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Que me busquen en Triana

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Jueves 25 de mayo de 2023, 20:00 horas. Teatro Campoamor (Oviedo), XXX Festival de Teatro Lírico Español: «Entre Sevilla y Triana», sainete lírico en dos actos. Música de Pablo Sorozábal y libreto de Luis Fernández de Sevilla y Luis Tejedor Pérez. Estrenado en el Teatro Circo Price de Madrid el 8 de abril de 1950. Producción del Teatro Campoamor, Teatro Arriaga, Teatro de la Maestranza y Teatros del Canal (2012). SGAE Editorial / ICCMU, 2012, Edición de Pablo Sorozábal Gómez.

Crítica para Ópera World del viernes 26, con los añadidos de links (siempre enriquecedores), fotos propias y de Alfonso Suárez, y tipografía que a menudo la prensa no admite.
Tercer título de los cuatro programados en “La Viena Española” dentro de la trigésima edición del Festival de Teatro Lírico Español, que ya pide más de dos funciones ante el éxito de público, y auténtica Ruta de la Plata entre “Andalucía y Asturias”, casi como escribirían mi paisano Teodoro Cuesta junto a Diego Terrero hace más de un siglo.
Y es que el sainete «Entre Sevilla y Triana» de Pablo Sorozábal Mariezcurrena (San Sebastián, 1897 – Madrid 1988) une norte y sur en feliz compañía, esta vez por los muchos asturianos tan sevillanos como los que más sobre la escena, cercanos para un público que llenó y disfrutó de nuevo con esta producción de 2012 que volvía al Campoamor nueve años después antes de su paso por Madrid en enero del pasado año, regresando “a casa” este frío jueves de mayo.
Esta página del compositor donostiarra tiene mucha historia, como bien refleja el libro que Mario Lerena dedica a su teatro musical (Ed. arte textos, vol. 4, editado por la Universidad del País Vasco) con el subtítulo «Música, contexto y significado». De ella destaca un “acentuado andalucismo bastante tópico” recurriendo a las citas folklóricas con un libreto de Luis Fernández de Sevilla y Luis Tejedor Pérez que explota lo costumbrista y melodramático de un argumento de lo más atrevido para entonces, como es el de una madre soltera. La partitura de Sorozábal recrea esa temática sevillana buscando lo comercial del momento en aquella España franquista que tanto hizo sufrir y condicionó al músico vasco, compitiendo con «La maravilla errante» (de Quintero, León y Quiroga) con Lola Flores y Manolo Caracol de figuras. Como dato histórico reflejar que «Entre Sevilla y Triana» fue su único trabajo premiado por instituciones públicas (obtuvo el Premio Nacional de Teatro “Ruperto Chapí” a la mejor obra lírica de la temporada 1949-50) aunque su compañía no lograse acceder nunca a subvenciones ni premios oficiales. Está claro que el éxito se mantiene 73 años después, y hasta la crítica del propio Sorozábal en la prensa madrileña de 1984 parece de ayer: «La música cuando mejor ha estado es cuando los Gobiernos no se han ocupado de ella…». Música con momentos brillantes musical y escénicamente, un espectáculo total de rica instrumentación que pudimos comprobar a una excelente Oviedo Filarmonía (OFil) dirigida por Jaume Santonja mimando en todo momento a las voces y subrayando los pasajes propios.
Hoy en día es difícil encontrar tan buenos actores y actrices que canten bien, tan buenas voces que mantengan una acción que respira la camaradería y ambiente de barrio que respiró el coliseo carbayón hoy sevillano hasta la médula. La pacense Carmen Solís volvía a ser la “Reyes” que ha hecho suya esta producción, natural en su línea de canto, vocalidad limpia y dramaturgia para esta “madre valiente” que desde la primera escena cautiva, la romanza final del primer acto llena de buen gusto y hasta el dúo con Fernando del segundo acto donde enamoró hasta la última fila por su color y entrega al papel, rematado por el final “El barco de mis quereres” sólo con la interrogante argumental y la seguridad de otra actuación de “La Reyes Solís”.
Si Reyes canta y actúa, la “Señá Patro” de Charo Reina fue la segunda corona de la función, sevillana por los cuatro costados derrochando no sólo el gracejo natural en ella sino una proyección vocal única más un cante que es genético a la vera del Guadalquivir, réplica cantada y hablada del más alto nivel.
La pareja de Micaela (Mayca Teba) y Angelillo (Ángel Ruiz) transmitió toda la gracia y química entre ambos, diálogos, dúos y hasta baile, completos en sus roles y siempre polifacéticos, hoy diríamos “animales escénicos”, ganándose al público por el buen hacer total.
Al tenor asturiano Juan Noval-Moro le tocó hacer de sevillano como José María, el antipático pretendiente de Reyes, que vocalmente resultó muy cercano y convincente para triunfar en lo alto del puente de Triana con su conocida romanza “Tu que sabes del cariño…?” bien arropado desde el foso en un cuadro “aislado” antes de la última escena, que si bien paró un poco la acción, fue plástica y musicalmente la mejor recompensa a un personaje no siempre agradecido en este sainete.
Llegó a buen puerto pero no recaló el Fernando del mexicano Germán Olvera al que no se le notó cómodo ya desde el inicio. Color vocal desigual en los diálogos pese a su potencia canora y presencia, tuvo momentos de afinación imprecisa como en la hermosa “¡Dios te salve, Sevilla…!” aunque mejor su romanza “Nadie sabe cómo empiezan estas cosas” del cuadro cuarto.
Destacables los actores y actrices asturianos, citando por lo menos al popular y televisivo Carlos Mesa como Señor Mariano, cantando y siendo tan trianero como el de la última cita, Sandro Cordero como Glosopeda o el simpático Mister Olden de Roca Suárez que “no se hizo el sueco” pero el acento no le delató; otra sevillana de casa Begoña Álvarez como Esperanza Morena, cupletista para el momento o Inma Rodríguez como Doña Benita, las tablas y la necesidad camaleónica de ser sevillanas en Asturias junto al resto de figurantes incluyendo a los niños de “Divertimento”, que dejo todos reflejados en el reparto.
Punto y aparte el cante y el toque, José Montoya Carpio, jerezano “jondo” hasta en su apodo, José “El Berenjeno” con Manuel Heredia a la guitarra pusieron la pureza y el “pellizco” en sus intervenciones, puente tras la habanera del cuadro segundo y auténtico cuadro flamenco con los “Tangos de Triana” que convirtió el Campoamor en un tablao, cante sentía y profundo con la guitarra más flamenca a este lado del Pajares, sobre todo con la “soleá”.
Hablaba antes de la Habanera y ahí estuvieron los marineros de la Capilla Polifónica “Ciudad de Oviedo” que sonaron con el volumen y buen gusto cantábrico mecidos por una OFil con el capitán Santonja al timón, sumándose al pasodoble torero y náutico del cuarto cuadro “¡Me caso en la mar salada.!…” con Angelillo y Micaela redondeando una soberbia actuación.
Espectacular el cuadro de baile, dos bailarines de escuela en el cuadro (Luis Ortega y Christian Sandoval) y hermosísima estampa en espejo con Cristina Guadaño y Vianney Gómez de Ávila, arte gitano lleno de plasticidad gracias a la excelente coreografía de Antonio Perea, que hizo bailar a todos sobre el Tablao del Campoamor.
Y el espectáculo total lo fue gracias al genio de la escena, un Curro Carreres que siente esta producción suya de principio a fin, y así la hizo llegar a todos, con un vestuario de Jesús Ruiz (la modernidad de las “gitanas”) de la época donde transcurre la acción. Sigue vigente ese barco llegando a puerto, la Macarena en Triana y los pasajes del barrio más sevillano. Todo un detalle hacer salir para los aplausos finales a todo el equipo de técnicos, parte indispensable del engranaje que convirtió Oviedo en Sevilla.
Dejo para el final el texto (y la foto) de un azulejo que está en el Bar “Las Golondrinas” de Triana, con texto de Antonio Domínguez Fombella, un gijonés afincado en Sevilla y funcionario de la Junta, ahí colocado tras unir las aguas del Sella y del Guadalquivir en 1998:
Si me perdiese algún día
que me busquen en Triana,
no vayáis hacia mi Asturias,
tal vez allí, oigáis mi gaita,
suspirar tiernos recuerdos
en mágica resonancia.
Buscadme en los aledaños
de una taberna en Triana,
donde nuestro amigo Paco
tiene aroma de albahaca,
me da de beber buen vino
de humildad y templanza;
si me perdiese algún día,
allí encontraréis mi alma.
Ficha:
Teatro Campoamor (Oviedo), jueves 25 de mayo de 2023, 20:00 horas. XXX Festival de Teatro Lírico Español: «Entre Sevilla y Triana», sainete lírico en dos actos. Música de Pablo Sorozábal y libreto de Luis Fernández de Sevilla y Luis Tejedor Pérez. Estrenado en el Teatro Circo Price de Madrid el 8 de abril de 1950. Producción del Teatro Campoamor, Teatro Arriaga, Teatro de la Maestranza y Teatros del Canal (2012). SGAE Editorial / ICCMU, 2012, Edición de Pablo Sorozábal Gómez.
Reparto:
FERNANDO: Germán Olvera – REYES: Carmen Solís – JOSÉ MARÍA: Juan Noval-Moro – ANGELILLO: Ángel Ruiz – MICAELA: Mayca Teba – CANTAOR: José “El Berenjena” – GUITARRISTA: Manuel Heredia – SEÑÁ PATRO: Charo Reina – GLOSOPEDA: Sandro Cordero – SEÑOR MARIANO: Carlos Mesa – ISIDORA: Carmen Gloria García– ESPERANZA MORENO: Begoña Álvarez – MISTER ÓLDEN: Roca Suárez – DOÑA BENITA: Inma Rodríguez – FLORISTA: María Fernández – ANTICUARIO: José Lauro Ranilla – LIMPIABOTAS: Lorenzo Roal – ALFARERO / VECINO: Cristhian Sandoval – VECINAS: Xana del Mar Tamara Norniella Aida Valladares Ana de Vega – BAILARINES FIGURANTES: Vianney Gómez de Ávila, Cristina Guadaño, Luis Ortega, Cristhian Sandoval – NIÑOS: Alumnado de la Escuela de Música Divertimento: Julián Avedilla, Sara Fernández, Guillermo Fernández, Dominique Marqués, Rodrigo Méndez.
DIRECCIÓN MUSICAL: Jaume Santonja – DIRECCIÓN DE ESCENA: Curro Carreres (AAPEE) – ESCENOGRAFÍA: Ricardo Sánchez Cuerda (AAPEE) – VESTUARIO: Jesús Ruiz – ILUMINACIÓN: Eduardo Bravo (AAI) – REPOSICIÓN DE ILUMINACIÓN: Sergio Torres (AAI) – COREOGRAFÍA: Antonio Perea – AYUDANTE DIRECCIÓN ESCENA: Rebeca Medina.
Orquesta Oviedo Filarmonía (OFIL), Capilla Polifónica “Ciudad de Oviedo”, coro residente del Festival de Teatro Lírico Español (dirección del coro: José Manuel San Emeterio Álvarez).

Ucrania dos años después

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Jueves 12 de mayo, 20:00 horasTeatro Campoamor, OviedoXXIX Festival de Teatro Lírico Español: Katiuska (Pablo Sorozábal). Ainhoa Arteta, Àngel Òdena, Martín Nusspaumer, David Rubiera, Milagros Martín, Juan Noval-Moro, Enrique Baquerizo, Amelia FontOviedo Filarmonía, Capilla Polifónica “Ciudad de Oviedo”Jaume Santonja (director musical).

Reseña para Opera World del viernes 24 con los añadidos de links (siempre enriquecedores), fotos mías y de Alfonso Suárez / Cultura OVD, y tipografía cambiando muchos entrecomillados por cursiva que la prensa no suele admitir.
En dos años el mundo ha cambiado de forma vertiginosa. La pandemia de 2020 se llevó por delante una “Katiuska” muy esperada en Oviedo, Ainhoa Arteta entraba en una complicada etapa de su vida cancelando actuaciones, el volcán de La Palma estaría en erupción casi tres meses en un no lejano 2021, y por si fuera poco, Putin invadía Ucrania el 24 de febrero pasado. No es un argumento ideal, la realidad supera siempre la ficción, pero la primera opereta del maestro donostiarra parece más actual que hace 91 años, recomendando la lectura de «El teatro musical de Pablo Sorozábal (1897-1988): Música, contexto y significado» de Mario Lerena (Arte Textos 4, Universidad del País Vasco), donde en el capítulo 2.2.1.2. «Un despegue fulgurante: el triunfo de Katiuska» se narra con todo lujo de detalles esta obra escénica que forma parte de nuestra memoria musical, sobre todo para los que peinamos canas y escuchamos cientos de veces tanto en vinilo (conservo la grabación con el Coro de Cantores del maestro Perera, la Orquesta de Conciertos de Madrid dirigida por el propio compositor y los siempre únicos Pilar Lorengar, Alfredo Kraus o Renato Cesari), como en casete o CD, y ya en los tiempos actuales desde todas las plataformas a nuestra disposición, incluyendo YouTube© con la misma producción representada en Madrid el mes de octubre de 2018 cuando nadie preveía esta postpandemia tan dura y convulsa.
La “Katiuska de Sagi” sigue siendo vistosa pese al plano inclinado (como en la “Maruxa de Paco Azorín» que disfrutamos en Oviedo hace ahora tres años) pues no ayuda a la mejor actuación posible sobre el escenario y hasta podría haber algún percance, incluyendo las ruinas delanteras, solventado por la gran profesionalidad de todos los que subieron al escenario. Sumemos la escenografía del hoy director del Teatro de la Zarzuela Daniel Bianco, el elegante vestuario de Pepa Ojanguren (repuesto por Susana de Dios), o la iluminación siempre acertada de Eduardo Bravo en esta coproducción española triunfadora allá donde va.
Todo el elenco en general estuvo bien y muy equilibrado, comenzando con un Àngel Ódena protagonista total, como en su día Marcos Redondo, que fue creciendo de principio a fin pese a tener que comenzar con la siempre exigente romanza Calor de nido casi en frío, para ganar enteros, volumen y presencia a lo largo de los dos actos, destacando sobremanera en el dúo Somos dos barcas con Ainhoa Arteta. Pedro el Comisario tarraconense se ha hecho totalmente con el personaje y lo transmite con plena autoridad vocal, siendo el triunfador de la tarde.
La soprano tolosarra, auténtica princesa lírica vestida para la ocasión volvía a pisar las tablas con todos los miedos y precauciones, ganas y entrega sin estar en su mejor momento vocal, pero el público asturiano la adora y no solo le perdona todo, sino que le agradeció su presencia en el Campoamor. La emoción se palpó en cada romanza, Vivía sola con mi abuelita y sobremanera Noche hermosa, la musicalidad y buen gusto siempre presente, aunque en los concertantes no pudiese mantener su presencia vocal, pero todo un logro haber cantado esta “Katiuska” que servirá para continuar este renacimiento de nuestra Ainhoa querida y admirada en tantos años de carrera, donde Oviedo siempre ha estado presente. Le deseamos todo lo mejor en estos duros tiempos que corren y besar las tablas al final de la representación es un acto de fe en ella misma.
Mención aparte para la gran dama de la zarzuela, la veterana Milagros Martín más joven que nunca, derrochando talento, voz, gracia, escena, una declamación perfecta y el fox-trot impresionantemente bien bailado, A París me voy en la buena compañía del asturiano Juan Noval Moro y la réplica de la otra pareja de altura, Amelia Font con David Rubiera, que hicieron las delicias igualmente con el cuarteto y vals ¡Rusita, rusa divina!. Aunque los diálogos se hayan cortado, algo habitual hoy en día, ya no se habla de tiples o tenores cómicos, tampoco de actores y actrices cantantes, al fin tenemos cantantes que son grandes actores, y su participación en la opereta de mi tocayo, redondearon el equilibrado elenco, sin olvidarme de otro “imprescindible” como Enrique Baquerizo, el Amadeo Pich catalán que logró más de una carcajada en esta tragicomedia donde las katiuskas también tuvieron su propia coreografía.
Cerrando el elenco vocal, el tenor uruguayo Martín Nusspaumer que ya apuntase maneras en aquella “Tabernera” de 2018, defendió su Príncipe con ganas en unos concertantes siempre difíciles en donde su bello color (demostrado al menos en su romanza del primer acto Es delicada flor), quedó algo corto en volumen.
El coro y orquesta titulares subrayaron el nivel de la opereta con un Jaume Santonja sin concesiones vocales y manteniendo unos tiempos algo más lentos de lo habitual, lo que vendría bien a los solistas. De la Capilla Polifónica “Ciudad de Oviedo” (que dirige José Manuel San Emeterio) las voces graves comenzaron la función algo excesivos frente a las blancas más comedidas, todos al fin sin mascarillas, para ir ganando en empaste, siendo verdaderamente rotundos como campesinos y soldados. De Oviedo Filarmonía agradecer la inclusión de dos mandolinas para emular las balalaikas rusas, generando una tímbrica propia y especial, los buenos balances logrados por el director valenciano donde tampoco faltaron los saxofones y el piano, más las intervenciones del arpa, con una plantilla ideal que desde el foso sonó siempre bien armada, matizada y disciplinada.
El sábado será la segunda función de este consolidado Festival de Teatro Lírico en “La Viena española” que finalizará con la ópera «María Moliner» de Antoni Parera el próximo mes de junio que espero contar también desde aquí, más una gala lírica que me perderé por causas mayores, donde estarán Carlos Álvarez, Jorge de León y Rocío Ignacio bajo la batuta de Lucas Macías que vuelve al frente de su orquesta.
Ficha: Teatro Campoamor, Oviedo, jueves 12 de mayo de 2022, 20:00 horas. XXIX Festival de Teatro Lírico Español: “Katiuska” (Pablo Sorozábal), libreto de Emilio González del Castillo y Manuel Martí Alonso. Estrenada en el Teatro Victoria de Barcelona el 27 de enero de 1931, y en el Teatro Rialto de Madrid el 11 de mayo de 1932. Producción del Teatro Arriaga de Bilbao, coproducida por el Teatro Campoamor de Oviedo, el Teatro Calderón de Valladolid y el Teatro Español de Madrid. Edición de Pablo Sorozábal Gómez. Instituto Complutense de Ciencias Musicales / Sociedad General de Autores y Editores (Madrid, 2008).
Reparto: KATIUSKA, PROTEGIDA DEL PRÍNCIPE SERGIO: Ainhoa Arteta; PEDRO STAKOF, COMISARIO DEL SÓVIET: Àngel Òdena; SERGIO, PRÍNCIPE PRÓXIMO A LA FAMILIA IMPERIAL: Martín Nusspaumer; BRUNO BRUNOVICH, CORONEL DEL EJÉRCITO ZARISTA: David Rubiera; OLGA, JOVEN NOVIA DE BONI: Milagros Martín; BONI, ANTIGUO ASISTENTE DEL CORONEL: Juan Noval-Moro; AMADEO PICH, VIAJANTE VENDEDOR DE MEDIAS: Enrique Baquerizo; TATIANA, TÍA DE BONI Y DUEÑA DE LA POSADA: Amelia Font.
DIRECCIÓN MUSICAL: Jaume Santonja; DIRECCIÓN DE ESCENA: Emilio Sagi; AYUDANTE DE DIRECCIÓN DE ESCENA: Javier Ulacia; ESCENOGRAFÍA: Daniel Bianco; VESTUARIO: Pepa Ojanguren; REPOSICIÓN DE VESTUARIO: Susana de Dios; ILUMINACIÓN: Eduardo Bravo; AYUDANTE DE ILUMINACIÓN: David Hortelano; COREOGRAFÍA: Nuria Castejón.
Oviedo Filarmonía, Capilla Polifónica “Ciudad de Oviedo” (dirección: José Manuel San Emeterio).

Tres Tenores Tres

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Jueves 16 de septiembre de 2021, 21:00 horas. Auditorio Príncipe Felipe: SAN MATEO 2021, GALA LÍRICA DE GRANDES TENORES BAG (BROS-ANDUAGA-GANDÍA). José Bros, Antonio Gandía y Xabier Anduaga, Oviedo Filarmonía, Jaume Santonja (director).
Entrada butaca: 28€.

Espectáculo vocal nocturno en el gran coso ovetense con tres espadas que hubieron de torear auténticos morlacos de distintas ganaderías líricas con mayor y menor cuerpo, tres figuras de tres generaciones, bien arropados por una Oviedo Filarmonía veterana en estas lides y con el maestro de ceremonias el valenciano Santonja Espinos que iniciaría el «paseíllo» antes de la aparición de los diestros en el orden del cartel mateín con un ejemplar de la gran casta verdiana.

Una voz y tres timbres, de colores variados y épocas distintas con momentos cumbres que los buenos aficionados asturianos recuerdan de la otra plaza lírica, repertorio para todas las edades que haría cuajar distintas faenas para un público entregado que les haría salir por la puerta, grande independientemente de los trofeos alcanzados otorgados por el respetable sin que la presidencia del alcalde y parte de la corporación en el palco se opusiesen.

Tres estilos y tres formas de entender esta fiesta “tenoril” comenzando por el maestro catalán Bros, con mando en plaza, querido y admirado, bien asentado en el ruedo dando un recital de buen gusto, arrimándose con la distancia justa para no salir corneado, gustándose en todas los estilos, cómodo y aseado. Al final del festejo tomaría la palabra para agradecer sus 30 años de carrera donde Oviedo siempre ha estado apoyándole y la lleva en el corazón, como otras figuras mundiales.

Tomaría la alternativa el joven donostiarra Xabier Anduaga, torero de principio a fin, arriesgando para gustar y gustarse, estilista de excelente recorrido y volumen en los primeros, algo más tapado en lo hispano y faena de aliño con los italianos. Belleza y elegancia prometedora que augura éxitos en las grades plazas internacionales porque hay buena materia prima y de escuela tradicional, con buenos maestros donde inspirarse.

Completaba la terna el alicantino Antonio Gandía, complemento ideal e intermedio equilibrado, contenido, con algún susto ante el volumen nunca contenido por Santonja, dejando la bravura de las partituras que mostrasen el peligro. Entregado de principio a fin, aunque menos ovacionado que sus compañeros, tuvo una serie de naturales sentidos llenos de buen gusto más que para la galería, pero no lo suficiente para levantar los oles del graderío central totalmente opuesto a lo que sería el llamado “Tendido 7”. Son tres estilos distintos, que no distantes, para apreciar colores, continuidad en la línea siempre plena de musicalidad en el caso del maestro Gandía.

Hubo susto en el graderío bajo por un desmayo al iniciarse la segunda parte del festejo, que hizo volver a comenzar su faena a un Anduaga que no perdió la compostura.
La vuelta al ruedo al alimón nos dejó otra faena compartida para un toreo de salón con tres «sobreros» Amapola de Lacalle, Júrame de María Grever, y Granada de Agustín Lara, excelente trapío que los diestros alternaron en la línea de su lidia individual emulando el espectáculo de otros tres tenores del finiquitado siglo XX que apostaron por estadios de fútbol y un marketing que este nuevo trío de nuestro siglo XXI le da el lavado de imagen y la cercanía de los tiempos que corren pues la pandemia ha trastocado todo, pero Oviedo sigue siendo capital musical, «La Viena del norte» español.

La presidencia y el respetable tras los tres regalos fuera del programa, pidieron volver a sacar de chiqueros el indultado Moreno Torroba cual brindis por el triunfo y la gratitud del Bros Maestro abriendo las puertas grandes para una salida ordenada de un público aún recordando pases para el recuerdo. Casi parezco un currista que se conformase con un natural, una verónica o un par en todo lo alto aunque fallase en la suerte máxima. Curiosos paralelismos del Arte de Cúchares y Euterpe mal vistos hoy en día. Por lo menos espero no se prohíba lo que no gusta, pues nadie está libre de pecar…

PROGRAMA (cual ÓRDEN DE LIDIA y diestros)

* Obertura de «La forza del destino», G. Verdi.

* “Il lamento de Federico», de «L’arlesiana», F. Cilea. (José Bros).

* Una furtiva lagrima de «L’elisir d’amore», G. Donizetti. (Xabier Anduaga).

*  Pourquoi me réveiller, de «Werther», J. Massenet. (Antonio Gandía)

* Quando le sere al placido, de «Luisa Miller», G. Verdi. (José Bros).

* A mes amis, de «La fille du règiment», G. Donizetti. (Xabier Anduaga).

* M’appari tutt’amor, de «Marta», F. von Flotow. (Antonio Gandía).

* Donna non vidi mai, de «Manon Lescaut», G. Puccini. (José Bros).

* La donna è mobile, de «Rigoletto», G. Verdi. (Xabier Anduaga).

* L’amour, l’amour…Ah lève-toi soleil, de «Romeo et Juliette», Ch. Gounod (Antonio Gandía).

Pausa (sin bocadillo que Oviedo no es Iruña)

* Por el humo, de «Doña Francisquita», A. Vives. (Xabier Anduaga).

* De este apacible rincón de Madrid , de «Luisa Fernanda», F. Moreno Torroba. (Antonio Gandia).

* No puede ser, de «La tabernera del puerto», P. Sorozábal (José Bros).

* “La danza”, G. Rossini. (Xabier Anduaga).

* «L’alba separa dalla luce l’ombra”, F. P. Tosti. (Antonio Gandía).

* “Musica proibita”, S. Gastaldon. (José Bros).

* “A Vucchella”, F. P. Tosti. (Xabier Anduaga).

* “Mattinata”, R. Leoncavallo. (Antonio Gandía).

* “Non ti scordar di me”, E. De Curtis. (José Bros).