Martes 29 de marzo, 19:45 horas. Teatro Filarmónica, Oviedo: Concierto 6 del año 2022, 2.031 de la Sociedad Filarmónica de Oviedo. Dúo Saxperience: Antonio Cánovas (saxofón), Elena Miguélez (piano). Obras de: Amy Beach, J. J. Solana, A. Guinovart, J. A. Amargós, T. Yoshimatsu y P. Iturralde.
Interesante programa el ofrecido por el Dúo Saxpierence para la sociedad filarmónica ovetense, apostando por un equilibrio interpretativo entre piano y saxo con obras tanto originales como transcripciones que dan una visión de la evolución de un instrumento moderno que se ha convertido en imprescindible en todos los repertorios, desde la llamada clásica, especialmente desde el Impresionismo, hasta el jazz con todas sus fusiones, incluyendo el flamenco, la música ligera, las bandas de musica que serían impensables sin él, y obras actuales pensadas para su peculiar timbre y expresividad en cada tesitura, este martes con los alto y soprano.
Las obras elegidas por Cánovas y Miguélez demostraron la perfecta simbiosis y entendimiento de los dos profesores, una vida en común por y para la música con partituras muy exigentes para ambos, donde poner la técnica al servicio de unas músicas que encantaron a un público variopinto con presencia de estudiantes de los distintos conservatorios asturianos, formando a las nuevas generaciones en ambos lados de la música, desde el trabajo del escenario hasta la butaca, el ocio que tantas alegrías nos dan.
Antonio Cánovas ejerció igualmente de anfitrión y docente, presentándonos cada una de las obras interpretadas. De la compositora norteamericana Amy Beach (1867-1944) decir que está sonando cada vez más en los auditorios y teatros desde todas sus facetas, siendo la camerística igual de interesante que la sinfónica. Su Romance Op. 23 (1893) para violín y piano es muy popular y la transcripción para saxo alto del propio Cánovas mostró la versatilidad de su instrumento, capaz de descubrir sonoridades propias sin «traicionar» el original, siempre con un piano presente de graves redondos y un brillo complementando las texturas del saxo.
El compositor madrileño Juan José Solana Gutiérrez (1957), actual presidente de la Fundación SGAE, compuso en 2015 Gran Vía 6 a.m. para saxo alto y piano dedicado a este dúo que la estrenaría en Madrid. La historia que esconde es la larga espera en esa parada del bus madrileño tras perder el último de las noche y observar el latido de la capital de España a esas horas, auténtica banda sonora del despertar al trabajo y la cotidianidad, música llena de matices y ambientes que los destinatarios compartieron con todos los presentes, poniendo cada uno de nosotros las imágenes para el recuerdo en una partitura muy trabajada como en el maestro Solana es habitual.
Para cerrar la primera parte el catalán Albert Guinovart (1962), su Fantasía sobre «Goyescas» (1997) para clarinete y piano que con el permiso del compositor por la complementariedad sonora del saxo soprano, no puso reparos al cambio de instrumento. Si la obra original de Granados es una maravilla tanto orquestal como al piano, mantenerlo y variar sus melodías con el soprano en unas armonizaciones actuales, auténtica fusión o visión mediterránea del catalán que mantiene todo el protagonismo pianístico enriquecido aún más con el timbre de un saxo que canta igualmente «jondo» y operístico, enamorando como las majas del ilerdense que el barcelonés reviste de moderno testimonio.
Todavía quedaba mucho más por disfrutar pues la segunda parte nos trajo a dos compositores actuales cuya música explota todos los recursos del saxo alto con un piano capaz de recordarnos al mejor Debussy o Mompou unido con Montoliú o las armonías del lejano oriente plenamente New Wave. Del segundo barcelonés del concierto, Joan Albert Amargós (1950), tengo grabaciones suyas en todos los formatos, estilos y épocas, dominador del clarinete y el piano además de excelente orquestador del que viví los arreglos asturianos disfrutando igualmente con su dirección, En su faceta compositiva, este Homenatge a Lorca (1998) es una joya para el piano y el saxo, los tres cantos populares del granadino universal, otro enamorado de la música como buen poeta, resultan actuales sin perder la esencia, desde Los cuatro muleros rítmicos, variados, casi individualizados, totalmente jazzísticos, piano inmenso y saxo estratosférico, pasando por el Zorongo cual «música callada» de teclas intimistas hasta el desbordante Anda Jaleo que Cánovas y Miguélez llevaron al culmen, auténtica experiencia con el saxo, unísonos y escalas a dos engrandecidas por la precisión y encaje de ambos gracias al magisterio de armonías del catalán.
Y el fin de fiesta con un japonés, Takashi Yoshimatsu (1953), con su Fuzzy Bird Sonate (1991), tres movimientos de estos «pájaros borrosos» que corren, cantan y vuelan, tal y como indica el compositor en cada uno de los cuadros sonoros. Dúo perfecto de saxo y piano por los ambientes creados, (di)fusionando lo tradicional y universal desde el lejano oriente que sigue dándonos compositores interesantes, búsqueda de sonidos explotando los instrumentos y melodías eternas vestidas de modernidad. un piano rítmico y exigente completando el virtuosismo del saxo, jugando con percusiones y un vuelo incesante casi de vencejos por su coordinación en esta interpretación para asombro de todos a la altura de estos dos profesionales.
Un concierto completo, original donde no podía faltar un tributo al gran Pedro Iturralde (1929-2020), nuestro saxofonista de referencia que hubiese disfrutado con estas obras, docente, compositor e innovador, un espejo para tantos que llegarían después, fallecido sin el merecido homenaje en vida que un emocionado Antonio Cánovas le rindió con el primero de los movimientos del tríptico Memorias con el sonido siempre único del soprano para esta melodía tan sentida en escritura e interpretación.


















