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Carnaval exótico portuense

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Domingo 2 de marzo, 18:00 horas. Casa da Música, Oporto: Sala Suggia. «Carnaval Exótico»: Orquestra Sinfónica Do Porto Casa da Música, Tobias Volkmann (director). Obras de Rimski-Korsakov, Nielsen, Tchaikovsky, Ravel y Guo Wenjing. Entrada: 11€ (concierto fuera de temporada).

Rezaba la publicidad del concierto «Júntese a los músicos de la orquesta en la celebración del Carnaval inspirado este año en Oriente y venga disfrazado para este concierto», por lo que el ambiente que se respiraba en la sala principal que lleva el nombre de la famosa cellista local Guihermina Suggia era festivo totalmente, y con aforo completo. Los músicos también iban ataviados y la decoración mínima pero suficiente: globos, puertas orientales, pantalla con sombras chinescas y una inmensa lámpara de Aladino en cartón piedra de la que salió con humo el mago director brasileño Volkmann, luego mudado a mandarín.

El programa tenía muchas y variadas historias para contar con personajes exóticos que nos sugerían múltiples disfraces para un concierto de carnaval, y nada mejor que arrancar con El mar y el barco de Simbad de la siempre evocadora «Sheherazade« (Rimski-Korsakov) que la orquesta local despachó con solvencia y seguridad a pesar de cierta frialdad, siendo la cuerda protagonista, especialmente el concertino español Felipe Rodríguez en sus intervenciones solistas (a la vista de los datos, invitado para este programa, pues lo es de la orquesta lisboeta de la Fundación Gulbenkian).

Mucho más completa la selección de la Suite «Aladino» (Nielsen) donde cada número nos fue dando la talla de esta formación portuense de sonoridades rotundas en los metales, sobre todo las trompetas, más comedida en la madera, percusiones sin exageraciones y una cuerda empastada aunque necesitada de más cuerpo (y efectivos) para equilibrar plantilla, hoy algo ampliada por las obras programadas. Fueron desgranando los números Marcha oriental, Danza hindú, El mercado de Ispahan -de lo más conseguido de la suite- y la Danza de los prisioneros, con esos avances compositivos del danés para un ballet que sólo tiene de infantil el título.

El oboista titular hizo un número de encantamiento donde el folklore húngaro de su tierra dejó paso al de la India, para luego llevar el ritmo del djembé en una hermosa danza del vientre con una bailarina profesional jaleada por todos tras su espectacular baile y figura. Perfecta antesala para los dos números del «Cascanueces« («Quebra-Nozes» en portugués) de Tchaikovski: Danza árabe y Danza china, algunos desajustes probablemente por el ambiente festivo aunque imperdonables en páginas tan conocidas de la música, y con una acústica tan perfecta que percibíamos cada mínimo detalle, con un Volkmann conocedor de estas músicas aunque los músicos no parecieron responder a todas sus órdenes una vez despojado del disfraz de mago…

Mejor el fragmento de Ma Mère l’Oye de Ravel, orquestado por el propio francés en 1911 del original para piano a cuatro manos, Laideronette, emperatriz de las pagodas donde la sonoridad impresionista y la rítmica resultaron bien ejecutadas por la orquesta portuense en esta «premiere«, siendo la obertura Cabalgando en el viento, op. 27 (1997) del chino Guo Wenjing (1956) el perfecto cierre de un concierto de recuerdos orientales muy cinematográficos terminando en ese «Far West» donde los chinos también han tenido protagonismo más allá de la pantalla, asentándose en todo el mundo y siendo parte de nuestra historia cotidiana. La riqueza rítmica y una amplia plantilla orquestal sirvió para mostrar las posibilidades de una orquesta hoy joven en la edad de músicos e historia reciente (desde 2006), con buenas secciones y solistas a la que seguramente su titular Christoph König sacará más partido, así como el paso de invitados que engrandecerán esta formación portuguesa.

Aplausos largos y merecidos que sirvieron para escuchar otro número del Aladino danés no elegido en el concierto, la Blackmoor’s Dance, reafirmando mi opinión de ser Nielsen buena piedra de toque para la orquesta.

Con todo un concierto entretenido y distendido para todos, músicos y público de todas las edades aunque mayoritariamente juvenil para una ciudad que tiene en el complejo diseñado por el arquitecto holandés Rem Koolhaas, el referente musical no ya de sus otras salas sino de todo un excelente contenido acorde a lo que entendemos por «Casa de la Música». La visita guiada en la mañana del sábado fue muy fructífera y enriquecedora si muchos gestores españoles tomasen nota de la importancia que la cultura en general y la música en particular tienen en nuestra sociedad desde un enfoque educativo. Por cierto, Portugal un país intervenido con un IVA del 23% aunque los precios generales estén más baratos que en España… y el cultural ¡13%! (creo que sobran explicaciones)..

VolvemOS PAra bien

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Viernes 28 de septiembre, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Concierto de Abono nº 1, inauguración de la temporada 2012-13, OSPA, Jean-Efflam Bavouzet (piano), Rossen Milanov (director). Obras de Rimsky-Korsakov, Prokofiev y Debussy. Todos teníamos «mono» de OSPA y las ganas de comenzar la primera temporada con el maestro Milanov de titular. Los titulares de prensa previos ya apuntaban bien y la entrada con «orbayu» no impidió saludar a tantos conocidos, amigos, músicos, encantados del reencuentro esperado. El programa elegido tenía muchos guiños y el pianista invitado un lujo para una ciudad que disfruta con los mejores y hasta tiene unas jornadas propias. La aplaudida salida del maestro búlgaro fue mayor tras la lectura de sus primeras palabras en un castellano más que correcto, cumpliendo su promesa de hablar español para su llegada. Incluso dio las gracias a la gerente Ana Mateo por su trabajo constante, y al Gobierno del Principado por seguir apostando por nuestra mejor embajadora, así como a la Consejera de Educación, Cultura y Deporte mi colega de profesión Ana González Rodríguez. Hasta nos invitó a brindar al descanso con una copa de vino de las Bodegas OSCA, patrocinadora del concierto, que animó un descanso algo más prolongado de lo habitual.

Y sin más arrancó la música con ese Capricho español, Op. 34 de Rimsky-Korsakov, la primera obra sinfónica asturiana y compuesta por un ruso, como bien recuerda Ramón G. Avello en las notas al programa que enlazo en los títulos y figuran en el número 1 de la Revista Trimestral enviada a los abonados (se vende a 2€ en el propio Auditorio aunque se repartía una hoja más que suficiente para seguir el concierto, una forma de ahorro que ya aplaudí y comenté). Los cinco movimientos suponen un examen para toda la plantilla (hoy reforzada) tras el merecido descanso veraniego (esta vez sin las visitas que patrocinaba la antigua Caja de -Ahorros inexistentes- de Asturias, ahora un banco en espera de rescate), y el compromiso en el foso con el Werther del Campoamor. La primera prueba para comprobar cómo se entendían Maestro y músicos: prueba superada, con Vasiliev marcando profesionalidad y el resto sin quedarse a la zaga (muy bien Andreas y demás solistas). Tiempos bien contrastados, con tranquilidad para degustar las melodías asturianas (también la «gitana» del cuarto número), sonoridades nunca estrepitosas, el empaste total siempre deseado (incluyendo unos metales que cada vez están más acoplados), los rubati justos y bien entendidos, con pocas concesiones a la galería en una obra que esta orquesta siente casi como propia desde la Alborada (muchos años de sintonía en Asturias del programa homónimo en Radio Nacional del fallecido Modesto G. Cobas) al Fandango Asturiano.

El francés Jean-Efflam Bavouzet nos brindó un Concierto para piano nº 1 en RE b M, Op. 10 de Prokofiev para recordar (de hecho lo grabó Radio Clásica para su posterior emisión en diferido). Obra dura para todas las partes, Milanov concertó a la perfección con el solista, lo que ya es un triunfo, mimando una paleta orquestal no muy clara pero que así está escrita para goce de admiradores y toses de detractores. Y la propina tenía que ser Debussy, preparando la segunda parte en este homenaje en su centenario, y más teniendo un intérprete que ha grabado la integral de su compatriota: el noveno preludio de su primer libro Serenade interrompueauténtica delicia sonora, rítmica, de aire hispano que voló por todo el auditorio flotando sus aromas rememorando mis primeros conciertos en el Filarmónica. Tras el vino del descanso, que me tomé afuera mientras fumaba mi cigarrillo, la segunda parte mantuvo el perfume francés con aromas españoles, primero rusos y ahora galos.

La Fantasía para piano y orquesta consiguió nuevas sonoridades no ya pianísticas desde su protagonismo, sino orquestales, auténtico impresionismo que mantiene la pincelada pero mezcla la paleta en el aire. Nueva lección de concertación y cohesión sonora en sus tres movimientos que sin perder lirismo consiguieron llenar de color una obra no muy escuchada que contó con uno de los mejores intérpretes actuales perfectamente arropado por nuestra OSPA con Milanov al frente. Para cerrar este concierto de aire español, la Iberia (Imágenes) equiparable a la pianística de Albéniz con el buen hacer orquestador de Debussy, deudor de algunos compatriotas pero magistral en su recreación. Inspirado hasta en los títulos, Por las calles y los caminos como ideario para toda la temporada, Los perfumes de la noche delicados y aromatizados con buen vino, y La mañana de un día de fiesta, pues así entendimos muchos este concierto inaugural. Fiesta de la música desde una pasión que el Maestro Milanov va a compartir con todos… esperando sean muchos años. Pese a la premura por llegar a casa (pasaban quince minutos de las diez de la noche), mi comentario rápido fue «Ésto promete», y el próximo concierto el Día del Pilar nada menos que con La NovenaBeethovende …

P. D.: Críticas de Ramón Avello en El Comercio y Javier Neira en LNE, así como de Aurelio M. Seco en su Web «Codalario«.

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