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Koopman, vitalidad y oficio

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Sábado 1 de julio, 21:00 horas. 72 Festival de Granada, Parroquia de Nuestro Salvador, “Grandes intérpretes”: Ton Koopman (órgano). Obras de Bruna, Froberger, Sweelinck, Buxtehude y Bach. Fotos propias y de Fermín Rodríguez.

La Iglesia del Salvador fue arrasada el 10 de marzo de 1936 por un pavoroso incendio, y reemplazadas por frías imitaciones en hormigón. La maltrecha iglesia, que en su día recibiera el título de “Insigne”, así como cuantiosos bienes, luce hoy en la capilla mayor una imagen del Salvador –procedente de la basílica de Nª Sª de las Angustias–, de Pedro Duque Cornejo, así como un lienzo de la Santa Cena, debida a Pedro Atanasio Bocanegra, y dos retablos procedentes de la iglesia de Santa Escolástica. Y desde 2001 Granada tiene un nuevo órgano versátil construido por Francisco Alonso Suárez donde esta tarde de sábado el infatigable Ton Koopman, tras impartir en la mañana unas clases magistrales para unos pocos privilegiados, disfrutó y nos hizo disfrutar de un concierto basado en sus grandes maestros (Froberger, Sweelinck, Buxtehude y Bach) sin olvidarse de comenzar con una anónima Batalha Famosa en do mayor para ir abriendo tubos, especialmente la trompetería siempre bien dispuesta, y el Tiento sobre la letanía de la Virgen de Pablo Bruna (1611-1679) “El Ciego de Daroca”, explorando las sonoridades del llamado “órgano ibérico” que el del Salvador esconde entre sus muchos registros.

Escuchar al maestro holandés desgranar cada obra es una delicia, pues juega siempre a encontrar los registros apropiados, como un niño con un juguete que además hace magia.
Tras el tributo “hispano” llegaría el barroco potente, primero con Johann Jakob Froberger (1616-1667) y la Toccata II (Libro secondo, 1649) escrita en el denominado stylus phantasticus y desembocando en una giga, una demostración del poderío tanto del órgano como del organista para proseguir con Jan Pieterszoon Sweelinck (1562-1621) y la Echo fantasia «Puer nobis nascitur», un despliegue de registros para alcanzar esos juegos de contestación con tímbricas que recrean ese fenómeno de la naturaleza, y el órgano del Salvador respiró por flautados y lengüetas de todas las medidas.

Los grandes alemanes serían los verdaderos platos fuertes en las manos de Koopman, primero el danés (eso dicen en Helsingør) afincado en Lübeck Dietrich Buxtehude (1637-1707) cuyo Preludio, BuxWV 139 sonó poderoso en un despliegue de registros que la composición pedía, un políptico (como bien explica el también organista Pablo Cepeda en las notas al programa), pues encadena sucesivamente un preludio cuasi-improvisatorio, una fuga, un adagio y una tocata final. A continuación el coral «Wie schön leuchtet der Morgenstern», BuxWV 223, verdadera fantasía al órgano, con algún problema de equilibrio pero siempre apreciable la melodía, para terminar con la Fuga, BuxWV 174, luminosa como el verano danés o alemán, que no vamos a discutir de nacionalidades ya que la música es universal.

Y siendo Ton Koopman su profeta, el “sermón final” sería de Johann Sebastian Bach (1685-1750) con una delicia de obras:

La Fantasía en sol mayor, BWV 572, que comienza en tresillos de registros agudos antes de la poderosa parte central con pedal, a cinco voces que se distinguieron y sonaron nítidas.
Los preludios corales de Bach son un muestrario de recursos a partir de glosar las melodías luteranas, y así fuimos disfrutando de «Wachet auf, ruft uns die Stimme», BWV 645, que incluye la conocida aria de la Cantata 140 con un pedal de trompetería pleno y los flautados que nos transportan a los templos protestantes, después en tiempo de adviento «Nun komm‘ der Heiden Heiland», BWV 659, otro juego de registros con un pedal potente pero sereno.

Lo festivo continuaría con «In dulci jubilo», BWV 729 a cuatro voces donde manos y pies de Koopman volaron juveniles y con el oficio de toda una carrera, ornamentaciones aéreas e improvisadas desde una vitalidad pasmosa, para cerrar los corales con «Schmücke dich, o liebe Seele», BWV 654, complicado de escritura y ejecución por la necesidad de acertar con los registros, entrando todos sin dificultad ni gemidos, respondiendo el órgano a las exigencias del holandés.

Y mejor cierre que la Fuga en sol menor, BWV 578 no podíamos encontrarlo, de extenso desarrollo para que Koopman siguiese “tirando” de vitalidad y oficio. Con el tema conocido por todos los bachianos, voló y sonó cual violín por estilo y sonoridad; cada entrada del tema en una mano y registro le precede otro anticipando el contenido de la siguiente entrada. Maravillosa fuga e interpretación para un público entregado que llenó la iglesia parroquial del Albaicín.

No importaba el esfuerzo ni la edad para el incombustible Koopman que aún nos regaló dos joyas, una bachiana (creo que uno de los corales de Leipzig) y otra que me recordó a las Fantasías de Jean Alain por la búsqueda de registros que resultaron un verdadero muestrario de sapiencia para explotar al máximo los recursos de este potente y versátil órgano joven, casi tanto como un maestro que no parece cumplir años en este concierto vespertino del undécimo día de Festival.

Ofrenda granadina

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Jueves 29 de junio, 21:30 horas. 72 Festival de Granada, Patio de los Mármoles (Hospital Real), “Solo Bach”: Miembros de la Amsterdam Baroque Orchestra, Ton Koopman (clave y director). Johann Sebastian Bach (1685-1750): Musikalisches Opfer, BWV 1079. Fotos de Fermín Rodríguez.

Tarde de “hospital” con calor que no impidió disfrutar de otro espectáculo de nuestro “Dios Bach” y su apóstol Koopman, hoy con un quinteto de los “Amsterdamer» para una verdadera Ofrenda Musical que culminaría en la ofrenda del Festival entregándola la medalla de esta septuagesimosegunda edición.

La historia de esta obra, fechada en 1747, es conocida de todo buen “bachiano” y perfectamente explicada en las notas al programa por Enrique Martínez Miura. El cantor es padre de todas las músicas y sólo una mente tan inspirada y genial como la suya fue capaz de componer casi una hora de música pura a partir de un tema parece que compuesto por el rey Federico El Grande en Potsdam, donde trabajaba de clavecinista el digno hijo C. Ph. Emanuel Bach, para construir todo un templo sonoro a partir de una improvisación y en forma de fuga. La matemática sonora llevada al máximo de combinaciones cual Pitágoras de los doce sonidos que forman la escala cromática.

El maestro Koopman, hoy al clave, comenzaría a desgranar en solitario el tema «Ricercar a 3», para ir tejiendo con sus músicos esa maravilla de vejez que es la Ofrenda musical. Desde ese germen comenzaríamos a disfrutar no ya del genio compositivo de “Mein Gott” sino del perfecto ensamblaje sonoro de estos músicos, primero la cuerda (sin el violone o contrabajo) y sumándose después el trasverso, homenaje al propio reto del monarca que al parecer era buen flautista.

Y desde el Thematis Regii elaborationes canonicae en inspirada elaboración cual fórmula magistral, las notas iban combinándose como ingredientes mágicos en este matraz gigantesco. Primero el “Canon a 2 cancrizans” con los dos violines, seguido del “Canon a 2 violini in unisono” que tan bien mezclaron apareciendo con un sonido único. La receta iría combinando y jugando con las proporciones de esta pócima, “Canon a 2 per motum contrarium”, “Canon a 2 per augmentationem, contrario motu”, alternando las cuerdas de un cuarteto premonición de estilos posteriores aún por descubrir.

Como Merlín experimentado, utilizando los mismos ingredientes pero estirando y encogiendo sin aparente complicación, cada nueva receta ganaba en tímbricas, “Canon a 2 per tonos” y la primera e impresionante “Fuga canonica in epidiapente”. Escuchándose unos a otros, respetando los silencios cuando no intervenían y disfrutando al comprobar cómo evolucionaba la construcción de esta catedral musical, seguía el juego matemático y la rebotica: “Canon perpetuus super thema Regium”, “Canon perpetuus”, “Canon a 2” y “Canon a 4”. Los primeros atriles de la Orquesta Barroca de Amsterdam acertando con la proporción exacta, la presencia, las dinámicas, músicos que suman hasta la unidad.

Y aún proseguiría la magia sonora y tímbrica, el reconocer la melodía primigenia para transformarla, la Sonata sopr’ il soggetto Reale a traversa, violino e continuo con cuatro movimientos (Largo-Allegro-Andante-Allegro) capaces de funcionar solos y ensamblados en la ofrenda global, Merlín Koopman y apóstol de Bach antes de sumarse todos los músicos (el violone daría el cimento y pegamento sonoro) con el “Ricercar a 6”.

En Asturias decimos “poner el ramu” cuando finaliza una construcción, y metafóricamente rematar de forma magistral algo que llevó mucho tiempo. Ton Koopman y la Amsterdam Baroque Orchestra alcanzaron y ofrecieron esta “maravilla de vejez” que no cumple años por ser eterna.

Finalizada la ofrenda, Antonio Moral haría de maestro de ceremonias con las autoridades y patronato para entregarle al incombustible y eternamente joven Ton Koopman una más que merecida medalla, que agradecería con unas sentidas palabras y su fino humor.

Algún músico holandés y también el que suscribe, sin desvelar más acompañantes, tuvimos tiempo de escaparnos hasta el Palacio de los Córdova para disfrutar el final de las “Noches de flamenco”, Encuentro con la inconmensurable María Toledo cantando desde el piano, más un regalo de onomástica con unas bulerías, versión flamenca de Carlos Cano, otro granadino eterno con plaza que cruzo cada día, y su María la Portuguesa junto a Antonio Sánchez a la guitarra, un prodigio de las seis cuerdas, las palmas de Juan Diego Valencia y Lua Cantarote, vistiendo la voz jonda, bravía y entregada, todo a lo grande y con pellizco. Bach es el padre de todas las músicas, así que no podía celebrar mejor este 29 de junio.

Aún me quedaba un poco de San Pedro y San Pablo, por lo que bajando por el Darro llegaría a la Plaza Nueva a repostar y disfrutar de mis últimas horas de santo, aunque la madrugada trajo estas líneas. Mañana más y desde “mi casa granaína”.

Amsterdam Baroque Orchestra:

Catherine Manson y David Rabinovich, violines – John Crockatt, viola – Bob Smith, viola de gamba – Michele Zeoli, violone – Kate Clark, flauta- Ton Koopman, clave y dirección.

La Pasión según Koopman

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Miércoles 28 de junio, 22:30 horas. 72 Festival de Granada, Colegio Mayor Santa Cruz la Real, “Solo Bach”: Amsterdam Baroque Orchestra and Choir, Ton Koopman (director). Johann Sebastian Bach (1685-1750): Johannes-Passion, BWV 245. Fotos de Fermín Rodríguez.

Esta mañana nos despertábamos con la noticia de la concesión al maestro Ton Koopman de la Medalla del Festival de Granada 2003, y a media tarde se nos comunicaba que la hora prevista del concierto se retrasaba hasta las 22:30, pues el avión que debía salir de Amsterdam a las 09:00 para aterrizar a las 13:00 se había estropeado y hasta las 17:00 no despegaban finalmente rumbo a tierra granadina. Así y todo se abrían las puertas al público a las 22:00 y a las 22:19 veíamos llegar a los intérpretes para organizar el escenario llegando con el tiempo justo sin poder realizar la prueba acústica ni tan siquiera meter algo sólido en el cuerpo.
A las 22:45 Antonio Moral, director del Festival, tomaba la palabra para disculparse en nombre de todos y contarnos la odisea, incluso intentando avisar al público que los parkings cerraban pese a los esfuerzos de toda la organización por prorrogar el cierre, siendo imposible y calculando que esta “Pasión” se realizaría sin la pausa prevista, salvo una pequeña parada tras el nº 14 (coral) y la duración prevista sería de dos horas y diez minutos.
Cual acto de penitencia por todos, al fin salía Ton Koopman con su eterna sonrisa y una vitalidad increíble sabiendo todo lo acontecido, con todos los intérpretes preparados, los dos órganos listos tras los repasos matutino y nocturno del inconmensurable Francisco Alonso Suárez (Paco para todos), y escuchando el primer coro Herr, unser Herrscher, aún sin centrarse casi nadie, con las sopranos algo destempladas, Juan el Evangelista y Jesús en el primer recitativo y los sobretítulos bien proyectados para proseguir esta liturgia bachiana tan esperada.
El maestro Koopman debía ajustar la banqueta, pues ni tiempo había tenido, resisitiéndosele el mecanismo pese a “la ayuda de Jesús” y preparado el contratenor curiosamente antes de cantar su aria “Para desatarme de los lazos de mis pecados” (nº 7) con esta pausa no prevista.
Pero el milagro ocurrió y el oratorio iría tomando el rumbo correcto, la primera aparición de la soprano (nº 9) con el aria “Yo también te sigo con alegres pasos” junto al dúo de flautas parecían cantar los acontecimientos; emisión perfecta y color adecuado, el coro más empastado, incluso los solistas manteniendo un nivel alto; la orquesta ensamblada con un continuo que mantendría y hasta iría aumentando su excelente calidad (cello, fagot, órgano y tiorba) pero los dos protagonistas impresionantes, especialmente el Evangelista, que como hace 9 años en Oviedo, sentía y transmitía todos los textos luteranos, y otra maravilla el contratenor, con el mismo cuarteto solista que ya me maravillase entonces y volvía a hacerlo este miércoles “colegial”.
Desde el número 15 esta “Pasión según San Juan” creció en emociones, entrega, encajando cada número como si la “penitencia” previa por todos pasada ya se hubiese redimido, la Zweiter Teil que sería intensa, equilibrada y apasionada. Los corales sonaron empastados y ricos de matices con Koopman tan claro y preciso como es habitual, llevándolos “al pie de la letra”, con sus continuos en el positivo ornamentando primorosamente, el Evangelista emocionándonos, con Jesús completando el relato junto a esta orquesta que mantiene la sonoridad impecable de los holandeses. Si el dúo de flautas competía en belleza con las voces, los oboes no quedaban a la zaga, el fagot redondeaba un continuo donde el cello solista “hablaba” y realzaba los momentos de dolor con Jesús.
El cambio en el arioso de Jesús (nº 19) y el aria del Evangelista (nº 20) con las dos “violas d’amore” consiguió la tímbrica buscada, y las segundas intervenciones de Hana Blažíková (nº 35, Zerfließe, mein Herze) pero sobre todo de Maarten Engeltjes en su aria Es ist vollbracht! (nº 30) fueron rotundas, de una emisión perfecta, color bellísimo y una auténtica dramatización de los textos de Brockes.
Toda la fuerza de la palabras que “dios Bach” realza, un auténtico tratado de simbología musical matemáticamente resuelto por un Koopman que resuelve los enigmas con la sencillez del maestro y la grandeza de la partitura.
Corales, coros y turbas transmitiendo la voz del pueblo, la orquesta subrayando como sólo Bach es capaz, incluso en esta su primera pasión, sin olvidar la reflexión y toda la expresividad. Emociones en el aria de Jesús con el coro, las arias y ariosos del Evangelista junto a esa sucesión de números tan perfectamente compuesto y alternados fueron elevando espíritus y sensaciones.
El Jesús del bajo Klaus Mertens ponía el dolor y resignación pero también la esperanza; San Juan Evangelista del tenor Tilman Lichdi no pudo encontrar mejor narrador. Y todo el Oratorio llevándonos en liturgia bachiana única hasta el clímax final con el coro Ruht wohl, ihr heiligen Gebeine más el coral Ach Herr, laß dein Lieb Engelen.
Redimimos pecados, esperamos la resurrección tras el dolor y las súplicas que no hubiesen sido posibles sin la “Pasión Koopman, siempre a mayor gloria de Bach”. Aún disfrutaremos con el maestro dos días más, que espero seguir contando puntualmente.
FICHA
Amsterdam Baroque Orchestra and ChoirTilman Lichdi , tenor (Evangelista) – Klaus Mertens, bajo (Jesús) – Maarten Engeltjes, contratenor – Hana Blaiková, soprano.
Ton Koopman (órgano y director).
Johann Sebastian Bach (1685-1750):
Johannes-Passion, BWV 245 (La pasión según San Juan, 1724).

Ton Koopman, Medalla del Festival de Granada 2023

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En el día 8 de festival recibimos una gran noticia: Ton Koopman, clavecinista, organista y director de orquesta será Medalla del Festival de Granada 2023. Hoy tendremos su primer concierto en el Colegio Mayor Santa Cruz la Real a las 22:00 horas, nada menos que con la Pasión según San Juan de Bach, que contaré desde aquí.

Adjunto la nota de prensa:

 

En la última reunión de los miembros del Consejo Rector del Festival de Granada, del pasado 10 de mayo, se acordó por unanimidad la concesión de la Medalla de Honor, con motivo de la 72 edición del Festival, al clavecinista, organista y director de orquesta holandés Ton Koopman por su compromiso con la música de Bach, por su trayectoria musical a lo largo de casi seis décadas en defensa de la interpretación de la música barroca y clásica con criterios historicistas y por su vinculación con el Festival de Granada, donde se presentó en 1988, siendo este año artista residente con tres conciertos, un recital de órgano y una clase magistral en los Cursos Manuel de Falla.

El galardón reconoce la relevancia artística y profesional del artista y su vinculación con el Festival de Granada en el que participó por primera vez en 1988.

La Medalla de Honor que cada año concede el Festival Internacional de Música y Danza de Granada será entregada al prestigioso clavecinista, musicólogo y director holandés Ton Koopman, “por su compromiso con la música de Bach, por su trayectoria musical a lo largo de casi seis décadas en defensa de la interpretación de la música barroca y clásica con criterios historicistas y por su vinculación con el Festival de Granada, donde se presentó en 1988, siendo este año su artista residente con un total de tres conciertos, dos de ellos al frente de su orquesta Amsterdam Baroque, Orquestra & Choir, un recital de órgano y una clase magistral dentro de la 54 edición Cursos Manuel de Falla, tal como ha acordado el Consejo Rector en su reunión celebrada el pasado 10 de mayo. El acto de entrega de la medalla de honor tendrá lugar en el Hospital Real al final del concierto que se ofrecerá en el patio de los mármoles del hospital real el jueves, 29 a las 21 30 horas.

El holandés Tom Koopman (Zwolle, 1944) es uno de los artistas residentes este año en el Festival, en el que actuará dos veces como director de la Orquesta Barroca de Ámsterdam que él mismo fundó (en la primera de ellas, con participación también del Coro), otra dos veces en calidad de organista, en uno de los casos, dentro de un espectáculo del FEX y ofrecerá una clase magistral en los Cursos Manuel de Falla. A punto de llegar a sus 80 años, Tom Koopman no necesita presentación, pues es una de las grandes figuras de la música barroca de las últimas décadas, un continuador de la línea que iniciaron en los años 50 nombres míticos como los de Gustav Leonhardt y Nikolaus Harnoncourt, ya fallecidos.

Su presentación en el Festival será además por todo lo alto con una Pasión según San Juan de Bach que se presentará hoy en el Colegio Mayor Santa Cruz la Real a las 22:00 horas. Cuando llegó a Leipzig en 1723, Bach se impuso la tarea de renovar por completo el repertorio que se escuchaba en las iglesias de la ciudad. Fruto de ese empeño son sus ciclos de cantatas –culminación de toda una tradición que arranca con la misma reforma de Lutero– y sus pasiones, cumbre del arte occidental. El Viernes Santo de 1724 Bach ofreció la primera de ellas, escrita sobre el Evangelio de San Juan, una pasión no tan monumental como la escrita tres años después sobre San Mateo, pero de una cohesión dramática, doctrinal y musical deslumbrante, como han destacado muchos especialistas, que la tienen por obra de culto. Koopman ofrecerá la obra al frente de su Orquesta y Coro Barrocos de Ámsterdam, fundados respectivamente en 1979 y 1992 y con los que, entre otras cosas, registró la integral de las cantatas sacras y profanas de Bach. Como solistas, un sólido cuarteto europeo que forman la soprano Hana Blažíková, el contratenor Maarten Engeltjes, el tenor Tilman Lichdi y el bajo Klaus Mertens.

Ton Koopman
(Zwolle, Países Bajos, 1944)

Director de orquesta, clavecinista y organista. Artista residente del 72 Festival

Ton Koopman es uno de los ejemplos más notables de músico integral entre las filas de la interpretación históricamente informada –por otro nombre “música antigua”– en su triple condición de clavecinista, organista y director de orquesta. El discurrir de su ya extensa carrera profesional ha traspasado la barrera del medio siglo. Pertenece a esas primeras generaciones del movimiento historicista que irrumpieron en la escena internacional desempolvando el pasado musical del Renacimiento y del Barroco, desde el máximo respeto y fidelidad posible hacia la esencia original.

El prestigioso maestro holandés vuelve al Festival de Granada, 31 años después de su última visita en 1992, para ofrecer 5 actuaciones distintas: dos conciertos, un recital de órgano, protagonizará un espectáculo de música y danza barroca para los más pequeños en el FEX y una Clase Magistral en los Cursos Manuel de Falla.

Conciertos en anteriores ediciones del Festival

1988 Orquesta Barroca de la Comunidad Europea. Ton Koopman, director. Obras de Bach y Haendel

1992 Ton Koopman. Recital de órgano. Obras de Arauxo, Cabanilles, Bruna, Bach

Conciertos en 2023

Colegio Mayor Santa Cruz la Real. Amsterdam Baroque Orchestra and Choir. Ton Koopman, dir.

Bach: La pasión según San Juan

Patio de los Mármoles (Hospital Real). Amsterdam Baroque Orchestra. Ton Koopman, dir.

Bach. Ofrenda musical

Parroquia de Nuestro Salvador. Ton Koopman. Recital de órgano. Obras de Bach

En el FEX. Teatro Alhambra. Ton Koopman, órgano. Marieke Koopman. Cecilia

En los Cursos Manuel de Falla. Clase magistral de órgano.

Koopman a mayor gloria de Bach

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Como bien dice mi admirado musicógrafo Luis Suñén en sus notas al programa (con todo el texto y traducción que seguimos cual misal durante casi tres horas) recordando al gran Padre Sopeña «una vez al año deberíamos someternos (…) a «una cura de Bach», es decir a una inmersión en su música para purificar nuestra condición de aficionados y, por qué no, también de seres humanos». En Oviedo, que es como la Viena española en lo que a oferta y calidad musical se refiere, esta Cuaresma nos ha purificado con las dos pasiones sin olvidarnos del Elías que Mendelssohn compusiese inspirado en un Bach que él redescubrió precisamente con La Obra por excelencia, la misma que nos faltan calificativos por su grandeza dentro de la engañosa sencillez, purificación de melómanos y hasta de agnósticos convencidos, gracias a «Meine Gott Bach».

Tener a Ton Koopman en el auditorio ovetense al frente de «su formación» nada menos que con «La San Mateo» era corroborar las versiones más que musicológicas, históricas por recrear en lo posible cómo fueron concebidas, precisamente unos días después de «La San Juan» con su alumno Aarón Zapico igualmente con una formación propia en la línea del holandés pero cambiando Amsterdam por Oviedo. Y contar para los corales de la primera parte con voces de casa, como es el coro que dirige Natalia Ruisánchez, una reválida pasada con sobresaliente. Mis primeras felicitaciones para unas voces blancas brillantes y seguras en el O Lamm Gottes unschuldig, inocentes y sacrificados por un trabajo que tiene recompensa, más el nº 35 O Mensch, afinación y empaste de auténticos profesionales.

De los solistas luces y sombras sin desmerecer ninguna, destacando el alto Engeltjes capaz de emocionar desde un color de voz bellísimo y bien proyectado en el nº 10 Buss’ und Reu pero especialmente en Erbarme dich, mein Gott (nº 47), bien el evangelista Lichdi, piedra angular de la Pasión, y el bajo Mertens aunque casi todos tienen un registro grave algo discreto. Personalmente un ligero escalón abajo la soprano checa y dos el tenor suizo. Del Jesús Hönisch, «crucificado antes de tiempo» tras el descanso al estar desaparecido como si tomase al pie de la letra el aria de alto que abría la segunda parte: «Ah! mi buen Jesús ya no está aquí! ¿Es posible?» (Ach, nun ist mein Jesus hin! Ist es möglich, kann ich schauen?) pienso que necesitaba más presencia vocal, afinación exigente y mayor implicación emocional para un rol que así lo pide.

Decepcionante el bajo corista Tobias Hagge en sus intervenciones solistas como Pilatus, destemplado y fuera de sitio. En cambio el coro excelente, casi camerístico con 28 voces, a menudo dos de 14 por la propia obra, eficiente y efectivo pero no efectista (esperaba expectante el Barrabam que no me convenció), color uniforme, disciplina para con las exigencias de la partitura, diferenciando coros y corales que desde la dirección también se marcan.

La doble orquesta de Koopman resultó todo un catálogo de solistas que lograron unas sonoridades perfectas para la magna obra bachiana, flautas casi de jazz que me comentaba alguna de mis amistades a la salida, oboes impecables, el fagot en su sitio difícil incluso cuando es continuo, eje instrumental con el órgano del Maestro alternando con su señora Tini Mathot, y una cuerda aterciopelada con dos concertinos (Catherine Manson y Matthew Truscott) brillantes en las intervenciones a dúo con las voces solistas.

Finalmente comentar lo maravilloso que resulta ver dirigir a Ton Koopman, disfrutando y contagiando su alegría desde el dominio de esta Pasión con pasión y sin compasión, siempre apasionante. El grandioso coral final «Llorando nos postramos ante tu sepulcro» (Wir setzen uns mit Tränen nieder) fue llevado con un tempo donde más que tristeza rezumó convencimiento, leyendo globalmente esta auténtica representación luterana desde la perfecta conjunción texto-música que El Kantor alcanza en ambas pasiones. Purificación de Sopeña y Suñén desde las pasion musicales con Koopman de profeta a mayor gloria de Bach.

Duro para el bolsillo melómano

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Antes se hablaba de «la cuesta de enero» pero en plena crisis y como escuchaba hace poco a una sufrida madre pagando libros de texto ¡de segunda mano!, todo el año es una cuesta sin fin, y ríanse ustedes del Angliru.

Supongo que debemos estar todos parecidos porque sube todo menos los sueldos, y en este mes de septiembre me toca pasar por la taquilla del Campoamor (¡menos mal que no tengo hijos ni hipoteca!) para pagar mis dos abonos habituales, tras ir quitándome muchos otros (Sociedad Filarmónica, Ópera de Oviedo de la que fui «pionero» en el abono de la segunda función -ahora hay incluso cinco-, Festival Lírico, Zarzuela…) y es que el sueldo de profe no da para tanto, teniendo uno que priorizar, amén de cortar salidas a otros conciertos cercanos (aunque sean en coche con sus peajes y subidas de gas-oil), vacaciones más cortas y en casa, con un cinturón cada vez más apretado que tendremos que cambiar por tirantes ante la ausencia de más agujeros.

No me voy a quejar del desembolso de 664€, aunque sigue siendo una barbaridad, pues en la capital del Principado los precios sigue siendo más bajos que en el resto de España (y doy fe de ello) pese a coincidir muchos programas y artistas en gira por la piel de toro, en parte porque la PPodadora cultural no está tan a flor de piel como en otras plazas, manteniendo Asturias subvenciones (¡qué no falten!) y patrocinadores (¡un monumento a ellos!) a la espera del tan largamente prometido «mecenazgo cultural«, y con protesta musical sinfónica el próximo día 23 de septiembre. Incluso se nos permitía pagar en veces para hacer más llevadero el susto, que comparado con abonos de equipos de fútbol y dividiendo el importe total entre los partidos, a la larga resulta incluso rentable: tienes siempre la misma butaca y asegurados los encuentros importantes sin que nos castiguen con un «día del club» donde tienes que volver a pasar por taquilla. Bendito dinero de plástico que permite a uno reorganizar la maltrecha economía doméstica.
Agradecer a mi querida OSPA, además de 22 años de «matrimonio», que para esta temporada sólo haya subido 50 céntimos, pues si el Gobierno saca pecho por unos pocos parados menos, tenemos que ser como el anuncio aquél del «granito a granito». Así pues 200€ el abono en butaca no es tan caro para los 14 conciertos de la temporada, segunda del búlgaro Rossen Milanov al frente y con programación en la línea de seguir con repertorios de siempre (la Militar de Haydn, Segunda de Schumann, una Séptima de BeethovenMahler con su Quinta cerrando temporada) junto a estrenos (el Concierto para guitarra de Leshnoff) y obras menos programadas (de Pärt o Benet Casablancas), atendiendo naturalmente los centenarios de Wagner, Verdi y Britten, del que destacaré el War Requiem del 22 de noviembre con los Coros de la FPA, dentro de una programación bien pergeñada con el lema «Música y guerra» (vuelve a colaborar la Universidad) a la que se sumará la continuidad de los grandes ballets (Pájaro, Lago y Cenicienta el 15 de noviembre), con directores conocidos (vuelven Lockington, Benjamin Bayl o Perry So entre otros) y solistas de primera (Manuel Barrueco, Kirill Gerstein, Renaud CapuçonDaniel Müller-Schott entre otros). También destaca la decidida apuesta didáctica del maestro Milanov con el segundo año del programa «Link Up» que creemos y queremos repita el éxito anterior de «La orquesta se mueve», este año probablemente «La orquesta canta». Espero seguir contando cada uno de los programas y agradeciendo las lecturas. Habrá alguna novedad más como el programa «Avanti«.
Evidentemente nos quedaremos «huérfanos» de OSPA los títulos en el foso de la Ópera de Oviedo donde vuelve mi «candidato favorito» Guillermo García Calvo nuevamente con Wagner, pero seguiremos con la esperanza de la Primitiva, las transmisiones televisivas gratuitas o esperaremos las entradas de «última hora» que resultan más llevaderas. A los programas extraordinarios espero asistir también aunque «el principesco» siempre inaccesible para el vulgo deba conformarme con el ensayo general, perdiéndome el Réquiem verdiano en Covadonga del próximo 28 de septiembre por compromisos ineludibles fuera de Asturias.
Reflejar la campaña abierta de micromecenazgo y beneficios con el «Club OSPA» que va desde 75€ en el formato «Andante» a los 500€ del «Vivace», incluyendo invitación a un acontecimiento especial ofrecido por el Maestro Milanov. Todo sea por captar fondos ¡de quien los tenga!.
A la vista de mis gastos y por proponer, me postulo abriendo la campaña «Adopte a un melómano» que asegura comentarios en su Blog, Twitter, Facebook, Instagram y lo que haga falta…
Las Jornadas de Piano «Luis G. Iberni» y los «Conciertos del Auditorio» que organiza el Ayuntamiento de Oviedo se llevan el grueso del gasto, abono conjunto de 434€ para 20 conciertos dan una media de 27,10€ para cada uno, lo que resulta ¡barato! comprobando algunas figuras y precios para localidades sueltas. Queda como «Día del Club» el de la O. S. de la Radio de Baviera con mi idolatrado Dudamel al frente el 7 de abril de 2014, cual partido de Champions en que los socios tenemos precio especial de 30€ en nuestra misma localidad.
Ahí está el total de los 664€ porque las matemáticas no fallan, claro que el plantel lo merece y voy con pinceladas: Eugeny Kissin, Maria João Pires, «San Sokolov«, Horacio Lavandera o Javier Perianes con el Cuarteto Quiroga para los aficionados de las 88teclas, Gidon Kremer, Suzuki con el Bach Collegium Japan, Kent Nagano al frente de «su» Sinfónica de Montreal, Esa-Pekka Salonen con la Filarmónica de la Scala (esperando acuda a la cita) o Ton Koopman y sus 35 años al frente de la Amsterdam Baroque Orchestra para los sinfónicos completos, sin olvidarnos los amantes de la lírica de Elina Garança e inseparable consorte llanito Karel Mark Chichon, y el enorme, en todos los sentidos, Thomas Hampson, dos regresos a Oviedo que seguramente llenarán el auditorio (otra razón para el abono), sin olvidarnos otro taquillero como Michael Nyman, sólo para hacerse una ligera idea y donde también tendremos otras figuras nacionales e internacionales que harían prolijo el relato aunque quiera reflejar la unión de dos formaciones que me tienen ganado hace años: Forma Antiqva y El León de Oro el 31 de marzo con una «Pasión según San Juan» de Bach que espero como agua de mayo en Cuaresma. Conti y la OvFi tampoco faltarán en varios conciertos, completando un abono en primera división.
Quedan también algunas entradas sueltas ya adquiridas para la ópera carbayona donde no puedo faltar al Don Pasquale (19 de noviembre, 2ª función) que cantará mi querida Beatriz Díaz (62€ en Anfiteatro) o un Don Giovanni joven con mi admirado tenor cordobés Pablo García López… pero aún toca esperar.

En septiembre no tendré mucho directo aunque siempre hay discos y DVDs por refrescar e incluso comentar. Aquí seguiremos al pie del teclado…