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La Regenta vuelve a Vetusta

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Jueves 10 de abril de 2025, 19:30 horas. Teatro Campoamor, Oviedo: XXXII Festival de Teatro Lírico Español. «La Regenta», ópera en tres actos, con música de Maria Luisa Manchado Torres y libreto de Amelia Valcárcel y Bernaldo de Quirós.

(Crítica para OperaWorld del viernes 11, con las fotos de Alfonso Suárez, más el añadido de los siempre enriquecedores links, con la tipografía y colores que no siempre se pueden utilizar)

Oviedo ya no es Vetusta pero «La Regenta» de Clarín merecía esta ópera en homenaje a los 140 años de su publicación, y tras el estreno madrileño llegaba al Teatro Campoamor y su festival de teatro lírico, gracias al empeño de la profesora Amelia Valcárcel y la compositora Marisa Manchado, Premio Nacional de Música (2024) precisamente en la modalidad de ópera por esta obra tan esperada en la capital asturiana, un tándem que aceptó el reto equiparable según ambas al de Da Ponte y Mozart por reducir a drama Las bodas de Fígaro y cómo el primero escribía las palabras mientras él segundo hacía la música. Para ellos en seis semanas todo estaba en regla pero para las madrileñas la composición de «La Regenta» les llevaría diez años (más otros diez desde la idea primigenia).

Estrenada en Madrid (con cinco funciones) estaba claro que Oviedo tenía que vivir y presenciar esta ópera de nuestro tiempo, donde más de cien años después, aún queda parte de esa Vetusta clariniana y farsante, pues parte del público -maduro y femenino mayormente- salía escandalizado de sus localidades y gritando por los pasillos en medio de la escena del tercer acto con “el cazador Víctor y la presa Regenta”, un coito elegante y nada explícito mientras el cornudo Quintanar se confiesa a Fermo y retará a Mesía, pero que hubiera reaccionado probablemente de la misma forma ambientándose en Boston o Sonneberg, pues si algo tiene esta novela llevada al cine, la televisión, el teatro o finalmente a la lírica, es su atemporalidad y universalidad donde aparecen “el poder, la maldad, las miserias y las ruindades humanas” que son la inspiración de la compositora, tal y como refleja en sus notas al programa.

Condensar las casi mil páginas de la novela de Leopoldo Alas no era tarea fácil, menos aún adaptarla para poder ser cantada (y hablada en momentos puntuales) por sus personajes, pero el trabajo de composición es loable para una ópera actual (me niego a calificarla de vanguardista), exigente para todos, sumándose una escena minimalista de Bárbara Lluch (en Oviedo estuvo Paula Castellano), negra, sobria, que plasma la soledad y la claustrofobia, con un diván como único mobiliario, donde los tres actos se suceden sin pausa, siendo los dos planos en que se realiza la acción lo más logrado, junto a la iluminación y escenografía apropiada de Urs Schönebaum más el vestuario elegante de Clara Peluffo (válido para toda ella aunque implícito en el baile del casino), nos van situando en todos los ambientes de la obra de Clarín.

Y Ana Ozores omnipresente la hora y media, con los cambios de vestuario llenos de complejo simbolismo, revistiéndose en la escena con los distintos modelos, casi como disfraces, de viuda, señora, virgen o prostituta, con pestañas que parecían ser aquellos recortables de los que en mi época llamábamos “mariquitas”.

La soprano María Miró encarnó a esta regenta plena, empoderada en una evolución de su personaje a lo largo de la función: mojigata con las beatas, doliente en la procesión, contenida con El Magistral, apasionada con Mesía y hasta consumida por el remordimiento (y el enclaustramiento), con esa frase tan concluyente y angustiada de “Estoy tan sola, tan yerta”. De canto siempre cuidado, íntimo y potente, timbre bellísimo y uniforme color vocal, sin fisuras en las no muchas coloraturas que MM (como llama Amelia Valcárcel a la compositora) escribe para la protagonista, sobre todo en el último acto de esta su tercera ópera.

El Magistral del barítono David Oller también jugó con su lucha interior, difícil proyectar la voz desde el plano superior pero mejor al lado de su Anita de quien es “su amigo del alma”, el cura lascivo de apariencia mística y sin complejo de Edipo con su madre Doña Paula (una Laura Vila de graves cortos en su emisión desde el lateral del plano superior), de timbre algo “blando” para su personaje, pero convincente en la escena.

El inmoral Álvaro encontró en el tenor Vicenç Esteve la mejor opción para toda la carga seductora de su personaje, “El Don Juan de Vetusta”, vestido decimonónico morado con peluca de ilustrado, que nos dejó un trío bien empastado en el casino con Vegallana, otro sátiro bien encarnado por el también tenor José Manuel Montero de registro más grave con buena diferenciación de colores, y el Don Víctor a cargo del bajo Cristian Díaz, algo limitado de volumen pero suficiente gracias a un foso que siempre respetó las tablas, que sería abatido por el fugado Mesía.

La soprano María Rey-Joly sedujo como la viuda Obdulia y ex-amante de Don Álvaro, sensual, luchando con una escritura vocal que no ayuda al lucimiento pero escénicamente convincente, al igual que la Petra de la mezzo Anna Gomà, con una voz de calibre especialmente en la confesión al Magistral. Dos carreras vocales divergentes en el tiempo pero completando un reparto que remataría el contratenor Gabriel Díaz como sapo, actoralmente impresionante y vocalmente perfecto en este rol repulsivo: imaginería en la procesión central del segundo acto y el repugnante “sapo” del beso a La Regenta.

Merece destacar la intervención del coro residente del festival que prepara San Emeterio, una Capilla Polifónica “Ciudad de Oviedo” amateur pero plenamente entregados en el papel de Vetusta, los vecinos de mirada pervertida, chismosos (original la escena con los periódicos y el agujero con las caras, del que dejo una de las fotografías de Alfonso Suárez), inmóviles, jugando con los paraguas más allá del guiño a la climatología asturiana del “Nunca pasa nada, llueve y para…”, con pasajes complicados en esta partitura atonal y sin muchos referentes pero que solventaron con profesionalidad, además de aportar a Eugenia Ugarte y Ángel Simón como Beata y Señorito a este gran reparto clariniano de Valcárcel-Manchado.

Todo el peso de la ópera recayó en Jordi Francés que sacó lo mejor de la partitura, concienzudamente trabajada, con una Oviedo Filarmonía compacta, amplia, afinada, versátil desde hace años, con tímbricas hermosas, una percusión precisa, arpa y teclas virtuosas, el saxo que nos llevaba al vals del casino o el maravilloso solo de violín de Mijlin. La música de Manchado, bien analizada en las notas al programa por el doctor Jonathan Mallada, es difícil de ejecutar por todos. Tiene pasajes agradables de escuchar, con glisandos en la cuerda muy efectistas, solos para demostrar la calidad de los primeros atriles, sonoridades de music-hall, ritmos reconocibles e incluso leit motivs que ayudan a seguir una acción siempre clara en el libreto de Valcárcel, pero el trabajo del director barcelonés, todo un especialista en nuevos títulos, hizo posible una función de autentico drama escénico con respeto por las voces y hacer con la música de la orquesta un abrigo que vistió esta ópera de nuestro tiempo, esperando siga representándose al menos en los 150 años de «La Regenta», porque espero que para entonces el público de esta Vetusta del siglo XXI ya esté educada en las músicas actuales, incluso a las que llaman “de vanguardia”.

FICHA:

Jueves 10 de abril de 2025, 19:30 horas. Teatro Campoamor, Oviedo: XXXII edición Festival de Teatro Lírico Español. «La Regenta», ópera en tres actos, con música de Maria Luisa Manchado Torres y libreto de Amelia Valcárcel y Bernardo de Quirós, basada en la novela homónima de Leopoldo Alas “Clarín”. Estrenada el 24 de octubre de 2023 en la Sala Fernando Arrabal de las Naves de Español en Matadero (Madrid). Coproducción del Teatro Real y del Teatro Español (2023).

Versión orquestal para el Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo. Edición a cargo de Guillermo Buendía Navas (Madrid, 2024).

FICHA TÉCNICA:

Dirección musical: Jordi Francés – Dirección de escena: Bárbara Lluch – Asistente de dirección: Paula Castellano – Escenografía e iluminación: Urs Schönebaum -Vestuario: Clara Peluffo   Director del coro: José Manuel San Emeterio.

REPARTO:

Ana Ozores (La Regenta): María MiróFermín de Las (El Magistral): David OllerÁlvaro Mía (Presidente del Casino de Vetusta): Vicenç EsteveDon Víctor Quintanar (marido de la Regenta, exregente de la Audiencia): Cristian DíazPaco Vegallana (mejor amigo y confidente de Mesía): José Manuel MonteroObdulia (viuda llamativa y antigua amante de Mesía: María Rey-JolyPetra (criada de la Regenta): Anna GomàDoña Paula (madre del Magistral): Laura Vila Sapo (un monago): Gabriel DíazBeata: Eugenia UgarteSeñorito: Ángel Simón.

Actores: Andrés Bernal y Magdalena Aizpurúa.

Oviedo Filarmonía

Coro Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo

Barbieri siempre único

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Jueves 27 de febrero, 20:00 horas. Teatro Campoamor, Oviedo: XXVII Festival Lírico Español. El barberillo de Lavapiés (Francisco Asenjo Barbieri, libreto de Luis Mariano de Larra), dirección de escenas y adaptación del texto de Alfredo Sanzol; edición crítica de Mª Encina Cortizo y Ramón Sobrino, producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid.

Nueva temporada de zarzuela en Oviedo, y van veintisiete años ininterrumpidos en «La Viena Española», segunda temporada estable tras la madrileña, con una grande de nuestro género por excelencia para abrir boca en un festival esperanzador, contando para el irrepetible Barbieri con un elenco de altura ideal para cantar la historia de amor entre Lamparilla y Paloma con la puesta en escena y adaptación de Alfredo Sanzol más la dirección musical de Miquel Ortega al frente de la Oviedo Filarmonía junto a la Capilla Polifónica «Ciudad de Oviedo», titulares del festival ovetense.

Buena entrada en el Campoamor y un «Barberillo» redondo por lo homogéneo, atinado, actual, sobrio y musicalmente impecable. El Maestro Ortega sabe cómo sacar partido a cada número, siempre mimando las voces, dándoles confianza, también al coro, más una orquesta cada vez mejor que en el foso se crece cuando la batuta manda.

Confianza a «la Capilla» ya en su primera entrada con Dicen que en El Pardo, Madre, y la primera aparición de un Lamparilla Quiza en pleno estado físico, actoral y vocal, verdadero triunfador de la noche, torrente de voz rotunda para un rol de muchos recovecos, derroche total de agilidades, empaste con sus compañeros excelente y la seguridad de tener a la orquesta con el volumen perfecto para su triunfo de inicio a final, Lamparilla de referencia hoy en día.

De la Paloma Faus podríamos decir lo mismo, llenando escena, cantando con ese gusto especial que engrandece cada personaje, y como su pareja escénica, una maravilla comprobar que los textos, íntegros, se proyectan con el mismo color que las partes musicales. Convincente y entregada, Como nací en la calle de la Paloma de empaque y fuerza, el dúo Una mujer que quiere ver a un barbero emocionante y convincente, la pareja del pueblo que nos enamoró, mezzo y barítono naturales, cercanos, cómplices y auténticos, lo más aplaudido no solo por la empatía con el pueblo sino por su comunicación total.

La pareja noble, soprano y tenor, encarnada por la Marquesa Miró y Don Luis Tomé, contrarrestaron al pueblo pero mantuvieron la misma cercanía y empaque, su dúo En una casa solariega y especial mención tanto al dúo de las majas encajado por soprano y mezzo a la perfección, y el cuarteto con el que cierra el segundo acto, dobles parejas bien empastadas y convincentes, con movimiento escénico que no les impidió proyectar sus voces sin problema, así como en el cuarteto de las caleseras del tercer acto.
Celebrar este elenco vocal protagonista que brilló a gran altura para mantener la calidad de toda la representación. También los papeles «menores» que redondearon un plantel perfecto para Barbieri, capaz de aunar lo popular y castizo con la ópera italiana del momento, escribiendo números variados y siempre exigentes para todos y cada uno de ellos, música de primera que requiere un equilibrio total presente en este «Barberillo de Oviedo».

La Capilla Polifónica que dirige Pablo Moras entró con confianza en el Dicen que en El Pardo… tras el preludio inicial (silencioso con los «zancudos» y arranque orquestal), y así se mantuvo a lo largo de esta zarzuela grande, afinados, seguros, por grupos y en conjunto, tanto las voces graves, incluyendo la guardia, como las blancas que nos deleitaron vocal y escénicamente en el hermosísimo coro de las costureras.

Su colaboración a una escena sobria con mucho movimiento es habitual y sinónimo de seguridad y continuidad para una labor que no siempre parece recompensada aunque el público sí lo agradeció, recompensando con una larga ovación final.

Tanto la rondalla langreana (dirigida por mi querida Seila González) en la Jota de los Estudiantes, como el cuerpo de baile (excelentemente coreografiado por Antonio Ruz) completaron una brillante escena musical reforzada por una escenografía y vestuario sobrios de Sanzol y Andújar, bloques móviles capaces de ambientar calles, palacios o plazas con su juego e iluminación, más los tonos cálidos de un vestuario variado de época (bien los tunos con sotana, fajín rojo y bicornio) diferenciando sin exagerar a pueblo y nobleza, que no necesitan más para hacernos creer una argumento tan actual en sus diálogos que puede resultar visionario aunque así seamos los españoles pese al cambio de época.
La Oviedo Filarmonía siempre impecable, clara, prudente y presente gracias a esta magia que tiene Miquel Ortega, verdadero maestro que siempre deja el listón muy alto, eligiendo los tempi precisos para poder escucharlo todo y dejar fluir la música, unos preludios sinfónicos y un balance entre las secciones siempre acertado, dominador de la obra y transmitiendo esa seguridad necesaria a todos en el escenario. Quienes acudan este sábado a la segunda y última representación podrán comprobar la grandeza de Barbieri cuando se suman tanta calidad musical y artística.

Lamparilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Borja Quiza
Paloma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  Cristina Faus
Marquesita del Bierzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  María Miró
Don Luis de Haro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  Javier Tomé
Don Juan de Peralta . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  David Sánchez
Don Pedro de Monforte. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Abel García
Rondalla Orquesta Langreana de Plectro, Seila González (dirección)

Capilla Polifónica «Ciudad de Oviedo», Pablo Moras (director)
Oviedo Filarmonía
Dirección Musical. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Miquel Ortega Pujol