo de la casa Erard para poner de relieve las posibilidades del arpa cromática– donde el autor cumple a rajatabla el objetivo sin renunciar a las cualidades intrínsecas de su música: finísima sensibilidad tímbrica, elegancia en el tratamiento armónico y claridad en el trazado formal.
Escuchar a Ravel es delicioso porque en toda su amplia producción el color y estilo ya son propios y sus instrumentaciones originales que el tiempo sigue teniendo de referente. En esta Introduction et allegro (1905) sería protagonista el arpa solista de Daniela Iolkicheva, el sonido mágico y angelical, etéreo y la mejor publicidad para la marca que la encargó, como bien explica Russomano, juegos tímbricos de armónicos, efectos de glissandi, arpegios (palabra derivada precisamente del propio instrumento) y un verdadero catálogo de musicalidad francesa con el ropaje de flauta, clarinete y el cuarteto de cuerda, con De Paz controlando los balances y dejando fluir esta pequeña joya del vasco-español.
El presente programa homenajea al compositor granadino José García Román con el estreno de Camino blanco y sin término, que tiene como punto de partida melodías y armonías encriptadas extraídas de la pieza para órgano In Memoriam de su maestro Juan-Alfonso García. Inspirado en versos de León Felipe, este tríptico encierra, en palabras del autor, la aspiración a una «blancura infinita»: un camino blanco y sin término «acompañado de la música de una fluida acequia. Y la brisa. Sí, la brisa».
El estreno de García Román fue lo mejor de la velada, obra, como me comentaba el propio compositor al final del concierto, autodedicada, con «su» León Felipe y que baja toda la verticalidad de Juan-Alfonso a una horizontalidad con su firma para un ensamble que serviría también para el finalmente cancelado Berio. Si los solistas de la OCG ya demostraron un excelente empaque sonoro, añadir a dos percusionistas con un amplísimo «set» convirtió este Camino blanco infinito en un derroche instrumental con flauta (y flautín) más clarinete (y clarinete bajo) , sincronía y ajuste de Nacho de Paz, defensor de esta partitura de la que estaré al tanto cuando salga a las ondas de Radio Clásica, que grabó para su posterior emisión, y supongo editarán los muchos espacios entre cada obra, por lo que suponía de recolocar a los intérpretes, aunque temo que las toses servirán de «fiel testigo» de un directo vivido y disfrutado en primera persona, rodeado de unas páginas musicales de nuestro tiempo que se deben promocionar, porque no solo de «los clásicos» viven los aficionados y el menú debe incorporar nuevos sabores, educar el paladar con estas experiencias muy necesarias en estos tiempos.
INTÉRPRETES:
Nacho de Paz (director) – Lluïsa Espigolé (piano) – Annette Schönmüller (mezzo) – Manuel Alejandro Recena (flauta) – Israel Matesanz (clarinete) – Daniela Iolkicheva (arpa) – Noelia Arco y Jaume Esteve (percusiones) – Peter Biely y Birgit Kolar (violines) – Hanna Nisonen (viola) – Arnaud Dupont (violonchelo)
PROGRAMA:
Igor Stravinsky (1882-1971)
Three songs of William Shakespeare (mezzosoprano, flauta, clarinete y viola, 1953)
Musick to heare
Full fadom five
When dasies pied
Luciano Berio (1925-2003)
De Six encores (piano):
I. Brin (1991)
II. Leaf (1990)
III. Wasserklavier (1965)
Francisco Guerrero Marín (1951-1997)
Concierto de cámara (flauta, clarinete bajo y cuarteto de cuerda, 1977)
Pierre Boulez (1925-2016)
De Douze notations (piano, 1945)
I. Fantasque – Modéré
II. Très vif
III. Assez lent
IV. Rythmique
V. Doux et improvisé
VI. Rapide
Maurice Ravel (1875-1937)
Introduction et allegro (arpa solista, flauta, clarinete y cuarteto de cuerda, 1905)
Luciano Berio:
De Six encores:
IV. Erdenklavier (1969)
V. Luftklavier (1985)
VI. Feuerklavier (1989)
José García Román (1945):
Camino blanco y sin término * (flauta, clarinete, dos percusionistas y cuarteto de cuerda, 2025)
I. Desnudo y vacío el corazón
II. Nieve altanera
III. El bordón solo
Pierre Boulez:
De Douze notations:
VII. Hiératique
VIII. Modéré jusqu’à très vif
IX. Lointain – Calme
X. Mécanique et très sec
XI. Scintillant
XII. Lent – Puissant et âpre
Luciano Berio (1925-2003):
Folk Songs (mezzosoprano, flauta, clarinete, dos percusionistas, arpa, viola y violonchelo, 1964)
* Estreno absoluto
En el 150 aniversario del nacimiento de Maurice Ravel y el centenario del nacimiento de Pierre Boulez y Luciano Berio














































































