74º Festival Internacional de Música y Danza de Granada (día 7). Danza.

Miércoles 25 de junio, 22:00 horas. Palacio de Carlos V. Ballet Flamenco de Andalucía / Accademia Piacere, Patricia Guerrero (dirección artística y coreográfica BFA), Fahmi Alqhai (dirección musical, composiciones y arreglos). Origen: La Semilla de los Tiempos. Quiteria Muñoz (soprano), Amparo Lagares Díaz (cantaora), Dani de Morón (guitarra flamenca). Fotos propias y ©Fermín Rodríguez.

Tercer año en Granada, tercera noche de danza en mi séptimo día de la 74ª edición de Festival internacional volviendo a unir de música y danza con el Ballet Flamenco de Andalucía y la Accademia del Piaccere, una de las formaciones que han cambiado la forma de afrontar el Barroco con propuestas tan originales como estos Orígenes, verdaderamente La semilla del tiempo. La presentación en la web de este nuevo espectáculo ya lo avanzaba:

Complicidad creativa
Fahmi Alqhai y Patricia Guerrero, dos referentes indiscutibles de la música y la danza actuales, retoman su complicidad creativa y empeño en proyectar al futuro las tradiciones andaluzas de la música y la danza. En Origen buscarán las semillas que nos ha legado el Siglo de Oro, sembradas en los bailes flamencos por jácaras y pasacalles, marionas y zarabandas que muestran evidencias históricas irrebatibles de sus inequívocos compases y rasgueos de guitarra barroca. Este nuevo espectáculo se nutre de nuestra historia y la recorre de pasado a presente y viceversa, en una rapsodia que proyecta al siglo XXI la fuerza del génesis de estas danzas. El poder en escena del Ballet Flamenco de Andalucía, y los sones histórico-vanguardistas de la Accademia del Piacere serán conducidos por la sensibilidad creativa de estos dos grandes artistas de nuestro tiempo.

Nuevas generaciones que insuflan de aire fresco repertorios de siempre, sin etiquetas, el disfrute de la música y la danza en feliz convivencia directa e irrepetible, aunque ya lo pude disfrutar en el canal ARTE, pero los espectáculos en vivo y además en la Alhambra, son únicos. Y otro lleno en una noche con duende barroco, con un órgano en solitario para abrir la sesión, escena sencilla con varios prismas de distintos tamaños, un bailarín abriendo solo, deambulando la escena y comienzo musical acompañado de una flamenca guitarra barroca tras la que entraría la Accademia con la soprano valenciana Quiteria Muñoz (que «descubrí» con ellos en su último CD) para ajustar una amplificación que mejoraría en dos estrofas de la trócola, para relevarse con un inmenso Dani de Morón a la guitarra flamenca, primera fusión junto al cuerpo de baile taconeando y latiendo a unísono.

Vestuario en tonos gris perla y un ballet jugando y transitando por los prismas mientras el ensemble (ubicabado atrás en una tarima) dialogaba entre siglos uniendo músicas y coreografías más que flamencas de genuino baile español. Combinaciones, movimiento escénico aprovechando el pasillo trasero de columnas para circular. Capítulos marcados por las músicas, «locura», jácaras, marionas, músicas de ida y vuelta, de oriente y occidente que transitaron mares y océanos con Andalucía de punto de partida y una Sevilla capital del comercio además de exportadora de nuestra música. Fahmi Alqhai como su hermano Rami representan como pocos  esta interculturalidad que han sabido volcar en sus programas, y este Origen es buena prueba de ello, enriquecido con Patricia Guerrero al frente del Ballet Flamenco de Andalucía (BFA).

Abundantes y enriquecedoras las distintas notas al programa firmadas por el director de escena, el musical y la directora artística y coreográfica, que intercalo con mis comentarios.

Origen
Juan Dolores Caballero
En este mundo nuestro, miserablemente rico y deliberadamente plural, poblado por millones de seres únicos, entendemos y experimentamos la danza solo desde la emoción.

Es en la emoción y la memoria donde habitan personajes confinados y alejados de lo “normal”. No pertenecen a nuestra vida cotidiana, pero existen, viven a nuestro lado, sienten, escuchan, sufren… y luchan por reconstruir, con su memoria difuminada, aquello que llamamos vida, con su dicha y su miseria. Entre luces y sombras, al alba o de madrugada, con la ciudad muda y callada de fondo, emergen estos seres: desconocidos, arrinconados por siglos, excluidos de la luz. Sin artificios, en su estado más puro, coexistiendo en la búsqueda de su espacio esencial, se plantea Origen.

Este espectáculo parte de los espacios poéticos de la ciudad de Sevilla, de la memoria y el simbolismo, del espíritu barroco que cabalga junto al flamenco como expresión universal, unificados en un pensamiento poético.

La propuesta de Origen se inscribe en una ciudad que rezuma memoria, guardiana de huellas y marcas de energía. Es el objeto olvidado en la tienda de un anticuario, aquello que parece no servir para nada, pero que amontona historia, la historia de nuestra propia vida. Es el objeto que, en su abandono, se convierte en un pedúnculo del ser humano, hibridando la carne con la materia inorgánica, hasta negar así la función misma del objeto.

Los utensilios cobran un significado especial cuando las acciones se desarrollan en un espacio concreto, en la intersección entre la vida cotidiana y la ensoñación. Sevilla es la ciudad de la vivencia, de los espacios abiertos y cerrados, de los escondites, de la buhardilla y del sótano, pero, sobre todo, la ciudad de la existencia.

Origen busca compartir sentimientos y emociones en tiempos, formas y espacios ajenos a la normalidad, fusionando lo físico y lo mental, lo barroco y el flamenco, predisponiendo al público a sentir.

Trabajar la imagen barroca en el baile como sugerencia y la música como elemento subconsciente, como vehículo de la memoria, ayuda al espectador a comprender aquello que se agita en los rincones más recónditos de su existencia.

La propuesta de Origen surge de la estilización de la vida cotidiana en una Sevilla barroca. La convivencia entre ensoñación y realidad, sostenida sobre los hombros de lo vivido, será el referente esencial para contar nuestra historia. Un mundo metafórico que no suprime la referencia, sino que la altera, la desdobla y la desplaza, creando una ciudad de nuevo orden, donde el flamenco y la orquesta barroca dialogan.

Origen es la búsqueda de los espacios donde nuestra historia habita, donde música y compás seducen con el secreto desde el que se toman las decisiones. Y es también el reflejo de un mundo interno, de una ciudad que es espacio amado, espacio vivido. En ella, Patricia Guerrero y Fahmi Alqhai, acompañados por el Ballet Flamenco de Andalucía y Accademia del Piacere, exploran un pasado y un presente comunes a través de la música y la danza, vías universales de hermandad entre pueblos y culturas. Dos estilos que se abrazan y se funden, un camino común entre el flamenco y la tradición histórica de la música española, donde cada lugar y cada objeto guardan memoria y significado, testigos de vivencias que trascienden lo íntimo.

Al aprender a habitar la ciudad, también aprendemos a habitar nuestro interior. Los espacios están en nosotros, al igual que nosotros estamos en ellos. La ciudad es el lugar donde se crea la vida y donde también encuentra refugio, es el escenario de los sueños y los ensueños, de los recuerdos y las evocaciones.

Música y danza en feliz unión, con Quiteria «de locura» en escena, belleza más plasticidad vocal y corporal del ballet y sus solistas, flamenco en femenino con la guitarra cristalina y honda de Dani de Morón contestado y completado con el «cante de Fami» que nos transportaría sin cesura al oriente junto a la percusión de Agustín Diassera, velos inquietantes y de pronto la luz con tres bailarinas de miriñaques y mantones creando otra escena maravillosa que crecería en intensidad, como el vito de fandango rompiendo fronteras.

Siguiente cuadro con un sacerdote tocando dos campanillas y un tambor procesional, pasando al negro con una oración de saeta que pone la carne de gallina en la voz de la cantaora Amparo Lagares, coreografiando tras mover las estructuras prismáticas, que también hicieron de percusión, una espectacular semana santa de reclinatorios, virgen en trono, procesión con los vientos, crucificado de pasión sumándose el viento que participaría en una puesta en escena rica, elegante, emocionante, esencia destilada de una tradición aún viva que Sevilla como tantas ciudades españolas siguen viviendo cada año.. Un cuadro impactante donde las manos fueron imaginería pura antes de fusionar un solo de Fami y Patricia que parecía explicar un flamenco barroco natural.

Sobre la música
Fahmi Alqhai
La historia de la música española, como la de su cultura, es el resultado de un mestizaje profundo, donde sensibilidades opuestas han convergido a lo largo de los siglos: Oriente y Occidente, cristianismo e islam, el Viejo y el Nuevo Mundo. De esta fusión nace una identidad musical única que, en los siglos XVI y XVII, conquista el panorama europeo y configura un More Hispano, esencia de nuestra forma de sentir y expresar la música. Un magnífico ejemplo de este crisol de influencias es el flamenco.

En Origen, la semilla de los tiempos, emprendemos un viaje a través de nuestras raíces musicales. Partimos de la herencia árabe de al-Ándalus, que dejó su huella en nuestras melodías y modos, otorgándonos ya en el siglo XV una identidad sonora única, muy distinta a la del resto de Europa y germen de lo que hoy reconocemos como flamenco. Avanzamos después hacia otro punto clave de nuestro mestizaje cultural: el impacto del descubrimiento de América. Y es que la España imperial se entrelazó con los ritmos africanos de los esclavos y las tradiciones de los pueblos indígenas. De esta fusión nacieron las danzas que trajimos de vuelta, como guineos, chaconas, zarabandas y marionas, entre muchas otras.

Este espectáculo no busca reconstruir un sonido histórico, sino reimaginarlo desde una perspectiva contemporánea. La música dialoga con el flamenco para crear un lenguaje nuevo que trasciende sus elementos originales y da vida a una expresión inédita para el baile y la representación dramática. En definitiva, un
nuevo mestizaje donde lo antiguo y lo moderno se entrelazan para celebrar la esencia de nuestra cultura: la fusión de los opuestos.

Y como el día anterior, el paso del negro luctuoso al rojo pasión, intensidad festiva, baile de salón dieciochesco pero actual, unos vientos versallescos traídos a la corte hispana danzados con la pureza de nuestra tierra junto al cante blanco de Lagares. Protagonismos de ropajes trampantojados, faldas en ellos, pantalones en ellas, que danzando cobraban más sentido.

Sobre la coreografía
Patricia Guerrero
El lenguaje de la danza en Origen nace del mestizaje cultural que inspira la obra. Desde el flamenco, exploramos movimientos que evocan las danzas africanas, el folclore e incluso las refinadas danzas barrocas de los salones de época.
Es un trabajo enraizado en el conocimiento musical y la complejidad rítmica del flamenco, pero con una mirada que atraviesa el tiempo, conectando pasado y presente a través del cuerpo en movimiento.

Como final Con qué la lavaré de Quiteria cantando a un «cabezudo negro» (llegaría después el dúo con Amparo) y la guitarra flamenca, todo ropajes blancos evocando nuestras tierras de ultramar, la Cuba colonial, el mestizaje de la nota anterior, pueblos unidos con el Atlántico por el medio, sin obviar las culturas africanas que estaban en la misma raíz, un original cuarteto de máscaras, herencias rítmicas, hasta los difíciles zancos y todos danzando casi como un ritual de música evocadora que navegaba por el palacio antes de la fiesta del fandango coral que coronaría al cuerpo de baile en la reubicación de los prismas y una iluminación sencilla. Cuadro visual aplaudido pero faltaba rematar, despojarse de miriñaques lujosos hasta quedar en lo mínimo, pues «la gloria es efímera pero la memoria eterna», cenizas cantadas, tocadas y bailadas desde lo más profundo con la belleza de un espectáculo enorme.

La semilla se plantó y brotó porque nadie mejor que la Academia del placer con el BFA para recordar nuestros orígenes haciendo historia danzada en otra noche mágica desde una obra de arte total y un éxito atronador en una de las señas de identidad de este festival único por tanto

FICHA TÉCNICA

Fahmi Alqhai (dirección y viola da gamba) – Quiteria Muñoz (soprano) – Dani de Morón (guitarra flamenca)

Accademia del Piacere

Rami Alqhai (viola da gamba) – Johanna Rose (viola da gamba tenor) – Javier Núñez (clave y órgano) – Carles Blanch (guitarra barroca) – Jacobo Díaz (oboe barroco y chirimías) – David García (sacabuches) – Luis Castillo (fagot) – Laura Asensio (contrabajo) – Agustín Diassera (percusiones).

Ballet Flamenco de Andalucía

Patricia Guerrero (dirección y bailaora solista) – Amparo Lagares (cantaora) – Eduardo Leal (maestro repetidor).

Cuerpo de baile:

Adriana Gómez, Álvaro Aguilera, Ángel Fariña, Araceli Muñoz, Arturo Fajardo, Blanca Lorente, Claudia “La Debla”, David Vargas, Hugo Aguilar, Jasiel Nahin, Lucía “La Bronce”, María Carrasco, Sofía Suárez.

Fabián Romero, sonido.

Olga García, dirección técnica y luces.

Valentín Donaire, codirección técnica y técnico de luces.

Alejandra Gimeno, producción.

Rami Alqhai & Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, producción ejecutiva.