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Schulz y Mieres

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Domingo 26 de enero, 12:00 horas. Auditorio Teodoro Cuesta, Mieres: Reivindicación y homenaje a Guillermo Schulz. Presentación de la 1ª Canción Minera Asturiana: «Reflexiones de un minero» (1844).

«El último domingo de enero, como hace 175 años» y en la antigua Escuela de Capataces de Mieres, se rendía un homenaje a su fundador Guillermo Schulz, un alemán afincado en nuestra tierra que tanto hizo por la Minería, la Geología y poniendo en el mapa mundial nuestra «Hermosa Villa de Mieres», con un acto de reivindicación de su figura pero también uniendo música y mina, organizado por el Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos de Minas y Energía del Principado de Asturias, cuyo decano-presidente José Augusto Suárez García haría de presentador y maestro de ceremonias.

Unos breves apuntes para presentarnos al ingeniero Guillermo Philip Daniel Schulz y Schweizer (6 de marzo de 1805, Dörnberg – 1 de agosto de 1877, Aranjuez) que en 1844 recorría Asturias  para documentarse siempre con abrigo por lo friolero que era, dando paso a la primera intervención musical de la mañana con nuestro emblemático Coro Minero de Turón dirigido por Rebeca Velasco, escuchando “Si yo fuera picador”, tonada asturiana cantada por Javier Toral Fernández, uno de sus componentes, primeras emociones matutinas antes del himno minero por antonomasia que es “Santa Bárbara bendita”.

La parte académica estaría a cargo de tres conferenciantes, todos miembros del RIDEA, comenzando por Carlos Luque Cabal, también gran conocedor del homenajeado Schulz, quien nos leería el discurso «Guillermo Schulz, gran artífice de la Geología de Asturias» preparado por su compañero en Hunosa y la Facultad de Geológicas Manuel Gutiérrez Claverol (quien por problemas de salud la noche anterior, se lo hizo llegar). Muchos apuntes de la biografía desde 1840 en que pide se cree la Escuela Capataces de Mieres que sería inaugurada en 1855, y teniendo como auténtica tarea pendiente entre ellos de corregir el apellido sin la «t» que solía figurar, pues lo correcto es Schulz y no Schulz, ya subsanada en Mieres o Gijón pero quedando pendiente Oviedo con sus calles y el cambio de ubicación del monumento desde la Plaza de Riego a la antigua Escuela de Ingenieros de Minas de la capital asturiana, que tras muchas polémicas al fin se trasladó al lugar «natural»  e histórico como es Mieres. También recordaría a nuestro ilustrado Jovellanos que en 1859 presentaba su informe sobre Minería y Náutica.

Tomaría el relevo en los discursos el profesor Luis Jesús Llaneza González con «Schulz y la Escuela de Capataces de Asturias», quien nos recordó los 175 años de un último domingo de enero que empezaban en Mieres los estudios para Capataz de Minas en el Palacio de Camposagrado -actual Instituto Bernaldo de Quirós–  que fundaría Schulz y donde ejerció la docencia el segundo conferenciante natural de Mieres y gran estudioso de nuestra historia local. Repetiría algunos datos de la biografía de Schulz y cómo en 1844 presentaba su proyecto de una «Escuela de práctica minera» como en Almadén, apostando no por Gijón sino por Mieres, y en el segundo semestre de 1853 se llevaba a efecto el centro escolar por la Real Orden de 1 de diciembre de 1853 con el establecimiento por múltiples razones en nuestra capital del concejo con el ingeniero Schulz al frente.

La doctora María Sanhuesa Fonseca traería la parte más interesante en cuanto a las relaciones de la música y la mina desde su contexto histórico musical antes de revivir el año 1844 con sus «Reflexiones de un minero (1844): el misterio de una partitura única», la probablemente primera canción minera que ocuparía esta última parte del acto dominical. No faltaron sus citas al “cante de las minas” de La Unión o Linares, pero también la temática minera desde la ópera El oro del Rin de Wagner o La Fanciulla del West (La chica del Oeste) de Puccini, que sonaría al final del acto, o las más cercanas en nuestra memoria como Antonio Molina con “Soy minero”, “El abuelo Víctor” de nuestro paisano o “Si yo fuera picador” que popularizaría El Presi y también abría esta sesión dominical, con mina y música siempre unidas.

Como Inspector 2º de Minas, Guillermo Schulz se marcharía a Madrid y la canción «Reflexiones de un minero« que nos ocupa sería un regalo de despedida de sus alumnos, una obra con letra de Juan Francisco Fernández Flores y música de Inocencio Fernández Castañeda, para voz y guitarra. La doctora Sanhuesa analizaría las sonoridades italianas muy del momento al sonarnos a ópera e incluso a los compositores españoles del momento, partitura muy difícil de ejecutar por los saltos y con una letra de cuatro estrofas (incluida en el programa de mano que dejo a continuación) del mismo autor de obras en asturiano como «La olla asturiana» (1874) o «Xuan y Bernalda» (1861) entre otras.

Más complicada sigue siendo la investigación de Inocencio Fernández Castañeda, músico no profesional y probablemente impulsor de esta partitura de la que solo existe un ejemplar conocido (en el Museo del pueblo de Asturias) donación del archivo de Gregorio Aurre e Ibargüengoitia, un ingeniero de minas con familia muy musical y unida a la minería, recordándonos a una de sus hijas, Amalia de Aurre y Prieto, que participa en un baile de carnaval del momento y además socia de la Sociedad Filarmónica ovetense, algunas de las pistas para esta enigmática y al menos curiosa partitura que se estrenaría en 1844 sin conocer dónde y quiénes la interpretaron.

Al menos pudimos viajar en el tiempo y escucharla con la guitarra de Manuel A. Paz, natural de Ujo, y el tenor polesu Juan Noval Moro, un reto a estas horas de la mañana para disfrutarla, aires de Rossini y de Donizetti muy acordes con su época, el acompañamiento de guitarra con las introducciones a cada estrofa y unas melodías plenamente líricas, puede que «retomando» pasajes de arias operísticas sin llegar a ser una «paráfrasis musical» pero dejándonos no sólo una magnífica interpretación del dúo con el excelente momento vocal de Juan Noval, siempre abierto a estos retos de recuperar nuestro patrimonio musical con el trabajo musicológico previo de María Sanhuesa.

Y ya que «la minería musical» o  «la música minera» estuvo presente a lo largo de esta mañana de domingo, nada mejor que finalizar con la pucciniana “Che la mi creda” de La Fanciulla del West con el piano de la  profesora mierense Natalia Lada Baragaño para un broche operístico con nuestro tenor más internacional  antes de la despedida y agradecimientos del alcalde Manuel Ángel Álvarez, colaborando en este evento para reivindicar la gran figura de Guillermo Schulz, una de las personalidades más importantes del siglo XIX para Asturias y para Mieres en particular y presentar esta canción minera inédita en un evento cultural y musical de marcado carácter minero.

El acto se cerraría con la entrega de obsequios por parte de los organizadores a los participantes en este homenaje que continuaría con un vermut dominical por una animada zona de vinos mierense donde comentar entre todos este hallazgo musical, con la figura de Guillermo Schulz entroncando la más pura tradición mierense: minera y musical.

Pulsaciones cardinales

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Miércoles 27 de noviembre, 20:00 horas. Teatro Jovellanos, concierto nº 1689 de la Sociedad Filarmónica de Gijón: EntreQuatre (cuarteto de guitarras). Obras de Vera, Chaviano, Sefardíes, Albéniz, Blanco, Falla, Sánchez y Del Águila.

No se asusten con esta foto inicial que todo tiene explicación. EntreQuatre es un cuarteto de guitarras asturiano que celebra en este 2024, que va tocando a su fin, «Cuarenta años entre cuerdas» como así titula las notas al programa el propio Manuel Ángel Paz (Ujo, 1960), fundador del mismo, que explica de primera mano esta singladura a la que mis recuerdos remontan diez años antes, pues nos conocemos desde sus estudios de guitarra a finales de los 70, aprovechando los viajes con el Club Voleibol Hunosa en Pola de Lena (de ahí la foto superior) para practicar, toda una vida unido a ella y a tantos proyectos musicales con múltiples vicisitudes, que darían para un trabajo fin de grado, y entre las que no puedo olvidarme de mi compañero en la Academia Real Musical de Oviedo Carlos Cuanda (Llanes, 1961), otro de los fundadores junto a Roberto Martínez-Vigil (Oviedo, 1952) y  Jesús Prieto (Lena, 1972), después relevaría a Roberto Carmen Cuello (El Entrego, 1979), pero sobre todo al último «fichaje» de mi querida Seila González, alumna mía a finales de los 90 (primera de las fotos inferiores), que compaginaba sus estudios de secundaria en el IES «El Batán» de Mieres cambiando de cuenca minera por las tardes para asistir a clases con Manuel, entonces profesor y jefe de estudios en el Conservatorio de la Mancomunidad del Nalón, y que con los años acabaría se convertiría en concertista (siguiente foto) integrándola a este proyecto que nacía antes que ella como bien recordaría «su profe de guitarra» en el concierto, orgulloso docente como quien suscribe, que además iría presentando las obras.

Presumir de años me trae no solo seguir toda la trayectoria de EntreQuatre sino también haberlos disfrutado siempre que he podido, así que celebrar no solo 25, también 40 años con ellos (desde el 19 de abril de 1984) es uno de los regalos que me ha dado la vida.

Si se me permite la analogía con los cuatro puntos cardinales, Manuel Ángel Paz ha sido el norte que ha guiado este pulsar cuerdas, Jesús Prieto el sur por el «contrapeso» de la brújula y compañero de conservatorio, el este por el «nacimiento» de Seila González, más el oeste de Carmen Cuello, las mujeres que compensan el equilibrio de la brújula de este cuarteto astur, más la estrella polar que sigue siendo Flores Chaviano (Caibarién, 1946) por creer, bautizándoles ya en su primera obra, creyendo en ellos, orientarles, arreglar y componer tantas buenas obras para  ellos, ya como EntreQuatre, dignos herederos de aquellos malagueños Los Romeros, casi tantos años como yo , verdadero referente en los EEUU que les adoptaron con la música de cuarteto de guitarras, y para quienes hasta Joaquín Rodrigo dedicaría su Concierto Andaluz.

A Gijón traerían un catálogo de obras escritas o versionadas para ellos, en un viaje musical de distintos compositores donde no faltaron «los suyos» que siguen ampliándoles repertorio o manteniendo obras que son como la seña de identidad de EntreQuatre, pero también dos «estrenos» de Albéniz y Falla por ellos preparados, dos grandes donde la guitarra estaba presente en su forma de escribir y que con las guitarras de los asturianos parecieron y lograron convencernos de la sonoridad única nuestro instrumento más español e internacional. Multipliquemos por cuatro desde un mismo «pulso vital», la pulsación sincronizada con una tímbrica peculiar que transita igualmente por la escritura actual, con ritmos trepidantes y la necesaria musicalidad común y magnífica para lograr un merecido triunfo este último viernes de noviembre en el teatro del Paseo de Begoña.

De las obras solo unas breves pinceladas al llegar a casa, pues el propio Manuel Paz las describe en las notas y las iría presentando.

Para abrir boca comenzarían Amulepe del chileno Mauricio Vera (1985), un homenaje a la tribu Mapuche a partir de un ritmo de dos simples notas que sorprende por su vitalidad. No podía faltar el cubano afincado en España Flores Chaviano quien de una suite para conmemorar la vuelta al mundo de Magallanes y El Cano nos dejaría dos joyas: el Fado Menor tan portugués donde poder cantar sin letra la Lisboa portuaria antes de irnos hasta las Filipinas inspiradoras de sus instrumentos transformados en cuatro guitarras con la Danza Guerrera, sumándose percusiones que nos transportaron a las sonoridades pacíficas y las escalas de gamelán.
Interesante la transmisión oral del pueblo sefardí y la recuperación de varias canciones tradicionales para voz y piano realizada en 1934 por Alberto Hemsi (1898-1975), esta vez dos melodías, A la una nací yo y Yo me alevanti un lunes, de las que Chaviano «rehace» para EntreQuatre con un gusto y respeto por una música ancestral, esta vez sin necesidad de más voz que la propia de cada guitarra.
Está claro que Isaac Albéniz (1860 – 1909) tenía la guitarra en su cabeza aunque escribiese para el piano, y los que conocemos su obra buscamos esa sonoridad, EntreQuatre no olvida las transcripciones y quiso devolvernos cómo sonarían en realidad -aunque haya versiones para guitarra sola- con el estreno para el cuarteto de dos arreglos propios y muy logrados de los números de la «Suite Española» nº 1 op. 47: Cádiz y Sevilla, respeto por el original, tempi para recrearse y todo el sabor andaluz del compositor gerundés que reflejaría desde su genio la riqueza de nuestra música.

La segunda parte de nuevo alternando obras escritas para ellos sin olvidar a Manuel de Falla (1876 – 1946) que curiosamente sólo compusiese para guitarra el Homenaje a Debussy pero con la guitarra a la que ni siquiera Paco de Lucía pudo sustraerse esta vez nos dejarían dos revisiones -más que arreglos o versiones- de Chaviano: la Danza del Molinero de «El sombrero de tres picos» y la Danza de «La vida breve», nueva inspiración hispana donde el carácter de las seis cuerdas es patente y tener la sonoridad de las cuatro las hicieron verdaderamente «nuevas», como limpiar un cuadro original para descubrir el primigenio.
Primero nos dejarían La ciudad en las nubes del asturiano Javier Blanco (1977), músico polifacético con esta obra cargada de magia e imaginación, muy de nuestro tiempo y válida para lo que llamo música sin etiquetas (como las del propio compositor) que hace unos años podría llamarse «New Wave» o si prefiere minimalista, pero capaz de transmitirnos la sensación de flotar donde cada guitarra va creando un lienzo sonoro que no pueden dejar de interpretar en sus conciertos.

Con el argentino afincado en París Leonardo Sánchez (1966) contactarían para que les compusiese una obra… finalmente les llegaría toda una suite titulada «Itinerario» (2001) inspirada en los  cuatro puntos cardinales argentinos, de ahí mi licencia de tomar prestado parte del título para esta entrada, y eligiendo para la ocasión Sur (Milonga), la madre del tango y ese ritmo tan típico que fue completando un viaje bien pulsado y nostálgico desde el norte asturiano hasta los gauchos rioplatenses.

Y una obra que me marcó cuando la escuché por vez primera  en 2009 con el espectáculo «Tierras Juntas» con el Cuarteto Iberoamericano, y posteriormente en 2010 es la del uruguayo Miguel del Águila (1957), un revulsivo que sonó para cuarteto de cuerda en el Conservatorio del Nalón y Manuel Paz pidió una versión para ellos. Interesante conocer el origen del Presto II: último movimiento de su cuarteto de cuerda como trabajo fin de carrera en la «Hochschule fur Musik and Konservatorium der Stadt Wienen» donde tras tres primeros movimientos de lo más académicos, en el cuarto rompió con todo lo que había «tragado» dándole una verdadera patada a todo y siendo de lo más criticado en su estreno, quedando este Presto como pieza suelta e independiente, posteriormente arreglada por él mismo para nuestro internacional cuarteto de guitarras y por último el título de Presto a 8 al estar «rehecho» para los dos cuartetos, el de cuerda y el de guitarras que disfruté el 2 de marzo de 2010 mientras el enorme mural de Ramón Isidoro colgaba en el auditorio y terminaría troceado dentro de cada CD que grabaron (todavía a la venta y ofrecido a la salida del concierto).

El regalo sería otra de las joyas de EntreQuatre y la mano maestra de Flores Chaviano con la adaptación del conocido bolero-son Lágrimas Negras (1929) compuesto por Miguel Matamoros (1894-1971), un enorme compositor que «no sabía qué era un pentagrama» pero verdadera historia de la música cubana y universal en cualquier versión o interpretación desde la recreación en las bodas de plata del hoy «cuarentañero» cuarteto asturiano.

 

Español y luso

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Domingo 30 de noviembre, 20:00 horas. Teatro de la Laboral, Gijón: «Sinfonico Fado«, Joana Amendoeira, Orquesta de Cámara de Siero (OCAS), Manuel Ángel Paz (director). Entrada: 15€ + 1€ gestión (por comprar desde casa y recoger la entrada en cajero).

Los fados están en mi herencia cultural femenina, a mi abuela y a mi madre les encantaban, básicamente Amalia Rodrigues que era lo que ponían en la radio cuando la televisión estaba en proyecto. En mis escapadas portuguesas intento hacer alguna escapada nocturna para escucharlos en vivo, a ser posible los que no están en las guías para turistas, y si es con un lisboeta y amigo, todavía mejor. Dulce Pontes es hoy una de sus dignas herederas, puede que el modelo a seguir para este concierto, pues su trayectoria en el mantenimiento y renovación del fado con respeto y calidad es admirable, sin olvidarnos de otros proyectos donde su voz es inimitable. Otro tanto podemos decir de Mariza, Ana Moura o más recientementemente Carminho, en la misma onda de pureza y más que promesa una feliz realidad, sólo por citar la amplia lista de fadistas que sigo desde hace tiempo.

«El feliz encuentro entre la fadista Joana Amendoeira y la Orquesta Sinfónica de Siero…
Fado es pasión, es dulzura; Fado es melancolía pero es, también, alegría. Fado que lo mismo define el alma de un pueblo, que proyecta la cultura de un país».

Atraído por la publicidad, por la cantante y la orquesta que dirige mi querido Manuel Paz (continuando con ese admirable proyecto «Vínculos«, solidario siempre que me hace apoyarlo allá donde puedo), capaz de sumarse a proyectos de todo tipo (con distintos resultados musicales y éxito humano) hice planes dominicales en Gijón para cerrar mes con fados, pero me llevé un chasco esperando no cargar las tintas con estos comentarios.

Primero el respeto a todos los que se suben al escenario, músicos pero también iluminadores, atrezzistas y tanto personal que pasa desapercibido. Segundo a una cantante como Joana Amendoeira que vino con su hermano Pedro tañendo la guitarra portuguesa, nuestros vecinos en versión original, sumándose solidariamente a «Vínculos» con este trabajo que hicieron el día anterior en Burgos. Canta Joana con mucho gusto el repertorio tradicional, tiene una voz propia con adornos aún heredados que con el tiempo hará suyos esos giros y ornamentos tan cercanos a nuestra tonada asturiana. Escucharla más íntima y en su entorno puede que resulte mejor que en este espectáculo.

Difícil juzgar u opinar el papel del resto: orquesta y director. Algo grandilocuente titular este «recital» de Fado sinfónico porque supongo era el espíritu con arreglos que supongo sonarán bien de poder ensayarse más o tener más rigor interpretativo (incluso afinación), pues no me convencieron. Raro porque Javier Vázquez y Rubén Díez son compositores asturianos con mucho oficio y orquestaron dos de los fados, pero no puedo comentar más ante lo «escuchado», al igual que con Flores Chaviano y su arreglo de la canción asturiana que cantaría Joana por lo que aquí intento reflejar con toda educación y opinión personal, como hago siempre.

Jugar con la amplificación parcial (voz, guitarra portuguesa, guitarra española -que en Portugal llaman viola- y contrabajo cuando se sumaba al acompañamiento, más los aéreos para toda la orquesta de cámara) trae dificultades como la poca presencia de graves que privó de una base más potente en todos los sentidos y no poder degustar correctamente el menú musical. Tampoco estaba clara la palabra hablada (la cantada tenía una reverberación de catedral) que desde la fila 16 en la que me encontraba, hacía ilegible qué nos contaban.

Agradecer que la fadista de Santarém cantase Ayer vite na fonte con la misma «saudade» que un fado, arropada por una orquesta que siempre «viste más» que con la guitarra portuguesa (no sonaron bien en el Teatro, aunque en televisión parecía otra cosa) en el citado arreglo de Chaviano despojado de lo básico a nivel auditivo.

De la hora total de espectáculo, mucho relleno de guitarrada no siempre bueno aunque «llena tiempo», apenas cinco fados y sumando un «Mambo» de Pérez Prado total y literalmente fuera de lugar, tratándonos Paz cual alumnado de colegio cuando no era eso lo que correspondía este domingo, si bien el público responde e incluso acepta de buena gana cualquier envoltorio, pero no es mi caso.

Realmente quería haber titulado «Español iluso»… para la siguiente espero más de todo: cantidad y calidad.