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De sópitu

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De Sópitu. Forma Antiqva, Pablo García-López (tenor), Aarón Zapico (idea, selección musical y arreglos). Sello: Zapico Records. Tiempo total: 61:30. Libreto en asturiano, castellano e inglés. Ref.: ZAP001

(Reseña escrita desde el teléfono y enviada a LNE del viernes 21, con el añadido de los links siempre enriquecedores, tipografía que no siempre la prensa puede adaptar, y fotos propias)

En la tarde de ayer jueves se presentaba “De Sópitu” en la Sala de Cámara del auditorio ovetense el último trabajo de Forma Antiqva, con sello propio en el amplio sentido de la palabra, y en el mismo lugar donde se realizó la grabación el pasado mes de junio con la producción de Fernando Arias (sentado entre el público) que salía a la venta y ya pude escuchar con detenimiento.

Aarón Zapico, el ideólogo de este proyecto (del que ya disfrutaron en vivo durante el Festival Internacional de Santander allá por junio de 2023 en Torrelavega y Noja , más en el ciclo CIMCO el pasado 13 de junio), estuvo acompañado por sus dos hermanos Pablo y Daniel, junto a Ismael G. Arias y la periodista María Herrero ejerciendo de presentadora y amiga de todos (también estudió música con los Zapico), sonsacándoles algunos secretos e interioridades de este trabajo, desde la selección, búsqueda en archivos, descartes y aciertos, hasta la recuperación del rigodón de Santiago de Murcia, titulado La asturiana, en la Biblioteca Nacional por parte de Pablo, que junto a Daniel la reconstruyeron (e interpretaron en vivo).

No faltó el hermanamiento de las Cuencas con el socarrón Mael añadiendo anécdotas de su Teverga y los ancestros de unas canciones sin fronteras, el garrotín más asturiano (cantado por la Lola con El pescadilla) y Beethoven cuya marcha escocesa seguro “ye nuestra”, pues la historia bien pudo pasar por Requejo (el alcalde de Mieres Manuel Álvarez, también presente en la sala, asentía y sonreía).

Producto de los Zapico de principio a fin, desde la grabación en la propia sala de cámara con el “sonido Arias” impecable con discográfica propia, un libreto trilingüe (asturiano, castellano e inglés) y las bellas fotos y diseño de Ricardo Villoria.

Música inédita, fresca, valiente y original en su concepción, música que nos pertenece a todos desde la óptica siempre abierta de la formación asturiana, con aires barrocos siempre tan actuales, el disco recoge 24 cortes alternando páginas instrumentales y vocales con el “fichaje” del tenor cordobés Pablo García-López (el último Don Basilio de las bodas mozartianas en la Ópera de Oviedo) a quien habrá que adoptar para la gran familia Zapico que sigue creciendo y enriqueciendo un repertorio de lo más exportable, muy recordado en la presentación (cantando estos días “La flauta mágica” en Tours), quien nos dejó grabado en vídeo un afectuoso saludo desde la ciudad francesa, con la gratitud y toda su entrega, además de la emoción vertida en este proyecto desde sus inicios.

Interesante la selección y arreglos de distintos temas del folklore asturiano, cántabro, leonés y hasta irlandés, la inspiración desde los tiempos de estudiante en La Haya del mayor de los hermanos, donde pudo beber de las fuentes originales que incluían la herencia de la llamada música popular, el folklore que ya utilizaron Händel (Sinfonía de los pastores), Purcell (Danza de los marineros) o Matteis (Danza según el humor escocés), pero también nuestros Martín Codax (Ondas do mar de Vigo), Gaspar Sanz (Marionas), Santiago de Murcia (Rigodón) y si me apuran hasta el mismísimo Rimsky-Korsakov con la Alborada y el Fandango que también aparece “De repente”, páginas que estaban esperando en carpetas desde 2016 para crecer en Pandemia y finalmente salir para hacerlas sonar. También pudimos ver un par vídeos de la grabación (más el tráiler de promoción en las redes sociales) donde seguir disfrutando del repertorio atemporal que se ha reunido en este disco compacto.

La alternancia de temas nos dejan unas combinaciones plenamente internacionales, instrumentalmente con el cello de Ruth Verona, a quien hace tiempo le cambié el apellido por Zapico (es la “cuarta hermana” de la formación de los langreanos desde los inicios), capaz de emocionarnos en un canto melancólico introductorio alternando con el rítmico de la muñeira de Chantada donde las flautas del astur-leonés Alejandro Villar aportan ese matiz celta (comentado por Ismael con el asentimiento de Lisardo Lombardía (uno más entre el numeroso público asistente). Las músicas que Aarón Zapico recogió, tras consultar con Mael, su hija Sara, Miriam Perandones o Héctor Braga, amalgaman páginas reconocibles por todos los “omnívoros musicales” que siempre tenemos presente lo cercano, «desentrañando las raíces» de unas melodías tan apegadas al terruño. Por supuesto la percusión de Pere Olivé, otro “imprescindible” de Forma Antiqva junto a los tres hermanos (Aarón en el órgano, Dani con la tiorba y Pablo a la guitarra barroca y el archilaúd), redondean el orgánico de este proyecto que patrocinado por la Consejería de Cultura, Política Lingüística y Deporte del Principado de Asturias ya queda para la posteridad de nuestro patrimonio.

Punto y aparte merece el tenor cordobés, ya adoptado porque parece de Mieres por su impecable dicción y musicalidad (“El señor cura de la Piñera”, “Tengo al mio Xuan en la cama” o esa joya intimista que es “¡Que m’escurez”), recitando “Una fatal ocasión” (mientras suena por debajo “Mangas verdes” y “La giga de nadie” de John Playford), junto a la emocionante interpretación de “Santa Barbara bendita” que cierra el disco (y la presentación en vídeo), pero igual de bien con el galaicoportugués del trovador Martín Codax (con Villar a la zanfona) y hasta el inglés del “Danny Boy” gaitero rezando por las montañas y casi invitándonos a tomarnos unas pintas (o unos culines en Requejo).

De momento lo podrán escuchar en Córdoba aunque los Zapico no paren: una “Vivaldiana” el próximo 6 de marzo en Los Conciertos del Auditorio o ya el 1 de julio en una romería gijonesa dentro del Festival de Música Antigua. Lo que sí podemos decir, con más de 20 años a la espalda, como preguntaba María, Forma Antiqva son «Marca Asturias» y un activo a mimar plenamente exportable.

La Cerezal crece

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Sábado 18 de enero, 20:00 horas. Auditorio de Pola de Siero, «La Cereza’l Cielu«, presentación del disco. Entrada: 6€.

Cerezal nacía en 2013 con un sonido original, lleno de matices y sin perder asturianía, sin complejos, giros al pop llevado a su terreno, grabando un EP autoproducido en noviembre de ese año, agotado en la presentación.
Un año hasta su primer CD «Camín», pero manteniendo calidad y rodeados de colaboradores de lujo, y con ligeros cambios, Cerezal crece como grupo, cambian voz femenina por masculina, aumenta la plantilla manteniendo la base original de violín, percusión y guitarra, para volver a los Estudios Tutú de Corvera (un referente musical) y dejarnos como regalo navideño de 2019 este nuevo trabajo titulado «La Cereza’l Cielu» (una forma asturiana de llamar al arco iris) que presentaban en el Auditorio de la Pola Siero rodeados de amigos arriba y abajo del escenario.

Los Cerezal de ahora son Marcos Álvarez (voz), Andrea Joglar (gaitas y flautas), Juan José Díaz (percusiones), Juan Yagüe (guitarra, mandolina, voces), Gonzalo Pumares (violín), Marcos Álvarez (voz), Juan Carlos Vega Cabín (bajo eléctrico, voces) y por supuesto Miguel G. Díaz (pintor y diseñador) que en directo pinta la portada creciendo a la par que la música, tal como en aquella cerezal de 2014.

Sonido en vivo con uno de los productores del disco junto al técnico del propio auditorio polesu, aunque tardasen en acertar con los balances y ecualizaciones especialmente de la voz, repaso al CD y unos invitados de lujo que en directo siempre se agradecen, amén de algunas secuencias pregrabadas perfectamente ensambladas.

Buena entrada y un discurrir de temas donde hubo baile cual danza prima tanto en el patio de butacas como sobre el escenario, temas populares llevados al «estilo Cerezal» donde la voz de Marcos Álvarez le da nueva vida a los temas del primer disco, también escuchados este sábado entre lo nuevo, la percusión de Juanjo Díaz sigue siendo un motor de muchos caballos capaz de combinar cajón, batería y carillón en un malabarismo único, la guitarra de Juan Yagüe el complemento rítmico y armónico donde nunca faltan las pinceladas de excelentes punteos y unos coros bien empastados, más el violín de Pumares que lo mismo volotea cual Grapelli del folk que en unísonos con gaitas o flautas engordan esa tímbrica única de raíz irlandesa pero ya asimilada a esa etiqueta de «celta» (aunque como guerreros no tenían micho tiempo para la música) por no llamarles atlánticos.

Con el bajo eléctrico de Cabín el sustento queda más homogéneo y el remate a la formación lo pone la flauta y gaita de Andrea, académica cuando debe y creativa siempre como en el Jazz, sonidos limpios, dibujos amplios y perfecto ensamblaje de este sexteto.

Los invitados pusieron el plus, no estaban todos los que eran (y  grabaron) pero sí eran los que estuvieron, entre ellos Alvaro Bárcena, impecable con sus guitarras incluyendo la steel, aumentando los matices en los temas donde participó, Nel Suárez, Marco Antonio Guardado, Fernando Oyágüez al banjo,  Rodrigo Joglar en el acordeón diatónico, Ruboh rapeando, Pedro Santiago Pitu, David Mori con la gaita como sus colegas Rubén Alba  o Jose Manuel Tejedor Mier, un lujo sumarse a la fiesta del directo y estreno de disco.

Repaso a una trayectoria de años sin perder la frescura, aires ligeros, añadas que no duermen, poetas de ayer y de hoy, electrónica bien encajada sin abusar de ella, toques de Rap pero siendo y sonando siempre a Cerezal, buscando etiquetarlos a caballo del folk acústico y el pop-rock pero simplemente trayendo hasta hoy una tradición de la que Beleño o Llan de Cubel comenzaron en los 80 a actualizar.

Caleyando con esa secuencia inicial que desemboca en un medio tiempo presentado por flauta y violín, La Playa de Rodiles cual «country astur», La Polesina bailable, movida y muy de Celtas Cortos aunque aquí serían «Cerezales con filtro», el coreado Nun me dexes cayer, la Danza Bidules capaz de comenzar eléctricamente folk por instrumentación con la voz de Marcos digna de romances, el arco iris que da título al disco como una banda de «road movie» traducida al asturiano «viajera y caleyera», una preciosa As Andolías igualmente actual por un inicio electrónico juguetón para un día gris de «orbayu» que va calando instrumentalmente para vestir ese timbre de Marcos, una Bretaña de «lalalá» ancestral que salta cien años sin perder solera.

La «steel guitar» de Na oriella prieta riega una balada agradecida, Ayeri mantiene la esencia originaria de Cerezal, melodías bien construidas que suenan bien masculinas o femeninas, la alegría de Fala un beso, reivindicativa además del doble sentido que no es más que el propio beso, y el genial Thriller de Michel Jackson, aullidos incluidos empujado por una rueda rítmica de «Yagüe Knopfler», el paraíso asturiano capaz de mantener reconocible el «monstruoso» éxito del genio que nunca quiso crecer resucitado con esas cerezas autóctonas.

Un fin de fiesta para la Nueche, la primera y también la última, la misma noche con más años, casi dos horas de música variada, público entregado y escenario más, complicidades interpretativas en un repertorio que mantienen y renuevan estos Cerezal.

Compartir es vivir

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Viernes 20 de julio, 20:00 horas. Patio del Centro de Cultura Antiguo Instituto (CCAI): Concierto homenaje a René de Coupaud. Isaac Turienzo (piano), Xel Pereda Quinteto, Andreas Prittwitz Lookingback Trío. Aforo completo.

Entrar en el Antiguo Instituto es recordar siempre a mi querido René, el omnipresente que diría Andreas, su hogar tras cambiar Vetusta por Gijón donde siempre tuvo su casa, pues allí nació y fundó el primer estudio de grabación asturiano en el recinto ferial, los legendarios Estudios Norte y después EOLO donde le conocí con Pipo Prendes, por donde pasarían tantos artistas y grupos de todos los estilos a dejar escrita un poco de la historia musical asturiana, con el tándem Coupaud-Bastarrica, el mismo de La Orquestina Son Les Poles con un toque personal y avanzado para entonces que continuarían en menor medida Cuélebre. En Asturias todos sabíamos que hablar de René de Coupaud era hacerlo de música, de trabajo, de ilusión y hasta de innovación.
Surgió entonces la chispa y mi admiración por una leyenda cuyo nombre iba unido al de figuras de mi adolescencia (Camilo Sesto, Ángela Carrasco, Alcatraz…), tenerlo cercano fue un aprendizaje vital y de respeto hacia el maestro, cariño hacia su familia en Fray Ceferino con Javi y Pablo, también grandes músicos como no podía ser menos, chapoteando en la piscina mientras Loli preparaba la merienda.
El cambio de destino no solo supuso hacer menos kilómetros diarios sino mejorar la calidad de vida y dejar atrás San Juan el Real, pasar otra hoja a su libro musical además de continuar haciendo escuela desde el Taller de Músicos de la Fundación Municipal de Cultura y Universidad Popular, primero en los bajos de El Molinón y después en este CCAI desde donde seguir dinamizando todo lo que sonase, impulsor entre otros del Festival de Música Antigua de Gijón.
René siempre apostando por innovar, imposible resumir sus 25 años al frente de esta iniciativa que sirvió de modelo para muchas más, rompedor siempre en su momento y todo un clásico ya. Sembró mucho, discreto y tenaz, trabajador infatigable, y en el mejor momento de su vida, recién jubilado disfrutando de Quintes, su corazón volvió a fallar dejándonos un vacío indescriptible. Un febrero gris de invierno que no terminaremos de digerir ni siquiera cinco meses después, repitiendo climatología en pleno verano después porque sigo buscándole cada vez que vengo al Centro.

Recordarle era lo menos que le debíamos, y no podía ser más que con música, en su casa y como decía la concejal de educación y cultura Ana Montserrat López Moro al inicio, con «cariño, respeto y admiración». Sería imposible reunir sobre el escenario a todos por los que René apostó, asesorándoles, grabando o apoyando infatigable, pero hubo una buena representación este sábado con el respaldo de su Gijón del alma, de tantos amigos que dejaron pequeño el patio: el jazz, el folk o la fusión, avanzados en su momento y plenamente actuales.

Isaac Turienzo ha sido Premio AMAS de Honor como René en 2014, ambos enamorados del jazz y que abrió homenaje casi intimista con Thelonius Monk, un Monk’s Mood contrapuestos y unidos por el equilibrio, desde la locura uno y de la reflexión otro como el propio Isaac comentó. Otros dos temas, primero un bolero de aire casi Corea o incluo Camilo pero Michel, con la canción de amor España, siguiendo con otro «standard» recordando 1992 del ciclo «Jazz en el centro» el mismo año que grabase en Mieres «Made in Asturias«, con dos referentes de Isaac, Tete y René cual tamiz de ambos, la (re)visión popular de Santa Bárbara bendita.

Eduardo García Salueña, digno heredero de René, hizo de maestro de ceremonias y también dejó pinceladas antes de dar paso a Xel Pereda con un cuarteto donde estuvieron con
Ángel Ruiz en la pedal steel guitar un trío de cuerda (violín, viola y cello). Desde Llan de Cubel, grupo de folk que también pasase por las manos de René, Xel cantando con su guitarra fue llenando de asturianía contemporánea el patio gijonés con la añada Agora non en versiones atemporales, siguiendo con el tema de Igor Medio (FelpeyuLos fayeos de mayo
y con el quinteto Onde vas por agua
para finalizar desde la fórmula del popurrí comenzando con una introducción instrumental de steel y guitarra del conocido En el campo nacen flores donde van cantándose arreglados de aire «country» el Xilguerín parleru con Si la nieve resbala, buena fórmula para revitalizar la llamada música de raíz que sigue funcionando.

En este homenaje a René había que recordar los talleres de improvisación que arrancaron allá por 1996 y todavía funcionando, y Eduardo aprovechó para dar paso a la última actuación de un asturiano de adopción que ha venido tantas veces a nuestra tierra en parte «por culpa de René» con distintos grupos, a charlas y conferencias, a festivales y conciertos, seminarios o grabaciones con el omnipresente amigo: Andreas Prittwitz en trío de Looking Back con Ramiro Morales en la tiorba (guitarra barroca para el último tema) y Antonio Toledo a la guitarra española mientras Andreas saltaba del clarinete a la flauta o el saxo, la fórmula que mezcla jazz y clásico a lo largo de la historia de la música, otra de las apuestas que el Taller de Músicos trajo a Gijón y ahora se ha normalizado. Tres grandes músicos capaces de improvisar con la naturalidad que da el tiempo y el dominio de estos repertorios, recreando a Bach y una de las suite de cello en formato de blues a la tiorba de Ramiro realmente curiosa que arrancó aplausos espontáneos, o una joya atemporal como las Tres morillas en una introducción de Toledo a la guitarra de quitar e hipo que tuvo además una sonorización global a la altura del maestro homenajeado. Las Jácaras de Gaspar Sanz serían otro tesoro con el virtuosismo habitual de Andreas a la flauta que le trajo a España aunque domine igualmente clarinete y no digamos el saxo, acompañado de tiorba y guitarra. Finalmente y dedicada a la familia de René que también lo es suya por el roce y cariño de tantos años, su adorada Chacona de Francesco Corbetta con la guitarra barroca sola antes de ir floreciendo con el clarinete, después el saxo y la guitarra española de sabor universal.
Tarde de vivencias con la música que mantiene vivos los recuerdos y nada mejor que entre amigos, porque como el propio René decía

«Compartir es vivir«

Cerezal por el buen Camín

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Cerezal se presentaba en Mieres el domingo 23 de noviembre a las 20:00 horas con su nuevo CD bajo el brazo, grabado en los Estudios Tutu de Corvera en los meses de septiembre y octubre de este año (con la producción de Gonzalo Pumares y Ruboh), apenas once meses después de la aparición del EP que perfilaba un camino que da precisamente título a este trabajo excelente: «Camín«. Toda una maravilla de sonido y diseño, aunque de lectura difícil por la combinación de grafías y colores, puede que buscado para forzarnos a leer a fondo cada letra.

Además del quinteto habitual y «cerecero» formado por Andrea Álvarez (voz), Juan Yagüe (guitarras, bouzouki, mandolina), Gonzalo Pumares (violín y coros), Juanjo Díaz (batería, vibráfono, percusiones) y David Mori (flauta, whistle y gaita asturiana) participaron desde el comienzo Juan Carlos Vega «Cabín», bajo eléctrico y Marco Antonio Guardado, vibráfono y percusiones.

Poeta de referencia del grupo, el candasín Xurde Fernández, recitó mientra sonaba La to solombra.
El pintor Miguel González Díaz fue otra auténtica sorpresa, ver cómo a partir del lienzo en blanco iba creando un árbol ¿una cerezal? que crecía a medida que iban sonando los temas siempre por detrás (en las fotos se puede apreciar la evolución del cuadro), con reminiscencias japonesas y auténtico magisterio plástico, al igual que sus ilustraciones en el CD.

Para el fin de fiesta se sumaron Nel Suárez, guitarra, Juan Duarte, voz, Ruboh, rapeo más Rubén Alba a la gaita. Todos están en el «Camín«, el CD, salvo Víctor Manuel cuya agenda en plena presentación de sus «50 años no es nada» le impidió cantar San Xuan, aunque siempre nos quedará la grabación, pero Andrea siente este tema como nadie y en femenino singular.

Realmente la presentación fue única, irrepetible y cercana. El lleno en la Casa de Cultura fue de los que hacen historia, con público de todas las edades aunque mayoritariamente joven y auténticos fans de Cerezal.
El directo de este quinteto es siempre seguro, independientemente de la mayor o peor calidad del equipo de sonido o del técnico de turno, aunque en Mieres tuvieron el suyo, con un repertorio propio muy trabajado (en Moreda pude comprobarlo y disfrutar de ellos), alternancia de tiempos, sabia inspiración o referencias a temas tradicionales pasados por su estilo fresco donde la voz de Andrea marca sello único con la base instrumental de un cuarteto perfectamente acoplado y empastado.

Comenzaron cantando «por abril» y después el tema Cereces, versión del popular «No quiero que me cortexes«, y temas especiales como Pela to parte o el citado San Xuan así como Les foles que en el disco lleva base programada y en directo usaron palo de agua. No faltó tampoco Camín que da título al disco y resulta el cuaderno musical de bitácora. Tocarían el cielo (con Islla nel cielu) y el tema Colos güeyos cerraos de Xurde desde esa pincelada exquisita del vibráfono. Sólo Romaní como tema instrumental para un breve descanso en la voz de una Andrea pletórica, y llegarían después La truena, danza que entronca con la popular «Con qué lavas la cara» que recrean como sólo ellos saben, estallido final con una Añada para despertar, porque el elemento sorpresa y el giro que puede tomar un tema es siempre ramal del camino principal.

Cierto que en Mieres había invitados de lujo como el bajista Cabín y el vibráfono más percusiones de Marco Antonio completando un vivo especial a siete. Pero el cuarteto en solitario es capaz de cubrir este espectro instrumental con unas percusiones como las de Juanjo o la potente guitarra de Yagüe punteando con dulzura o reforzando graves haciendo olvidar los eléctricos. David alterna vientos con plena naturalidad y adaptados a cada tema, con una gaita capaz de tratarla como flauta cantable sin roncón, para rematar las cuatro patas Gonzalo, violín imposible capaz de «pizzicatos guitarrísticos» o fraseos de «arco cantábrico», además de ser la cara visible en las presentaciones.

Tener invitados nos permitió duplicar percusiones, tener a Juanjo en el primer tema con el vibráfono, volver al poco con la batería y retomar el cajón que en solitario es capaz de olvidar membranas, sólo algún «bodhran» que otro… y ver a Yagüe otra vez con la mandolina cuando Nel Suárez tomó la guitarra en el bis final.

Una auténtica banda con amigos, invitados para ese llover de Nueche que completaron un directo irrepetible.

El «Camín» será difícil pero bien asentado, pasos precisos aunque el destino final no lo conocemos, pero parafraseando a Machado «se hace camino al tocar».

El disco sigue sonando en mi cadena y llevo copia conmigo, aunque ellos se encargarán de publicitarlo. Felicidades «cerezales».

FOTO:  © Fernando Geijo
Noticia en el periódico La Nueva España, edición Cuencas, del lunes 24:

Seronda en Moreda con folk

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Sábado 25 de octubre, 20:00 horas. Teatro Cine Carmen, Casa de Cultura, Moreda: «Tocando pelos pueblos«, XVIII Muestra de Música Tradicional: Azarbe (Murcia) y Cerezal (Asturias). Organiza: Humanitarios de San Martín, Moreda (Aller).

«Seronda» es como llamamos al otoño en Asturias, y Moreda tiene su mayor festividad en plena caída de la hoja y matanzas que llenarán las despensas para el largo invierno, aunque el tiempo real resultase veraniego antes incluso del llamado «veranín de San Martín». Y aparecía Tavio, «alma mater» de esta muestra que ya cumple su mayoría de edad, tocando al «curdión» con gaiteru el «Himno de los Humanitarios«, sin la letra de Pepe Campo pero con el arreglo musical de Vima, recientemente fallecido y como homenaje a ambos ya desaparecidos, cuyo himno seguirá sonando siempre durante las fiestas del 11 de noviembre.

Tras la presentación de la muestra y entregar un detalle a la autora del cartel de este año, Ana Santirso Taladrid, pasó a presentarnos a
Cerezal, que nos dejarían una hora larga de temas, muchos del primer CD que pronto verá la luz, tras una maqueta inicial que fue también su presentación el 21 de diciembre del pasado año en Mieres.

Imposible desgranar por escrito cada tema donde los cinco componentes se desenvuelven cómodos, con soltura y compartiendo protagonismo sobre el escenario, desde una sobriedad más que digna: David Mori (flautas y gaita), Juan José Díaz (percusión), Juan Yagüe (guitarras), Gonzalo Pumares (violín) y Andrea Álvarez (voz) son Cerezal, sin más etiquetas, música de la tierra con la óptica actual, bien recreándola desde unas interpretaciones propias, frescas, o directamente temas suyos con letras como las del candasín Xurde Fernández, donde las melodías engrandecen unos textos ya de por sí hermosos. Quedé con ganas de contar aquella presentación en las navidades del 2013 pero esta vez no podía callar…

Una tras otra fueron sonando en el teatro allerano Llingua de cristal,  La to solombra,  Cereces, reelaboración de un tema allerano por transmisión oral precisamente de la «güela de Andrea», referencias al «Baile» recogido por Torner (No quiero que me cortexes), De la to parte más tranquila tras la movida previa y buscando mantener el equilibrio en los aires, Les foles con letra de Xurde. Sin apenas descanso vuelve la tradición: la Danza de San Xuan mierense, buena adaptación y actualización de un tema genético para muchos, Islla n’el cielu propia con un inicio muy original de guitarra y «pizzicatto» en violín que va creciendo sobre la siempre mágica voz de Andrea hasta un final arrebatador en tutti instrumental, potente y bien ensamblado con una nueva aparición vocal sumándose a ese espectáculo sonoro ensamblando dos temas;  Con los güeyos cerraos también del poeta candasín, tema de amor tornando a final alegre desde una monodia acompañada que se abre al cielo rítmico muy trabajado.

En estos conciertos no puede faltar algún tema instrumental donde todos los intérpretes demuestran su virtuosismo, así el Romaní dedicado al arpista gallego que perdió un dedo y reinventó su técnica cual Django, y marcha férrea, de tren country al más puro Crosby-Stills-Nash-Young o un traverso de madera cual flauta dorada de Jethro Tull que te lleva de vuelta a casa desde La Truena («Con qué lavas la cara») cantado con Andrea y de polirritmia potente, casi zortzico. Siempre sorprendiendo con una «añada» (nana) pero al revés, de hijo a padre o madre, Durmi para romper el adormecer y despertar, aires de jazz con violín compartiendo melodía con voz, percusión siempre acertada y entrando la gaita rotunda, contrastes emocionales y presencia elegante de la guitarra más allá del puro rasgueo.

El final otro tema vocal suyo, en la línea Cerezal, Llueve con luz propia, tormenta musical con la ventana luminosa de un futuro prometedor que es toda una realidad.

Con el tiempo necesario para realizar los cambios de microfonía (bien el sonido del concierto) y ubicaciones, llegaba desde Murcia el folklore más apegado a la tierra, azarbe como acequia que transporta los sobrantes del regadío, tradicional de pura raíz como «las cuadrillas» en las que se inspiran sin olvidar pequeños guiños y actualizaciones tanto instrumentales como armónicas. Azarbe llegaron en gira a Moreda para celebrar sus 15 años, todo un mundo para una formación folk que fiel al nombre nos transporta a su tierra y tiempos antiguos desde el presente cercano. Con Pedro López a las guitarras, Oscar Esteban en las percusiones, Germán Medina con bandurria y laúd, Mario Martínez al violín y la voz de Consuelo González, natural con ornamentaciones y giros del sur, capaces de cantar copla, flamenco… pero también, por qué no, tonada asturiana, misma raíz de la música tradicional. Fueron haciendo un repaso a su música, sus raíces, las mismas para toda la piel de toro con la «climatología» que influye en la maduración y procesado de todos estos productos que nos enriquecen como país y dan las variedades que conforman un producto único a la vez que diferente.

Vengo de la romería un romance de tabernas, una «parranda floría» para seguir Joteando, siempre con esa voz natural de Consuelo, agradable, cercana, acompañada de una instrumentación apegada a la tierra y músicos completos que también dejaron su impronta con un par de «foxtrot» como El bichito donde laúd y violín llevan la pegadiza melodía, arropada por guitarra y percusión, la historia en blanco y negro con la radio en todas las casas, también folklore y tradición,
más cercana al cuplé o al cabaret, de geografía Algora (Guadalajara), volviendo la voz con un aguinaldo en fecha cercana para ello, En el lugar en que yo nací. Maravillosas siempre las jotas, propias, casi flamencas o rumba por ritmo y letra siempre con doble sentido: Dos rosales. Cantos mediterráneos, del norte de Almería, del sur de Albacete, de Murcia… ¡Con alegría!

Recreando Murcia y sus cuadrillas nos cantaron una malagueña tradicional y una seguidilla o parranda fusionada con jota a voz, guitarra y pandereta. Sólo faltaba el baile porque colorido lo tenía la propia música.

Prosiguieron todos con esos cantos tan meridionales como «los mayos», canto a la naturaleza que la iglesia también se apropió, los escuchados del sur de Albacete con Bienvenido mayo, acompañamiento de folía o granadina seguido del fandango Agua por venir, malagueña por el acompañamiento de guitarra en todo un muestrario de «palos», ritmos,  para acabar con otra malagueña, Amor que me das, una cartagenera de ida y vuelta. Tuvieron que volver tras los aplausos del público que todavía pedía más aunque se acercasen las once de la noche, para despedirnos con música de la huerta.

Felicidades a la organización por seguir mostrándonos la riqueza de la música, sin etiquetas.

Gaiteros, gaiteres y gaites en Mieres

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Martes 21 de mayo, 19:00 horas. Casa de la Música de Mieres: «Gaiteros, gaiteres y gaites».

Con semejante título arrancan dos jornadas dedicadas a estas gaitas, y en la tarde de este penúltimo martes del mes disfrutamos en el espacio de dos horas sendas conferencias y presentaciones de libros, uno ya conocido por mí y otro totalmente nuevo, aunque lleve cinco meses publicado, que en breve ocuparán mis estanterías de temas asturianos.

Tras la presentación de Roberto Serrano Guerra, director del Conservatorio de Música de Mieres, tomó la palabra mi querido Ángel Medina Álvarez, Catedrático de Musicología de la Universidad de Oviedo, quien nos habló de su libro «La Misa de Gaita («Hibridaciones sacroasturianas»)» de la colección etnográfica Fontes Sonores del Museo del Pueblo de Asturias. Esta obra cuenta con un impagable CD de grabaciones caseras (alguna la viví personalmente en San Marcelo) a modo de documento de interés histórico y cultural pues contiene «La Misa de Salas» (1994) con mis queridos y llorados Lolo’l de Cornellana y Manolo Quirós, más Eduardo y Pepe’l Molín, el organista José Manuel Ovín de la Vega, apareciendo también la «Misa de la Virgen del Rosario» (1973) y las voces de Jesús y Emilio Rodríguez. Libro de fácil lectura para profanos y obligado en la biblioteca de todo amante de la música que se precie, pues las referencias al canto llano, una de las muchas facetas musicológicas que domina Medina, ayudan a comprender mejor un legado secular que conjuga lo popular desde lo religioso, como bien nos contó el catedrático ovetense, siendo además una variante que hoy en día sólo se conserva en Asturias y tras la publicación del libro con CD ayudará a mantenerla viva. De hecho me consta que se grabará nuevamente, y en Cornellana, por dos músicos punteros como Joaquín Pixán y Hevia.

Pasó el tiempo volando como esas clases que siempre me gustaron en la Facultad, al conjugar lo ameno con el saber enciclopédico hecho fácil: esencia de la cultura de nuestra tierra.

Y tras una breve pausa llegó la presentación de otra joya bibliográfica y folklórica: «Cancioneru de la gaita asturiana (Historia y usos y Partitures)», dos tomos a cargo del maestro gaitero Eugenio Otero, el director del Museo de la Gaita del Pueblo de Asturias, Fonsu Fernández y el etnógrafo y estudioso de temas gaiteros Gausón Fernande, del «Colectivo Belenos«, una magna obra que muestra tras muchos años de estudios fuentes, épocas históricas, documentos administrativos, información amplia y detallada sobre intérpretes y artesanos, evolución histórica, presencia en el arte, influencias y papeles sociales o empleo de la gaita para cantos, bailes, cortejos, ritos civiles y religiosos y transmisión hasta la época actual como verdadero patrimonio a heredar y transmitir. Como bien nos contaron los tres autores, deja la puerta abierta a una ampliación, puesto que continúan recopilando materiales de todo tipo, aunque lo presentado, maquetado por Astur Paredes, cual cuarto «pegoyu» de esta obra que ya supone un hito de nuestra historia musical. La organización del libro se hace estudiando el entorno, pues no busca ser un método sino una amplia visión histórica de nuestro instrumento por excelencia, aunque lleve diversas referencias a los primeros cancioneros, pioneros estudiosos del tema y un gran contenido de partituras.

El jueves completará esta propuesta otro estudioso como Daniel García de la Cuesta con «Les Gaites», un estudio sobre el universal mundo de las gaitas y otros instrumentos afines, y a las ocho Llorián García, musicólogo y gaitero (Dixebra, Verdasca, Muyeres) con su tesis «Gaiteres y pandereteros. Xéneru y tresxéneru na música tradicional asturiana», aunque me lo perderé por cuestiones de agenda y prioridades, pero seguro que podré escucharla «en diferido» ya que el archivo sonoro que Roberto Serrano está armando en nuestra «Casa de la Música», y con motivo de estos 25 años lo está compartiendo en Internet (La música de la casa). Enhorabuena.

Manolo Quirós sigue en el recuerdo

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Parece que fue ayer… pero han pasado ya once años desde que Manuel Rodríguez Osorio (Ricabo -Quirós-, 1 marzo  de 1949 / Oviedo, 3 marzo de 2001), para todos Manolo Quirós, nos dejase. Del «trío calavera» fue el primero en partir, y cuando se iba a celebrar un merecido homenaje en el décimo aniversario, Manuel Menéndez Lolo de Cornellana quiso marchar con él para seguir echando unos cantarines con sidra celestial. Abeledo siempre ha dicho que se lo debía, aunque como dice el refrán, «El hombre propone y Dios dispone». Y tras mover lo habido y por haber, logró su objetivo de reunir el mundo musical de Manolín para recordar que hay un antes y un después de él. La gaita asturiana está pujante gracias a Manolo Quirós en todo estilo musical y no sólo en el tradicional, siendo como son los genios, un adelantado a su tiempo.
De otras facetas, musicales como la de fabricante de gaitas, investigador, docente, compositor, formaciones (no me olvido su pasado tunante ni tampoco rockero), grabaciones que ya son históricas y colaboraciones allá donde le requiriesen aportando siempre su toque de calidad, hablarán y escribirán otros con más conocimiento; de las humanas supongo que todos tenemos nuestras anécdotas, aunque Carlos se haya quedado «huérfano» y las lágrimas aflorarán siempre que hablemos de Manolín o de Lolo

El próximo jueves 24 de mayo a partir de las 20:00 horas el Teatro Filarmónica será de nuevo capital de la asturianía para un programa que reunirá a muchísimos amigos de Manolo, al menos los que tenían hueco en sus apretadas agendas. Los que no, me consta que participarán de otras formas. Lo recaudado con la entrada (10€) será donado totalmente para la Cocina Económica de Oviedo, pues el espectáculo estoy seguro que no tiene precio, y ya están a la venta en la web, cajeros y Teatro Campoamor.

La organización corre a cargo de la Fundación Gualtier Maldè, con la colaboración y patrocinio del Ayuntamiento de Oviedo, el Ayuntamiento de Quirós, la Fundación Valdés Salas, el diario La Nueva España, Musical Marcos y la Asociación Lírica Asturiana «Alfredo Kraus» que preside Carlos Abeledo, «llanero solitario» en esta velada emotiva que supongo conducirá en primera persona lo de todos:

«Recordando a Manolo Quirós»

En la primera parte (con alguna sorpresa más):

Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo» Poutpourri Asturiano (Tradicional)

Vicente Díaz Aires de Asturies (Pepín Robles)

Ché de Cabaños (con la gaita de Héctor Braga) Soy de Llangreu (Trad. / J. García)

Manolo Peñayos (Nuberu) Danza Prima (Trad. / M. Peñayos)

Josefina Argüelles «La calandria de Vegadotos» (a la gaita Alfonso Fernández) Al pasar por el puertu (Trad. / J. Argüelles)

Jorge Tuya Tengo de dir al molino (Tradicional).

Y para la segunda parte, también con inesperados y queridos amigos:

Banda de Gaitas «El Teixu-Manolo Quirós« Marcha Vaqueira (Julio Sánchez / Gabino Antuña)

Felpeyu El vieyu (Trad. / L. Prieto)

José Manuel Collado (y a la gaita Héctor Braga) En toda la quintana (Tradicional)

Mari Luz Cristóbal Caunedo Al puertu de Güeria (Tradicional)

Héctor Braga Texedora de Bayu (Tradicional)

José Manuel y Javier Tejedor Jota de centro (Tradicional)

El cierre lo pondrá Xuacu Amieva con su tema Quirós.

Lo dicho, tonada y gaita, pareja inseparable de nuestra Asturias folklórica para recordar que Manolo Quirós suma y sigue cual campeador musical.

P. D. Artículo de Carlos Abeledo en LNE.