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Bandas en el FEX

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Martes 17 de junio, 74 Festival Internacional de Música y Danza de Granada. 22 FEX (Festival Extensión).

Ya en capilla para asistir al 74 Festival de Granada (mi tercero consecutivo) y en plena celebración del Corpus con la propia Feria de la capital nazarí, me encontraría con el conocido como «extensión» del mismo, el llamado FEX, con música en la calle y otros recintos poco convencionales que llevan la música del histórico festival de verano de la capital andaluza de a otros lugares y públicos no habituales, aunque también me topé con varios acérrimos.

Al comenzar mi paseo vespertino, a las 20 horas en Puerta Real, y una hora más tarde en Bib-Rambla escucharía a FEGRABAND, una fanfarria de la Federación Granadina de Bandas de Música con una plantilla joven muy buen ensamblada (4 trompetas / 3 trombones / 2 trompas / 1 bombardino / 1 tuba) que desde el balcón del NH Collection estaban tocando arreglos para esta formación (que también se la llama «Brass Band»), y así escuché fragmentos de Carmen (Bizet), Carros de fuego (Vangelis), Marcha triunfal de “Aida” (Verdi) o la marcha En busca del arca perdida de “Indiana Jones” (John Williams) sorprendiendo a los muchos turistas que soportaban los 38º gracias a la buena música con un impagable trabajo de los voluntarios del Festival repartiendo los folletos con la programación. Mucha gente parada y aplaudiendo esta joven formación dirigida por Fernando Gómez Morgollón, auténtica cantera de talento para las bandas de música, patrimonio que debemos mantener.

En Bib-Rambla cambiarían alguna de las obras y con parte del público que les seguía cual «flautistas de Hamelin», comenzando con la Fanfarria olímpica (J. Williams), el Brindis de “La Traviata” (Verdi), más Verdi y su Marcha triunfal de “Aida” y nada mejor que John Williams  casi «en busca de la sombra perdida», verdadero pistoletazo de salida del 74 Festival de Música de Granada.

No faltó a las citas el actual director del Festival Paolo Pinamonti que, como un servidor, seguiría periplo hasta la Plaza de las Pasiegas con el incomparable fondo de la Catedral de Granada para disfrutar del concierto de la Banda Municipal de Musica de Granada bajo la dirección del maestro  y compositor de Santa Fé Ángel López Carreño y un programa exigente con obras de Shostakovich, Copland y Reed.

Ni una silla libre aunque se irían vaciando porque algunos curiosos no podían (o no querían escucharlo completo), y unas interpretaciones verdaderamente encomiables con una acústica al aire libre que ayudó a disfrutar de obras comprometidas para una gran formación en un repertorio diría que de banda sinfónica aunque no haya cuerda grave en la plantilla, contando con unos arreglos muy trabajados. Bravo por la clarinete y concertino, pero también los diferentes solistas de oboe, trompeta, saxo tenor… más un cuarteto de percusión solvente (bravo las láminas), mandando y siguiendo en cada momento al maestro López Carreño  que dirigiría de memoria la hora larga de un programa titulado «Influencias de ida y vuelta entre el este y el oeste».

Buen y solemne arranque con Shostakovich, siempre reconocible, poniendo a prueba todos los efectivos de la banda granadina (excelencia de clarinete solista), después un viaje transatlántico con el Copland más festivo, percusiones tan protagonistas como el resto de secciones (bien el trompeta solista «ad libitum»), ricas dinámicas, buen empaste en metales, encajes rítmicos muy conseguidos, para cerrar concierto con las difíciles Danzas Armenias del prolífico estadounidense Alfred Reed, tan características por sus ritmos compuestos y amalgamados, bien marcados y resueltos por los músicos granadinos, con unos episodios donde disfrutar de cada sección y sus primeros atriles más una amplísima gama dinámica apreciable por la acústica pétrea de la plaza, con parte del público aplaudiendo donde quiso pero totalmente respetable aunque rompiese  la unidad narrativa que el director granadino intentó siempre y alcanzó con una excelente banda.

Una previa calurosa que llegaría hasta la cálida noche granadina, aún con bailes y sevillanas de feria, buen ambiente festivo antes del Jueves de Corpus con una Misa que contaremos desde aquí…

PROGRAMA

Dmitri Shostakovich (1906-1975):

Obertura Festiva

Aaron Copland (1900-1990):

El Salón México

Alfred Reed (1921-2005):

Danzas armenias:

1ª parte:

El albaricoquero – El canto de la perdiz – ¡Eh, mi Nazan! – El monte Alagyaz – ¡Vamos, vamos!

2ª parte:

1. Ven, brisa (La súplica del campesino) – 2. Khoomar (Danza nupcial) – 3. Cantos de Lorri

G de SwinG

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Domingo 9 de febrero, 19:00 horas. Auditorio de Oviedo, Conciertos de Invierno, «George Gershwin: el puente entre la música clásica y el jazz». Banda de Música «Ciudad de Oviedo», Henar F. Clavel (piano), David Colado Coronas (director).

Como bien se titulaba este concierto, George Gershwin es el puente entre la clásica y el jazz, o si se prefiere, la traslación sinfónica de la única música genuinamente estadounidense. El catálogo del pianista y compositor nacido en en el barrio neoyorquino de Brooklyn abarca muchas obras que hoy consideramos standards por lo conocidas que son en múltiples versiones, con muchas utilizadas en el cine -como las dos últimas de este concierto dominical- y verdadero avance al alcanzar el repertorio sinfónico, sin perder de vista que nacieron para las llamadas Big Bands, así que poder escucharlas por la Banda de Música «Ciudad de Oviedo» fue casi acudir a la fuente original, incluso con los arreglos del compositor y clarinetista belga Cornelius Marcel Peeters (1926-2020) o del japonés Naohiro Iwai (1923-2014), buenos conocedores de la instrumentación para banda que han hecho llegar repertorios «clásicos» a estas formaciones, verdadera auténtica cantera musical de ayer, hoy y siempre.

La Obertura Cubana calentaba motores con aires caribeños en aquellos tiempos donde La Habana era el gran casino de los yanquis, ritmos y melodías que nos recuerdan a melodías como El Cumbanchero o El manisero con clarinetes y saxos «emulando» a los violines sinfónicos junto a una percusión algo lejana pero manteniendo el empuje de esta página.

Aún recuerdo el año 1982 donde aprovechando el Mundial de Fútbol se representó por vez primera en el Campoamor la ópera Porgy and Bess con tantas melodías que han ido tomado vida propia en todas las versiones, así que el arreglo del músico belga estuvo más cercano al swing natural que a la lírica, de nuevo con una banda bien ensamblada, una percusión ajustada y bien cuidados los distintos temas por parte del maestro Colado.

Otro tanto sucede con Un Americano en París donde la película con Gene Kelly permanece en nuestra memoria. El músico japonés rehace esta página del neoyorquino dándole la magnificencia que otorga una banda sinfónica con contrabajo y arpa «de teclado» (a cargo de Lisa Tomchuk) más todo el poderío de los metales, un arreglo que nos permitió disfrutar de los excelentes solistas de la banda ovetense (muy bien la saxofonista Helena Maseda y la percusionista Susana Escaño con la bocina y flauta de émbolo), y un sonido compacto además de contundente en todas las secciones.

Y en este puente jazzístico desde la banda llegaba la Rhapsody in Blue, también muy cinematográfica en «Fantasía 2000» de Walt Disney, en Oviedo con la joven pianista Henar F. Clavel (Avilés, 2006). No es habitual encontrar la versión con banda en vez de orquesta porque la sonoridad es mayor y hasta los «colores» cambian, como todavía recuerdo en Barcelona ya hace años con la asturiana Carmen Yepes. El propio Gershwin la escribió originalmente para piano solo (con él en el estreno) y banda de jazz (donde no ponía los instrumentos sino el nombre de los músicos), con ese arranque de clarinete solo (hoy no muy inspirado). No hubiera estado mal reducir plantilla para acercarnos a la esencia porque la gran plantilla no permitió escuchar el piano con toda su presencia, y por momentos pareció un instrumento más en vez de solista, pero aún así no siempre se puede acceder a la versión con orquesta sinfónica y seguro que a la joven avilesina le vino bien poder trabajarla. Los solos demostraron su personalidad, jugando con los tempi y dejándonos casi al «Rachmaninov de Brooklyn» con algunas notas que se perdieron por el camino sin restarle valentía y fuerza. Henar Clavel tiene mucha carrera por delante y capacidad para afrontar cualquier repertorio, mas tendrá que «templar el ánimo» pues su ímpetu juvenil puede perderla (algo que curará con los años para alcanzar la madurez). La formación clásica da una técnica que es válida para todo, también para el jazz (mi recuerdo para Moisés P. Sánchez) pero me decanto por versiones más cercanas al original (recomiendo las de Michel Camilo) o sin miedos a mostrar esa «segunda vía» caso del propio Bernstein, todo un omnívoro como intérprete y compositor, por otra parte tan cercano al propio Gershwin que la tituló «Un experimento en música moderna», siendo otro estadounidense, Ferde Grofé, quien la arreglaría para orquesta.

De propina y sumándose como un atril más, la versión para banda del Danzón nº 2 de Arturo Márquez para dejarnos el calor de esta música cosmopolita de aires caribeños para esta tarde de domingo que llenó el Auditorio.

PROGRAMA

George Gershwin (1898-1937):

1.- Cuban Overture

2.- The Porgy and Bess Collection (arr. C. M. Peeters)

3.- An American in Paris (arr. N. Iwai)

4.- Rhapsody in Blue (solo Piano and Concert Band)

Propina: A. Márquez: Danzón nº 2.

Carta a SS.MM.

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Muy señores nuestros, si me permiten este trato epistolario:

Como todavía queda algo de inocencia (será por los años), lo único que les pido a Los Magos (lo de reyes cada vez lo llevo peor y no solo por esta tendencia mía a La República) es pasar la hoja del calendario a este nuevo año con rima fácil y poco educada aunque cause risa (como «caca, pedo, culo, pis»…).

Musicalmente, y a la vista de cómo sigue el mundo lleno de guerras, genocidios, odio y las tristes circunstancias de las que parecemos no aprender, solo pido mantener toda la música a ser posible en PAZ, FRATERNIDAD y AMOR como pidió Riccardo Muti el primero de año desde Viena, aunque sé que la SALUD es el mejor regalo en estos tiempos.

Sin necesidad de aniversarios (y en 2025 también tenemos varios para celebrar), como todo los años que son como mi Scalextric, pido poder escuchar en mi tierra la Octava Sinfonía «De los Mil»  de Mahler con todas nuestras orquestas (OSPA, OvFil, la Universitaria ya renacida), coros («El León de Oro», grandes, chicas doradas, chicos de hierro, «piedras» y peques, igual que el de la Fundación Princesa, la Capilla Polifónica «Ciudad de Oviedo» y también una Escolanía -pues a la de Covadonga la han «desaparecido»- más la de San Salvador…), junto a solistas de los que tenemos un montón y ¡de primera! en nuestra querida Asturias y de todas las tesituras: Beatriz Díaz, Elena Pérez Herrero, Ana Nebot, Lola Casariego, la joven María Heres, Alejandro Roy, David Menéndez, Miguel Ángel Zapater, Juan Noval-Moro… (algunos «adoptados» o directamente de nuestra familia cordobesa). Sería lo más deseado de mi larga lista… Para todos ellos siempre les pido a ustedes mucho trabajo, pues los éxitos llegan con el esfuerzo y eso no les falta nunca.

Eso sí, mantengo mi ilusión de contar con Pablo González como director de un acontecimiento que saben me copió Dudamel, al que le perdono casi todo… y mi tocayu ya dirigiese en Barcelona cuando estuvo de titular, también finalizado su contrato con la OCRTVE, así que aprovecho para pedirles «le den una orquesta» para este 2025 y siguientes, pese a que no le falta trabajo. Ya por redondear este paquete, podrían traernos un concertino para la OSPA, pues seguimos huérfanos y necesitados desde la jubilación de nuestro querido Sasha, y que se acierte en el nombramiento de una gerencia que la ayude a seguir creciendo con su titular portugués (¡por favor que no nos lo lleven!).

Con la ilusión infantil de este día tampoco quiero olvidarme de pedirles muchos conciertos para Forma Antiqva, esperando les llegue un Grammy clásico (se lo merecen), sobre todo a los tres hermanos Zapico que pese a todo, siguen «a tope» haciendo historia volando «desde casa», actuando solos, con otros ensembles, pero especialmente con «su formación», así como pedir que sigan grabando nuevos discos, juntos o por separado, pues siempre son el mejor regalo en cualquier día del año.

También quiero recordar a mis queridos pianistas con la mierense nacida en la capital Carmen Yepes en Madrid a la cabeza de los también docentes y «emigrados» como Mario Bernardo o Martín García. Todos ellos, junto a Henar F. Clavel, están creciendo en todos los sentidos, sin olvidarme de mis admirados Diego Fernández Magdaleno, Judith Jáuregui (que será de nuevo mamá este año como el mejor y mayor regalo) o mi querida venezolana Gabriela Montero, a quienes les vendrá bien seguir trabajando mucho en este recién estrenado 2025.

Mantengo la ilusión y pido más composiciones de Jorge Muñiz junto a las de la joven e inconmensurable pareja Guillermo Martínez (al menos que siga igual de fructíferoy Gabriel Ordás (en Manhattan formándose y trabajando en la distancia), pues siguen estando de lo más inspirados, regalándonos muchos estrenos tal como les había pedido en otras cartas. Gracias señorías…

Y por mantener la ilusión, aunque como decía mi madre «parece que te hizo la boca un fraile», continúo reclamando a los llamados «gestores culturales» les den mucho más trabajo a los de casa, no por patrioterismo o «aldeanismo» barato sino por la calidad contrastada, incluso que varíen de agencias porque acaban repitiéndolas más que el ajo.

Este año no pido nada para mis violinistas favoritos que se van haciendo mayores, pero siguen trabajando y bien: Ignacio Rodríguez sigue emigrado en Bélgica y María Ovín continúa en la OSPA, creciendo como personas y artistas… solo desearles que continúen los éxitos.

Para mi adorada Beatriz Díaz siempre les escribo otra carta porque se merece todo lo que le traigan en este 2025 y mucho más. Además de darle de nuevo las gracias a la soprano asturiana, felicitarla por un repertorio que sigue creciendo tanto como su agenda aunque esperemos mucha más ópera y zarzuela en el Campoamor (como fue su gran protagonista de La Rosa del Azafrán), tras su esperada Mimí en Alicante y hace poco un Manojo madrileño a tope), por lo que les sigo pidiendo llevarla al Teatro Real de Madrid o al Liceu barcelonés. En Tokio o Brasil ya ha triunfado, en Italia «la piccolina» ya es casi suya, y continúa teniendo fechas por Europa pero debo recordarles que en Londres, Viena o Nueva York aún no se han enterado cómo canta, y Vds. lo saben por ser Magos… la magia de la soprano allerana es tan única como la suya y debemos compartirla.

Para la ópera necesitaría otra carta de adulto, pero mi recordada mamá me repetía aquello de «contra el vicio de pedir, la virtud de no dar»… al menos mantenerla en Asturias apostando por títulos nuevos (parece que se va logrando) sin olvidarnos de los «top» y seguir dando oportunidades a nuevas voces y públicos.

A todos mis amigos músicos repartidos por el mundo les mando siempre «MUCHO CUCHO®» antes de cada actuación, normalmente de vaca asturiana, y podría escribir otra misiva más detallada para tantos como tengo repartidos por el planeta (para que luego digan que existe la «maldición» ENTRE MÚSICOS TE VEAS). Al menos me consta que «los envíos» llegan a destino y se agradecen, incluso con emoticonos que ya son universales (🚜💩💩💩💩💩💩💩🐄).

Por ultimo no quiero olvidarme de mi Ateneo Musical de Mieres del que me regalasteis su presidencia allá por junio de 2018, pidiendo la misma salud que en el recién finalizado 2024 en que cumplíamos seis años (esta vez la Lotería no tocó pero sí nuestros músicos que no pararon), esperando mantengan su Banda Sinfónica y agradecerles haber hecho un buen relevo de nuestro querido Antonio Cánovas (ya en su tierra murciana y dirigiendo la Banda de Águilas) con un prometedor e ilusionado Nando Castelló. Poder mantener el mismo nivel a lo largo de estos seis años y llevar su música, además del nombre de nuestra «Hermosa Villa» lo más lejos posible con una calidad y programas que son la envidia de muchos, es un deseo que se sigue cumpliendo y nuestros «13 Reyes» estrenados en la Folixa de Mieres triunfaron en Lorient, esperando ya el 31 de mayo para volver a disfrutarlo en el Auditorio de Oviedo con los «hermanos» de la Banda de Gaites «La Laguna del Torollu» e Iñaki Santianes comandando este proyecto que se hizo realidad. Salud es lo importante porque ganas e ilusión no faltan.

A propósito, si pudieran dejar la música en la educación un poco más que ínfima y optativa, entonces descansaría (no tiro fuegos artificiales por respeto a los perros…) pero ya ven que no está entre las peticiones musicales de este mi tercer curso fuera de ella. La LOMLOE o Ley Celáa sigue empeorando leyes anteriores (y recuerdo que iban ocho en 37 años) en pos de una generación de ignorantes digitales y adictos al móvil (no pienso escribir nada de la mal llamada INTELIGENCIA ARTIFICIAL que parece un oximorón), aunque mantengo la esperanza que algún día se alcance un pacto de estado donde la educación sea inversión en vez de gasto y prime el menos común de los sentidos en vez de la partitocracia que intenta reescribir la historia a base de tantos eufemismos. Aunque suene un tanto repipi la esperanza nunca la pierdo.

Gracias señores majos y Magos (de donde vengan utilizando el transporte que tengan (saben de sobra que los carburantes son más caros que el pienso). Que sigan llenándonos de esperanza e ilusiones todos los días de este 2025.

Y como siempre, que no se me olvide

¡Hala Oviedo!

Pablito, 12 años

Cantera musical gijonesa

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Miércoles 8 de mayo, 20:00 horas. Sociedad Filarmónica de Gijón, Teatro Jovellanos: Concierto ‘Jóvenes Intérpretes’ del Conservatorio Profesional de Música de Gijón. Gonzalo Díaz Borjas (saxo alto), Banda Sinfónica del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón, José Miguel Merenciano Novejarque (director); Pedro Manuel Fernández Valera (piano), Andrés Rubio Figuera (guitarra), Orquesta Sinfónica del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón, Mónica Paris Vendrell (directora). Obras de Demersseman, Chopin y Rodrigo.

El Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón se fundó en 1986 y en estos 38 años con distintas sedes y oferta educativa, siempre en aumento, su progresión ha sido geométrica hasta instalarse en la antigua Universidad Laboral, un verdadero centro integrado que ya se esperaba en sus inicios (hubo de esperar varias legislaturas) con más de 90 profesores y 20 especialidades. Este concierto para premiar por vigésimo primera vez a los mejores intérpretes, acompañados de dos de sus formaciones, la Banda Sinfónica y la Orquesta, fue el verdadero muestrario del excelente trabajo docente del centro gijonés, hoy con un teatro al completo donde estuvo presente la alcaldesa de Gijón, y esas familias que siempre apoyan el esfuerzo, trabajo y renuncia de una generación que, independientemente del futuro que elijan, siempre tendrán una formación musical que les acompañará toda su vida.

Se levantaba el telón para ver ya colocada una jovencísima Banda Sinfónica del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón aunando grados (elemental y profesional) y edades, con una plantilla de unos 40 músicos que bajo la dirección de José Miguel Merenciano Novejarque afrontarían la Fantasía sobre un tema original para saxofón alto y banda del francés Demersseman y con el premiado saxofonista Gonzalo Díaz Borjas al saxo alto -y ya en la Banda de Música de Gijón-, verdadero examen final para una partitura muy exigente siempre bien llevada desde el estrado y comprobando el buen nivel de estos estudiantes que en nada les reclamarán en otras formaciones donde seguir creciendo, tanto para el solista como para la agrupación de viento y percusión del conservatorio gijonés.

Tras esta obra para aprovechar los cambios en escena, llegarían los discursos y entrega de premios, siendo  Silvia Rodríguez Gutiérrez como Jefa del Departamento de Actividades del Conservatorio quien haría las veces de presentadora, la directora Julia Álvarez Gonzalez y el presidente de la Sociedad Filarmónica de Gijón el doctor Antonio Hedrera Fernández.

Palabras de gratitud por parte de todos más el apoyo de instituciones que trajeron este concierto y donde el presidente remarcó el apoyo y colaboración que siempre ha dado la centenaria sociedad gijonesa al alumnado, haciéndoles entrega a los premiados de un abono para los conciertos de la próxima temporada, esperando que algún día no lejano sean los siguientes intérpretes engrosando una larga lista de figuras con repercusión nacional e internacional.

Y continuaría el concierto con el pianista Pedro Manuel Fernández Valera junto a la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón bajo la dirección de Mónica Paris Vendrell

para interpretar el segundo movimiento (Larghetto) del siempre exigente Concierto op. 21 nº 2  para piano y orquesta, una orquesta en rodaje, sin completar plantilla y algo descompensada en la cuerda con solo un contrabajo, pero perfecta en sonoridad (la afinación seguirán trabajándola toda su vida) para disfrutar de un piano limpio, presente, con una interpretación de calidad para el nivel del solista, lógico siendo premiado por sus aptitudes, junto a una  clara dirección para encajar entradas, dialogar con el solista e ir acostumbrándose no solo a tocar lo escrito sino a escucharse entre todos, trabajo en equipo tan necesario siempre y aún más en el siempre sacrificado mundo de la música.

Para reubicar la escena, más agradecimientos de Silvia Rodríguez y el turno para Andrés Rubio Figuera, quien junto a la orquesta interpretaría el famoso Adagio (segundo movimiento) del Concierto de Aranjuez de Rodrigo. Una guitarra levemente amplificada de técnica precisa, fraseos sentidos, con una orquesta un poco mayor que la de Chopin con un corno inglés tan protagonista como el solista, y la concertación de la maestra Mónica Paris, atenta a toda la formación y dándole la seguridad a la guitarra para dejarnos a todos con ganas de más.

Una hora que pasó volando aunque esperaba los conciertos completos pero reconociendo la dificultad para afrontarlos con un alumnado que lo dio todo en el Jovellanos. Solo me queda felicitar al profesorado por un trabajo que no se ve pero se aprecia al escuchar a estos alumnos, inculcando el amor por la música en vivo, y de nuevo el apoyo de unas familias sin las que esta joven generación hubiese optado por otras aficiones, sabedoras que la formación musical es universal en cultura, valores y solidaridad, pudiendo llegar a convertirse en una profesión que en mis años hubiera sido casi imposible.

PROGRAMA

Jules Auguste Demersseman (1833-1866):

Fantasía sobre un tema original para saxofón alto y banda, op. 32

Gonzalo Díaz Borjas, saxofón tenor

Banda Sinfónica del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón

José Miguel Merenciano, director

Frédéric Chopin (1810-1849):

Concierto op. 21 nº 2  para piano y orquesta  (2º mov: Larghetto)

Pedro Manuel Fernández Valera, piano

Orquesta Sinfónica del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón

Mónica Paris, directora

Joaquín Rodrigo (1901-1999):

Concierto de Aranjuez para guitarra y orquesta (2º mov: Adagio)

Andrés Rubio Figuera, guitarra

Orquesta Sinfónica del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón

Mónica Paris, directora

Carta a SS.MM.

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Muy señores nuestros, si me permiten este trato epistolario:
Como todavía queda algo de inocencia (será por los años), lo único que les pido a Los Magos (lo de reyes cada vez lo llevo peor y no solo por esta tendencia mía a La República) es pasar la hoja del calendario aunque el «bicho» del Covid siga entre nosotros conviviendo con la gripe habitual.
Musicalmente, y a la vista de cómo está el mundo lleno de odio, guerras, genocidios y las tristes circunstancias de las que parecemos no aprender, solo pido mantener toda la música posible, a ser posible en PAZ, aunque sé que la salud es el mejor regalo en estos tiempos.
Sin necesidad de aniversarios (y en 2024 hay muchos para celebrar), como todo los años que son como mi Scalextric, pido poder escuchar en mi tierra la Octava Sinfonía «De los Mil»  de Mahler con todas nuestras orquestas (OSPA, OvFil, la Universitaria ya renacida), coros («El León de Oro», grandes, chicas doradas y peques, igual que el de la Fundación Princesa, la Capilla Polifónica «Ciudad de Oviedo» y también la Escolanía de Covadonga -que la han «desaparecido»- más la de San Salvador…), junto a solistas de los que tenemos un montón y ¡de primera! en nuestra querida Asturias y de todas las tesituras: Beatriz Díaz, Elena Pérez Herrero, Ana Nebot, Lola Casariego, la joven María Heres, Alejandro Roy, David Menéndez, Miguel Ángel Zapater, Juan Noval-Moro… (algunos «adoptados» o directamente de nuestra familia cordobesa). Sería lo más deseado de mi larga lista… Para todos ellos siempre les pido a ustedes mucho trabajo, pues los éxitos llegan con el esfuerzo y eso no les falta nunca.
Eso sí, mantengo mi ilusión de contar con Pablo González como director de un acontecimiento que saben me copió Dudamel, al que le perdono casi todo… y mi tocayu ya dirigiese en Barcelona cuando estuvo de titular, y ya que se ha despedido de la OCRTVE, aprovecho para pedirles le den una orquesta para este 2024 y siguientes. Ya por redondear este paquete, podrían traernos un concertino para la OSPA, pues llevamos huérfanos y necesitados desde la jubilación de nuestro querido Sasha. Darles las gracias porque sí nos trajeron al fin un titular, y además «vecino».
Con la ilusión infantil de este día tampoco quiero olvidarme de pedirles mucho trabajo para Forma Antiqva, esperando les llegue un Grammy clásico (se lo merecen), sobre todo a los tres hermanos Zapico que pese a todo, siguen «a tope» haciendo historia volando desde casa, actuando solos, en otros ensembles, y especialmente en «su formación», así como pedir que sigan grabando nuevos discos, juntos o por separado, pues siempre son el mejor regalo.
También quiero recordar a mis queridos pianistas con la mierense nacida en la capital Carmen Yepes en Madrid a la cabeza de los también docentes como Mario Bernardo, a Martín García o Henar F. Clavel que están creciendo en todos los sentidos, sin olvidarme de mis admirados Diego Fernández Magdaleno, Judith Jáuregui (que será mamá este año como el mejor y mayor regalo) o mi querida venezolana Gabriela Montero, a quienes les vendrá bien seguir trabajando mucho en este recién estrenado 2024 tras ir recuperando todos ellos fechas.
Mantengo la ilusión y pido más composiciones de Jorge Muñiz junto a las de la joven e inconmensurable pareja Guillermo Martínez (que este pasado año sigue igual de fructíferoy Gabriel Ordás (que tambén se ha ido a USA para proseguir sus estudios), pues siguen estando de lo más inspirados, regalándonos muchos estrenos tal como les había pedido en mi carta del 2023. Gracias señorías…
Y por mantener la ilusión, aunque como dice mi madre «parece que te hizo la boca un fraile» (?), continúo reclamando a los llamados «gestores culturales» les den mucho más trabajo a los de casa, no por patrioterismo o «aldeanismo» barato sino por la calidad contrastada, incluso que varíen de agencias de contratación… saben de sobra que la Cultura ha demostrado además de ser Segura resultar la mejor inversión en tiempos difíciles.
Este año no pido nada para mis jóvenes violinistas favoritos que se van haciendo mayores, pues están trabajando y bien (Ignacio Rodríguez sigue emigrado aunque ahora en Bélgica y María Ovín continúa en la OSPA), creciendo como personas y artistas… solo desearles que continúen los éxitos.
Para mi adorada Beatriz Díaz siempre les escribo otra carta porque se merece todo lo que le traigan en este 2024 (el Año Puccini que debería celebrarse contando con su voz) y mucho más. Además de darle de nuevo las gracias a la asturiana, felicitarla por un repertorio que sigue creciendo tanto como su agenda aunque espere mucha más ópera y zarzuela en el Campoamor como protagonista (con ganas de La Rosa del Azafrán), pues al fin le trajeron el año pasado su esperada Mimí en Alicante (donde le cambiaron hasta su apellido Díaz por Martínez), por lo que les sigo pidiendo la lleven al Teatro Real de Madrid o al Liceu barcelonés. En Tokio o Brasil ya ha triunfado, en Italia «la piccolina» ya es casi suya, y continúa teniendo fechas por Europa, pero recordándoles que en Londres, Viena o Nueva York aún no se han enterado cómo canta, y Vds. lo saben por ser Magos… la magia de la soprano allerana es tan única como la suya y debemos compartirla.
Para la ópera necesitaría otra carta de adulto, pero mi mamá dice que vale ya de pedir… al menos mantenerla en Asturias apostando por títulos nuevos sin olvidarnos de los «top» y seguir dando oportunidades a nuevas voces y públicos.
A todos mis amigos músicos repartidos por el mundo les mando siempre «MUCHO CUCHO®» antes de cada actuación, normalmente de vaca asturiana, y podría escribir otra misiva más detallada para tantos como tengo repartidos por el planeta (para que luego digan de la «maldición» ENTRE MÚSICOS TE VEAS). Al menos me consta que los envíos llegan a destino y se agradecen, incluso con emoticonos que ya son universales (🚜💩💩💩💩💩💩💩🐄).
Por ultimo no quiero olvidarme de mi Ateneo Musical de Mieres del que me regalasteis su presidencia en junio de 2018, pidiendo la misma salud que en el recién finalizado 2023 en que cumplíamos nuestro primer lustro (incluso con la Lotería que no les pedía tocase, porque ya lo hacían nuestros músicos, pero que les agradezco nos trajeran ¡una pedrea!), esperando mantengan su Banda Sinfónica y acertemos en el relevo de Antonio Cánovas (a quien le han traído destino en su tierra murciana y la dirección de la Banda de Águilas). Poder mantener el mismo nivel tras cinco años sin parar (ni siquiera con el Covid), y llevando su música, además del nombre de nuestra «Hermosa Villa» lo más lejos posible con una calidad y programas que son la envidia de muchos. Salud es lo importante porque ganas e ilusión no faltan.
A propósito, si pudieran dejar la música en la educación un poco más que ínfima y optativa, entonces tiraría fuegos artificiales… pero ya ven que no está entre las peticiones musicales en este mi segundo curso fuera de ella. Pero veo que la LOMLOE  (Ley Celáa) sigue empeorando leyes anteriores (y dicen que van ocho en 36 años),en pos de una generación de ignorantes digitales y adictos al móvil, aunque mantengo la esperanza que algún día se alcance un pacto de estado donde la educación sea inversión en vez de gasto y prime el menos común de los sentidos en vez de la partitocracia que intenta reescribir la historia a base de tantos eufemismos. Aunque suene un tanto repipi la esperanza nunca la pierdo.
Gracias señores majos y Magos (de donde vengan) utilizando el transporte que tengan (saben de sobra que los carburantes son más caros que el pienso), sin entrar en cabalgatas de las que no opino, y menos con Baltasar descolorido… Que sigan llenándonos de esperanza e ilusiones todos los días de este 2024 olímpico y bisiesto.
Y como siempre, que no se me olvide

¡Hala Oviedo!

Pablito, 12 años

El Ateneo Musical de Mieres cumple un lustro

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El pasado domingo 18 dentro de las Fiestas de San Xuan de Mieres se celebraba en el Auditorio «Teodoro Cuesta» un concierto extraordinario bajo el título «Antología de la Zarzuela» organizado por el Ateneo Musical de Mieres bajo el siempre inestimable apoyo del Ayuntamiento que preside Aníbal Vázquez (renovando mandato tras las últimas elecciones) y la Concejalía de Cultura dirigida por Juan Ponte (que deja su puesto por otras obligaciones), poniendo al concejo en los itinerarios culturales donde la música también ha tenido, y esperamos continúe, un lugar destacado.

La Asociación Cultural «Ateneo Musical de Mieres» cumple ahora cinco años de su constitución, siendo su Banda Sinfónica bajo la dirección de Antonio Cánovas Moreno (Totana, 1979) el núcleo de la misma, aumentando este año con la Coral «Cantares» y contando incluso con una sección de gaitas para ocasiones especiales.

Y aunque parece que fue ayer, este lustro con pandemia incluida, restricciones y todo tipo de contratiempos no debilitó sino que fortaleció este grupo humano de músicos, Junta Directiva, socios y simpatizantes que han seguido apoyando esta joven asociación mierense.

En este espacio de tiempo no solo ha vertebrado unos programas de alta calidad, todos temáticos, sino que han realizado ofertas innovadoras en Mieres como el Festival Nacional de Bandas de Música (del que van tres ediciones) o el Concurso de Composición «Mª Teresa Prieto» (con dos convocatorias y sus respectivos estrenos, alguno de los cuales ha sonado también interpretado por otras bandas de música españolas), siendo de los primeros en rescatar del olvido la figura de la compositora ovetense transterrada a México, así como la participación en eventos dentro y fuera de Asturias, destacando sus intervenciones en el I Encuentro Internacional de Bandas de Música de Guardo (Palencia), el I Encuentro de Bandas de Música Ciudad de Torrelavega (Cantabria), el X Festival de Bandas de Música «Universidad de León» en su auditorio, así como conciertos en la Región de Murcia (Águilas y Totana).

Cinco años con una trayectoria impecable que esperemos continúe por muchos más, partiendo de cero y alcanzando cotas impensables en aquel junio de 2018, comprando instrumentos, ampliando plantilla, promoviendo obras nuevas (siendo dedicataria de varias), llevando con su música el nombre de Mieres siempre con orgullo, hermanando tierras, participando en conciertos solidarios, todas señas de identidad de este Ateneo Musical, y hasta estrenando nuevo estandarte este pasado domingo para orgullo de su abanderado Manuel Noval. Si bien el traslado como docente de su titular abre una nueva etapa en la dirección musical de la Banda Sinfónica del Ateneo Musical de Mieres, nadie podrá negar los logros y éxitos a lo largo de este primer lustro. Y la Antología de la Zarzuela fue el mejor colofón de este ciclo llenando el auditorio la mañana dominical con melodías por todos conocidas, con la intervención de casi 100 intérpretes sobre el escenario, sumándose el Orfeón de Mieres, el Coro Vetusta y once alumnos del Aula de Canto de Yolanda Montoussé.

Dejo por aquí tanto la cartelería como el programa de mano, siempre con diseños originales que llaman la atención, obra de la artista Patricia Elena Pascual (de la Imprenta Cervantes). La parte musical del concierto antológico en el amplio sentido de la palabra, estuvo centrada en coros, romanzas, dúos y por supuesto páginas instrumentales tan conocidas como el Preludio de La Revoltosa con el que se abría el concierto o el Intermedio de La boda de Luis Alonso cerrándolo, para disfrutar de una banda madura  desde la mezcla ideal de juventud y veteranía, siempre afrontando páginas difíciles desde una calidad que sigue asombrando a quienes acudimos a escucharla.

Y no digamos lo que supone el acompañamiento a las voces para poder mantener el balance ideal de unos solistas con distinta formación, para los que poder cantar con una formación bandística de 60 músicos es un reto y una oportunidad que todos aprovecharon. También se dio la posibilidad al tuba Chiaki Mawatari, perteneciente a la banda y cursando estudios de dirección, de poder mostrar sus dotes al frente de dos obras (la Canción de Paloma de El barberillo de Lavapiés y la habanera de Don Gil de Alcalá).

La emoción presidió todo el concierto, tanto de los intérpretes, deleitándonos los dos coros que dirige Carlos Ruiz de Arcaute, el plantel de voces de la profesora Yolanda Montoussé, varias ya asentadas en el canto profesional y otras jóvenes con mucho futuro, pero sobremanera con el artífice musical de esta antología, el totanero Antonio Cánovas Moreno que dirigía en Mieres su último concierto tras 15 años en nuestra villa, 5 de ellos en el «Ateneo Musical de Mieres».

No faltaron palabras tanto del presentador habitual Alberto Cienfuegos (Michel), del presidente del Ateneo, del señor alcalde y hasta de los propios músicos, con distintos regalos donde no faltó el Adiós con el corazón entonado por todos los presentes que volvió a llenar de lágrimas y sentimiento esta mañana dominical.

Despedidas, agradecimientos y los mejores deseos para una nueva etapa siempre esperanzadora para todos, donde como en tantas agrupaciones, el relevo llegará, y mientras tanto tendrán varios directores invitados hasta encontrar el titular o la titular idónea, aunque el listón haya quedado muy alto en este primer lustro de vida.

La batuta estrenada ahora hace un quinquenio, se entregó al presidente porque el deseo del Maestro Cánovas fue no volverla a utilizarla más que con «su» Banda Sinfónica del Ateneo Musical de Mieres, por lo que seguro quedará a buen recaudo esperando próximas visitas del murciano a esta su segunda casa.

Oviedo tiene Swing

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Martes 16 de mayo, 19:45 horas. Teatro Filarmónica, Concierto 2.053 de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, 10 del año 2023: Vetusta Big Band, Jesús Ángel Arévalo (piano y director musical).

Tarde de amistades, recuerdos y reencuentros, de música que en mi casa sonaba en los vinilos de mi padre (que llamaba Paco Sinatra a «La voz») guardados como un tesoro con todos los grandes; de recuerdos como los del propio Jesús Ángel Arévalo (Oviedo, 1964) quien de crío acudía con su padre Jesús (qepd) a este teatro mientras afinaba el mismo piano de este martes y después se quedaba a escuchar entre bastidores el concierto posterior (ahí empezamos a coincidir). Digno sucesor de Alejandro y Jesús Arévalo en ese mismo lugar, y pianista este martes donde antes tocaron Arthur RubinsteinNikita Magalov, Joaquín Achúcarro y cómo no, Purita de la Riva, La Maestra. Historia musical de Oviedo y de la Sociedad Filarmónica.

Emociones de Jesús que lleva 40 años trabajando con su «amigo alemán Steinway» y que «los tiene cuadraos» al poder formar parte también desde ese piano que habla porque es parte suya: Arévalo en Oviedo siempre sinónimo de piano, de músicas omnívoras, de afición y también de pasión. Todo y mucho más lo vivimos quienes acudimos al Teatro Filarmónica este martes agradecidos de compartir una sesión con mucho swing, con la Vetusta Big Band de Arévalo dirigiendo este fenomenal grupo de músicos para una música que no envejece sino que (nos) rejuvenece.

El curriculum de Jesús no cabe en una sola entrada, y el de los trece instrumentistas que hoy se subieron a las tablas más las voces de Lucía Alonso Pardo y Domingo Lozano, daría para otro tanto, por lo que intentaré no enrollarme mucho en intentar describir la sesión de adrenalina que nos metieron en vena, pues como decía mi querido David Serna a la salida, un concierto que empieza con La Pantera Rosa y termina En forma no puede salir mal.

Formación ideal con un piano que se escuchó poco ante el torrente sonoro donde sólo estaba amplificada la guitarra y el contrabajo, y las voces en la segunda parte poco presentes e incluso cortándose la señal en el caso de Domingo, aunque al final compartiesen micrófono y «mejorara» el balance. Con todo, una big band bien empastada (2+2 saxos alto+tenor, 3 trompetas, 3 trombones, batería, guitarra y contrabajo, más Arévalo al piano), afinada, con solos muy meritorios de metales y saxos comandados por el todoterreno Tomás Azpiri que empujó la sección y es otro de los pilares de esta Vetusta Big Band fundada en noviembre de 2017, heredera de la que se formó en el Conservatorio de Gijón en tiempos de Óliver Díaz con el propio Jesús Arévalo Jr. al frente, y recogiendo lo mejor de nuestros músicos asturianos para interpretar una música que no pasará de moda.

Dos bloques bien diferenciados, el primero con el tributo a los grandes como Ellington, Coltrane, Charlie  Parker, Dizzie Gillespie y el Glenn Miller irrepetible, las grandes bandas desde finales de los años 30 con temas que todos conocemos y tarareamos. Impecable «La Vetusta» con los dos éxitos del gran trombonista, arreglista, compositor y director a quien la SGM nos lo arrebató misteriosamente en el Atlántico un 15 de diciembre de 1944, y cuya vida llevase al cine Anthony Mann en 1954 con James Stewart de protagonista de una historia traducida como «Música y lágrimas«. Emocionantes tanto Moonlight Serenade como Pensilvania 6-5000 y por supuesto In the mood como última propina, con la broma de ser «estreno tras el descubrimiento de las partituras por parte de un musicólogo en Ginebra» (podría ser Oporto, Jerez, la región de Champagne o directamente «cognac»).

El piano solo de Jesús cerraría la primera parte, introduciendo la maravillosa A night in Tunisia (D. Gillespie) en un derroche de buen gusto, armonías y virtuosismo, el mismo abriendo la segunda con Gershwin y ese enorme tema The Man I Love en la voz de Lucía Alonso Pardo, un dúo perfecto de entendimiento y swing para el segundo homenaje de la velada dedicado a las voces en aquellas bandas que encumbraron a las irrepetibles voces femeninas y los llamados «crooners«. De nuevo una formación idónea, desde el enorme bolero de César Portillo Contigo en la distancia con Lady Lucía llevado desde Cuba a los EEUU, y trayéndonos todo el swing latino a la calle Mendizábal, hasta Frankie Domingo Lozano con Lady is a tramp, alternando ambas voces en arreglos ideales (lástima más volumen en los micrófonos), recreación del C’est si bon de Yves Montand e incluso llevarnos  volando hasta la luna en unas instrumentaciones adoptadas y adaptadas como propias.

El dúo final convirtió Oviedo en Nueva York para disfrutar con este tributo filarmónico que la centenaria sociedad ovetense programó con acierto, pues la música de esta Vetusta Big Band es la clásica del pasado siglo, fuente de inspiración para tantos compositores «académicos», con el añadido de la irrepetible y necesaria parte de improvisación que el jazz tiene. El swing ya lo traen de casa y el público que llenó el teatro ayudó con el chasquido de dedos tan unido a estos temas como el mismísimo «olé» flamenco.

Propina de Sing sing, sing sin cantar pero la batería siempre en su sitio de Jorge Cambareli, en homenaje también a Benny Goodman, antes de dejarnos a todos «En forma«. Reencuentro con Cuca Aldecoa rememorando con la música nuestro Mieres del alma, abrazos con Jesusín, músico íntegro e integral, y para rematar, una cerveza (la mía 0% que tenía que conducir) con mi querido Tino Morilla, juventud de verbenas, madurez vital y fotos alemanas. Big Tuesday en Vetusta con su Big Band, un gran martes musical que nos mantiene unidos por tanta música compartida y disfrutada.

Estrenando a las compositoras del Ateneo Musical de Mieres

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Sábado 19 de noviembre, 20:00 horas. Auditorio «Teodoro Cuesta», Mieres: Concierto de Santa Cecilia, Estreno y entrega de premios del 2º concurso internacional de composición para mujeres compositoras «María Teresa Prieto». Banda Sinfónica del Ateneo Musical de Mieres, Antonio Cánovas Moreno (director). Obras de Carlos Rodríguez Torres, Ferrer Ferrán, María Mendoza y Raquel Moyano.

El Ateneo Musical de Mieres cumple cuatro años desde su puesta de largo en esta festividad musical que es Santa Cecilia, y luchando contra pandemias o sinsabores pero sin perder nunca la ilusión, pudiendo convocar el II Concurso Internacional de Composición para mujeres compositoras «María Teresa Prieto» llegó el día grande de estrenarlas con las propias autoras presentes, pues además de lo que supone el premio en metálico, poder estrenarlas en vivo es la máxima aspiración en el siempre difícil mundo de la escritura musical, más siendo mujeres y ampliando un repertorio para banda sinfónica que con ellas sigue creciendo gracias a iniciativas como la de esta asociación cultural mierense.

Este sábado en el Auditorio «Teodoro Cuesta» de Mieres tuvimos una conferencia previa sobre la compositora asturiana que da nombre al concurso, a cargo de la doctora Tania Perón, cuyo libro recoge la trayectoria de esta desconocida para tantos y que la autora investigó «in situ» dejándonos por escrito una obra publicada por la Universidad de Oviedo, todo un referente de la Musicología española salida de nuestro Principado, ayudando a difundir el nombre de nuestra compositora más universal. Las compositoras premiadas llevar autografiado un ejemplar que seguro ocupará un lugar de honor en sus casas.

No puedo ser objetivo con la calidad de esta Banda Sinfónica del Ateneo de Mieres que pese a su corta trayectoria sigue apostando por la calidad y con obras que pocas formaciones similares, recordando que son aficionados, pueden interpretar, y no digamos las cuatro que nos ofrecieron este sábado en el auditorio mierense bajo la dirección del maestro Antonio Cánovas, con 63 músicos sobre el escenario que aúnan juventud y veteranía. Entrega total y desinteresada por mantener la ilusión en hacer sonar un repertorio siempre distinto, temático, complejo pero impresionando por la profesionalidad alabada a menudo por los compositores y compositoras que han podido escuchar sus obras a esta formación que también triunfa fuera de Mieres y de Asturias.

Aunque dejo arriba las notas al programa, añadir alguna anotación personal como el interesante pasodoble Bagaxes (2013) de Carlos Rodríguez, que abría la velada, o el impresionante poema sinfónico Magallanes (2022) de Ferrer Ferrán, homenajeando los 500 años de la llegada a Sanlúcar de esta expedición verdadera odisea marina tras descubrir el Pacífico y el hoy llamado estrecho con su nombre tras episodios trágicos que el compositor describe en la partitura. La música sirve de testimonio sonoro para dos momentos de nuestra memoria unificados en dos obras para banda sinfónica que llenaron de emociones el auditorio mierense. Tras ellas se hizo entrega del reconocimiento como «Socio de honor» a Joaquín García González por su altruismo y apoyo incondicional al Ateneo Musical de Mieres.

Y por fin los esperados estrenos tras la lectura del acta del jurado a cargo de Manuel Martínez Burgos, catedrático de composición del CONSMUPA, que lo presidió junto a José Alberto Pina Picazo y Amparo Edo Biol, emitiendo su veredicto a finales de agosto, siendo los siguientes premios (con el primero desierto):

Tercer premio para La Leyenda de Ermesinda de María García Mendoza Fernández, cinco movimientos (I. Munuza en Gijón, II. El harén, III. Danza y muerte de Ermesinda, IV. La rebelión de Pelayo y entierro de Ermesinda en Covadonga,V. La batalla de Covadonga) con una historia musical inspirada en la desconocida hermana de Pelayo, llena de motivos -alguno muy asturiano reconocible pero variado ingeniosamente- cual banda sonora y un importantísimo papel de la percusión especialmente en el último movimiento. Finalizada la excelente interpretación con muchos aplausos del público que acudió al concierto, le entregaría el premio Luis Alonso Villa, director de zona de Caja Rural Asturias, entidad entre las patrocinadoras del concurso.

Cerraría el concierto el segundo premio que fue para Bienvenidos a la Noche de San Juan de Raquel Moyano Mañanes, un poema sinfónico en cinco movimientos (I La magia de las Xanas, II. El secreto de los Mouros, III. El Trasgu burlón, IV. ¡Qué mala es la guaxa! V. La noche de San Juan) exigentes, ricos en tímbrica. alternando distintos aires y riqueza de ritmos que de nuevo entusiasmaron al respetable, de nuevo con una interpretación pletórica en todas las secciones y la dirección impecable del maestro Cánovas, haciéndole entrega tras escuchar su estreno la concejal de igualdad y feminismo Nuria Ordóñez Martín, poniendo punto y final a una festividad musical que estuvo presentada por el habitual de estos conciertos Alberto Cienfuegos «Michel», siempre enriqueciendo con humor las notas al programa.

Carta a SS.MM.

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Muy señores nuestros, si me permiten este trato epistolario:
Como todavía queda algo de inocencia (será por los años), lo único que les pido a Los Magos (lo de reyes cada vez lo llevo peor y no solo por esta tendencia mía a La República) es pasar cuanto antes este «bicho» del Covid que lleva ya demasiado tiempo entre nosotros y ha trastocado todas las vidas, además de llevarse muchas por delante.
Musicalmente, y a la vista de las cambiantes circunstancias, mantener toda la música posible en vivo, aunque sea con mascarillas y todas las medidas que ya hemos asimilado hasta para estar en el cole, y si puede ser con los aforos completos, aún mejor. Sé que la salud es el mejor regalo en estos tiempos.
Sin necesitar aniversarios pido, como todo los años que son como mi Scalextric, poder escuchar en Asturias la Octava Sinfonía «De los Mil»  de Mahler con todas nuestras orquestas (OSPA, OvFil, la Universitaria ya renacida), coros («El León de Oro», grandes, chicas doradas y peques, igual que el de la Fundación Princesa y también la Escolanía de Covadonga con la de San Salvador…) y nuestros solistas, de los que tenemos un montón y de primera en mi querida Asturias: Beatriz Díaz, Elena Pérez Herrero, Ana Nebot, Mª José Suárez, Lola Casariego, Alejandro Roy, David Menéndez, Miguel Ángel Zapater, Juan Noval-Moro… (algunos «adoptados» o directamente de nuestra familia cordobesa). Sería lo más deseado de mi larga lista…
Eso sí, mantengo mi ilusión de tener a Pablo González como director de un acontecimiento que saben me copió Dudamel, al que le perdono casi todo… y mi tocayu ya dirigió en Barcelona cuando estuvo de titular y ya que se despide de la OCRTVE, aprovecho para pedirles le diesen una orquesta para este 2022 y siguientes. Ya por redondear este paquete, podrían traernos otro incluyendo un concertino para la OSPA, pues llevamos huérfanos y necesitados de ambos.
Con la ilusión infantil de este día tampoco quiero olvidarme de pedirles mucho trabajo para Forma Antiqva, esperando les llegue un Grammy clásico (se lo merecen), sobre todo a los hermanos Zapico que pese a todo, siguen «a tope» haciendo historia volando desde casa, y que sigan grabando nuevos discos.
También quiero recordar a mis queridos pianistas con la mierense nacida en la capital Carmen Yepes a la cabeza (de docente en Madrid), sin olvidarme de mis admirados Diego Fernández Magdaleno, Judith Jáuregui o Gabriela Montero, a quienes les vendrá bien trabajar mucho este recién estrenado e incierto 2022.
Mantengo la ilusión y pido más composiciones de Jorge Muñiz junto a las de la joven e inconmensurable pareja Guillermo Martínez y Gabriel Ordás que en el año pasado y pese a todas las circunstancias, han seguido de lo más inspirados, regalándonos muchos estrenos.
Para La Dama del Alba de mi querido Luis Vázquez del Fresno creo que ya me escucharon el pasado 2021 con la «sorpresa» de poder estrenarla al fin este año de «los dos patitos» tras tantos lustros de ilusión. Veo que la esperanza tampoco podemos perderla.
Y por mantenerla, pido para los llamados «gestores culturales» se olviden de una crisis permanente (Covid aparte), pues la intelectual sigue tan contagiosa como la Omicron, y den mucho más trabajo a los de casa, no por patriotero barato sino por la calidad contrastada, incluso variar de agencias de contratación… y sobre todo ¡no más recortes, cancelaciones, ni cierres!, pues saben de sobra que la Cultura es Segura.
Este año no pido nada para mis jóvenes violinistas favoritos, pues están trabajando y bien (Ignacio Rodríguez, emigrado a Alemania, y María Ovín en la OSPA), creciendo y cumpliendo años… solo desearles mucho éxito.
Para mi adorada Beatriz Díaz siempre les escribo otra carta porque se merece todo lo que traigan 2022 y más. Además de darle las gracias de nuevo, felicitarla por un repertorio que sigue creciendo (especialmente un Mozart que pido pueda llevar a las tablas) y en mayo cruzará de nuevo el charco llevando su prodigioso talento a Brasil como verdadera embajadora de Asturias y España. Que siga creciendo su agenda aunque espere mucha más ópera en el Campoamor como protagonista (de la zarzuela no me quejaré) y le llegue pronto esa Mimí, a ser posible en el Teatro Real de Madrid o el Liceu barcelonés, pues en Italia saben que es muy querida, recordándoles que en Londres, Nueva York o Viena aún no se han enterado y Vds. lo saben por ser Magos… la magia de la soprano allerana es tan única como la suya y debemos compartirla.
Para la ópera necesitaría otra carta de adulto, pero mi mamá dice que ya está bien de pedir… al menos mantenerla en Asturias.
A todos mis amigos músicos repartidos por el mundo les mando siempre «MUCHO CUCHO®» antes de cada actuación, normalmente de vaca asturiana, y podría escribir otra misiva más detallada para tantos como tengo repartidos por el planeta (para que luego digan de la «maldición» ENTRE MÚSICOS TE VEAS). Al menos me consta que los envíos llegan a destino y se agradecen.
Por ultimo no quiero olvidarme de mi Ateneo Musical de Mieres del que me regalasteis su presidencia en junio de 2018, pidiendo la misma salud que en el ya finalizado 2021. A pesar de todo (de la Lotería no les pido que toque), que mantengan su Banda Sinfónica, dirigida por Antonio Cánovas, al mismo nivel tras tres años sin pararla ni siquiera el Covid, llevando su música, además del nombre de nuestra Villa, lo más lejos posible, con una calidad y programas que son la envidia de muchos. Salud es lo importante porque ganas e ilusión no faltan.
A propósito, si pudieran dejarnos la música en la educación un poco más que ínfima y optativa, entonces tiraría fuegos artificiales… pero ya ven que no está entre las peticiones musicales, ni siquiera que algún día se alcance un pacto de estado donde la educación sea inversión en vez de gasto y prime el menos común de los sentidos en vez de la partitocracia que intenta reescribir la historia a base de tantos eufemismos como el de nueva normalidad. Me entristece ver que la Ley Celáa se impone y ya van demasiadas para empeorar progresivamente en pos de una generación de ignorantes digitales… A esta ya no me apunto y abandonaré cansado (por no decir asqueado).
Gracias señores majos y Magos (de donde vengan y utilizando el transporte que tengan sin entrar en cabalgatas de las que mejor no opinar y menos las que se han inventado como ¡estáticas! y hasta con Baltasar descolorido) por seguir llenándonos de esperanza e ilusiones.
Y como siempre, que no se me olvide
Pablito, 12 años.

Festejando con el Ateneo Musical de Mieres

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Sábado 20 de noviembre, 20:00 horas. Salón de Actos del Recinto Ferial de Mieres, Concierto de Santa Cecilia: Banda Sinfónica del Ateneo Musical de Mieres, Antonio Cánovas Moreno (director). Obras de Manuel Morales, Naf Fernández, José Vicente Fernández y David Rivas. Entrada gratuita.

Santa Cecilia,  nuestra patrona, nada mejor que celebrarla con música, además de regalarnos tres estrenos de esta Banda Sinfónica del Ateneo Musical de Mieres que cumple tres años desde su presentación en 2018, y a la que la Pandemia no le ha quitado ilusión, esfuerzo ni trabajo, mucho para mantener el nivel de calidad y apuesta por repertorios y compositores de nuestro tiempo.

En su lugar de ensayo, a la espera de retomar el Auditorio Teodoro Cuesta si el Covid lo permite, nada menos que 65 músicos con el maestro Cánovas al frente, volvía a festejar a a su patrona en el concierto más especial del año, con un programa muy completo, exigente, arrancando con el pasodoble Las Arenas del valenciano Manuel Morales Martínez, aire mediterráneo que homenajea la hostelería de La Malvarrosa a la que nos transportó la Banda Sinfónica, pasodoble potente para abrir boca (y oídos).

Llegarían dos estrenos absolutos, en la línea habitual de un Ateneo Musical de Mieres que sigue apostando por la nueva generación de compositores, hombres y mujeres, desde sus inicios. Dos obras difíciles con instrumentaciones actuales que no pierden la esencia de la formación para la que están escritas, la banda sinfónica que engrandece sonoridades y son verdaderas bandas sonoras de su tiempo:

Vortex de Naf Fernández puso a prueba cada una de las secciones de la banda, partitura rica en matices y texturas, rítmicamente poderosa y auténtica vorágine tímbrica que Antonio Cánovas desgranó al detalle con la respuesta exacta de unos músicos entregados.

Leuca (Isla de las Serpientes) de José Vicente Fernández completaría el doblete de estrenos absolutos en la fiesta de los músicos, obra premiada en los Global Music Awards con la medalla de plata que se escuchó al fin (ese es el objetivo), siendo Mieres la que figurará en la biografía propia y del Ateneo. Magnífica composición de esta banda sonora, casi un poema sinfónico, de lenguaje musical cercano a todos los públicos, que explota al máximo la plantilla instrumental, efectista, momentos grandilocuentes frente a otros más íntimos, en un despliegue sonoro emocionante que arrancó la gran ovación del auditorio con una interpretación de nuevo «milimetrada» por parte del director murciano asentado en nuestra tierra, con un trabajo meticuloso bien solventado por la banda.

Al fin se podía escuchar en Asturias, celebrando el aniversario histórico de los 450 años de la histórica batalla, Lepanto del toresano David Rivas, vinculado al Ateneo desde el primer concierto al dedicarle un pasodoble que resulta la auténtica presentación y seña de identidad de esta Banda Sinfónica. Auténtica explosión musical para una celebración, partitura exigente y una interpretación total en sus cuatro números, el tercero capaz de convertir el salón de actos en un claustro conventual con varios músicos entonando un gregoriano bien imbricado en el discurrir musical de esta suite, y cierre con Marcha Triunfal poniendo el mejor broche para un sábado de celebraciones por todo lo alto.

Los tres compositores presentes en el concierto, fueron agasajados por la asociación y el ayuntamiento  local, además de largamente ovacionados, agradeciéndoles su excelente aportación al patrimonio bandístico nacional que la Banda Sinfónica del Ateneo de Mieres bajo la batuta de Antonio Cánovas presentó a su público, con Alberto Cienfuegos «Michel» al micrófono, más allá de la presentación todo un animador de la escena musical asturiana e incondicional de este Ateneo al que le queda mucho fuelle… el día 5 de diciembre habrá homenaje a otra patrona, Santa Bárbara. Desde aquí lo contaremos, y las redes sociales también dejarán constancia de estos eventos.

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