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Música antigua en el verano gijonés

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Lunes 9 de julio, 20:00 horas. Centro de Cultura Antiguo Instituto, XXI Festival de Música Antigua de Gijón. Los Afectos Diversos (Nacho Rodríguez, director). Si no os hubiera mirado, obras de Juan Vásquez. Entrada libre y aforo completo.

Hacía unos veranos que no me escapaba al festival gijonés que sigue siendo cita obligada en el inicio estival de la capital de la Costa Verde, alcanzando ya su vigésimoprimera edición, bajo la dirección de Eduardo García-Salueña que presentó el concierto, con una quincena completa de actividades que incluyen conciertos, charlas y encuentros a cargo de la JAM Asturias, masterclass, cursos, talleres, Antiqva rural o el Peque Festival Antiqvo, sin olvidarnos del concurso internacional ya en su séptima edición, para formaciones que buscan hacerse un hueco en este mundo de la llamada «Música antigua» ganando cada vez más adeptos en este renacer, como volvió a comprobarse en el patio del Antiguo Instituto Jovellanos en este segundo concierto tras el inaugural de Lina Tur Bonet con MUSIca ALcheMIca dedicado a Corelli al que me hubiese gustado estar, pero quería sacarme la espina con el grupo del asturiano Nacho Rodríguez tras el «pinchazo» con Monteverdi, SchutzOniria en la primavera ovetense, siempre apostando por formaciones y solistas de calidad desde sus inicios y asentándose en el difícil calendario de festivales de verano.

Con una formación totalmente distinta a la de mayo en Oviedo, y un programa íntegramente dedicado a Juan Vásquez (Badajoz c. 1505 – Sevilla, 1563) que también han llevado al disco hace tres años con más músicos, llegaban Los Afectos Diversos con un leve retraso por la rotura de una cuerda de tripa en el arpa de Manuel Vilas debido a los cambios de temperatura y humedad de Madrid a Asturias, comenzando con el tema que daba título al programa, Si no os uviera mirado con la soprano Cristina Teijeiro (titular en la grabación) antes de que Nacho Rodríguez fuera presentando cada uno de los siete bloques con que organizó el recital. Junto al propio director que también hizo de tenor, las voces de la citada soprano con Flavio Ferri-Benedetti (alto), Luis Toscano (tenor), Manuel Jiménez (barítono que también participó en el disco) y Javier Cuevas (bajo) en el elenco vocal junto a la vihuela de Manuel Minguillón y el violón de Sara Ruiz más la citada arpa de dos órdenes que comienza a recuperarse con solistas como Sara Águeda (el día anterior con Lina Tur Bonet) o Laura Puerto (partícipe del disco), verdadero instrumento rey de nuestro renacimiento y barroco hispano del que Vásquez fue uno de los grandes que caería en el olvido, salvo algunos sonetos y villancicos conocidos, como Con qué la lavaré o De los álamos vengo, madre que nos regaló al final todo el conjunto dirigido por el asturiano que volvía a casa.

En el mundo de la música antigua y barroca muchas formaciones se arman para la ocasión, caso de esta en Gijón de Los Afectos Diversos, pero contando siempre con una selección de músicos curtidos en estos repertorios (casi como una plantilla de colaboradores habituales) aunque sería deseable la estabilidad que redunda siempre en mayor calidad y dominio de los programas, sin desmerecer la de los nueve intérpretes que actuaron este lunes en el patio del antiguo instituto.

Interesante fusión de colores vocales e instrumentales que se fueron combinando en siete «capítulos», comenzando casi todos con las intabulaturas sobre temas de Vásquez con la vihuela protagonista de Minguillón y desfilando cada uno de los solistas a excepción del barítono, comenzando el propio director. El contratenor afincado en Valencia tuvo más momentos que sus compañeros y fue muy aplaudido aunque se «rompiese» la unidad prevista en cada bloque, con expresividad vocal y gestual unida a su musicalidad demostrada por el contratenor alto hace años en Asturias donde ya pudimos disfrutarle, especialmente Con qué la lavaré.

Igualmente destacables las variadas combinaciones vocales e instrumentales que ayudaron a dar frescura a unas canciones donde la letra no siempre se entendió con la claridad deseada y el ritmo se marcó más de lo deseado para el tactus renacentista, jugando con las tímbricas en sonetos y villancicos a tres, cuatro y cinco, a capella, acompañados o doblados por los tres instrumentos que también gozaron de protagonismo compartiendo la belleza de Juan Vásquez.

Si las intabulaturas para cuerda pulsada de Pisador, Valderrábano o Fuenllana inspiradas en las melodías del pacense sirvieron para recordar su popularidad de entonces, ahora corroboraron la calidad vocal de TeijeiroToscano o el citado Ferri-Benedetti junto a la vihuela de Minguillón en perfecto equilibrio de dinámicas, aún más completas con el arpa de Vilas, el violón de Ruiz y el poderoso bajo Javier Cuevas que sustituía al anunciado Bart Vandewege, completando un intenso concierto donde alternar alegrías y tristezas de textos realzados por la música que hizo las delicias del siempre agradecido público del festival.

Sacada la espina de Los Afectos Diversos y mejor este tributo a Vásquez con cuerda que el Monteverdi de trombones por todo lo escuchado, volviendo a insistir en la grandeza del directo aunque los discos tengan la magia de perpetuar lo inaprensible y el dedicado al pacense no tiene desperdicio.

Santísimo Durón

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Sábado 11 de marzo, 20:30 horas. Auditorio Ciudad de León, CNDM, XIV Ciclo de Música Históricas: La Grande Chapelle, Albert Recasens (director). Música al Santísimo Sacramento (Sebastián Durón, 1660-1716). Entrada: 10 €.

Buena entrada en el auditorio leonés para lo que suele ser habitual y un excelente programa en el decimocuarto ciclo patrocinado por el CNDM que ocupa el actual curso escolar, este sábado dedicado a clausurar el año «Durón 300» (ya el arranque en octubre fue de lo más prometedor) con una formación adaptada a un repertorio del que Raúl Angulo Díaz, el mayor especialista en el músico de Brihuega, comenta lo difícil que es establecer cuáles son versiones «originales» y «modificadas», autor de unas excelentes notas al programa que iré citando puntualmente en el formato habitual de este blog (cursiva en este color), pero obras de una calidad enorme en un compositor no lo suficientemente reconocido. Quince números variados en distintas combinaciones vocales e instrumentales durante hora y media que pasó volando por lo bien que se estructuraron tonos, villancicos o cantatas con unos músicos encabezados por Recasens en la dirección musical, muchos de ellos participantes en la grabación del último CD dedicado a Durón «Música para dos dinastías» con el sello «Lauda» propio de La Grande Chapelle, en gira nacional:

Eugenia Boix y Soledad Cardoso (sopranos), Gabriel Díaz Cuesta (contratenor), Gerardo López Gámez (tenor); Peter Barczi y Eva Borhi (violines), Sara Ruiz (viola de gamba), Kim Stockx (bajón), Maria Ferré (guitarra y tiorba), Sara Águeda (arpa) y Herman Stinders (órgano).

Formación «ad hoc» para las obras seleccionadas de Sebastián Durón, algunas recuperaciones históricas siendo estreno en tiempos modernos en transcripciones de Mariano Lambea (CSIC, Institución Milá y Fontanals) y el ya citado Raúl Angulo Díaz (Ars Hispana), de las que dejo a continuación el programa que iré comentando en cada una sin entrar en los textos, que también se incluían, aunque perfectamente vocalizados e inteligibles, punto notable este porque no siempre es así:

Todo es enigmas amor, tono a 4 al Santísimo Sacramento, con las cuatro voces en perfecto empaste polifónico más los instrumentistas, optando Ferré por la guitarra barroca como en la mayoría de sus intervenciones (salvo las indicadas), tímbricas muy logradas donde el bajón completa una sonoridad colorista más allá de duplicar voces, y el órgano dando el sustento grave necesario para unas voces todas ellas agudas.
Aves canoras, villancico a 4 al Santísimo Sacramento, jugando como siempre entre estribillo y las «coplas a 4» y todo el conjunto con la tiorba, elección buscando la mejor tímbrica con el arpa, siempre presente y colorida, amén de unos violines etéreamente claros y precisos con la dirección de Recasens atenta a todos los detalles.
Ay infelice de aquel agresor, villancico a 4 al Santísimo Sacramento (1699), unas voces que van tejiendo una página de recogimiento solo acompañada por la cuerda del arpa y la tiorba de complemento instrumental engrandeciendo el texto cantado en alternancia de solistas y cuarteto en las coplas.
Corazón, que suspiras atento, solo de «Miserere» con violines, en la voz de Eugenia Boix más la cuerda y la entrada posterior del bajón, suspirando desde el canto elegante y seguro de emisión ideal sobrevolando los instrumentos.
Duerme, rosa, descansa, dúo con las dos sopranos, Boix y Cardoso, acompañadas por órgano, viola de gamba y tiorba de una hondura indescriptible, perfecta unión de color y sentimiento en ambas con el subrayado de la cuerda más el sustento organístico, adornos en su sitio para las pausas textuales sin espacio vacío.
Hola, hao pastorcillo, villancico a 4 al Santísimo Sacramento con violines y todo el «ensemble», casi una égloga musical con el trasfondo religioso pero exportable al profano de no ser por la emoción y juego instrumental donde el órgano supone casi una firma distintiva.
Atención a la fragua amorosa, villancico a 4 al Santísimo Sacramento, sin los violines en un «juego ingenioso que busca asombrar al espectador (…) representa de modo contrapuntístico el repiqueteo que hacen los martillos al forjar el corazón del creyente, al tiempo que se expresa la urgencia de la tarea mediante progresiones armónicas ascendentes» a cargo de los instrumentistas en feliz acompañamiento que equipara su protagonismo al vocal, siempre claro además de empastados.
Y pues de tu error los suspiros, tono a 3 al Stmo. Sacramento de nuevo con un solista, esta vez el contratenor sevillano Gabriel Díaz Cuesta de buen color para esta partitura y potencia suficiente acompañado solamente por bajón, tiorba y arpa, con sorprendentes disonancias para la época así como unos cromatismos que realzan un expresionismo avanzado en aquella España no siempre a la «última moda».
Impresionante y hermoso Segadorcillos que al son de las hoces, villancico a 4 al Santísimo Sacramento, con una escritura donde van apareciendo los distintos solistas contestados en polifonía, sumándose los instrumentos en una construcción sonora realmente impecable, a partir de melodías profanas construido sobre el entonces muy conocido baile del «Tatatá» como recuerda Angulo.

Sin pausa pero dando descanso al cuarteto vocal pudimos disfrutar a continuación Qué sonoro instrumento, dúo del «ensemble» para lucimiento de los intérpretes como bien reza el título, en un despliegue de timbres variado dentro de esas polifonías «intercambiables» capaces de convertir páginas vocales en instrumentales recreando unas armonías muy del momento.
Cupidillo volante, solo al Stmo. Sacramento, nos permitió disfrutar del tenor Gerardo López Gámez con la viola de gamba y la tiorba, un trío para degustar color vocal, dicción, emoción y buen gusto en un repertorio que precisa precisamente de todo esto, la melodía y el acompañamiento al servicio del texto, los «morir» en melodías descendentes y graves, «mariposa amante» sobrevolando, buscando la rama y la llama, y cómo la ronda… La grandeza del texto con música sacra de devoción popular.
Una de las páginas más conocidas de Durón es la cantata Ay, que ma abraso de amor, interpretada y sentida por una Eugenia Boix cada vez más asentada en un repertorio que domina y en el que se siente a gusto, con todo el «ensemble» completando esta colorida partitura, verdadera «pintura musical (…) sobre la metáfora del amor de Dios entendido como una llama que abrasa al creyente y que le hace renacer como el Ave Fénix, el movimiento agitado en octavas de los violines que se escucha al comienzo trata de ilustrar el movimiento de las llamas, así como la punzante ansia amorosa que experimenta el creyente« en palabras de Angulo.
Ah, Señor embozado, villancico a 4 al Santísimo Sacramento, para los instrumentistas sin los violines y nuevamente las cuatro voces empastadas pese a ser de registro agudo, por el contrapeso de La Grande Chapelle en un acompañamiento adaptado para disfrutar de los textos además de engrandecerlos subrayados siempre instrumentalmente.
Volcanes de amor, tono a 4, continuó la línea de expresividad tanto vocal como instrumental, con la guitarra dando también el toque rítmico casi percusivo más el colorido bajón en contracanto, nueva metáfora de amor y fuego interpretadas textualmente, ardientes y queridas.
Prescindiendo del órgano llegamos al final con Negliya, qué quele, cuatro de Navidad, nuevo juego de estribillo polifónico y las distintas coplas para disfrutar de voces e instrumentistas en común unión al servicio de una música celestial.

Como propina bisaron el Todo es enigmas amor en un recital con predominio de partituras en ritmo ternario y alternancias muy variadas de tiempos, muy matizados en expresión por parte de todos los intérpretes, con Albert Recasens en la dirección de los números «totales» dejando en los solos y dúos a los propios intérpretes que marcasen el discurrir musical, calidad que atesoran todos ellos como pudimos comprobar, brindándonos un concierto (re)descubriendo a Durón en León.