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Los eternos cantores de Viena

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Domingo 25 de febrero, 19:00 horas. Auditorio de Oviedo, Concierto extraordinario: «Europa, Europa». Niños Cantores de VienaLuiz de Godoy, dirección y piano.

Crítica para La Nueva España publicada el martes 27 añadiendo «links», fotos propias y cambiando la tipografía eliminando comillas para utilizar negrita y cursiva:

La música sigue poniendo a Oviedo en el mapa musical y este domingo sería última parada de los Niños Cantores de Viena, el coro más famoso del mundo tras una gira española de diez días recorriendo Granada, Bilbao, Zaragoza, Valladolid, Madrid y Burgos. Sus orígenes se remontan al siglo XIII y tal como los conocemos desde el siglo XV con Maximiliano de Habsburgo, reconstruyéndose en 1921 tras la caída del Imperio austrohúngaro. Integrado actualmente por 100 coristas entre 10 y 14 años divididos en cuatro grupos corales para poder dar los 300 conciertos de media anuales, arribando a la capital asturiana con 23 efectivos más el brasileño Luiz de Godoy (que trabaja además con el coro de la Konzerthaus de Viena y la Academia de Coros de la Wienner Staatsoper) al piano y dirigiendo, además de presentarnos en un castellano correcto las distintas obras, con alguna alteración y omisión sobre el programa previsto.

El auditorio estaba al completo con público de todas las edades donde no podían faltar nuestros “Niños cantores de Covadonga”, la Escolanía con su director Jorge de la Vega tomando buena nota de todo sabedores que ellos también son historia viva.

Los Niños Cantores de Viena, una de las «más consolidadas» tradiciones musicales europeas, a lo largo de los siglos han sido numerosos los músicos que han trabajado para esta institución, se han iniciado musicalmente en ella o han dedicado obras: Isaac, Mozart, Caldara, Salieri, Bruckner, Haydn o Schubert entre tantos otros, ampliando un repertorio que abarca todas las épocas y estilos. Para esta gira se centraron en un “viaje coral europeo” como comentó al inicio Luiz de Godoy.

Acallando murmullos arrancaron desde el patio de butacas, bajaron por ambas escaleras y se colocaron sobre el escenario interrumpidos cada etapa por aplausos con el canon a 3 voces O Virgo splendens de nuestro Llibre Vermell de Monserrat (s. XIII) antes de ir saltando autores y épocas para combinar en escena las 23 voces blancas a ambos lados del piano, alternando acompañamiento y canto “a capella”, puro, siempre en perfecto entendimiento con el maestro brasileño, también prodigio quien adaptó el handeliano Piangerò la sorte mía con dos solistas marca Casa Viena o el Gloria in excelsis de Vivaldi desde un piano-orquesta de toque propio y demasiado rápido. En algunas obras se les notó cansados, no por algunos solistas en ambas cuerdas (tienen un tiple increíble que brilló en tres de los cantos rusos) sino por un piano forte sin contemplaciones como en El café de Chinitas recogido por García Lorca, con atrezzo de taza y periódico al que se iba sumando un solista hasta los cuatro finales totalmente tapados por el brasileño, de espaldas a ellos.

Simpática lección coral infantil el “Contrapunto bestial”, verdadero festín animal de Banchieri (ca. 1568-1634), bien las Cuatro canciones rusas K28 de Stravinsky sin piano, sentidos los cantos religiosos del motete Cantate Domino (Buxtehude), Ave Verum Corpus (Poulenc), Salve Regina (Fux) y la casi póstuma Pequeña cantata alemana K619 (Mozart) en adaptación del austriaco Gerald Wirth (1965), autor igualmente de Carmina Austriaca –de similitud con los de Orff– en reducción pianística más percusión variada a cargo de cinco de los niños para la selección ofrecida, ya descansados para afrontar una segunda parte más variada y agradecida.

Momentos mágicos como el Gloria de Britten a ellos dedicado con un piano más discreto, el Die Kapelle del antiguo cantor Schumann y los cantos populares de Armenia (dispersos todos por el escenario aumentando sensación dinámica), Serbia (dos primeras de lujo) o Estiria, en Austria, sumándonos con las palmas, siempre mejor solos aunque con piano ayuda en afinación y presencia, dando un ropaje global, también menos trajín entre cuerdas (12+11), favoreciendo empaste y mayor claridad de emisión.

Para estos vieneses famosos no podía faltar algo de sus paisanos los Strauss, cuya popularidad máxima alcanzan el día de Año Nuevo (2012 y 2016 con Mariss Jansons para recordar los recientes), aquí piano en vez de orquesta con excelentes arreglos del citado Wirth: el conocido Vals del Emperador (Johann Strauss II), la polka En viaje de Vacaciones (Josef Strauss) y la ¿inesperada? propina de El Danubio Azul que levantó al público de las butacas, palmeando todos esa polka rápida con la que cerraron su gira en Oviedo, la Viena del norte español.

Viena y sus eternos cantores

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Domingo 25 de febrero, 19:00 horas. Auditorio de Oviedo, Concierto extraordinario: «Europa, Europa». Niños Cantores de Viena, Luiz de Godoy, dirección y piano.

Reseña para La Nueva España publicada el lunes 26:

Los Cantores hacen historia

El coro infantil vienés, dirigido por Godoy, asombró en el Auditorio, repleto de público de todas las edades, con un concierto en el que recorrió distintos tiempos y lugares

Pablo Siana | 26.02.2018 | 17:52

Cuando una institución musical tiene tras de sí tanta historia y por la que han pasado muchos de los compositores que conforman su repertorio, es lógica la admiración y respeto hacia ella. Los Niños Cantores han cantado desde el siglo XIII siendo Maximiliano I quien los llevaría a la capital en 1498. Actualmente el coro lo forman 100 cantantes entre los 9 y 14 años, divididos en cuatro coros que dan casi 300 conciertos al año, llegando uno de 23 efectivos a Oviedo, con el brasileño Luiz de Godoy como maestro de coro y pianista, otro prodigio infantil al frente de esta excelencia vocal, finalizando una gira que denotó cierto cansancio en estos niños únicos, disciplinados y sacrificados.Y asombraron a un auditorio de todas las edades, con presencia de la Escolanía de Covadonga, y sin localidades libres cantando la historia coral universal de todos los tiempos y lugares.
Desde el inicial canon “O Virgo splendens” del Llibre Vermell de Montserrat (siglo XIII) que pasearon por las butacas al escenario, hasta obras de su compatriota G. Wirth (1965), arreglista y compositor de los «Carmina Austriaca», dos números recordando los de Orff, pasando por los folclores serbio, español de “El café de chinitas» recogido por Lorca , atrezzo incluido con suma de cuatro solistas imperceptibles con el piano, hasta el armenio donde los vieneses sí mostraron su excelencia, niños que solo crecen para la música. Godoy dirigió y acompañó con soltura además de presentar este viaje coral europeo.
Se ha dicho que cada cantor de Viena es un solista que convierte su cuerpo en un instrumento de sonido lírico, transparente, único e inspirador de los mismos compositores que agrandan su repertorio, Britten de lo mejor cantado con piano, Mozart, Schumann ideal “a capella” y tantos como este domingo pudimos disfrutar sin olvidar a la Saga Strauss de Emperador y las propinas del Danubio y polka palmeada con la que cerraron su gira en Oviedo, la Viena del norte.