Sábado 19 de octubre de 2024, 17:30 y 19:30 horas. Teatro Campoamor, Oviedo: LXXVII Temporada de Ópera. Gioachino Rossini (1792-1868): «El barbero de Sevilla». Versión para la infancia de Maite García Heres. Compañía musical infantil «La Federica», residente de la Ópera de Oviedo.

(Crítica para Ópera World del domingo 20, con el añadido de los links siempre enriquecedores, tipografía que no siempre se puede adaptar, y fotos propias más las de Néstor Fernández para Ópera de Oviedo)

Cerrando el segundo título de la 77ª temporada de ópera ovetense llegaba este sábado la adaptación de la directora Maite García Heres al frente de la compañía musical infantil “La Federica” que ella dirige en este proyecto cuyo título de “infantil” lo es por los intérpretes y por ser el público destinatario aunque de todas las edades y llenado las dos funciones con precios 6€ a 15€ que encandiló a pequeños y mayores.

Y es que la adaptación de su directora con unos textos bien traducidos con los mínimos cambios necesarios pero fieles al italiano, añadiendo partes habladas que mejoraron la comprensión argumental para todo el público, junto a la impecable adaptación musical de Adrián Arechavala, capaz de mantener toda la música imprescindible del barbero rossiniano, cortando la longitud de los números sin perder la esencia, compartiendo arias entre solistas y coro, casi todas voces blancas capaces de abordar desde su color y tesitura natural cada personaje (el asesoramiento vocal de Iván Carriedo y Andrea Gutiérrez es impagable), así como una formación instrumental ideal -un ensemble propio que detallo en la ficha- para esta ópera camerística con mucho futuro, dejándonos un espectáculo que entusiasmó a un público nuevo que repetirá (así lo comentaban al final de cada función) y asombró a los habituales que pudieron comprobar que hay no solo afición en Asturias sino una verdadera cantera lírica que esperemos no se pierde según vayan cumpliendo años.

Con una escenografía “cercana” a la propia producción de “El Barbero de Oviedo” pero más sencilla (de Carmen Fernández González), donde el coro y todo el elenco son un bloque implicado de principio a fin, moviéndose, actuando y cantando como verdaderos profesionales, sumándole el vestuario de Susana de Dios que resultó maravilloso sin obviedades (me gustó su concepto de Tuna sin necesidad del negro y las cintas de colores) más la siempre buena iluminación de Roberto Lorenzo Martín (la escena de “la tormenta” mejoró la del “otro Barbero”), dando como resultado final una producción donde todo el equipo merece reseñarse, y lo dejo en la Ficha final.

La famosa obertura ya nos centró la acción, introduciendo partes cantadas cual mezcla entre “The King Singers” y “La Trinca” en versión asturiana y calidad lírica, con charangas y murgas que venían del Carnaval de Ciudad Rodrigo hasta Sevilla, con un conde salmantino a cargo de Teresa Rodríguez García de Albéniz que triunfó de principio a fin en sus desdobles del Lindoro rondador, un Alonso marinero borracho de agua dulce, el tunante maestro de canto y por supuesto un conde que cantó maravilloso, pudiendo escuchar esa voz natural tan educada además de una escena adulta que hace increíble una profesionalidad digna de mayores junto a una musicalidad que hace creer en un futuro esperanzador.

Y no digamos encontrar, ver y escuchar a Jorge Martínez Ferreño, un Fígaro de conveniente “acento andaluz”, adolescente con su propia voz cantando el “Factótum” plenamente creíble, un peluquero de ahora con hechuras de siempre. Otro tanto del Bartolo de Daniel Villar Álvarez con timbre y color casi traspasada “la muda” por cuerpo, pero tan buen actor como cantante que no desperdició sus arias para disfrutar lo bien asimilado que tenían todos sus roles. Sumar en estos registros a un simpatiquísimo Basilio de Manuel Cañas Avello, cuya “calumnia” en su tesitura natural me hizo repensar el original, tanto por la dicción en castellano como su entonación que fue otra de las agradables sorpresas de esta tarde, niños que encandilan ya sobre las tablas con un aplomo envidiable.

A todos nos enamoró la Rosina de Elena Fernández McLean, vocalmente impecable, fiel a la partitura despojada de ornamentos pero con los suyos propios tan necesarios, una voz “adulta” porque en las mujeres ya queda definido su color, escénicamente arrolladora y empastando en los dúos y concertantes cual mezzo internacional. La comicidad de Berta, Adriana Cañas Avello, nos soltó más de una carcajada, pero además cantó al mismo nivel que sus compañeros, los mal llamados secundarios sin los que la ópera no sería igual, y menos en las bufas. Tampoco quiero olvidarme del Fiorello de María Baragaño Apesteguía, asombrándome a partes iguales su escena y su canto, o la Policía de Sara Montoto del Fueyo que nos hizo cambiar el Ambrogio mudo por una actriz que declama y se mueve como si hubiese nacido sobre las tablas de nuestro templo lírico.

El “grueso” coral no solo llenó la escena, también bailaron (gracias Olimpia Oyonarte) con los paraguas de auténtico musical americano, impresionantes las criadas por desparpajo, simpáticas las peluqueras, más el coro de tunos y policías que dotaron a esta producción de una calidad, entrega, buen hacer y trabajo digno de matrícula de honor.

Si los “más mayores” son el soporte además de ejemplo y ayuda a los “grandes pequeños”, de todos ellos Maite García Heres ha sacado lo mejor, una ardua tarea de tiempo y sacrificios con el premio de este barbero para niños de 6 a 106 años que deberían disfrutar más allá de nuestra tierra. El trabajo bien hecho lo merece, el objetivo de crear afición se ha conseguido y habrá más títulos desde la Ópera de Oviedo pero que necesita todo el apoyo de instituciones, mecenas y patrocinadores pues el reconocimiento de los que ya peinamos canas lo tiene.

FICHA:

Sábado 19 de octubre de 2024, 17:30 y 19:30 horas. Teatro Campoamor, Oviedo: LXXVII Temporada de Ópera. Gioachino Rossini (1792-1868): «El barbero de Sevilla». Versión para la infancia de Maite García Heres. Compañía musical infantil «La Federica», residente de la Ópera de Oviedo.

FICHA TÉCNICA:

Dirección y adaptación: Maite García Heres – Adaptación musical: Adrián Arechavala Díez – Asistente de dirección: Deva Jiménez García – Escenografía: Carmen Fernández González – Regiduría: Alba Delgado Arronte – Coreografía: Olimpia Oyonarte Martos – Dirección y diseño de luces: Rafael Echeverez Villanueva – – Sonidista: Roberto Lorenzo Martín – Vestuario: Susana de Dios – Asesoramiento vocal: Iván Carriedo Martín, Andrea Gutiérrez D’Soignie – Asesoramiento teatral: Arancha Fernández Ramos.

REPARTO:

El conde de Almaviva: Teresa Rodríguez García de AlbénizBartolo: Daniel Villar ÁlvarezRosina: Elena Fernández McLeanFigaro: Jorge Martínez FerreñoBasilio: Manuel Cañas AvelloFiorello: María Baragaño ApesteguíaCriadas: Cayetana Martínez Fernández, Carlota Pelegrín Santiago, Ángela Remis Mieres, Paula Suárez NaharroBerta: Adriana Cañas AvelloPolicía: Sara Montoto del FueyoTunos y policías: Emma Ceán Martínez, Alba Delgado Arronte, Álvaro Díaz Cid, Ángel Eneko García de Con, Lola García Grueso, Deva Jiménez García, Adrián Santín Fernández, Julia Viñuela GarcíaPeluqueras: María García Canellada, Olaya Pelegrín Santiago.

Músicos: Adrián Arechavala Díez, Jorge Díaz Seijo, Iria Rodríguez González, Mercedes Schmidt Inglés, Marcos Suárez Fernández, Sofía Trueba Fraile.