Hubo momento para recordar al rey asturiano Alfonso II El Casto, auténtico fundador de este camino a Santiago hace doce siglos y llegarían los discursos, primero
Alfredo García Quintana, concejal de turismo del Ayuntamiento de Oviedo, ante la ausencia del alcalde Canteli, sumándose a esta presentación dando la bienvenida a los alcaldes y concejales, asturianos y gallegos por donde transcurre este Camino Primitivo, autoridades varias y las empresas implicadas además del público que llenó la sala de cámara. Nada menos que 30 placas de
Eladio de Mora con cada uno de los DDHH en ese Camino y además en esta ciudad de melómanos la presentación mundial del Himno con su intérprete y después el piano de la pianista gallega
Isabel Pérez Dobarro (Santiago de Compostela, 1992).

Continuaría
Elizabeth Sánchez Vegas como presidenta de ISHR animando a todos a ser “voceros” de su proyecto y divulgación, a continuación el artista
Eladio de Mora con los respectivos agradecimientos a la presidenta de ISHR y su granito de arena al proyecto inspirado en el propio camino, explicando los motivos en bronce de las treinta placas con una estrella, la concha de peregrino rodeando la leyenda «»Camino de los Derechos Humanos» donde figura cada uno de los 30 artículos en inglés y español.
No podía faltar la autoridad autonómica pertinente, esta vez
José Antonio Garmón Fidalgo, director general de gobernanza pública, transparencia, participación ciudadana y agenda 2030 (menudo cargo) glosando el origen del camino, los DDHH, la declaración de la ONU o las dos placas en Oviedo.
Y tras cuarenta y cinco minutos al fin llegaría la esperada parte musical.
Isabel Pérez Dobarro nos hablaría de lo interesante de este evento y del camino como compostelana y
música, activista en el amplio sentido de la palabra, hablándonos con
su soltura habitual, algo que siempre se agradece en EEUU y comentando el desarrollo musical de su programa del que habló en Harvard, de la conexión musical desde el
Códice Calixtino y el público asistente a su conferencia en la prestigiosa universidad yanqui, tantas nacionalidades distintas que habían hecho precisamente ese camino, mostrando todo su apoyo a la iniciativa por lo que supone.


La tercera compositora en «descubrir» nos pidió primero adivinarla, y tras escuchar ese «aire chopiniano» nos contaría quién fue la polaca
María Szymanowska (1789-1831), casada con
Josef Szymanowski, tras su
Nocturno en si bemol mayor anterior al propio
Chopin del que se considera su precursora, y que triunfaría en San Petersburgo como la primera pianista de la Corte Imperial Rusa donde moriría.
Si este camino de derechos y arte, de música y meditación que une Asturias y Galicia, nada mejor que otras dos obras de nuestro tiempo, primero del cántabro afincado en nuestra tierra
Israel Lopez Estelche y una de sus
Plegarias al piano una verdadera exquisitez en las manos de la compostelana, para seguir con su paisana
Carme Rodriguez, una
página encargada a ella,
Alalá das paisaxes verticais, maravillosamente interpretada por
Isabel.
Para concluir una obra también actual del tinerfeño
Juan Antonio Simarro,
Cuatro acordes para expresarme, apostando tanto por las compositoras de antaño como por obras actuales, disfrutando y haciendo disfrutar con todas, y ya pasadas las nueve de la noche antes del esperado estreno.
Y el colofón sorpresa del ovetense coro femenino astur-venezolano de la
Asociación Sociocultural AVAO dirigido por
Daniel Josué Lugo Añaez, cantando nuestro himno asturiano con el público en pie. Me hubiese gustado más música y menos discurso pero el evento así estaba programado.