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La Esperanza siempre responde

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Viernes 7 de marzo, 19:30 horas. Auditorio de Oviedo: Gala Solidaria 50 años Teléfono de la esperanza Asturias. Entrada donativo: 15 €.

Como bien comentaba Alfredo Morán casi al final del concierto, hay cosas que la música y el teléfono de la esperanza comparten: escuchar, no dar consejos, la palabra y el público, por lo que una canción, o muchas, fue lo mejor en esta gala que llenó el auditorio ovetense de solidaridad y buenas vibraciones.

Muchos artistas sobre el escenario, abriendo el acto Ladis García del Río, presidenta del «Teléfono de la Esperanza» en Asturias para comentar que se fundó en Sevilla en 1971 y cuatro años más tarde en Asturias, con sede en Oviedo y también en Gijón, contando con 81 voluntarios anónimos, varios de ellos se irían subiendo al estrado antes de cada actuación para contarnos su implicación: uno leyendo un escrito sobre cómo mantener una gota de agua y la simbología invitando a pasar por la sede, Ana Prado que nos contaría su formación de 9 meses donde cada llamada es un reto y mucho respeto, Elena López y el testimonio de su trabajo, un teléfono con muchos profesionales de todas las áreas como Dani López García, psicólogo y voluntario que nos hablaría de todo lo que hay detrás, y quien presentaría, sin necesidad de nombrarlo, a Víctor Manuel al describirle por su “sencillez y solidaridad, asturianía y sensibilidad», para citarle con parte de la letra de su canción «El paisanu»: «Que repiquen las campanas / que se abran todos los brazos / que está de nuevo en Asturias / que está aquí nuestro paisano».

Un aplauso inmenso, solidario y atronador para este voluntariado anónimo que desinteresadamente ayuda al otro lado de un teléfono que sigue sonando y nunca comunica, pues responden siempre las 24 horas del día, esperanza que no se puede perder.

La presentadora del evento sería Isabel Llano (Gijón, 1976), más conocida como Isasaweis, ingeniera técnica informática que desde hace más de una década comenzó en las redes sociales de internet (Instagram, YouTube, Facebook o Twitter) dando consejos sobre cocina, belleza y estilo de vida, compartiendo vídeos y publicaciones que acumulan millones de visualizaciones con una manera de explicar las cosas desde la cercanía y la naturalidad, además del cariño que muestra por sus seguidores -a los que se conoce como «piñones»-, generando un gran poder de atracción entre su enorme comunidad de seguidores (ahora se les llama «followers») y contagió a todos los presentes en la gala.

Abriría el fuego Fran Juesas, cantante y compositor asturiano, premio AMAS al artista revelación en el año 2019 y posteriormente en 2022 obtuvo ese premio en la categoría de «Canción Otras Escenas» con Hazlo por mi. Solo con su guitarra nos dejaría tres temas: Vengo del norte, Los años 80 cantando a un amor de verano en San Juan de la Arena con 15 años, casi 16 , y como Sabina «en un pueblo con mar», para finalizar con la conocida Canción de Oviedo, otro amor transitando por los rincones de la capital que muchos guardamos en la memoria vivida.

Música y poesía siempre de la mano, llegarían David Fueyo y Esther García, con poesías suyas (también tiene haikus como “Por la senda del viento”, un libro trilingüe en castellano, asturiano y japonés), mientras el piano de Fernando Malva iba ambientándolas, alternando los recitados: el ovetense con Manos que hablan, la valdesana con Tiempo de invierno y Libertad (en asturiano), para un estreno de David dedicado al Teléfono de la Esperanza: Donde aún no hay palabras y finalizaría Esther con Solo amor y un poema de infancia en nuestra llingua.

El siguiente en actuar sería el compositor y cantante asturiano Haim Álvarez, autor de Por un puñado de versos, su cuarto disco que pone música a poemas de varios escritores asturianos, o Amadeus, donde plantea una huida narrada a través de diez canciones y que recibió el Premio AMAS 2020 al Artista Revelación.

Con su banda nos dejaría parte de su último álbum con poemas musicados de David  Fueyo (Criptoinvierno de 2023), un canto poético a la complejidad del mundo y a sus habitantes que recitaría junto a Esther García (Esconsueñu), fusión de canciones y poemas, con presentación tras Prólogo de sus excelentes músicos: Fernando Malva al piano y sintetizador (impecable haciendo el bajo), la guitarra siempre elegante del turonés Alfredo Morán (autor también de los arreglos), la flauta mágica de Chus Fernández Soto (de quien puedo presumir pertenece a la Banda Sinfónica del Ateneo Musical de Mieres), los dos percusionistas Casanovas y Ricardo, padre e hijo (“Andar la casa”), sumándose Begoña Venegas al rabel, pandero y voces. Para ir cerrando las dos horas de concierto, llegarían los artistas invitados.

El brasileño de Recife en la región de Pernambuco pero afincado hace muchos años en Asturias, Vaudí Cavalcanti, tomaría el relevo con su guitarra acústica, e Issaweis le presentó como el “Mago de las fusiones musicales” junto a la guitarra eléctrica de Emilio Ribera , otro premio AMAS en 2019 y todo un virtuoso. Dos músicos suficientes para llenar de magia el auditorio con sus canciones, bossa, la conocidísima mundialmente Tristeza de Sergio Mendes con todo el público tarareando el estribillo, otro tema con las frutas de su Brasil de nuevo jugando con los coros populares, «tiquiti, tacataca» en otra bossa contagiosa, Nací para bailar que enlazaría con Ay! mama Inés, todos los negros tomamos café… Muy grande este pintor musical que es Vaudí, siempre con sombrero, que puso alegría y sabor.

Mis queridos amigos mierenses Elena Pérez-Herrero y Alfonso Morán han logrado estos años un dúo muy especial, calidad y calidez con un repertorio muy bien seleccionado y arreglado ex profeso. Elena Pérez-Herrero es una mezzo que desde 1993 ejerce la docencia e investigación del canto y la voz como instrumento de transmisión técnico-expresivo, aplicando conceptos enraizados en la psicología y corrientes filosóficas en diversos conservatorios o seminarios por toda España y maestra de muchas figuras del canto. Por su parte Alfredo Morán, es compositor, arreglista, productor y guitarrista que cursó sus estudios de música en el Conservatorio de Música de Oviedo, en el Taller de Músicos de Madrid y en la Berklee de Boston y lleva 12 trabajos editados (9 cedés  y 3 audio-libros), habiendo ganado el Premio Amas 2014 (en la modalidad Guitarra). Tras presentarse nos interpretarían de su último trabajo El clavel del aire blanco de Guastavino en arreglo del turonés, una maravilla vocal cual «suspiro detenido» en la voz de la mierense y pura elegancia de acompañamiento a la guitarra, incluyendo partes recitadas, tras lo que Elena daría un abrazo a los que están lejos pero siempre cerca con Longe de Federico Marroquín que tienen grabada en el CD Reflejos (2016), poesía cantada y sentida con unos matices extremos llenos de expresividad y buen gusto.

Y antes del cierre llegaba la noticia del último Premio AMAS 2024 como mejor teclista a Fernando Malva, que se entregaban en el Teatro Filarmónica, y al menos recogería los aplausos de un auditorio entregado.

Orgulloso de ser mierense, la última figura de la noche sería mi paisano Víctor Manuel (Mieres, 1947) con su hijo David San José (Madrid, 1976) al piano, nadie mejor para revestir temas de siempre que todos conocemos y escuchamos en respetuoso silencio. Sentido Solo pienso en ti, la casi descriptiva Soy un corazón tendido al sol (al citar «nunca piden nada, siempre dan» tan de este Teléfono de la Esperanza); el himno oficioso de Asturias con la letra escrita en 1937 por el salmantino -muerto en el exilio mexicano- Pedro Garfias (1901-1967) donde el piano de David sonó sinfónico incluso con percusión en el atril, escuchado en un silencio sepulcral que cortaba el aire para seguir emocionándonos. De regalo la poco cantada, pero siempre cercana, Para que te quieran y que tú sepas, las sensaciones vividas por todo el que se sube a un escenario y cantadas por «el de Mieres». Grandes padre e hijo, verdaderas estrellas en casa.

Final festivo con la Real Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo» dirigida por Vicente Prado El Pravianu para la foto final con todos los artistas más voluntarios, esta vez el himno oficial con todos cantando Asturias, Patria Querida.

Carta a SS.MM.

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Muy señores nuestros, si me permiten este trato epistolario:
Como todavía queda algo de inocencia (será por los años), lo único que les pido a Los Magos (lo de reyes cada vez lo llevo peor y no solo por esta tendencia mía a La República) es pasar definitivamente este «bicho» del Covid que lleva ya demasiado tiempo entre nosotros y ha trastocado todas las vidas, además de llevarse muchas por delante.
Musicalmente, y a la vista de las aún cambiantes circunstancias, mantener toda la música posible, aunque vuelvan las mascarillas y todas las medidas que ya hemos asimilado manteniéndolas en el transporte público, hospitales o farmacias. Sé que la salud es el mejor regalo en estos tiempos.
Sin necesitar aniversarios pido, como todo los años que son como mi Scalextric, poder escuchar en Asturias la Octava Sinfonía «De los Mil»  de Mahler con todas nuestras orquestas (OSPA, OvFil, la Universitaria ya renacida), coros («El León de Oro», grandes, chicas doradas y peques, igual que el de la Fundación Princesa, la Capilla Polifónica «Ciudad de Oviedo» y también la Escolanía de Covadonga con la de San Salvador…) más nuestros solistas, de los que tenemos un montón y ¡de primera! en mi querida Asturias y de todas las tesituras: Beatriz Díaz, Elena Pérez Herrero, Ana Nebot, Mª José Suárez, Lola Casariego, la joven María Heres, Alejandro Roy, David Menéndez, Miguel Ángel Zapater, Juan Noval-Moro… (algunos «adoptados» o directamente de nuestra familia cordobesa). Sería lo más deseado de mi larga lista… Para todos ellos siempre les pido a ustedes mucho trabajo, pues los éxitos llegan con el esfuerzo y eso no les falta nunca.
Eso sí, mantengo mi ilusión de tener a Pablo González como director de un acontecimiento que saben me copió Dudamel, al que le perdono casi todo… y mi tocayu ya dirigió en Barcelona cuando estuvo de titular y ya que se despide este año de la OCRTVE, aprovecho para pedirles le diesen una orquesta para este 2023 y siguientes. Ya por redondear este paquete, podrían traernos un concertino para la OSPA, pues llevamos huérfanos y necesitados desde la jubilación de nuestro querido Sasha. Darles las gracias porque sí nos trajeron al fin un titular, y además «vecino».
Con la ilusión infantil de este día tampoco quiero olvidarme de pedirles mucho trabajo para Forma Antiqva, esperando les llegue un Grammy clásico (se lo merecen), sobre todo a los hermanos Zapico que pese a todo, siguen «a tope» haciendo historia volando desde casa, y que sigan grabando nuevos discos, juntos y por separado, pues siempre son el mejor regalo.
También quiero recordar a mis queridos pianistas con la mierense nacida en la capital Carmen Yepes en Madrid a la cabeza de los también docentes como Mario Bernardo, sin olvidarme de mis admirados Diego Fernández Magdaleno, Judith Jáuregui o Gabriela Montero, a quienes les vendrá bien seguir trabajando mucho en este recién estrenado 2023 tras irse recuperando todos ellos de un 2021 para olvidar.
Mantengo la ilusión y pido más composiciones de Jorge Muñiz junto a las de la joven e inconmensurable pareja Guillermo Martínez y Gabriel Ordás que en el año pasado han seguido de lo más inspirados, regalándonos muchos estrenos, tal como les había pedido en mi carta del 2022.
Gracias también por hacer que La Dama del Alba de mi querido Luis Vázquez del Fresno se estrenase en esta temporada de los 75 años en Oviedo.
Y por mantener la ilusión aunque como dice mi madre «parece que te hizo la boca un guardia» (?), continúo pidiendo a los llamados «gestores culturales» les den mucho más trabajo a los de casa, no por patrioterismo o «aldeanismo» barato sino por la calidad contrastada, incluso que varíen de agencias de contratación… saben de sobra que la Cultura ha demostrado además de ser Segura resultar la mejor inversión.
Este año no pido nada para mis jóvenes violinistas favoritos que se van haciendo mayores, pues están trabajando y bien (Ignacio Rodríguez sigue emigrado a Alemania y María Ovín en la OSPA), creciendo como personas y artistas… solo desearles que continúe el éxito.
Para mi adorada Beatriz Díaz siempre les escribo otra carta porque se merece todo lo que le traigan en este 2023 y más. Además de darle de nuevo las gracias, felicitarla por un repertorio que sigue creciendo tanto como su agenda aunque espere mucha más ópera y zarzuela en el Campoamor como protagonista, pues al fin le han traído para este año su esperada Mimí en Alicante (donde le han cambiado su apellido Díaz por Martínez), por lo que les sigo pidiendo la lleven al Teatro Real de Madrid o al Liceu barcelonés. En Tokio o Brasil ya ha triunfado, en Italia «la piccolina» ya es casi suya, y continúa teniendo fechas por Europa, pero recordándoles que en Londres, Viena o Nueva York aún no se han enterado cómo canta, y Vds. lo saben por ser Magos… la magia de la soprano allerana es tan única como la suya y debemos compartirla.
Para la ópera necesitaría otra carta de adulto, pero mi mamá dice que valer ya de pedir… al menos mantenerla en Asturias apostando por títulos nuevos sin olvidarnos de los «top» y seguir dando oportunidades a nuevas voces y públicos.
A todos mis amigos músicos repartidos por el mundo les mando siempre «MUCHO CUCHO®» antes de cada actuación, normalmente de vaca asturiana, y podría escribir otra misiva más detallada para tantos como tengo repartidos por el planeta (para que luego digan de la «maldición» ENTRE MÚSICOS TE VEAS). Al menos me consta que los envíos llegan a destino y se agradecen, incluso con emoticonos que son universales.
Por ultimo no quiero olvidarme de mi Ateneo Musical de Mieres del que me regalasteis su presidencia en junio de 2018, pidiendo la misma salud que en el recién finalizado 2022. A pesar de todo (de la Lotería no les pido que toque, ya lo hacen mis músicos) espero mantengan su Banda Sinfónica, dirigida por Antonio Cánovas al mismo nivel tras cuatro años sin parar (ni siquiera con el Covid), y llevando su música, además del nombre de nuestra «Hermosa Villa» lo más lejos posible (este pasado año ya estuvimos por tierras murcianas), con una calidad y programas que son la envidia de muchos. Salud es lo importante porque ganas e ilusión no faltan.
A propósito, si pudieran dejar la música en la educación un poco más que ínfima y optativa, entonces tiraría fuegos artificiales… pero ya ven que no está entre las peticiones musicales en este mi primer curso fuera de ella. Pero veo que la LOMLOE  (Ley Celáa) sigue empeorando leyes anteriores (y dicen que van ocho en 35 años),en pos de una generación de ignorantes digitales, aunque mantengo la esperanza que algún día se alcance un pacto de estado donde la educación sea inversión en vez de gasto y prime el menos común de los sentidos en vez de la partitocracia que intenta reescribir la historia a base de tantos eufemismos. Aunque suene un tanto repipi la esperanza nunca la pierdo.
Gracias señores majos y Magos (de donde vengan) utilizando el transporte que tengan (saben que los carburantes están tan caros como el pienso) sin entrar en cabalgatas que no opino, y menos las que se inventaron el año pasado como ¡estáticas! y con Baltasar descolorido… Que sigan llenándonos de esperanza e ilusiones todos los días del año.
Y como siempre, que no se me olvide

¡Hala Oviedo!

Pablito, 12 años.

Esencia desde un «tayuelu»

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Lunes 27 de junio, 19:30 horas. Club de Prensa de La Nueva España, Oviedo. Presentación del CD Esencia, Silvia Torres (soprano), Alfredo Morán (guitarra), Fernando Malva (músico, técnico de sonido).

En asturiano un «tayuelu» es una banqueta de tres patas con más estabilidad que un taburete de cuatro y perfecto para definir la base de un CD que se presentaba ayer lunes con verdadera «esencia«, lo más importante y característico de una cosa según la RAE. Un disco que esconde muchas historias que nos explicaron tanto la cantante Silvia Torres (nacida argentina pero asturiana de siempre) como el arreglista  de los diez temas que han quedado registrados en esta pequeña obra de arte, el turonés Alfredo Morán, más Fernando Malva, no sólo excelente técnico de sonido, también músico, que completan todos juntos un trabajo mimado, con más de un año detrás de ensayos, adaptación, preparación, elección de los temas, colaboración entre ellos y finalmente la esperada grabación en los estudios «La Nozal» que se convirtieron en el mejor refugio donde destilar cada canción que Silvia hace suya, Alfredo tejió a su medida y Fernando cocinó, buena comparación y maridaje de música y fogones para dejarnos un menú degustación con toda la calma de estas músicas atemporales que están tan bien compuestas y adaptadas que soportarán modas, estilos y épocas.

Muy interesante las explicaciones de mi admirado Alfredo Morán sobre el trabajo del arreglista, su lúcido comentario de lo que debe ser un músico (más allá de tres meses de shows televisivos, ofertando uno de cirugía y preguntando quién se atrevería a operarse con semejantes «figuras» mediáticas), las incomprensiones sólo entendidas por las familias, verdaderos cimientos donde asentar no sólo taburetes sino todo el mobiliario y perfumes de esta profesión a menudo ingrata pero necesaria además de vital para tantos. La música sentida y vivida por este tayuelu con mucha esencia que nos dejaron en vivo una pequeña muestra del talento y sentimiento, cantante, guitarra y técnico «in situ» para comprobar de primer mano cómo son las tres patas necesarias en este equilibrio.

Comenzaron con La flor de la canela, no ya de Chabuca Granda sino de la Silvia Grande, la voz natural a la que se llega con muchos años de estudio con la maestra Elena Pérez Herrero, auténtico ejemplo a seguir en estos tiempos cambiantes, pues dio el primer paso que ahora sigue la discípula aventajada.

Impresionante siempre José Alfredo Jiménez y su Deja que salga la luna, que en el disco tiene el acordeón de Fernando y en vivo sólo con la guitarra del «otro Alfredo» sonó cercano y en casa, con los coros finales de un público de casa, cantarines y amantes de la buena música que no quisieron faltar a esta presentación en sociedad de este trabajo de Silvia Torres.

No está en el disco Gardel pero sí para escuchar su tango renovado por Alfredo, Volver que se vista en cualquier época siempre luce, más en la voz de Silvia en una pasarela que esperamos tenga muchas galas veraniegas en esta «era del Covid».

Y sobre la marcha, ante el clamor del público con la pareja de músicos animados, qué mejor para cerrar que un blues donde Alfredo se mueve como pez en el agua y la voz de Silvia encaja su musicalidad, sumando las palmas bien «encajadas» de unos amigos tunantes como Orson, dedicatario de este trabajo junto a toda la familia Pérez-Torres, un Blue Christmas que nos adelantó las navidades a junio porque climatológicamente Asturias es más frío que Río o Copacabana.

Del CD, todo él recomendable, sigo repitiendo en la bandeja dos «clásicos»: Las hojas muertas verdadero perfume francés con ese acordeón que nos transporta a orillas del Sena, la batería elegante, la guitarra de «El Django de Urbiés» y la preciosa voz de Silvia; Chloris de Reynaldo Hahn es otra joya de la «chanson» que luce con todos los vestidos, y con la alta costura de Morán, la belleza vocal de Silvia es para disfrutarla en modo bucle sonando en mi cadena, cercana, sentida, emocionada.

Por supuesto O Holy Night de Adam tiene todo el poso clásico, la frescura del arreglo y lo eterno de la música bien compuesta con la mejor interpretación.

La música siguió sonando en torno a unas viandas, vinos, cervezas, amigos, familia, celebrando este «recién llegado» a la familia de Luis y Silvia. Gracias a todos por compartir tanta belleza y sentimientos.

II Semana de la voz: en la música asturiana

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Lunes 16 de abril, 20:00 horas. Auditorio Teodoro Cuesta, Mieres: II Semana de la voz: La voz en la música asturiana. Fernando G. Nuño (voz), Marcos Suárez Fernández (piano), Vicente Prado Suárez «El Pravianu». Entrada: 5 €.

Desde el año 1999 cada 16 de abril se celebra el «día mundial de la voz» para concienciarnos del cuidado de esta herramienta con la que nacemos, nos comunicamos, hacemos sufrir o emocionar y debemos cuidarla porque es para toda la vida. El Ayuntamiento de Mieres a través de su Concejalía de Cultura con la colaboración de la Escuela de Canto y Repertorio «Haragei» que dirige Elena Pérez-Herrero, han vuelto a organizar por segundo año, y luchando contra incomprensiones pero sin desmayar aunque el público no responda, la «Semana de la voz» que contemplando lo variado contempla distintos enfoques en el uso y disfrute de lo más preciado que tenemos quienes la necesitamos para nuestro trabajo y cómo no, para el ocio. Nada incomparable a la voz humana que en Mieres tiene su espacio público.

Este primer día tras la bienvenida y agradecimientos de mi querida amiga, colega y artista pudimos apreciar el papel de la voz en la música asturiana quitando etiquetas y poniéndola donde siempre está, encima del escenario, sea sola, con gaita, piano o toda una orquesta, sin trampas ni amplificación y buscando temas populares en los que muchos compositores siguen inspirándose, manteniendo cada vez más viva nuestra tradición aunque como bien decía hoy el cantante Vicente Díaz en El Comercio, «la tonada está poco valorada por los organismos oficiales«. Por lo menos en mi pueblo se sigue apostando por ella y hasta la televisión autonómica le dedica bastantes programas, necesario para el relevo generacional que está mucho más preparado que hace cien años.

El cantante Fernando García Nuño es un conocido en los circuitos de canción asturiana que sigue preparándose en Haragei y ampliando horizontes en su repertorio. De voz algo gastada y rota, quebrada en algún momento, está en proceso de «reparación» tanto para la tonada como para el llamado «repertorio lírico» que se debe cantar con la misma naturalidad y gusto en él innato desde la tonada y su simpatía, puliendo detalles que con trabajo y esfuerzo irán dando frutos.
Buena elección de doce temas variados que fue comentando, alternando el acompañamiento al piano de Marcos Suárez y la gaita de El Pravianu, para derribar barreras y etiquetas inútiles de una música tan universal como la asturiana, con muy diferentes arreglos, interpretaciones e inspiraciones.

Del Cancionero de Maya y Rodríguez Lavandera en buen arreglo de piano comenzaron Fernando y Marcos cantándonos Pasé la puente de hierro antes de cambiar al acompañamiento de gaita de El Pravianu, magisterio vivo colocándose al fondo del escenario para equilibrar dinámicas, en Si quieres que te cortexe, con primera referencia grabada por Botón (Los Cuatro Ases) en La Habana allá por 1918 y recogida por Baldomero Fernández, otro nombre propio imprescindible en la dignificación de la canción asturiana, hoy con letra de Antonio Gamoneda que junto a Joaquín Pixán han descongelado nuestra tonada dando paso a esta «Tentativa de Cancionero asturiano del siglo XXI«, llevada incluso a CD.

El músico guipuzcoano afincado en Pola de Siero Ángel Émbil (1897-1980) también se inspiró en nuestros temas populares, dejándonos un hermoso arreglo con piano de Les fayes de la rotella donde Fernando G. Nuño añadió el solo de la conocida tonada Arboleda bien plantada para seguir manteniendo viva nuestra música, llamémoslo actualizar o adaptar, con un acompañamiento pianístico agradecido.
Muchos músicos se han inspirado en nuestra tierra, caso de Rimsky-Korsakov con nuestra Alborada y Fandango asturiano en el Capricho Español, e igualmente en la canción de concierto que buscaba identidades en los salones decimonónicos como nacionalismos bien entendidos, por lo que me encantó escuchar la Asturiana de Joaquín Nin (La Habana, 1879-1949) con letra adaptada por Narciso Fernández en la línea de Falla o Antón García Abril sin olvidarme de nuestro Luis Vázquez del Fresno, compositores que encontraron el equilibrio entre voz y piano desde el folklore. Un caso cercano es el del excelente director y compositor Alfonso Sánchez Peña (1942) con su Allende’l mar con letra de José Leon Delestal (Ciaño, 1921 – Madrid, 1989), asturiana cabraliega, de «equí» del oriente astur, de Bulnes, Carreña o Poncebos.

Con la gaita escuchamos La mio neña grabada en 1911 por el Gaiteru Llibardón y recogida como tantas por Baldomero Fernández, siendo famosa en versiones de Juanín de Mieres o Joaquín Pixán, de nuevo con la letra algo cambiada y con un complicado acompañamiento por los cambios de octava entre voz y gaita que con la tonalidad elegida El Pravianu hubo de hacer malabares.
No podía faltar un merecido homenaje y recuerdo al gijonés Enrique Truán (1905-1995) con su Añada para voz y piano de una delicadeza increíble donde los intérpretes se encontraron realmente cómodos.
En el estilo o modalidad soberana con gaita Arrimadito aquel roble poco habitual con gaita y vuelta al piano con el emotivo Pasando el puertu (A. Sánchez Peña y letra de León Delestal) tras comentarnos su charla con mama Josefa de lo más cercana, espontánea y emotiva para que le cantase alguno de los «Cantares de chigre» recogidos en un libro de bolsillo y cómo se convirtió en un verdadero concierto de tres cuartos de hora que le sirvió de ejemplo para este lunes, saliendo y volviendo a «la tierrina» por cualquiera de nuestros puertos de montaña.

El trío final recuperó tres «clásicos», primero la bellísima La foguera (Truán), alegre, fiesta de San Xuan con una escritura pianística envidiable en perfecta conexión con la voz, después Cuando oigo sonar la gaita de Vicente, el recitado antes de continuar acompañado por el piano en esta canción langreana que como nos contó el propio Fernando, hay una grabación de 1905 a cargo del cantante flamenco El Mochuelo por ese viaje permanente de las músicas sin fronteras, y en estilo «soberana» recogida por Miranda (Los Cuatro Ases) en 1923, conocida más cerca por Alfredo Canga. Emotivo recitado con voz sola y quebrada para entonar después con el pianista que en estos temas donde solo hay melodía y poco más, suelo llamar «gaiteru de tecla».

Otro tanto para terminar con la casi obligada y famosa Dime xilguerín parleru que por lo visto fue un asturiano en México quien se la enseñó al El Presi antes de grabarla con guitarra, como informa Javier de Arroes, también presente en la sala, cierre sin «acompañamiento lírico» pero siempre plegado al estilo de canción asturiana cuya historia se remonta a La Busdonga pasando por Diamantina Rodríguez hasta las nuevas generaciones que siguen cantando y renovando nuestro repertorio.

Boleros y especialmente coplas

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Jueves 16 de marzo, 20:00 horas. Auditorio «Teodoro Cuesta», Casa de la Cultura, Mieres. Semana Internacional de la voz, «Tardes de Coplas… y Boleros»: Chus Serrano (voz) y Marcos Suárez (piano). Entrada: 5 €.

Continúa la semana de la voz con un artista integral como Chus Serrano, actor, cantante y logopeda, reuniendo tres facetas plenamente ligadas a esta celebración musical, y esta tarde con boleros y coplas que todos tenemos en nuestra memoria, microrrelatos donde además de cantar unos textos que son «puro teatro» también se deben escenificar, hacer creíbles. 

Como bien me comentaba Elena Pérez-Herrero, coordinadora de esta semana y maestra de canto de muchos de los participantes, hubiéramos necesitado un Astor Piazzolla para nuestra copla que la elevase al sitio que merece como hizo el argentino con el tango.
No abundan buenas partituras y menos arreglos para piano de estas «pequeñas» piezas de nuestra vida, lo sé por experiencia, apenas la melodía y los acordes (siempre pensando en la guitarra) que ni siquiera están todos ni bien… con un poco de suerte algunos arreglos para aquellas orquestinas donde el guión de piano servía para eso, guiar unas armonías que como el tiempo, también han evolucionado, y no hablemos de las editoriales de partituras, casi siempre aprovechando las presentadas en «Autores» (la SGAE) donde solo se exige melodía y bajo «cifrado», que además tienen poca venta ante el pirateo de las redes donde todo es gratis… y así nos luce el pelo.

Recordaba escuchando esta velada que registró la mejor entrada hasta el momento, cómo estos géneros han sido un poco el Guadiana, la música de nuestra infancia que algunos grandes intérpretes la han sacado del olvido volviendo a ponerla de moda, aunque sea atemporal, y siempre nos pasa que seguimos sin saber venderlo. Luis Miguel o Alejandro Fernández han colocado el bolero en la memoria de su generación, retomando la historia de la mexicana María Grever ¡discípula de Debussy! que llegó a escribir un libro titulado «Aprenda Ud. español por medio de la música» tan influyente en los años 40 y 50 en EE.UU. donde Mario LanzaFrank Sinatra y especialmente Nat King Cole, Dean Martin tenían el mismo acento para aquellos temas que pusieron nuestro idioma de moda, también José Feliciano, actualizado y renovado con una rusa: «El idioma es música«. Y es que el bolero no pasa de moda, es mestizaje, sigue generando mucha y buena literatura, documentada, porque es un poco la banda sonora de nuestras vidas además de la mejor promoción del español.
También han coqueteado con el bolero desde Gloria EstefanTamara o Alejandro Sanz, Los Sabandeños, los leoneses Café Quijano e incluso los dos Davides «triunfitos» Bisbal y Bustamante, amén de nuestro cubano Antonio Machín o unos incombustibles Los Panchos que seguimos asociando al bolero, incluso un dúo irrepetible entre Tete Montoliú y Mayte Martín, aunque para mí el maestro siga siendo Armando Manzanero.

Y en la copla tengo que mencionar a nuestro añorado Carlos Cano otro grande de la copla recuperada, sin olvidarme de Martirio que le da a todos los palos su impronta personal (también al bolero como Miguel Poveda) e incluso el asturiano Joaquín Pixán que la elevó también al campo sinfónico. Muy importante la labor de los arreglistas para vestir correctamente estos cuerpos protagonistas de auténticos dramas (y aprovecho para recordar que significa escenificación o teatralización, con dramas cómicos y trágicos aunque parezca que solo sean tales éstos) y sobre todo darle el estilo o aire de dos géneros tan especiales y eternos como el bolero o la copla, de los que Serrano fue contándonos cada historia.

Un placer escuchar la voz fresca, natural, sin amaneramientos de un Chus Serrano que destila arte desde el momento de pisar el escenario, incluso su apellido respira aire propio. No imita a nadie sino que hace suyo cada tema, el bolero y sobre todo la copla, los adornos sinceros e innatos, como el movimiento de las manos en los bailarines, buscando unas tonalidades perfectas para un color de voz espontáneo aunque muy trabajado. Marcos Suárez tuvo que hacer lo que buenamente pudo, con distintos resultados pero siempre respetando al cantante, desnudez en su momento para comprobar que no se necesitan aditivos cuando se canta desde el corazón, aunque deseando encuentren los arreglos que se merecen estos temas inmortales.
Una docena de temas que como suelo hacer, dejo con los enlaces a algunas versiones disponibles en la red y ¡cómo no! unas letras (enlazadas en los autores) que debemos entender en su momento, porque en estos tiempos que corren muchos de ellos estarían metidos en pleitos por machistas, acosadores o incitadores… Tristemente se olvidan de la historia, y el bolero como la copla no pueden cambiarla pero si seguir recordándola para no repetirla.

Cada uno tenemos nuestras versiones pero todas irrepetibles y menos en directo. De regalo Chus Serrano nos dejó el deseo de conocer GRANADA (Agustín Lara) desde la sencillez y convencimiento de una voz propia no solo para el bolero o la copla…

San Juan, femenino plural

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Finalizadas las fiestas de San Juan en Mieres, tres conciertos con voz femenina ocuparon mi tiempo de ocio, voces y estilos diferentes pero con personalidad.

El miércoles 22 de junio en el Auditorio «Teodoro Cuesta» de Mieres con entradas a 10 € se presentaba el CD «Reflejos» plenamente mierense de Elena Pérez-Herrero y Alfredo Morán, doce temas autoproducidos por ellos mismos tras el aperitivo de hace un año donde la voz de nuestra Elena juega con temas clásicos de Poulenc (Les Chemins de l’amour), Donizzeti (Me voglio fa ‘na casa), Villalobos (Melodía sentimental) o mi querido Piazzolla (el Oblivion con letra italiana al más puro estilo Mina) sentidos desde un canto personal perfectamente pronunciado en cualquier idioma, capaz de acercarnos con igual calidad al folclore sudamericano (esta vez no había bossa pero sí la Tonada de luna llena de Simón Díaz) o al bolero ranchero (Y de Mario de Jesús es único) que se convierte en jazz de sabor minero, traduciendo previamente unos textos siempre hermosos desde la misma dramaturgia con la que canta, siempre con ese segundo plano impecable de Alfredo, melodías en acordes, rasgueos de buen gusto, contestaciones, rítmica libre pero ajustada, esperando el momento preciso, el ropaje ideal desde tiempo inmemorial para atreverse también como compositor de una Nana de la ilusión o un Canto de Sirenas sin palabras que Elena hace mitología del siglo XXI, brillando y sintiendo. Un placer comprobar que mantiene su amplísimo registro con un grave poderoso, unos medios pletóricos y unos agudos con gusto, matices y musicalidad que sólo una trayectoria sólida como la suya puede dejarnos. What a wonderful world de propina cual perfecto resumen del concierto. El disco no para de sonar en mi equipo y la sensación de paz que transmite lo hace ideal para todo tipo de momentos, pero el directo es indescriptible.

Tras ser pregonera el viernes 17, mi ex-alumna batanera Paula Rojo (1990) se convertía en la figura de la noche mágica el jueves 23 tras los fuegos artificiales y la foguera, con el tiempo climatológico ayudando sin «orbayu» (ya hubo agua de sobra el día de San Juan) a un llenazo en el Parque Jovellanos, el mismo al que todos asistimos muchos años para escuchar tantos conciertos de nuestros artistas y grupos favoritos. No era un sueño sino la realidad de una carrera ya consolidada con la Dixie Band y el llanisco Tristán Armas al frente, perfectamente acoplados con la mierense, profeta en su tierra y mediática tras su paso por el programa de Tele5 «La Voz», que como tantos otros, no encumbra siempre a los ganadores y el tiempo pone a todos en su sitio.
Dos discos en el mercado («Érase un sueño» y «Creer para ver») que se han vendido y escuchado mucho en todas las emisoras además de tener buenas críticas, canciones para todos los públicos con especial presencia de adolescentes y hasta en niñas de colegio (que arrastran lógicamente a sus padres y abuelos) que ven en Paula alguien cercano con esa imagen y música country muy americana (steel guitar, banjo y ukelele no pueden faltar) pero con el sello personal de su voz y estilo que sigue triunfando tanto en dúo, versión acústica o con esta su banda, además del dúo con el también asturiano Toni Amboaje (1981) con quien comenzó sus primeros pasos y la tele también hizo visible, conviertiendo sus propios temas en verdaderos hits. Más de dos horas de concierto con recuerdo a Elvis en un mix prodigioso en interpretación por parte de todos y un sonido impecable donde se escuchaba todo sin molestar, Si me voy no necesitó vasos, el parque cantó a coro Sólo tú y Mieres sonó a country un Poco más…

La noche del sábado 25 nos traía a la también cantautora Rozalén (Yeye, 1986), nombre artístico de Mª de los Ángeles Rozalén Ortuño, la manchega de voz rasgada que descubrí una mañana en «No es un día cualquiera» gracias a mi admirado Carlos Santos que, como un servidor, es omnívoro musical además de periodista, escritor y viajero con su «libreta colorá«. Nuevo éxito de público de todas las edades donde no faltaron las fans que corean los temas de sus dos discos («Con derecho a…» y «Quién me ha visto»), especialmente Comiéndote a besos con ese cambio de ritmo impactante, humor e ironía como prometía antes del concierto, y sobre todo buen hacer musical con letras comprometidas para alguien que se declara «libre, firme y luchadora», unido al toque tan especial de su inseparable intérprete de signos que hace llegar unas letras cuidadas a los sordos (las vibraciones musicales las sentimos todos, las emocionales también y sin exclusión). Una banda típica de guitarras, teclados, batería y bajo arropó a la albaceteña de principio a fin, aunque Ni tú ni yo con Fetén sea otra joya a guardar porque con Rozalén siempre Saltan chispas y es un Alivio.

No asistí a los conciertos de pago en el patio del Liceo donde la estrella del viernes 17 fue Manel Fuentes cual Boss con banda de «Tu cara me suena«, y desconozco resultados pero mi agenda final estaba abarrotada, incluso volví a repetir como pianista «ambientador» el viernes 24 en la ceremonia de entrega de los galardones «Mierenses en el mundo», donde acompañando al Coro Minero de Turón hicimos una versión para voces graves y piano del «Himno de Asturias» que he compartido en mi canal de YouTube©, con mejor sonido que imagen.

Aún quedan memorias finales, balances y avances para la próxima temporada, con un verano donde no pararemos, pero curiosamente San Juan, en lo musical, me resultó femenino plural.

Mozart nun tris

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Martes 3 de noviembre, 11:30 horas. Auditorio «Teodoro Cuesta», Casa de la Cultura, Mieres. Producciones Nun Tris: Los amorinos de Bastián y Bastiana (Mozart). Vanessa del Riego (soprano), Cristóbal Blanco (tenor), Antón Caamaño (bajo), Mario Álvarez Blanco (piano). Supervisión musical: Elena Pérez Herrero; escenografía: Pablo Maojo; ayudante de dirección: Inma Rodríguez. Dirección escénica y versión en asturianu: Antón Caamaño.

Esta mañana de noviembre nos fuimos con el alumnado del IES «El Batán» a escuchar una ópera de Mozart traducida al asturiano, dentro de la «Axenda Didáctica escolar» que patrocina la Consejería de Educación y Cultura desde hace seis años, a través de la Dirección Xeneral de Política Llingüística, aunando en nuestro caso los Departamentos Didácticos de «Llingua asturiana» y «Música«, una actividad muy útil desde todas las áreas que acoge proyectos de lo más variado, decantándonos nosotros por esta dualidad que toca el folk como en otros años,

pero también la «ópera de cámara», pues eso es Bastien und Bastianne, K. 50/46b, un singspiele que no llega a la hora de duración pero no en alemán sino en nuestra lengua autóctona, ya rodada y con artistas de la tierra, en un montaje sencillo, ocurrente, en época trasladada al siglo XIX de la emigración asturiana como «una crítica a los valores de las ciudades, a las que se la identifica con la vanidad, y una apuesta por la sencillez, simbolizada en el mundo rural» (el mismo de gran parte de nuestro alumnado) y con tres personajes siempre actuales desde cualquier óptica, partiendo de elementos tradicionales que evolucionan al paisaje urbano.

Difícil es cantar por la mañana, aún más tener al alumnado atento, pero resultó todo un éxito esta adaptación muy trabajada no ya por la traducción del alemán al asturiano, primera ópera representada en nuestro idioma, a cargo del director escénico y bajo para la ocasión Antón Caamaño, con la supervisión de la mierense Elena Pérez Herrero, que conoce a la perfección obra e intérpretes desde su condición de cantante y profesora de canto.

Con el piano (eléctrico) de Mario Álvarez Blanco, curtido en repertorios operísticos (es maestro repetidor de la Ópera de Oviedo desde hace años), el propio actor profesional Antón Caamaño como Colás más la soprano Vanessa del Riego en Bastiana y el tenor Cristóbal Blanco como Bastián, ambos también componentes del Coro de la Ópera de Oviedo, ayudados por sobretítulos y una iluminación suficiente, siempre ayudados por el personal técnico de la Casa de la Cultura de Mieres, nos hicieron disfrutar de esta joya compuesta por el prodigio de Mozart con 12 años, música a borbotones con el sello inconfundible del genio de Salzburgo y la engañosa facilidad de una partitura exigente para todos, trío cantante y pianista que debe «reducir la orquesta», donde el alumnado pudo escuchar arias, dúos y el trío final junto a los simpáticos diálogos y enredos que algunos creyeron reales como la vida misma en el coloquio entablado al finalizar la representación.

Mi más cordiales felicitaciones al pianista que hubo de tocar a oscuras en muchos momentos, a una Vanessa acatarrada que luchó como los grandes para no cancelar representación, a Cristóbal que se preparó el papel en tiempo récord (al encontrarse el avilesino Pablo Romero en Londres) y por supuesto al mago Antón, verdadero triunfador entre el público por su trabajo antes, durante y después de esos amoríos que enamoraron a todos. Esta agenda nos viene muy bien a todos en nuestro arduo trabajo, esperando sigan apostando los dirigentes por ella. No olviden que es invertir en futuro.

Sidra y jazz, mezcla asturiana universal

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Septiembre además de cuesta para el bolsillo e inicio de curso también es mes puente estacional entre verano y otoño, la estación ideal asturiana, aún sin arrancar nada del todo pero con momentos de lecturas y conciertos variados. Me gusta escribir sobre música y músicos de mi tierra, una forma de apoyo pero sin «madreñismos» que dice mi primo David Álvarez, queriendo dedicar esta entrada a unos enamorados del jazz y la bossanova, de la música a fin de cuentas, que sin vivir de ello tienen una trayectoria profesional más que larga y no ya por años, que estamos más o menos en la misma quinta todos, habiendo pasado por distintas formaciones y estilos, apostando esta vez por la pareja, un dúo «sui generis«.

Me refiero al dúo turonés Jazz & Bossa 2r1b (los números tienen que ver con la dirección del local de ensayo) formado por Juan Luis Varela y Gustavo Salinas, saxo y bajo eléctrico respectivamente, que decidieron hacer su presentación en casa arrancando las fiestas de El Cristo el pasado viernes 11 de septiembre en la terraza de la Sidrería Casa Chuchu a partir de las 22:30 horas, al aire libre con una megafonía suficiente y todo un repertorio de dieciséis temas conocidos por la mayoría de asistentes que disfrutaron a pesar del orbayu que quiso despertarnos a la realidad de no estar en Copacabana sino en el valle minero por excelencia, hoy en declive pero con las mismas ganas de seguir figurando en el mapa, algo que esta pareja llevan haciendo desde siempre. La música en vivo más viva que nunca pese a dificultades y pegas en aumento.

Muchos meses de ensayo y conciertos varios, con la dificultad de tocar no en cuarteto sino sobre unas excelentes bases pregrabadas de batería o guitarra que pese a resultar «cómodos» como instrumentistas virtuales (no beben, no fuman o no discuten) son de lo más exigente a la hora de tocar con ellos (no se confunden, no esperan, son dictadores con el tempo, no permiten ampliar otra rueda si estás inspirado en el solo…), pero finalmente cierras los ojos y te olvidas que sólo hay dos frente a tí, algo que por otra parte también logramos «hace nada» amenizando una velada literaria de nuestro Mieres.

Premio de Novela Corta Casino de Mieres, Junio 1987

El saxo tenor de Varela tiene su mismo timbre de voz unido al color de sus pinturas, como debe ser: sus fraseos y respiraciones resultan plenamente vocales y luminosos, sobre todo en los temas que tienen letra propia y el soplido tenga acento «portugués brasileiro» como en La chica de Ipanema o la Manha de Carnaval que escuchamos en la película «Orfeo negro«, pero también pronuncie un perfecto inglés del inimitable Frank Sinatra en Fly me to the Moon e incluso los llamados standards que los crooners han inmortalizado (perdón por tanto anglicismo) y el saxo revierte al instrumento.

El bajo de Tavo es prolongación de su forma de ser, el sustento necesario, la discreción y saber estar, escuchando antes de hablar porque sin él no habría diálogos como All of Me o Misty, capaz de bailar sobre el mástil o jugar en las baladas con solos de puntillas bien asentadas rememorando a las grandes Lady Day o Ella. Casi dos horas sin interrupción de buena música, la atemporal más allá de modas porque el tiempo las ha asentado, final de verano con hojas muertas (Autumn Leaves) recordándome al idolatrado Bill Evans al que nos permitimos versionear en aquel proyecto Sopa de LenteJazz con el que debutamos en un concurso donde «Cifu» era parte del jurado con Oviedo capital del jazz español, sótanos llenos de humo y paladar de güisky. Siempre música, omnívoro que disfruto tocando y escuchando, esta vez tentado a buscar un teclado para sumarme a la pareja de amigos músicos. Fue mucho más que la sombra de tu sonrisa

Tampoco quiero olvidar un recital hermoso con otro dúo de amigos celebrado en Mieres durante las fiestas de San Juan el 25 de junio, mi querida Elena Pérez Herrero y el guitarrista Alfredo Morán, sabiduría y experiencia como mezcla perfecta capaz de aunar boleros con barroco y bossa al mejor estilo Fitzgerald-Pass más el acento asturiano propio, pues la voz de la profesora y cantante mierense no tiene parangón y el acompañamiento del turonés es el ropaje perfecto para un repertorio buscado desde el conocimiento de estilos aparentemente distintos, que no distantes, y felizmente aunados. La grabación de un CD single, los vídeos y ahora apareciendo en la TPA autonómica están dando que hablar, y personalmente no podía ser ajeno a otro proyecto salido también de las Cuencas, mineras cada vez menos, talento siempre y para seguir y exportar.

Gracias amigos y músicos.

Vuelve la zarzuela solidaria a Mieres

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Jueves 26 de junio, 20:00 horas. Auditorio «Teodoro Cuesta», Mieres: Escuela de Canto y repertorio Vocal Haragei: «Gala de Zarzuela y lírica asturiana«, Entrada 5€ para AMICOS (Asociación Mierense de la Cocina Solidaria).

Elena Pérez-Herrero es una cantante y docente mierense que tiene tras de sí una amplia trayectoria profesional, avalada con distinciones tanto propias como de su alumnado, el cual está triunfando allá donde va. Mujer comprometida siempre, desde «Haragei« nunca se olvida de ese refrán tan musical de «Quien canta su mal espanta», y cuando es necesario arrimar el hombro a causas solidarias siempre está en primera línea, lo que volvió a traerla a su Mieres natal con una representación de su alumnado, nuevo y de siempre, para dejarnos una gala de zarzuela que hizo las delicias de un público menos numeroso del esperado pero igualmente entregado y solidario con Amicos, para quien fue toda la recaudación de taquilla.

Hubo bajas de última hora en el programa previsto por causas ajenas a la organización, como la del pianista y compositor Guillermo Martínez, o los cantantes Faustino Reguero Santimoteo y Fernando García, pero los que acudieron y actuaron en esta gala de zarzuela dieron todo, desde debutantes hasta veteranos, conviviendo y compartiendo el aprendizaje que siempre supone subirse a un escenario.

Sin entrar en valoraciones, comenzar citando a los siempre poco reconocidos pianistas repertoristas, más que acompañantes y auténtico sustento en partituras que resultan diabólicas al reducir la orquesta al teclado, amén de conocer a cada cantante para amoldarse, «respirar» con ellos y completar un éxito del que tienen siempre parte importante: Laura Martín Graña y el joven Marcos Suárez que además hubo de preparar casi a primera vista el repertorio que le correspondería a Guillermo Martínez, con todo lo que ello supone de trabajo añadido. Sobresaliente para este pianista que ha entendido a la perfección el siempre difícil arte del acompañante.

De las dos voces masculinas gustó el color vocal y potencia de Gaspar Braña, y el gracejo en escena de Cristóbal Blanco, mientras que en las femeninas brillaron con luz propia Sandra Gutiérrez y Yolanda Secades, junto a otra joven veterana Elisabeth Expósito, sin desmerecer otras conocidas como Gloria Díaz Morán, Ana Peinado o Azucena Bedia, junto a la debutante Silvia Inés Fraga que pondrá Mieres en su currículo. La elección de romanzas y dúos de zarzuela siempre acordes a las características de cada voz resultó apropiada, incluso dura para algunos, con alguna página poco escuchada y felizmente recuperada, participando incluso los compañeros en los coros puntuales que contagiaron a parte del público, conocedor de estas páginas populares en mi generación y anteriores pero que debemos seguir programando para mantener vivo un repertorio tan nuestro y de igual (o superior) calidad a la ópera.

Paso a citar el programa escuchado la tarde del último jueves de junio, volviendo a felicitar a todos, Elena a la cabeza y presentadora de lujo que también colaboró en los coros, así como a Carlos Muñiz, presidente de AMICOS que agradeció al final de la gala el gesto solidario y dejando ya anunciada la próxima de 2015 que intentará convertirse en cita obligada para la lírica en Mieres, villa musical de primera.

Primera Parte:

Gloria Díaz – Laura Martín: Qué te importa que no venga de «Los Claveles» (José Serrano).

Cristóbal Blanco – Laura MartínChinito soy -tango triste- de «Don Quintín el Amargao» (J. Guerrero).

Ana Peinado – Gaspar Braña – Marcos Suárez: Dúo de «Luisa Fernanda» (F. Moreno Torroba).

Elisabeth Expósito – Marcos SuárezRomanza de Marola de «La Tabernera del puerto» (Pablo Sorozábal).

Gaspar Braña – Marcos SuárezRomanza de Leandro de «La Tabernera del puerto» (Pablo Sorozábal).

Ana Peinado – Marcos Suárez: Romanza de «Chateaux-Margaux» (M. Fernández Caballero).

Gloria Díaz – Cristóbal Blanco – Laura MartínQuiéreme mucho (Gonzalo Roig).

Elisabeth Expósito – Cristóbal Blanco – Marcos Suárez: Dúo Ese pañuelito blanco de «La Chulapona» (F. Moreno Torroba).

Segunda parte:

Sandra Gutiérrez – Marcos SuárezCarceleras de «Las hijas del Zebedeo» (R. Chapí).

Silvia Inés Fraga – Marcos SuárezAnxelinos (Ángel Émbil).

Azucena Bedia – Marcos Suárez: Romanza de Roseta de «Las segadoras» (Leopoldo Magenti).

Silvia Inés Fraga – Azucena Bedia – Marcos Suárez: Dúo de «Don Gil de Alcalá» (M. Penella).

Yolanda Secades – Marcos Suárez: Tango de la Menegilda de «La Gran Vía» (F. Chueca).

Sandra Gutiérrez – Marcos Suárez: Yo he nacido muy chiquita de «El dúo de la Africana» (M. F. Caballero).

Sandra Gutiérrez – Yolanda Secades – Marcos Suárez: Dúo de «Los diamantes de la corona» (F. Asenjo Barbieri).

Una tarde de zarzuela que además resultó ser alimento también para el alma. Gracias como suelo decir al Haragei Team, que sigue sumando esfuerzos, voces y buen hacer musical sin olvidar el necesario lado humano.