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Embajador de la guitarra con alma

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Miércoles 4 de octubre, 20:00 horas. Teatro Jovellanos, Concierto nº 1670, inaugural de la temporada 2023-24 de la Sociedad Filarmónica Gijonesa. Pablo Sáinz-Villegas (guitarra). Obras de Villa-Lobos, J. S. Bach, I. Albéniz, J. Rodrigo, A. Barrios y C. Domeniconi.

El guitarrista riojano Pablo Sáinz-Villegas era nombrado el pasado mes de junio «Embajador de la mierensía» por la asociación «Mierenses en el mundo» y llegaba a mi villa este lunes junto a su esposa mi muy querida Sarina Illana, para recoger el galardón aprovechando el viaje para este concierto inaugural de la Filarmónica Gijonesa junto a un encuentro con el público y aficionados el día anterior. Pese a su agenda tan apretada es de agradecerle siempre su generosidad, que pudo demostrar en el Teatro Jovellanos con una excelente entrada y un extraordinario concierto «dedicado a la memoria de Marcelino Gutiérrez, quien abrió con generosidad las páginas de El Comercio a la difusión de las actividades filarmónicas» con un inesperado fallecimiento a la edad de 48 años, emoción que embargó al artista al dedicarle junto a su familia presente, la obra de Agustín Barrios esperando esté en esa floresta del compositor guaraní. Generoso hasta en la impresionante propina de la Jota (F. Tárrega), tributo a su Rioja natal que incluso pidió al público la grabase y difundiese en su perfil de Instagram© y quedándose firmando discos así como a charlar o fotografiarse con los muchísimos aficionados llegados hasta la capital de la Costa Verde rondando las once de la noche.

Concierto pleno de emociones, pues la Sociedad Filarmónica pierde una ayuda y, sobre todo, un buen amigo como era Marcelino, aumentando la carga emotiva con la presencia de la guitarra en la historia musical local, como bien desgrana en las excelentes notas al programa mi admirado Ramón Avello, abriendo con el poema de Gerardo Diego La guitarra es un pozo / con viento de agua, repasando nombres que han tocado en este escenario gijonés: desde Andrés Segovia en 1919, Regino Sáinz de la Maza en 1938 reinaugurando tras la Guerra Civil la temporada de la Filarmónica, junto a otros grandes como David Russell o más recientemente Rafael Aguirre, una de nuestras actuales figuras mundiales de las seis cuerdas.

Pero en esta larga lista faltaba el riojano Pablo Sáinz-Villegasbautizado como «embajador mundial de la guitarra española» por la Revista Billboard y heredero de Segovia, con un programa donde mi tocayo fue presentando cada obra y con algunas frases que he entrecomillado, emprendiendo un viaje musical desde el «padre de todas las músicas» en el Weimar donde estudió el intérprete español (con un arreglo propio de la inmensa Chacona) hasta el italiano Domeniconi y su tributo a la Turquía de su mujer, en cierto modo también a nuestra mierense presente en la sala junto a muchos desplazados por «La minera» para no perderse un concierto para el recuerdo.

La guitarra de Sáinz-Villegasconstruida en 2007 por el afamado luthier alemán Matthias Dammann, sonó poderosa y delicada en cada obra en una sala con acústica perfecta sumándose una técnica propia que dándole la tensión justa a cada cuerda proyecta el sonido hasta el último rincón. Jugando con los tempi apropiados como en el Brasil de Villa-Lobos y sus cinco conocidos preludios, nos dejó unas imágenes sonoras recreadas por el riojano con una musicalidad intrínseca a su propio caracter.

En este viaje del «alma de la guitarra española» su Asturias de Albéniz hubo de detenerse porque «El silencio es el espacio donde habita la música», algo que parece estar perdiéndose, pandemias de teléfonos y toses disruptivas que no se van de las salas, llegando incluso a pedir que no aplaudiesen para poder degustar no ya el silencio sino también la música que queda flotando al finalizar cada obra. La sonoridad propia de esta «Leyenda» española en mi menor (frente al sol menor pianístico) que más que Asturias o Logroño es Andalucía en estado puro.

En este periplo guitarrístico no podía faltar el gran Rodrigo cuya Invocación y Danza desveló y reveló cual poesía sonora, tanto hablada en la descripción previa como interpretada en «la alemana» tan hispana como pocas: armónicos como estrellas y la magia de la inspiración flamenca que parece va unida a nuestro instrumento más universal elevada a las grandes salas de conciertos y hasta grandes estadios donde Sáinz-Villegas la sigue llevando.

Si hasta ese momento cada página era un disfrute para los melómanos, Un sueño en la floresta de   Barrios Mangoré pareció aumentar las pulsaciones, dedicatoria ya comentada y el hechizo propio pues «La música es el lenguaje de las emociones». El compositor e intérprete paraguayo es toda una leyenda en el mundo de las seis cuerdas y Sáinz-Villegas se envolvió del Espíritu Supremo de Tupá en ese juego de armónicos increíbles, trémolos y melodías infinitas con la afinación peculiar de la sexta cuerda en re y la quinta en sol, plenitud técnica que le permite disfrutar y contagiar tanta musicalidad.

Aún quedaba Carlo Domeniconi y su suite Koyunbaba, op. 19 para finalizar en Turquía con el pastor solitario (baba) junto a su rebaño de ovejas (Koyun) en Anatolia, composición del compañero y amigo de Pablo en Berlín, afinando la guitarra como un oud (de la sexta a la prima do#, sol#, do#, fa#, do# y mi) que le da una sonoridad única a una música casi de ritual llena de virtuosismo, ritmos, tímbricas y todo un espíritu en cuatro «cuadros» pintados con la maestría del intérprete bautizado como «embajador mundial de la guitarra española» por la Revista Billboard y desde ahora también «embajador de la mierensía».

Público entusiasmado, respetuoso en general, entregado a Sáinz-Villegas con la ya citada propina de la jota universal que triunfa siempre, y más en su interpretación que, como el buen vino, va madurando con los años para conervirse en un Gran Reserva. Gracias y enhorabuena familia, esperando volver a encontrarnos.

PROGRAMA

I

Heitor VILLA-LOBOS (1887-1959):

Cinco preludios, W419:

I. Andantino expressivo en mi menor: Homenagem ao sertanejo brasileiro; II. Andantino en mi mayor: Homenagem ao malandro carioca; III. Andante en la menor: Homenagem a Bach; IV. Lento en mi menor: Homenagem ao indio brasileiro; V. Poco animato en re mayor: Homenagem ao vida social.

Johann Sebastian BACH (1685-1750):

Chacona, BWV 1004 (arr. Pablo Sáinz-Villegas).

II

Isaac ALBÉNIZ (1860-1909): Asturias (Leyenda), de la Suite Española op. 47.

Joaquín RODRIGO (1901-1999):

Invocación y Danza: Homenaje a Manuel de Falla.

Agustín BARRIOS Mangoré (1885-1944):

Un sueño en la floresta.

Carlo DOMENICONI (1947): Koyunbaba, op. 19:

I. Moderato

II. Mosso

III. Cantabile

IV. Presto

Cuando menos es más

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Domingo 17 de junio, 19:00 horas. Santa María La Real de La Corte, Oviedo: Ensemble vocal In Paradisum, Elena Mitrevska (directora). Obras de: Rheinberger, Nielsen, Grieg, Alfvén, Casals, Villa-Lobos, Poulenc, Béla Bartók, Mendelssohn y Diéguez.

Si hace nada me quejaba de la elevada media de edad en los coros salvo honrosas excepciones, nada mejor que acudir a escuchar al Ensemble vocal In Paradisum, cantera coral de la Escolanía de Covadonga que debutó en marzo de 2017 sumándose voces graves hasta las nueve que pudimos disfrutar este domingo veraniego de amplia oferta en la capital, porque este coro de cámara aúna lo mejor que se puede pedir: juventud, gusto por el canto, calidad y repertorio poco escuchado, con la suerte de «fichar» a la macedonia Elena Mitrevska, directora de enorme experiencia que llegó a nuestra tierra como una bendición para ser elegida titular del Coro de la Ópera y sumarla a este proyecto reciente presentado en el programa por otro antiguo escolano como Guillermo Alonso Ares, con buena presencia de familias y amigos del mundo coral hecho desde un nivel envidiable y encomiable.

El empaste que dan los coros de voces iguales es único, en el caso de los hombres su tesitura alcanza el cimiento de los registros profundos, aunque solamente hubiese dos bajos, y la luz de los tenores, cinco divididos en tres y dos aunque plenamente intercambiables como si de violines se tratase. La argamasa entre extremos la ponen otros dos barítonos y el resultado es un color homogéneo ideal.

Los años de trabajo desde la infancia en escolanías y otros coros ya adultos consiguen una técnica y educación necesarias desde una formación vocal completa para unirse todos ellos y afrontar cualquier tipo de repertorio, de lo religioso a lo profano en todas las épocas hasta nuestros tiempos. No me extraña que Mitrevska se encuentre literalmente «en el Paraíso» Natural que es Asturias y en el coral de estos nueve hombres que pueden cantar lo que les traiga y más, en todos los idiomas y combinaciones porque la grandeza musical así lo permite, disfrutando de un concierto extraordinario en el amplio sentido del término.

La propia directora en un español perfecto pese al poco tiempo entre nosotros, nos presentó tras el Herz Jesu Hymne del alemán Joseph Gabriel Rheinberger el viaje musical a realizar, incidiendo en el itinerario global con unos temas donde textos originales y traducciones se nos entregaron con el programa demostrando la importancia de gozar con todo, música y palabra, también leída por distintos componentes del ensemble, siendo de agradecer el esfuerzo del detalle, programas de calidad pareja a la interpretativa sin escatimar nunca trabajo porque el pago va implícito desde al amor por la música.

Un verdadero placer escuchar y contemplar el entendimiento de voces y directora, claridad de gesto, intención, dicción, gamas dinámicas llenas de sutilezas, la música realzando la palabra o el texto elevado por la melodía, juegos onomatopéyicos y reminiscencias gregorianos en una polifonía nórdica que sigue siendo referente coral, sin olvidarse compositores para quienes la voz «a capella» ha sido el mejor instrumento posible. Así fuimos escuchando el Ave Maria de Rheinberger en latín, Aftenstemning del danés Carl Nielsen, Min Dejligste Tanke del noruego Edvard Grieg, la canción folclórica Uti Vàr Hage arreglada por el sueco Hugo Alfvén, Na Bahia Tem del brasileño Heitor Villa LobosO Vos Omnes de nuestro Pau Casals universal que siempre tuvo la voz presente en su obra, Quatre Petites Prières de Saint François d’Assise del francés Francis Poulenc, siempre «a capella» sin echar de menos el piano de las Five Slovak Folksongs del húngaro Béla Bartók, y finalizando pletóricos con Zwei Geistliche Choere del alemán Felix Mendelssohn, sin olvidar la propina asturiana de La filandera de Leoncio Diéguez, un leonés en Asturias con Covadonga y la música en su periplo vital desde la docencia hasta la composición pasando por la dirección.

Pequeñas estampas vocales y enormes obras musicales, lo bueno si breve y cuando menos es más, paisajes evocadores de unas tierras que adoro tanto como su cultura donde la música se integra en la formación personal sin discusiones políticas, desde los ateos a los creyentes, porque cantar a coro es compartir y escucharse. trabajo en común por el bien intelectual y espiritual de todos. Nadie mejor para explicar lo sentido como Guillermo, el escolano leonés con Covadonga como su familia, quien escribe en las notas «(…) sensibilidad y cariño consiguiendo transportarnos a toda una variedad de espacios soñados. Sumiéndonos en calma, mostrándonos un sonido hermoso, embaucador y placentero» ordenándonos disfrutarlo pues no cabe otra cosa, como si hubiese estado físicamente presente en este gozo para los sentidos.

Música entre amigos

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Jueves 31 de agosto, 20:00 horas. Festival de Verano Oviedo 2017, Museo Arqueológico: Ana Nebot (soprano), Mario Bernardo (piano). «Sin etiquetas», obras de HaendelSchubertR. StraussRossini, Fauré, R. Hahn, Satie, Saint-SaënsVilla-Lobos, C. Porter y M. Legrand. Invitados: Rubén Menéndez Larfeuil (viola), Pablo García-López (tenor), Marina Pardo (mezzo) y Antony da Cruz (contrabajo).

Brillante clausura de un festival veraniego que volvió a llenar el museo con colas dos horas antes del inicio quedándose público fuera (lástima el aforo reducido) con artistas de casa como la soprano carbayona y el pianista gijonés, sin localismos y además rodeándose de amigos para compartir una tarde «sin etiquetas» del agrado de todos y repasando épocas con estilos distintos.

Para el dúo Nebot-Bernardo comenzar con el barroco y sus agilidades aún en frío, además de la emoción de saberse querida no sería óbice para ir ganando tranquilidad y hondura, también (y tan bien) arropada por compañeros, además de amigos, a lo largo de una hora de buena música en el mejor ambiente.

Tras el inicial Haendel y el aria Ch’io mai vi possa (Que yo pueda un día) de la ópera «Siroe«, vendría la viola de Rubén Menéndez Larfeuil para sumarse a dos grandes bien sentidos por la soprano junto al sólido piano, Schubert con Der Hirt auf dem Felsen (El pastor en la roca) D. 965 de mundos sonoros contrapuestos en expresiones e intensidades (con clarinete hubiese sonado menos intenso), y especialmente el Morgen (Mañana) op. 27 nº 4 de R. Strauss que llegó a alcanzar la milagrosa complicidad del silencio total de un atardecer mágico con «la hermana del violín» tan sentida como la propia voz.

En este repaso entre compañeros llegó el turno al tenor cordobés Pablo García-López para dos dúos muy distintos, Rossini y La Serenata (Notturno) más Fauré Puisqu´ ici-bas toute âme (Pues aquí abajo las almas) preparado por «La Nebot» en solitario con Le papillon et la fleur (La mariposa y la flor) op. 1, nº 1. El nocturno del italiano, contrastado con la común poesía francesa de Victor Hugo en dos voces que se gustan además de actuar para hacer creíbles unos textos que se nos ofrecieron en fotocopias aparte (siempre de agradecer) redondeando este hermanamiento vocal y sentimental entre Asturias y Andalucía que lleva años cimentado, aplaudiendo la generosidad de la anfitriona ovetense por compartir protagonismos.

Verdadera «exquisitez» el Verlaine de L´ heure exquise musicado por Reynaldo Hahn (1874-1947), venezolano de nacimiento con madre vasca y padre germano, pero francés de adopción y formación aunque alemán de pasaporte, universal como todo el programa «sin etiquetas» donde Ana Nebot y Mario Bernardo volvieron a demostrar el trabajo bien hecho, al igual que el siempre ideal Satie con su Je te veux (Te quiero), otra «delicatesen» antes de seguir compartiendo amigos y música, sobre texto de Henry Pacory, poesía musical francesa donde la soprano está en su salsa. Todo un detallazo de Ana cantar colocándose para el otro ala del claustro, aunque la acústica sea buena en cualquier lugar, y siempre atenta a un público que la quiere en su Oviedo natal, aunque hubo turistas de todas partes, incluso del otro lado del charco (a quienes pude saludar al finalizar el recital en «otro encuentro» con la música de punto en común y acercamiento físico más allá de las redes sociales).

Con la mezzo Marina Pardo en un empaste perfecto y el acompañamiento siempre sobrio de Mario Bernardo, escuchamos a Saint-Saëns y su bolero El desdichado, en castellano con la forma original antes de la herencia al actual que bien aclaró Ana Nebot al público antes de cantarlo, ante algún comentario al presentarlo, pues siendo capaz de cantar incluso jazz aún no se ha enfrentado a los grandes éxitos de Miguel MatamorosLos Panchos y seguidores, aunque nunca se puede rechazar nada, menos cuando hay calidad y emoción.

Y del jazz vendría el contrabajista Tony da Cruz para seguir sumando «sentimiento» desde su compatriota Heitor Villa-Lobos con Melodía Sentimental (letra de Dora Vasconcelos), una nueva visión del folklore brasileño sumado a la canción de concierto donde solo faltó una batería con escobillas para volver a demostrar que no hay etiquetas, solo música bien hecha, al igual que con Cole Porter en So in love (Tan enamorado) de la comedia musical «Kiss me Kate«. Piano más contrabajo en pizzicato como perfecto ropaje a la voz de Ana Nebot navegando cada vez más cómoda en estos repertorios ligeros que se van haciendo merecido hueco en este tipo de recitales camerísticos.

Todavía quedaba el remate con el prolífico compositor de bandas sonoras francés Michel Legrand (1932), y de la película musical “Les Demoiselles de Rochefort” con «la gemela» Marina Pardo en la Chanson des jumelles, teatralización de altura con la redondez del contrabajo y el piano poniendo mentalmente la percusión que seguramente más de uno añadió aunque fuese corporal.

Verdadero regalo Alfonsina y el mar (Ariel Ramírez) cantado por «La Nebot» con naturalidad, cercanía y emoción subrayada por Tony y Mario redondeando el mejor colofón al mes, al ciclo y a las vacaciones dejándonos con ganas de más, sobre todo viendo que los amigos nunca fallan cuando lo son.

Café musical balsámico

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Jueves 24 de agosto, 20:00 horas. Festival de Verano Oviedo 2017, Museo Arqueológico: Marina Pardo (mezzo), Kennedy Moretti (piano). «Café concierto», obras de Albéniz, Weill, Schönberg, Debussy, Villa-Lobos, Satie y Poulenc.
La música, como la vida, no se detiene nunca, y tras un verano complicado además de triste donde apenas tuve tiempo para mis habituales conciertos de estío, nada mejor para retomar el pulso que con este «café concierto» entre piedras monacales que surtieron efecto balsámico por ambiente, calidad y cercanía.

Volvía Marina Pardo con su pianista habitual, Kennedy Moretti, para dejar al público, que siempre responde en «La Viena del Norte» con llenos, una velada de salón con unas canciones bellísimas, sentidas y compartidas por este dúo que organizó el programa en bloques de tres canciones por autor con el intermedio de piano buscando una unidad orgánica desde la sabia elección de aires, textos (especialmente el francés) y sentimientos. Desde el casi desconocido Albéniz en inglés o el Schönberg más jazzístico tan de cabaret como Weill pero cantado con gusto más que arrebato cinematográfico o el folclore brasileño de Villa-Lobos mezclando saudade y vitalidad, pero sobre todo Satie con  una Pardo realmente «diva de Vetusta» y sobre todo su Poulenc adorado, mimado, sentido… verdadera «fiesta galante» en el Arqueológico para cerrar concierto.

No era tarde para populismos ni grandes éxitos sino una apuesta por la calidad vocal sin etiquetas ni tesituras, con el piano compartiendo protagonismo, como en los grandes lieder, pequeños bocados de vida que los aplausos no dejaron paladear de tres en tres rompiendo la perfecta organización de las canciones. La voz carnosa de la mezzo «asturiana» capaz de emocionar con sus piani, hacernos vibrar en los agudos sin perder color ni calor, volcada en intenciones sin necesidad de bailes, marabús, boquillas, aros de humo o copas de champán, donde el único accesorio es la música con el complemento perfecto del piano brasileño de graves redondos, limpieza total para crear el ambiente deseado y el plano siempre adecuado favoreciendo la presencia vocal en todos los idiomas desde el único lenguaje universal. Gracias a Marina y Kenneddy por esta terapia de agosto.

PROGRAMA

I. Albéniz (1860-1909): A song of consolation; Will you be mine?; To Nellie.
K. Weill (1900-1950): Youkali; Die Moritat von Mackie Messer; Complainte de la Seine.
A. Schönberg (1874-1951): Der genügsame Liebhaber; Jedem das Seine; Arie aus dem Spiegel von Arcadien.
C. Debussy (1862-1918): La plus que lente (Vals para piano).
H. Villa-Lobos (1887-1959): Modinha; Na paz do outono; Lundú da Marquesa de Santos.
E. Satie (1866-1925): Tendrement; Je te veux; La diva de l’Empire.
F. Poulenc (1899-1963): Voyage a Paris; Les chemins de l’amour; Fêtes Galantes.

La propina, como no podía ser menos tras toda la velada, de nuevo Poulenc y de su «Metamorphoses» Fp. 121, el nº 2 C’est ainsi que tu es.