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Juan-Alfonso García (1935-2015)

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Juan-Alfonso García y la Nueva Música en Granada. Museo Casa de los Tiros (Granada), del 11 de junio al 7 de septiembre de 2025. Entrada gratuita. Horario de 11:00 a 14:00 (lunes cerrado). Fotos propias; citas del Libro «FESTIVAL 25» -nº 27, junio 2025- (Ed. COPE GRANADA).

Durante mi estancia a lo largo del 74º Festival de Música y Danza de Granada tuve la oportunidad de disfrutar, recordar alguna obra coral (por «mi» Orfeón de Mieres) sino de redescubrir no solo el inmenso legado de Juan-Alfonso García (Los Santos de Maimona, 4 de agosto de 1935 – Granada, 17 de mayo de 2015) escuchando muchas de sus obras conmemorando los diez años de  su fallecimiento (pues el quinto que no pudo realizarse a causa del COVID), alguna (re)estrenada en estos días precisamente por su sobrina-nieta Pilar Alva-Martín, y sobre todo con la inmensa exposición en este museo granadino, y a la que tuve que volver un par de veces, con cuatro salas donde no falta el gran legado de objetos como partituras (su caligrafía era impecable), retratos, escritos, ediciones y páginas de su vida personal, pero especialmente el documental de hora y media (me dijeron que se acortó quince minutos) con fotografías y grabaciones, muchas históricas, del amplio catálogo de este granadino al que «nacieron» en Badajoz, así como los centenares de testimonios recogidos por la familia en el perfil de Facebook© creado para el quinto aniversario de su fallecimiento.

Personalmente me hizo ilusión saber que la OSPA entonces dirigida por Jesse Levine y con mi recordada profesora Inmaculada Quintanal de gerente, realizó el estreno absoluto del oratorio Cántico Espiritual (1986-89) junto al Coro Nacional de España en el Palacio de Carlos V durante la edición de 1993, supongo que por los buenos contactos y amistad con Antonio Martín Moreno.

La exposición de La Casa de Los Tiros está comisariada por Reynaldo Fernández Manzano y dos de las sobrinas del músico, Cecilia García-Nieto García y Pilar Martín García, con la colaboración tanto del museo de la calle Pavaneras como de la Asociación Cultural que lleva el nombre del propio compositor. De los conciertos donde se escucharon algunas de las obras de Juan-Alfonso, he dejado varias reseñas puntuales que retomo los enlaces aquí:

En otros conciertos como los del 29 de junio, y en julio los días 6, 9 y 13, se escucharon composiciones de Manuel Hidalgo, José María Sánchez-Verdú, José García Román o Francisco Guerrero como parte de su legado en desde su «magisterio catedralicio».

La Cadena COPE de Granada edita cada cada año un libro muy cuidado, bien documentado y de máxima calidad, que este año 2025 hace el nº 27, coordinado por Jorge de la Chica, llevando en su portada el retrato de Juan-Alfonso pintado por Marisa Castilla (que también está en la exposición), más dos artículos que quiero dejar reflejados en parte aquí: el primero del mencionado Reynaldo Fernández Manzano sobre esta exposición (páginas 26 a 28), y el siguiente (páginas 20 a 24) con citas de José García Román (Las Gabias -Granada- 1945), uno de sus alumnos a quienes desde Madrid se les llamó «La Nueva Escuela de Granada», así como algunas de sus obras escuchadas en esta septuagésimo cuarta edición del festival.

Sobre la exposición, el doctor Fernández Manzano escribe unas notas biográficas y destaca que «Fue organista de la Catedral de Granada y un compositor muy sólido, que buscó siempre un lenguaje actual dentro de un camino propio, sin renunciar a referencias -sobre todo- a los grandes polifonistas. Para Juan Alfonso, la música era espiritualidad, conciencia estética, destilación del pensamiento sonoro. Pero también fue un motor de la actividad cultural de la ciudad, desde la Cátedra Manuel de Falla de la Universidad de Granada o desde la Real Academia de Bellas Artes». Prosigue que: «(…) tenía en gran estima a su maestro Valentín Ruiz Aznar: realizó su biografía y difundió el repertorio vocal de este. Él consideraba que su maestro era el vínculo con Manuel de Falla, y de los dos -uno de forma directa y otro por mediación del primero- heredó ese carácter de buscar lo esencial y la sobriedad en la composición».

Sobre los referentes de Juan-Alfonso cita las llamadas vanguardias del siglo XX pero también quienes siguieron su propio camino: «(…) el intimismo y la mirada al Siglo de Oro en la segunda etapa de Falla, la paleta colorista de Turina, el misticismo de Messiaen, el eclecticismo de Shostakovich, el magisterio de Manuel Castillo en Sevilla o de Juan Alfonso García en Granada (…) músico de gran cualidad melódica, buscó una mirada contemporánea y un espíritu de esencialidad, donde cada nota y cada acorde eran meditados ci rigor estético».

Estas líneas me ayudaron a profundizar aún más en las obras escuchadas por distintos intérpretes y formaciones en esta 74ª edición del festival granadino. Y no falta la referencia al magisterio ejercido desde la capital nazarí sobre otros compositores que pude vivir a lo largo de este mes tan musical: «Juan Alfonso fue cabeza, maestro y alma de la llamada «Escuela de compositores en Granada», con figuras tan destacadas como José García Román, Francisco Guerrero Marín, Manuel Hidalgo o José María Sánchez Verdú».

Sinceras y emotivas las vivencias del propio profesor Fernández Manzano: «Al terminar la misa matinal en la Catedral, donde él era organista titular, lo esperábamos un grupo de artistas: escritores, poetas, pintores, compositores, musicólogos y discípulos. El ambiente evocaba el de las «Academias» clásicas de Grecia. Se debatían temas de estética, se revisaban ejercicios de armonía o composición, se interpretaba alguna pieza al órgano y, finalmente, se concluía con un paseo y una tertulia en torno al café». Cita también los distintos premios otorgados a Juan-Alfonso y los distintos cargos a lo largo de su carrera (también figuran en la biografía de la web oficial) donde se debe recordar la dirección (entonces se les llamaba Comisario) del Festival de 1976 a 1978, para concluir que «Su obra es muy importante, tanto de música vocal, coral, para piano, órgano, de cámara com orquestal» con esta exposición que me ha acercado aún más a la figura de un músico de nuestro tiempo con un legado que permanece a buen recaudo tanto por su familia como por los intérpretes que siguen difundiendo su obra.

De su alumno José García Román dejo a continuación los textos seleccionados para la citada revista, intercalando algunas de las fotografías tomadas con mi teléfono en la exposición:

JUAN ALFONSO GARCÍA SEGÚN JOSÉ GARCÍA ROMÁN

El compositor granadino José García Román (Granada, 1945) es una de las personas que mejor conocen a Juan Alfonso García (1935-2015). Cuando le pedios que escribiera algunas líneas para esta publicación, con la amabilidad en el trato que le caracteriza, nos hizo llegar dos textos extraordinarios, que ya había redactado sobre quien fue su maestro. Pensé, al principio, que era una manera de eludir el compromiso, más luego descubrí que al margen de su capacidad literaria, que me atrevo a calificar como sobresaliente, ambos reúnen una hermosa síntesis para conocer la figura de este gran músico. Son dos discursos. El primero, una Laudatio, fue pronunciada en 2014 con motivo de la entrega de la Medalla de Honor del Instituto de Academias de Andalucía y el segundo en la Sesión Necrológica de 2016, tras su fallecimiento, celebrada en su memoria por la Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias.

LAUDATIO

Comienza García Román evocando las palabras pronunciadas por otro ilustre granadino, Emilio Orozco, con motivo del ingreso de Juan Alfonso en la Academia de Bellas Artes granadina (1974), en las que destacó su «apartamiento de clamores y aplausos». Más adelante el propio autor del texto lo describe como «solitario y de alma ceñida, aliado del silencio, amigo de susurros y rumores de brisas, de pausadas palabras y mirada apacible -alguna vez airada. … Conoce como pocos, la voz humana y la escritura coral… Algunos somos conscientes de que el talento de Juan-Alfonso García va más allá de los que ha escrito… Estamos ante un humanista de sólida formación, ante un músico sobresaliente, pilar de la cultura de la Granada de la segunda mitad del siglo XX».

SESIÓN NECROLÓGICA

El discurso pronunciado con motivo de la Sesión Necrológica tras su fallecimiento por la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias se titula Juan-Alfonso García en su Paraíso y afirma que «la grandeza está reservada para una minoría». En este texto, además de realizar un repaso por algunos de los hitos fundamentales de su biografía, García Román nos ayuda a conocer la personalidad de Juan-Alfonso. Hemos extraído algunas de las frases que creemos pueden ser de mayor utilidad para ello.

«No buscaba sonoridades exhibicionistas, enemigas de una voz sustantiva. Procuró que la naturalidad presidiera su sensibilidad armónica y talento melódico, sin maquillaje». «Sufrió con la Granada brutalmente herida, acosada por la insensible piqueta, por el indiscriminado derribo, por las frívolas hormigoneras, por el pretencioso ladrillo, por los prepotentes edificios… ¿Cómo olvidar la demolición de Coliseo Olympia, por ejemplo, donde la Granada intelectual celebró el cincuenta aniversario de Manuel de Falla? ¿O la masacre de la Avenida Calvo Sotelo, hoy de la Constitución, o del bosque de Los Mártires?».

«Difícilmente una conversación con él podía deslizarse por la pendiente de la vulgaridad». «En cierto sentido tenía conciencia renacentista, aunque sin exageradas ideas antropocéntricas».

«… huía de sí mismo, aunque anhelaba conversaciones pausadas en las que saborear vocablos y mimar el pensamiento. Era claro y preciso en su palabra…».

«Juan-Alfonso se considera compositor, después organista. Experto en música sagrada…».

«Solo se acercó a las fronteras de la vanguardia para volver pronto sobre sus pasos, de ciertos ecos casi románticos, que en realidad nunca desechó».

«La poesía, tan unida a él, está íntimamente vinculada a su catálogo» y en este sentido añade «No sucumbió al peligro del texto como pretexto».

«Algo cansado de la vanguardia de los cincuenta y sesenta, dirá más tarde: El compositor actual no tiene presente al público y se dirige hacia una élite».

José García Román nos recuerda en esta Sesión Necrológica algunas de las palabras pronunciadas por el propio Juan Alfonso en el acto de su recepción académica en 1971 cuando ocupó la medalla 19 que había correspondido a Ángel Barrios: «Todo artista (…) se verá acuciado por el deseo de aportar su propia voz a la expresión artística. La originalidad es una aspiración legítima, obligada y exigible. Pero es fácil confundir originalidad con osadía, audacia o puea capacidad inventiva…».

«La duda acompañó a Juan-Alfonso, como la sensibilidad en grado extremo. Durante un tiempo estuvo preocupado -a raíz del problema de la vanguardia- por la llegada de un nuevo Mozart y al ver que no aparecía, quedó decepcionado».

Las dudas de Juan-Alfonso García han quedado disipadas escuchando parte de sus obras, con la esperanza de que sigan programándose porque es música de nuestra generación y ya no caben etiquetas como vanguardia o clasificarle en un periodo contemporáneo que ya no lo son en estos años 20 del siglo XXI.

Es Juan Carlos Calderón

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Mar Norlander: «Juan Carlos Calderón ¿Quién eres tú?«. Editorial Milenio.

  • ISBN: 978-84-19884-67-1
  • 376 páginas
  • Tapa rústica con solapas
  • 150 x 210 mm
  • Colección: Música Nº 95
  • Fecha de publicación: Junio 2024
  • Precio: 24 €.

Mi generación creció con la música del Juan Carlos Calderón López de Arróyabe ​​​​​(Santander, 7 de julio de 1938 – Madrid, 25 de noviembre de 2012), un santanderino no todo lo conocido que debiera más allá de sus grandes éxitos, que fueron muchos.

Me reconozco como «omnívoro musical» y así me bautizó hace años mi admirado Mario Guada, algo que le gustó a mi querido Carlos Santos (La libreta colorá) para su programa «Entre dos luces» de RNE, y que acepto porque solo distingo, como muchos, entre la música que me gusta y la que no. Como tal, en casa guardo grabaciones de estilos y géneros muy variados, incluso pintorescos, desde mis primeros LP’s, donde en mi juventud tenía la paciencia no solo de ficharlos a máquina (mi querida compañera Olivetti Lettera 32 desde COU hasta el primer Macintosh Classic II), sino después y a mano, ir haciéndome otro paralelo con los compositores e intérpretes de cada vinilo, indicando mi referencia, conservándolo como entonces aunque los préstamos hicieron menguar mi discoteca.

Con la llegada del CD y mis primeros ordenadores, pude «digitalizarme» para realizar (sigo haciéndolo) una buena base de datos con todos los detalles, sin olvidarme la ubicación para una rápida localización. Y así fui descubriendo al teclear cada uno de los campos por mi creados, que Juan Carlos Calderón además de un excelente pianista fue mucho más que el compositor de Mocedades, Sergio y Estíbaliz y tantos otros, también arreglista, productor e incluso «descubridor» de figuras aún vigentes como Luis Miguel o Bustamante, por citar alguno.

En mi fonoteca personal hay mucho jazz, el origen de un Calderón que amaba a Bach sobre todas las cosas, pero me faltaban muchos datos para conocer una vida plena de tanta música sin etiquetas, donde también figuran bandas sonoras, y aún más su faceta poética, con letras que solo otros grandes «aguantan» su lectura despojadas de las melodías que no siempre realzan la calidad. En definitiva, pienso que J. C. Calderón fue otro omnívoro al que seguir conociendo casi 13 años después de su partida.

Mar Norlander es el nombre en las redes de otra omnívora como Mar Fernández Fernández, que al igual que un servidor teniendo apellidos «difíciles» optamos por un identificativo toponímico, y así es el de esta gijonesa de la «tierra del norte» hispano. Desde su vicepresidencia de la Sociedad Filarmónica de Gijón hemos compartido mucha cháchara descubriendo gustos similares, un pasado «oculto» en grupos variados, que como historiadora y musicóloga decidió hacer su tesis doctoral sobre Juan Carlos Calderón dirigida por la catedrática de la Universidad de Oviedo la doctora Celsa Alonso. Del enorme trabajo que ello supuso, había que reducir tantos años de investigaciones,  viajes, entrevistas y demás, para preparar un libro que al fin logró publicar en la colección de música de la editorial Milenio, objeto de esta entrada. Casi cuatrocientas páginas donde no faltan además de excelentes fotos, muchas de la propia familia Calderón, un prefacio del asturiano José Ramón Pardo, verdadera autoridad y un «pozo sin fondo» de sabiduría sobre una época que vivió en primera persona y todavía mantiene viva, el prólogo de la directora de la tesis y un emocionante epílogo de Teresa Calderón.

En el libro organizado en ocho grandes capítulos también hay que destacar el catálogo discográfico y una rica, además de amplísima, bibliografía manejada por Mar, que ya lo ha presentado nada menos que en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo el pasado verano precisamente en un curso de tres días titulado «Creadores santanderinos y cántabros: JUAN CARLOS CALDERÓN: pasión, talento y emoción» dirigido por Los Pardo, padre e hija, donde al fin parece reconocerse a un artista cántabro en su tierra pero de trayectoria internacional.

Se agradecen los libros tan bien documentados que ayudan a engrandecer figuras de nuestra vida como es este caso, incluso con una lista en Spotify© necesaria en nuestro terreno, pero también testimonios que Mar Norlander va reflejando. De las muchas citas que aparecen, quiero resaltar alguna, comenzando por la primera de Emilio Santamaría hijo, quien fuese además de gran amigo de J. C Calderón, gran conocedor de los entresijos de la industria musical española, productor y manager de grandes artistas (por supuesto de Mocedades o su hermana Massiel hasta «jubilarse» con El Consorcio, al igual que lo fue su padre), que en la introducción y una de las últimas entrevistas preparatorias del libro dice:

«Juan Carlos Calderón es un genio, yo diría que el mayor genio de la música popular que ha habido en España en los últimos tiempos. Espero que hagas un buen libro, porque se lo merece».

Página tras página podemos ir respondiendo a la pregunta de ¿Quién eres tú? y conocer desde los orígenes familiares, el jazz para el que parecía abocado pero que le formó para el resto de su carrera, las grabaciones para RNE, el camino al pop, su capacidad para adaptarse a cada artista en sus arreglos, las composiciones propias y un largo etcétera. Mar Norlander disecciona musicalmente muchos de sus temas más conocidos pero también las letras, sus producciones y el salto a los EEUU (afincado en Los Ángeles) donde muchos le perdimos el rastro aunque volvería en los 90.

Y auténticas joyas los enlaces al archivo de RTVE (grabaciones de RNE y de TVE) para poder ver y escuchar a un gran músico que este libro nos retrata como ninguno. Personalmente me encantó el apartado del capítulo 3 dedicado a Serrat que titula «Camino de Mediterráneo» que conocía en parte y desmenuzado musicalmente por Mar en un disco imprescindible donde hay arreglos del propio Calderón junto a Antoni Ros-Marbá sin olvidarnos del incombustible y gran Ricard Miralles, casi pareja irrenunciable del «Nen de Poble Sec» a lo largo de su trayectoria, pero también de Aute o de nuestro Víctor Manuel.

No podía faltar Mocedades cuando se habla de Calderón, y el propio músico confesaba, como refleja la página 192:

«Para mí Mocedades y Sergio y Estíbaliz son algo más de lo que ustedes conocen, son esa gran familia que antes de tener un nombre artístico, se reunían para cantar folk americano bajo la batuta de Don Roberto».

Ver el manuscrito de Eres tú y cómo analiza la estructura nuestra musicóloga es otra de las partes que quiero destacar del libro, acordes, letra, pero otros tantos temas que tienen la firma y estilo único del santanderino, como Tómame o déjame (con arreglos que repetiría para Secretaria), El vendedor, Los amantes o el disco de 1975 La otra España con un arreglo del 2º movimiento de la séptima sinfonía de Beethoven (Dieron las doce) y letra propia -y compartiendo grabación con Pedro Iturralde (Goizaldean)- volviendo al «Sordo de Bonn» en otro arreglo del mismo (Cuando tú nazcas) unos años más tarde (1983), así como las críticas en la prensa de los especialistas de entonces. Mocedades, Sergio y Estíbaliz, Cecilia y tantos más… incluso una grabación que atesoro entre mis «descubrimientos» de su última época:

Las referencias al mundo del jazz son también obligadas, su admiración por Bill Evans, el disco Bloque 6 con el batería Peer Wyboris y Carlos Casasnovas al contrabajo más el propio Calderón al piano, sus amistades y otras formaciones donde estaban Pepe Nieto, Vlady Bas, por supuesto Pedro Iturraralde y su hermano Javier, o los hermanos Medrano, una Big Band irrepetible (incluso su versión de Milestones que fue sintonía de aquel programa de televisión «Jazz entre amigos» del añorado Cifu), todo igualmente diseccionado al detalle por Mar, de una parte no siempre bien entendida por entonces (los primeros años 60 en Madrid) pero que es necesario conocer para comprender mejor el enorme bagaje del artista cántabro, en «La dualidad entre el jazz. y el pop» ya en los 70 que sería el mejor rodaje para unos músicos que son históricos en la música española sin necesidad de etiquetas, verdaderos omnívoros de entonces.

Cada capítulo es un recorrido puntilloso, cercano y riguroso de mi querida Mar Norlander, un repaso de tantos años a la vida del multifacético Juan Carlos Calderón, premios, alegrías y tristezas, el músico y la persona, un ARTISTA con mayúsculas del que escribe su ya biógrafa oficial: «(…) el estudio de su trayectoria artística nos desvela su pasión por la música, una gran capacidad de trabajo y una mente brillante en constante evolución que ha dejado un legado monumental, siendo artífice de la banda sonora de las vidas de varias generaciones(…)», de la mía por supuesto, ayudándome a conocer y admirar aún más a un ídolo que sigue conmigo.

 

Oviedo Filarmonía celebra su 25º aniversario

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Oviedo Filarmonía celebra su 25° aniversario con una exposición en Trascorrales del 11 al 16 de junio y un concierto solidario el viernes 5 de julio en el Teatro Campoamor.

• La muestra contará con una selección de fotografías, conciertos de música de cámara a cargo de miembros de la orquesta y un stand inmersivo.

• La recaudación del concierto, dirigido por el maestro Lucas Macías y que contará con la Capilla Polifónica, se destinará a la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) en Asturias.

  A estas actividades se suma la próxima edición de un libro conmemorativo que repasa la historia de la sinfónica ovetense.

Oviedo, 03.06.2024.- La orquesta Oviedo Filarmonía celebrará con el público su 25° aniversario con un concierto conmemorativo y solidario, el próximo 5 de julio en el Teatro Campoamor; y una exposición en al plaza de Trascorrales que se inaugurará la tarde del martes 1 de junio y podrá visitarse hasta el domingo 16 de este mes. La muestra, con un recorrido fotográfico por la historia de la sinfónica ovetense, contará con una programación diaria de conciertos, con grupos de cámara de miembros de Oviedo Filarmonía, y un stand inmersivo en el que los visitantes podrán formar parte de la orquesta. Estas actividades se suman a la edición, en fechas próximas, del libro conmemorativo del 25° aniversario, obra de la violonchelista coprincipal de la orquesta, Sara Chordá, ya en imprenta.

La presidenta de la Fundación Musical Ciudad de Oviedo, Pilar Rubiera; la directora general de la Fundación y gerente de Oviedo Filarmonía, María Riera, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo y presidente de la Fundación Municipal de Cultura (FMC), David Alvarez, han presentado esta mañana las actividades conmemorativas, que buscan, en palabras de la presidenta, «ser una gran fiesta musical que refuerce nuestra unión con la ciudad» y «un gesto de amistad y de unidad».

En el acto estuvieron representados, además del Ayuntamiento de Oviedo, patrocinador principal del aniversario, los mecenas privados, gracias a cuya colaboración han podido organizarse las actividades: TotalEnergies, Caja Rural de Asturias, FCC, Electricidad Llano, Fundación EDP, Banco Sabadell y La Nueva España, que ha cedido de su archivo la colección de fotografías de la orquesta presentes en la exposición y el libro. A todos ellos agradeció Pilar Rubiera su colaboración, porque no hay dinero para gastos extraordinarios, y «sin ellos, y sin el apoyo incondicional y adicional del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Oviedo, representado hoy aquí por el concejal de Cultura, David Alvarez, no habríamos podido abordar este aniversario». «Gracias también a la ciudadanía y a todas y cada una de las personas que han hecho posible que hoy estemos aquí», añadió. También quiso reflejar que los conciertos era su deseo fuesen populares, agradeciendo al público el apoyo de estos años, la OFil como «parte de la vida cultural ovetense», y por supuesto la solidaridad, ya que la recaudación del concierto del 5 de julio se destinará a la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE).

La directora general de la Fundación Musical Ciudad de Oviedo, María Riera, explicó los pormenores de las celebraciones por el aniversario, que comenzarán el próximo martes 1 de junio, con al inauguración, a las 20 horas, de la exposición «Oviedo Filarmonía: 25 años de música», en la Plaza de Trascorrales. En el acto participará el primero de los grupos de cámara que actuaran a lo largo de la semana, liderado por el director titular de Oviedo Filarmonía, Lucas Macías; junto al concertino, Andrei Mijlin, y los Principales de viola y violonchelo de la orquesta, Rubén Menéndez y Gabriel Ureña, respectivamente. El repertorio elegido por los propios músicos, será de lo más variado. Para el concierto solidario además de la OFil con su titular Lucas Macías estará la  Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo, «un coro muy vinculado a nuestra orquesta y con el que durante años compartimos presidente, nuestro querido Francisco González Álvarez-Buylla ‘Paquirri’, al que especialmente en esta efeméride queremos recordar», apuntó Riera. La exposición será gratuita y los conciertos, con una duración aproximada entre 30 y 45 minutos, serán de acceso libre hasta completar las butacas disponibles, con un aforo aproximado de 90-100 personas. Más abajo dejo los detalles de cada día, pero resumiendo tendremos:

Las mañanas del miércoles 12, jueves 13 y viernes 14 de junio, entre las 11.30 y las 12.30 horas se celebrarán conciertos para escolares, con visitas a la exposición de varios centros educativos del municipio. Entre las 12,30 y las 14 horas la muestra estará abierta al público general. Las tardes de estos días, la exposición abrirá a las 18.30 horas con un concierto y podrá visitarse hasta las 21 horas.

El sábado 15, el concierto de la mañana tendrá lugar a las 12 horas, coincidiendo con la apertura de la exposición, que cerrará a las 15 horas para abrir de nuevo a las 18.30 horas, con un programa de música de cámara, y cerrar a las 21 horas.

El domingo 16 a las 12 horas, se celebrará el último de los conciertos, pensado para público familiar, con visitas a la exposición hasta las 15 horas, momento de clausura de esta. Fuera de estos horarios la muestra permanecerá cerrada.

En Trascorrales se mostrarán, en gran formato, fotografías de algunos momentos especiales en la historia de Oviedo Filarmonía, cedidas por el diario La Nueva España. Además, podrá vivirse una experiencia inmersiva en un concierto de la orquesta, a través de unas gafas que incorporan una grabación en 360 grados.

Finalmente el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo y presidente de la Fundación Municipal de Cultura (FMC), David Alvarez comentó la fortaleza ovetense reivindicando la «Capitalidad Musical» de la capital asturiana, recordando aquel febrero de 1999 cuando comenzaba la OSCO (Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo), hoy OFil, más que una orquesta de foso aunque naciese para colaborar en el Festival de Zarzuela, piedra angular de la música en Oviedo con mucho camino por recorrer, siendo conscientes de las carencias pero trabajando por mejorarlo todo, recordando todos los titulares que ha tenido la OFil.

CONCIERTO SOLIDARIO DE ANIVERSARIO

Como broche de oro a las celebraciones por el 25° aniversario de Oviedo Filarmonía, el viernes 5 de julio, a las 20 horas, el público podrá disfrutar de un Concierto de Aniversario en el Teatro Campoamor, dirigido por el maestro Lucas Macías y con la participación de la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo. La cita, además de celebrar las bodas de plata de la orquesta tendrá carácter solidario, ya que la recaudación se destinará a la COCEMFE en Asturias, dentro del programa social de la orquesta. Las localidades, a 20, 15 y 10 euros, podrán adquirirse en la taquilla del Teatro Campoamor (de 1 a 14 y de 17 a 20 horas) y en la web entradas.oviedo.es a partir del viernes 7 de junio.

A estas actividades se sumará la próxima edición de un libro conmemorativo que repasa la historia de la sinfónica ovetense, escrito por la coprincipal de Oviedo Filarmonía, Sara Chordá, fruto de la tesis doctoral defendida a finales del año pasado en la Universidad de Oviedo y dirigida por el doctor Ramón Sobrino.

ACTIVIDADES

MARTES 11 DE JUNIO

20 horas: Concierto inaugural.

Lucas Macías, oboe.

Andrei Mijlin, violín. Rubén Menéndez, viola. Gabriel Ureña, violonchelo.

MIÉRCOLES 12 DE JUNIO

– De 11.30 a 12.30 h: Concierto para escolares (visitas programadas). Luisa Lavin e Irantzu Otsagabia, violines. Iñigo Arrastua, viola. Javier Gómez, violonchelo. Salvador Morera, contrabajo.

– De 12.30 a 14 h: Público general.

– 18.30 horas. Concierto. Marina Gurdzhiya y Gints Sapietis, violines. Rubén Menéndez, viola. Guillermo L. Canal, violonchelo. Simon Lewis, trompa.

Visitas hasta las 21 horas.

JUEVES 13 DE JUNIO

– De 11.30 a 12.30 h: Concierto para escolares (visitas programadas). Alberto R. Ayala, Carlos Pastor, Simon Lewis y Rafael Planelles, trompas.

– De 12.30 a 14 h: Público general.

– 18.30  horas: Concierto. Gints Sapietis y Vadim Pichurin, violines. Hans Stockhausen, contrabajo. Miguel Perelló, percusión. Elia Esipovich, piano.

Visitas hasta las 21 horas.

VIERNES 14 DE JUNIO

– De 11.30 a 12.30 h: Concierto para escolares (visitas programadas). Marina Gurdzhiya, violín. Rubén Menéndez, viola. Hans Stockhausen, contrabajo. Javier Pérez, oboe. Julio Sánchez, clarinete.

– De 12.30 a 14 h: Público general .

– 18.30 h: Concierto. Antonio Soriano, trompeta. José Mir, trombón. Iván Carrascosa, trompa.

Visitas hasta las 21 horas.

SÁBADO 15 DE JUNIO

– 12.00 h: Concierto. Mercedes Schmidt, flauta. Gema Jurado, violín. Álvaro Gallego, viola. Guillermo L. Cañal, violonchelo. Salvador Morera, contrabajo.

Visitas hasta las 15 horas.

– 18.30 horas: Concierto. Jorge Bronte y Javier Pérez, oboes. Inés Allué y Julio Sánchez, clarinetes. Domenico Zapone e Ivan Mysin, fagots. Alberto R. Ayala y Rafael Planelles, trompas.

Visitas hasta las 21 horas.

DOMINGO 1 6 DE JUNIO

  12.00 h: Concierto. Marina Gurdzhiya, violín. Denitsa Lyubomirova, contrabajo. Inés Allué, clarinete. Ivan Mysin, fagot. Antonio Soriano, trompeta. José Andrés Mir, trombón. Miguel Perelló, percusión. Álvaro Gallego, narrador.

– 15 h: Clausura.

Una nueva editorial con un libro para disfrutar

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José Luis Conde: «Entre acordes e ideologías. Música, naciones y totalitarismos». Editorial 1/2 Tono, 312 páginas, ©2023.

(Reseña del libro para el Blog de la Editorial con el añadido de fotos, links siempre enriquecedores, fotos de las RRSS y la tipografía adecuada)

La aparición de una nueva editorial siempre es una buena noticia, dedicada a la música, excelente, y si además se ocupa de ella con un enfoque que no es habitual todavía mejor. El propio nombre de medio tono ya indica los pasos a seguir para aumentar su catálogo de divulgación musical, con una portada que ya es una maravilla diseñada por Javier Díaz Garrido (que ha sido Premio Nacional de Diseño Gráfico ‘Anuaria’ 2023), y su primer título marca claramente la línea a seguir de divulgación con calidad y rigor que es más necesario que nunca en estos tiempos de digitalizaciones no siempre acertadas ni contrastadas, especialmente para las nuevas generaciones que han crecido en ese mundo de las redes sociales.

El musicólogo, guitarrista, profesor, crítico y divulgador argentino José Luis Conde (Buenos Aires, 1961), autor de la “Historia ideológica de la música” publicada en 2012 desde el Tucumán actual donde ha ejercido su magisterio, escribe ahora otro interesantísimo ensayo de amena lectura, repasando los compositores de los dos pasados siglos, tanto los que podríamos llamar “imprescindibles” (están todos los que son), como muchos que no han tenido la suerte de engrosar esas listas (son todos los que están). Sirvan de ejemplo entre estos “ilustres desconocidos” el polaco Stanislav Moniuszko, en la URSS Galina Ustvolskaya (“la dama del martillo”), Edison Denisov, Nikolai Roslavets o Alexander Greetchaninov, el italiano Ildebrando Pizzetti, un checo-germánico de origen judío como Hans Krása, o Hanns Eisler, «jaqueado por tres sistemas políticos: nazismo, capitalismo y comunismo», sin olvidarse de nuestro burgalés Antonio José (Martínez Palacios) que al fin comienza a recuperase tras décadas de injusto olvido, y Conde ayuda a ello.

Al menos en este repaso del maestro porteño-tucumano a tantos compositores y nacionalidades analizadas, están todos bien reflejados. La enorme bibliografía manejada (4 páginas) y el amplio índice onomástico (8) dan prueba de un concienzudo trabajo que organiza en dos bloques, desde la música tratada como arte de su tiempo con todos los nacionalismos: Alemania, Francia más los llamados “periféricos” como los nórdicos, el húngaro, el checo o el casi inabarcable ruso del XIX, hasta la música condicionada por las dictaduras: italiana, alemana, soviética o española, los totalitarismos del siglo XX en la segunda parte desmenuzados con la erudición del estudioso que contagian tanto al melómano bien informado como a los interesados en estas relaciones del arte, en nuestro caso musical, con la política, que aún en nuestro tiempo podría seguir ampliándose, “La música como arte dirigido”, pues en sus páginas van desfilando aspectos filosóficos, ideológicos y lógicamente político- sociales en los que se sustentaron estos compositores, «entre acordes e ideologías, entre belleza y sentimiento, entre emoción y acción» en palabras de “medio tono” para presentar su título inicial.

El tratamiento transversal que José Luis Conde plasma en este ensayo de la nueva editorial madrileña, le lleva a un análisis ameno de compositores, obras y entornos sin los que no podríamos comprender en su totalidad la creación musical (que tiene incluso su propia lista musical en la plataforma Spotify© como complemento ideal de la lectura) pero tampoco el carácter de las naciones reflejadas. A lo largo del libro encontramos párrafos dignos de reflejar en estas líneas, desde el tópico del estudio del arte con la distinción entre “pueblos de la culpa” y “pueblos del honor” a la definición que el profesor Conde hace de «un patriota es quien ama a su país natal, mientras que un nacionalista es alguien que desprecia el de los demás» enmarcado para analizar a Bartok y válido para los llamados compositores nacionalistas.

Muy interesante la reflexión sobre «la contaminación cultural, que por obra de la penetración mediática y globalizante causan los (…) subproductos musicales (que) se ha extendido rápida y vorazmente por todos los rincones del orbe», pues este ensayo aporta también una visión actual de los derroteros musicales desde el estudio de los nacionalismos.

De la documentada bibliografía, me quedo con la cita sobre Paderewski tomada de la biografía de Adam Zamoyski sobre el nacionalismo del polaco que «no era metafísico, como el de Chopin, ni pastoral, como el de numerosos compositores de fines del siglo XIX, sino práctico. Es decir, que empleaba la música como un medio para lograr fines políticos», más la de Gilbert Chase analizando el nacionalismo español del que Conde concluye que «es posible (…) en comparación con el desarrollado en otras latitudes, fuera el que se manifestó de un modo más espontáneo», reflejando el amor que profesa a nuestro universal Manuel de Falla.

Si la primera parte se lee con deleite y rápidamente, la segunda es un sesudo análisis de “la música como arte dirigido”, dejando claras las relaciones entre música y política a lo largo de la historia y que el profesor Conde centrará en el comunismo soviético, el fascismo italiano, el franquismo español y el nazismo alemán. Desde la geografía histórica está claro que la Unión Soviética daría para todo un volumen, y por ahí desfilan los compositores exiliados a partir de 1917, no solo los reconocidos, hasta los que sufrieron desde dentro con Shostakovich encabezando la lista, sino los que hoy podemos calificar de “menos difundidos”, subrayando, como ocurrirá con Wagner, que «siempre queda la música sobre toda consideración ideológica».

En el fascismo italiano el autor subraya que «los totalitarismos siempre se opusieron a las vanguardias artísticas» igualmente bien relatadas con obras y autores, para entrar en la España de Franco y una generación en el exilio a la que se intentó acallar privándonos de esta parte de nuestra historia que poco a poco ha vuelto a encontrar su voz, gracias a estudiosos como el propio Conde, como los críticos que sufrieron las consecuencias desde dentro o las vanguardias que le “colaron” al dictador como el denominado “Concierto de la Paz” en el 25º aniversario del triunfo del ejército franquista con Frühbek de Burgos al frente de la Orquesta Nacional de España y el Orfeón Donostiarra.

Finaliza el libro con el apasionante apartado dedicado a la música en la Alemania nazi donde «lo sublime y lo abominable pueden convivir perfectamente» en palabras del autor. En estas últimas 63 páginas desfilan, si se me permite el verbo, compositores y obras, anécdotas, historia pura como la llamada “música degenerada” (Entartete Musik) y la perfecta descripción de la política musical de aquella Alemania donde entre las víctimas también hubo compositores aún no reconocidos como se merecen: Erwin Schulhoff, el checo Rudolf Karel, el pianista y compositor Viktor Ullmann o sus compañeros de destino como Gideon Klein o el moravo Pavel Haas. De los que pudieron exiliarse comenzando por Schönberg, al que Conde considera coherentemente «más como un epígono de la tendencia renovadora wagneriana que de la conservadora brahmsiana», prosiguiendo con Paul Hindemith del que concluye que «el artista sólo puede servir a la humanidad creando belleza», continuando con Kurt Weill de difícil clasificación o Hanns Eisler, poco conocido pese a componer música para películas de Fritz Lang, Douglas Sirk o Jean Renoir, ese género donde muchos nombres del libro (no falta Korngold) pudieron llevar su magisterio al otro lado del Atlántico, y por supuesto los que “se quedaron” sin ser víctimas, estigmatizados por el nazismo (la Segunda Escuela de Viena) analizando las causas, o los protegidos, que también hubo, como Richard Strauss, que fue compositor bajo el imperio del Káiser, siguió durante la República de Weimar, siguió bajo el nazismo “y lo sería si nos gobernaran los bolcheviques” en palabras del propio compositor o los directores Furtwängler, que no fue una creación del nazismo pues ya era importante antes de Hitler y no como Karajan, protegido del mariscal Göring, luces y sombras que el tiempo ha ido poniendo en su sitio. También salen a la luz Hans Pfitzner o Carl Orff que no se libran del acertado análisis del profesor Conde para poner punto y final a su excelente ensayo.

El colofón del autor aclara que sólo ha pretendido plasmar una apretada síntesis de la creación musical con connotaciones ideológicas, y donde lo ideológico es una de las innumerables caras del poliedro musical. Ciertamente no se puede resumir tanto conocimiento en este libro donde las puertas están abiertas a quienes quieran profundizar en cada punto analizado o consultar una bibliografía de toda una vida dedicada al estudio, divulgación y educación musical. Lúcidas reflexiones y citas para pensar como la de no mezclar la actividad artística con la política, tristemente válida para nuestros tiempos actuales donde parecemos estar condenados a repetir la historia por no conocerla. Al menos tras la lectura de este libro muchos no tendrán (ni tendremos) esa disculpa.

Recuperando la figura de Jesús González Alonso

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La Colección «René de Coupaud» está recuperando nuestro patrimonio musical asturiano con grabaciones que son auténticas joyas documentales y documentadas, y poco a poco van apareciendo con mucho trabajo nuevos títulos (hasta ahora uno cada dos años). Primero fue el CD doble dedicado a «Tres misas de gaita. Entre la tradición y la conservación del patrimonio asturiano» donde mi memoria retrocedió muchos años hasta San Marcelo en Cornellana con el siempre recordado Lolo. El segundo volumen sería un CD con DVD dedicado al malogrado teclista «Berto Turulla. Una mirada moderna a la música popular de Asturias», que de nuevo me llevaría a otro viaje temporal, a mis años de juventud cuando los teclistas escuchábamos sus intervenciones y envidiábamos su arsenal de sintetizadores en todas las formaciones con las que estuvo.

El pasado día 9 de enero tuvo lugar en el Antiguo Instituto Jovellanos de su Gijón natal la presentación del volumen 3 «Jesús González Alonso. Ecos de un pianista gijonés en la Escuela Superior de Música de Viena«, donde al fin pude hacerme con la música grabada de este gran pianista que marcaría mis estudios de piano tras escucharle en Oviedo cuando ganó en 1971 el Concurso de Casa Viena, y posteriormente en Mieres con el programa que dejo a continuación, donde interpretaría este repertorio que dominaba como pocos y le llevó hasta Helsinki, Frankfurt, Hamburgo, Viena y posteriormente a San Sebastián donde moriría prematuramente con solo 41 años en el mejor momento de su carrera profesional y docente.

A Jesús González Alonso (Gijón, 1946 – San Sebastián, 1988), el ayuntamiento de su ciudad a título póstumo en 1990 al menos le ha dado una calle a tan ilustre gijonés. En la presentación del Libro-Disco se contó con la presencia de su hermana Blanca (guardiana de su legado) junto a Manuel Ángel Vallina, concejal de cultura del Ayuntamiento de Gijón, y Eduardo G. Salueña, verdadero hacedor de este proyecto y digno «heredero» de nuestro querido René, así como Miguel Barrero, director de la Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular de Gijón, y José Ramón Méndez Menéndez, uno de sus alumnos que siguen teniéndole como referente, también emigrado, y que es el organizador y director del festival internacional de piano que lleva el nombre del maestro gijonés desde 2011.

Con amplia difusión en los medios de comunicación asturianos, de los que dejo algunas capturas de pantalla aquí, al fin pude hacerme con la música grabada del gran pianista, alumno en sus inicios gijoneses de Enrique Truán (otro gran docente a los que seguirían Cubiles, Carrá y tantos), que marcaría mis estudios de piano tras escucharle en Oviedo cuando ganó en 1971 el Concurso de Casa Viena que se celebraba en el antiguo Conservatorio de la calle Rosal a principios de septiembre (aunque ya por aquel entonces acumulaba muchos premios), coincidiendo con mis fiestas de San Mateo en casa de los abuelos, y posteriormente en Mieres el 28 de febrero de 1972, donde iba pertrechado de una grabadora de casete (que borraba para el siguiente concierto tras horas de escucha como alguna vez le comenté a otro querido maestro gijonés de la misma generación que Jesús González) con el programa que dejo a continuación:

Recuperar su música grabada (gratitud al sello Zweitausendeins© para quien grabó estas músicas en formato analógico, remasterizadas por Fernando Oyágüez Reyes) es un auténtico disfrute además de un «viaje al pasado»; sumemos el libro que acompaña este tercer volumen, con fotos del archivo de su hermana (que también ilustran esta entrada) y textos de Sheila Martínez Díez con los del citado José Ramón Méndez, completa no ya mis recuerdos sino la necesaria historia bien documentada del malogrado pianista gijonés.

Poder volver a escucharle con Mussorgsky y Gershwin (grabados en 1979) sigue siendo toda una referencia por su interpretación y sonoridad. Otro tanto de los autores españoles (1982): Albéniz (qué pena no tener su Iberia completa), Esplá o Granados, convirtiéndole en una de los embajadores de nuestra música; y de auténtico regalo la digitalización de la Sonata 50 de Haydn (custodiada en cinta de bobina por su hermana), corroborando el magisterio en todos los estilos y épocas del piano que atesoraba el gran Jesús González Alonso. Las fotos son recuerdos imperecederos, pero además poder escucharle en el extracto de su entrevista para el programa «Música Ficta» de Radio Gijón (24/04/1981) con Avelino Alonso nos deja su voz y amplia visión musical.

Desconozco si desde Gijón tendremos más volúmenes ni a quien se dedicarán, pero verdaderamente los tres actuales son ya tesoros que guardo en formato físico, pues el de la memoria continúa para siempre y las emociones siguen a flor de piel, más con Jesús González Alonso. Lo bueno de cumplir años es seguir llenando esta mochila de la vida.

Mi felicitación al Taller de Músicos de Gijón con Eduardo al frente no solo por este regalo más allá de lo personal, y por supuesto al Ayuntamiento de Gijón por apoyar esta colección imprescindible para melómanos «omnívoros» donde este tercer volumen rescata del inmerecido olvido a mi siempre admirado Jesús González Alonso.

De lectura obligada

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No suelo comentar en el blog las novedades editoriales, pues ya hay excelentes especialistas en ello y soy un mero aprendiz en este tema, aunque es raro el mes que no aumenta mi biblioteca, desde revistas musicales a las que estoy suscrito hace años hasta publicaciones puntuales o reediciones que siempre ayudan a comprender las grandes obras musicales junto a la práctica docente diaria.
Desde mi experiencia de casi 33 años (y aún me quedan otros dos años antes de jubilarme si no vuelven a cambiar las leyes), estamos aprendiendo continuamente, retroalimentándonos de nuestro alumnado y acudiendo a cuanto tengamos a mano para seguir formándonos.
Mi admirada Isabel Villagar ha sacado un nuevo libro, casi complementario de su «Guía práctica para cantar» y «Guía práctica para cantar en un coro«, donde vuelve a unir su larga experiencia en el terreno vocal y docente de reconocido prestigio internacional. «Cómo enseñar a cantar a niños y adolescentes» de la colección Taller de Música en la editorial Redbook (Libros de Ma Non Troppo) está a la venta en distintas plataformas, sin olvidar la versión digital, y no estaría de más regalarlo en estas fechas, aprovechando unas merecidas vacaciones docentes y continuando ese eterno proceso del refrán «muriendo y aprendiendo».

A los profes nuestra compañera Isabel ya nos ayuda desde su blog «La brújula del canto» (de donde he sacado las ilustraciones de esta entrada), desde la que nos viene dando consejos útiles en vídeos y entradas de lo más aprovechables, y ahora con esta nueva publicación, casi diría que enciclopédica, abarca todo el desarrollo vocal desde el nacimiento, aunque parezca nimio pero no lo sea, pasando por la niñez hasta la pubertad, a lo largo de sus 208 páginas con una excelente y amplísima bibliografía, tanto de libros como de artículos y documentos electrónicos, para los que queramos profundizar aún más, pero orientado tanto a las familias -el primer paso siempre es decisivo- como a maestros, profesores, educadores musicales, sin olvidarse de los directores de coro, aportando no solo las características evolutivas y la maduración del único instrumento universal al que un mal uso puede hacerlo impracticable y sin reparación posible.

Este libro acaba con muchos mitos, como el de que cantar es solo para aquellos que poseen esa habilidad innata y que los que la tienen no necesitan ayuda, o informaciones erróneas que suelen abundar en este mundo digital. Un placer leer este libro, mucho más que un manual, desde un estudio minucioso y detallado pero siempre ameno, que en el caso de los profesores de secundaria nos viene especialmente bien para esa difícil etapa de la muda de voz, sin olvidarse tampoco de los factores psicológicos (pues se enfoca desde los planos físico, afectivo y mental), el contexto emocional tan necesario en todos los ámbitos y especialmente en la educación musical.
Estructurado en seis grandes capítulos o bloques, muchos detallados hasta el máximo, y como el propio subtítulo aclara, tenemos Fundamentos técnicos y pedagógicos de la voz cantada, lo que nos viene genial, recordarnos el desarrollo de la voz, la pedagogía del canto en la infancia (primera hasta los 6 años, segunda de 6 a 12 años) y especialmente la adolescencia (todo el capítulo 5), periodo crítico que no siempre entendemos ni se nos explica con la claridad con la que Isabel lo hace para mis colegas de Secundaria entre los que me incluyo, desarrollado en seis fases, diferenciando chicos y chicas -que casi nunca recordamos las enormes diferencias-, así como el capítulo dedicado a la clase de canto enfocándolo desde todas las perspectivas: la estructura de la clase, el profesor, la evaluación inicial, objetivos, repertorio (verdadera fuente de información actualizada y variada), sin olvidar cada uno de los detalles que los docentes tenemos en nuestras programaciones pero que el conocimiento y la práctica que nuestra colega atesora en su dilatada trayectoria, esperando siga muchos años más, lo que nos enriquecerá a todos.
Quiero destacar la excelente maquetación con gráficos, anotaciones destacadas, consejos, y la ingente cantidad de ejercicios y actividades que solo el magisterio y experiencia de Villagar puede compartir con todos nosotros, alumnos de todas las edades con ansias de seguir aprendiendo. Las dos páginas de agradecimientos demuestran la grandeza de nuestra profesora desde la humildad y el cariño hacia todos los nombres propios que aparecen.
«Quien canta su mal espanta«, pero al menos cantemos correctamente porque además de ser saludable nos ayudará a ser felices como otro dicho: «La música siempre es indicio de regocijo y fiestas«.

Gayarre para toda la vida

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Miércoles, 6 de junio, 19:30 horas. Real Instituto de Estudios Asturianos (Oviedo): I Ciclo de conferencias “Escenas musicales entre los siglos XIX y XX”: Julián Gayarre. La voz del Paraíso.
Óscar Salvoch (escritor e investigador).

Segunda e interesantísima conferencia organizada por «La Castalia» y el propio Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) centrada en la figura del tenor roncalés Julián Gayarre a cargo de Óscar Salvoch, probablemente el más documentado y entregado en investigar además de ahondar en la vida y obra de nuestro primer gran tenor mundial, como bien prueba su libro de casi mil páginas titulado como la conferencia, y que como el propio investigador navarro nos comentaba, hoy daría para triplicar en extensión, además de estar en proceso toda una cronología que sigue creciendo.

Con más público que en la primera y abundando muchos melómanos operófilos, tras las presentaciones de la doctora y miembro correspondiente del RIDEA María Sanhuesa, más admiradora de barítonos que tenores con su sorna habitual, y de Begoña García-Tamargo, en nombre de “La Castalia» del siglo XXI, arrancó una larga pero amena conferencia de Óscar Salvoch nos dejó pinceladas sobre los orígenes humildes del roncalés, sus trabajos, profesores, mentores y todos los detalles de la pequeña historia que hace comprender mejor la importancia de Julián Gayarre en el mundo de la ópera, figura no siempre reconocida por nuestra sociedad poco dada a premiar lo nuestro, sin olvidarse de anécdotas y curiosidades tanto del biografiado como del propio biógrafo que darían para otra película además de las tres rodadas sobre la vida del tenor navarro (a menudo confundido con Pablo Sarasate por eso del paisanaje), de las que desconozco la primera pero he visto las protagonizadas por Alfredo Kraus (con el vinilo rayado de tanto escucharlo antes incluso de visionar la película) y José Carreras, quedándome siempre con el tenor canario.

Imposible resumir su impresionante libro Julián Gayarre: la voz del paraíso (ediciones Eunate) del que se vendieron y firmaron varios ejemplares, incluyendo el mío, pero recordar desde aquí algunas cosas que me encantaron, no solo sus roles en tantas óperas, teatros, el piso madrileño al lado del Teatro Real, la cita de Benito Pérez Galdós jugando con La Favorita y llamando navarros a todos los músicos españoles de su época, el recuerdo de nuestro Clarín que imaginó Los Hugonotes con que el Campoamor inauguraba pero sin Gayarre, el mito y leyenda en torno a un grande cuyas virtudes vendrían del trabajo y no de fenómenos sobrenaturales (qué risa recordando la doble laringe, pasando de una a otra a raíz de la conservación en formol de la original, que incluso ha sido objeto de estudio con las nuevas tecnologías en el Hospital de Navarra), su cabezonería como buen navarro, el breve paso por el Orfeón Pamplonés del que el propio Salvoch es tenor, las jotas que acarrearon alguna multa pero también la ayuda para algún pobre, la muerte de algún ser querido siempre unida a cada triunfo cual maldito tributo personal a la fama y el éxito, sin dejar a un lado los cotilleos más allá de lo calificado rosa como la «fama» de homosexualidad totalmente rebatida ante una vida de amoríos varios, hijos ilegítimos que siguen apareciendo cual doctor Iglesias Puga, y hasta uno presuntamente de su compañera la cantante Elena Sanz tras la gira por Argentina y Brasil, quien vuelve embarazada y atribuyen la paternidad al rey Alfonso XII, de nuevo por una fama cargada de falsedades y medias verdades, aunque Isabel II  llamase a la cantante «mi nuera ante Dios», y la hija reconocida en su propio testamento que fue completando un puzzle al que siguen faltándole piezas. Debate posterior tras el aria de La Gioconda de Ponchielli para el propio Gayarre que la echaba de menos, el Nadir último de un gran jugador de pelota o el deseo de Verdi haciéndole llegar su editor Ricordi el Otello que no estrenaría el navarro.

Pese a la historia de Oviedo en el mundo lírico y cierto paralelismo de los tenores Lorenzo Abruñedo (del que ya se comentó en la primera conferencia) con Julián Gayarre en cuanto al origen humilde y trabajador, el roncalés nunca cantó en Asturias, pero Salvoch nos dejó la relación a partir del «Método de Canto de Benigno Llaneza«, Profesor por oposición en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Oviedo (mi antiguo Conservatorio de la calle Rosal) aprobado por el gran tenor, dejando las fotos que ilustraron esta parte de la conferencia.

Interesante también la historia del Mausoleo de Marianico Benlliure que por deseo de la familia Gayarre terminaría en su pueblo natal y no en la plaza madrileña de Isabel II, detrás del Teatro Real por esos giros del destino, sin ningún atributo cristiano pero lleno de belleza incluso en la simbología: la música llorando, el telón caído, la melodía sustentada por la armonía y el genio de la fama poniendo el oído para escuchar la voz del tenor…

El libro espera su lectura reposada donde aparece todo lo antes comentado, y toda mi admiración por el ingente trabajo de muchos años que todavía continúa Óscar Salvoch, enamorado de su paisano a quien sigue dedicando su tiempo para difundir la vida y obra de una voz nunca suficientemente conocida, de la que no se conserva grabación alguna, contándonos vicisitudes personales sobre este tema donde Patrimonio Nacional, policía y un largo etcétera también darían para una serie televisiva con la ignorancia y la picaresca de trasfondo, aunque no cuento más por ser privilegio de quienes asistimos a esta conferencia, incluyendo alguna otra primicia que deberá esperar publicarse, aunque probablemente el Gobierno de Navarra o algún ayuntamiento sigan prefiriendo financiar otras parcelas totalmente alejadas de la cultura o la propia música. La recientemente fallecida soprano Lina Huarte, que prologa el libro de Óscar, tampoco tiene una calle en su Pamplona natal ni podrá ser reconocida en vida, en un país que sigue ignorando a sus grandes músicos.

El propio Gayarre sufrió el cambio de la Monarquía a la República al quitársele la beca con la que malvivía de estudiante en el decimonónico Conservatorio madrileño, como Eslava y Arrieta en diatribas que ya quisiéramos revivir ante el peso de tanto navarro de postín, pero la realidad nos la dimos de bruces al conocer el recién nombrado Ministro de Cultura saliendo del Palacio del Conde de Toreno.

Luto musical

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En unos días donde Mahler está presente en mis conciertos asturianos y con «la Biblia española» de José Luis Pérez de Arteaga encima de la mesa me sobresaltaba la noticia de su inesperada muerte la noche del martes 7 de febrero. A lo largo del día las redes sociales (casi todas las fotos que ilustran esta entrada están ahí) de las que no era muy amigo El Pérez como los muy cercanos le llamaban, se llenaron de titulares, testimonios, recuerdos, obituarios y artículos de tantos a los que Pérez de Arteaga iluminó en sus cortos 66 años de vida.

Para los de mi generación llegó primero «su voz» aunque era mucho más que un locutor, al menos no lo que así se entendía, pues comentaba e ilustraba las retransmisiones radiofónicas (y después televisivas) con datos y dotes increíbles uniendo su fino humor e ironía con la capacidad de comunicador y especialmente las entrevistas a los artistas donde daba gusto escucharle hablar en todos los idiomas desde la soltura y sabiduría de un tema que le ocupó más que su profesión de abogado, convirtiendo la afición (formado musicalmente en Londres y Madrid) en toda una filosofía de la vida. Los conciertos de año nuevo sin su voz no volverán a ser lo mismo, siempre me maravillaba las aportaciones doctas y precisas, los guiños en las propinas, la memoria enciclopédica para conocer el nombre de los distintos concertinos y hasta ayudantes de la orquesta más televisiva del mundo. Pero qué decir de las retransmisiones de los PROMS donde nunca se olvidaba de la presencia española si es que la había, y casi le faltaba dar recuerdos puntuales con nombre y apellidos a todas las familias. De Bayreuth, como de los conciertos de la Orquesta y Coro de RTVE retransmitidos y redifundidos, era capaz de «rellenar» siempre documentadamente los descansos incluso con la música apropiada a lo programado, o con grabaciones que ilustraba con sus palabras siempre acertadas y opiniones, como escuchaba decir esta tarde en Radio Clásica, su verdadera casa, al amigo Luis Suñén.

Y desde «su casa de todos» qué decir de los programas que todavía podemos disfrutar, maravillas de esa tecnología algo denostada por él mismo, descubriendo compositores de ahora y de siempre, sacando a las ondas esos archivos sonoros que resultan el tesoro más adorado de cuantos melómanos tenemos en lo público.

El Arteaga escritor me lo encontraba en la parte de atrás de tantos LPs donde el español parecía brillar por su ausencia, y por supuesto en la amplia bibliografía de SALVAT, una editorial con colecciones musicales que son mis ahorros y herencia, donde sus artículos o mano sabia en la dirección (la Enciclopedia de la Música y sus grabaciones siguen funcionando) siempre se agradecía.
Los artículos en las revistas especializadas, que sigo archivando aunque mi señora amenace con encender la chimenea a la vista de su crecimiento, siguen siendo un referente y a menudo consulta obligada, al igual que las colaboraciones en la prensa nacional. Este miércoles tan triste muchos de sus compañeros y colegas están recordándole con mucho más rigor que quien suscribe.

Leer algo de Mahler el siglo pasado nos obligaba a hacerlo en otros idiomas, de hecho tardaron en traducir al español a Henry-Louis de La Grange (Akal Biografías), quien fallecía el pasado 27 de enero. Pero siempre estaba Artega que abrió la veda en Salvat en 1989 animando a otras editoriales, y sobre todo su inconmensurable monografía para Scherzo y Antonio Machado Libros que adquirí como si de una biblia se tratase allá por el verano de 2008. Pude conocerle en persona y saludarle en el Festival de Granada de 2011 trabajando para «nuestra Radio Clásica«. Caminando a su lado, emocionado de tenerle tan cerca, le fui desgranando y compartiendo mis alegrías de Herr Gustav, entre otras muchas musicales, y ya me hacía saber de la edición revisada con la ampliación de las nuevas referencias discográficas que siguen siendo inabarcables incluso recién salido de imprenta.
De la presencia en tantos programas a lo largo del mundo supongo que casi todos estamos informados y la legión de mahlerianos reconvertidos en arteaguianos crece exponencialmente. En aquellos días granadinos inolvidables me lo volvería a encontrar y saludarle como se debía: Don José Luis, Maestro … educado y agradable, humilde como los sabios, cercano y ufano, porque el legado vital seguirá vivo. Sus conferencias eran un placer y conocerle resultó todo un acontecimiento para este discípulo de un Maestro tan admirado y admirable como Pérez de Arteaga. Mahler y también BrucknerShostakovich más Korngold, Stravinski para muchos más, los grandes ciclos y como buen «omnívoro musical» (de nuevo recuerdo a Luis Suñén) siempre respetuoso y capaz de convencernos con sus propios gustos que acabamos haciendo nuestros.
La pérdida es irreparable para todos los melómanos y para este país que se queda huérfano de una bellísima persona a la que todo recuerdo será poco.
Para los creyentes el deseo de pasar a mejor vida, que sea feliz en compañía de todos sus ídolos y Dios le tenga en su gloria… para los agnósticos que la tierra le sea leve, siempre permanecerá vivo en nuestra memoria… así como en las fonotecas, hemerotecas, bibliotecas, donde el saber sí ocupa lugar y La Parca se lo haya llevado tan inesperadamente.
Mi más sincero pésame a su fiel Almudena de Maeztu

D.E.P.

Codalario suma y sigue acertando

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Sábado 3 de octubre, 19:00 horas. Salón de Actos del COAM, Madrid. Premios Codalario de la música 2015. Entrada por invitación.

Codalario, mucho más que un portal web o una revista digital, volvía a la capital de España para presentar su Anuario 2015, ya a la venta por 10 €, mejorando aún los anteriores en cantidad y calidad (convirtiendo esta publicación en una, sino la mejor editada del mundo musical), además de entregar unos premios que ya van por su tercera edición, una «Musa inconclusa» del pintor y escultor Sergio Portela Campos, que están asentándose como referente del panorama musical más allá de nuestras fronteras y que son una ceremonia de reconocimiento a los valores musicales así como el encuentro de distintas figuras y melómanos.

Larga la lista de verdaderas autoridades en los distintos campos del saber y artistas españoles a los que admiro (algunos como Joaquín Achúcarro, premiado en la anterior edición, o el director Enrique García Asensio) y sigo desde hace años (Mª José Montiel, Luis Cansino, Svetla Krasteva, Miguel Borrallo, Cecilia Lavilla, Aurelio Viribay, Cristina Faus o Sonia de Munck por citar algunos), convirtiéndose muchas en amistades imperecederas precisamente por compartir la misma pasión.

Sonaba de fondo una grabación de Teresa Berganza y sus Canciones españolas mientras tomábamos asiento en un salón lleno antes del discurso inicial del Aurelio M. Seco, director de la publicación y docente donde no faltaron críticas ni elogios («¿Para cuándo un apoyo decidido, sistemático y estable al mundo de la música?»), sin olvidar a todo el equipo de Codalario o un repaso a los premiados de este año.

El redactor jefe Gonzalo Lahoz hizo de maestro de ceremonias con cercanía, emoción, pasión juvenil pero madura, glosando con cariño a cada premiado, todos presentes en la sala y absortos con las palabras espontáneas del madrileño, porque la palabra también puede ayudar a la música. Y con distintos vídeos fueron subiendo al estrado los premiados leyendo las notas del jurado:

Ruth Iniesta, artista revelación, una joven soprano con larga trayectoria en el musical pero que la zarzuela recuperó para la lírica dando pasos seguros en la ópera, revelación para quienes no la hayan escuchado, ganadora del «Jacinto Guerrero» a la mejor intérprete de música española, y ya para todos «La Iniesta» que decía Gonzalo.

Recién llegado de Aalborg el pianista onubense Javier Perianes galardonado con el premio al mejor artista, al que sigo hace años y admiro por su carrera al margen de lo comercial, que toca lo que le gusta como nadie, que sigue fiel a sus maestros Ana Guijarro o Josep Colom y del que otro maestro como Francisco Jaime Pantín hace una semblanza en el Anuario como sólo él podría. La sencillez hecha arte quiso agradecer el apoyo de su familia, dedicándole especialmente a sus padres (uno vivo y la otra fallecida) todo su excelente quehacer desde su pequeño pueblo de Nerva hasta los mejores teatros del mundo, en solitario o buscado por los grandes directores y orquestas para seguir haciendo historia.

En el caso de José Luis Temes no se premiaba al director sino al autor del mejor producto editorial por el libro El siglo de la zarzuela (de 1850 a 1950) publicado por Siruela dedicado a un género algo denostado por nosotros olvidando que Chile importaba en tres semanas toda la producción de «El Juramento» de Gaztambide desde Madrid con todo lo que suponía, poniendo el acento de un conocedor objetivo de este fenómeno culturalmás trascendental de España.

Decir Alfonso Aijón es lo mismo que Ibermúsica, premio a la mejor entidad que como él mismo decía, casi resulta póstumo tras las dificultades pasadas pero que no restan este homenaje más que merecido para quien desde la iniciativa privada ha traído a España lo mejor del panorama mundial, y quien en sus palabras pidió «un premio para el ministro de Cultura «que se ocupe de una vez de la música».

El momento más esperado y emotivo fue el «Premio homenaje a toda una carrera» para la irrepetible y única Teresa Berganza, emocionada al ver en el vídeo tantos amigos que ya no están, coqueta al decir que los surcos de la cara que aparecen en las geniales fotografías del Anuario podrían haberlos retocado, y especialmente la conversación telefónica con Mirella Freni, haciéndonos partícipes de un diálogo de hermanas, bromeando, preguntando por las familias, íntimo y compartido, grandes figuras de la historia a las que he tenido la suerte de escuchar en vivo varias veces, cercanía de las estrellas que nada tienen de divas pese a ser leyendas vivas.

En compañía de los suyos disfrutó y nos hizo disfrutar de este homenaje a la mezzo madrileña más universal, capaz de cantar como nadie a los españoles, de descubrirnos a Mahler, de hacer una Carmen «interiorizada» y sobre todo el mejor Cherubino de Mozart, con el que se abría la entrega de otra «Musa inconclusa», porque continúa su magisterio. La esperamos pronto en Oviedo.

Regalo musical el de Ruth Iniesta acompañada al piano Steinway por un discreto Miguel Huertas en este recinto de hormigón algo duro de acústica, lo que no dio todo el colorido habitual de la soprano zaragozana que comenzó brava y algo metálica en los sobreagudos con Suis-je gentille ainsi? de «Manon» (Massenet), algunas prisas por parte del público en aplaudir tras cada silencio del aria, sentida de principio a fin, y un piano que debe reducir la orquesta como dificultad añadida, suficiente para entrar en calor antes del aria Quel guardo il cavaliere de «Don Pasquale» (Donizzetti), Norina que debutará en breve con Carlos Chausson en el Gayarre de Pamplona que le va muy bien a su registro, buena coloratura y perfecta dicción italiana.

Había que cerrar este minirrecital con algo tan nuestro y de la propia soprano como la polonesa Me llaman la primorosa de «El barbero de Sevilla» (G. Giménez), una romanza cantada con gracia y frescura en un género donde «La Iniesta» se siente más que cómoda.

Un vino español acompañado de cecina leonesa y queso sirvieron de colofón para charlas entre amigos, conocidos y admiradores así como fotos varias que inmortalizaron una verdadera fiesta de la música gracias a Codalario y su equipo. Ya estamos esperando la edición 2016 que volverá a ocupar preferentemente mi agenda para Madrid.

Gaiteros, gaiteres y gaites en Mieres

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Martes 21 de mayo, 19:00 horas. Casa de la Música de Mieres: «Gaiteros, gaiteres y gaites».

Con semejante título arrancan dos jornadas dedicadas a estas gaitas, y en la tarde de este penúltimo martes del mes disfrutamos en el espacio de dos horas sendas conferencias y presentaciones de libros, uno ya conocido por mí y otro totalmente nuevo, aunque lleve cinco meses publicado, que en breve ocuparán mis estanterías de temas asturianos.

Tras la presentación de Roberto Serrano Guerra, director del Conservatorio de Música de Mieres, tomó la palabra mi querido Ángel Medina Álvarez, Catedrático de Musicología de la Universidad de Oviedo, quien nos habló de su libro «La Misa de Gaita («Hibridaciones sacroasturianas»)» de la colección etnográfica Fontes Sonores del Museo del Pueblo de Asturias. Esta obra cuenta con un impagable CD de grabaciones caseras (alguna la viví personalmente en San Marcelo) a modo de documento de interés histórico y cultural pues contiene «La Misa de Salas» (1994) con mis queridos y llorados Lolo’l de Cornellana y Manolo Quirós, más Eduardo y Pepe’l Molín, el organista José Manuel Ovín de la Vega, apareciendo también la «Misa de la Virgen del Rosario» (1973) y las voces de Jesús y Emilio Rodríguez. Libro de fácil lectura para profanos y obligado en la biblioteca de todo amante de la música que se precie, pues las referencias al canto llano, una de las muchas facetas musicológicas que domina Medina, ayudan a comprender mejor un legado secular que conjuga lo popular desde lo religioso, como bien nos contó el catedrático ovetense, siendo además una variante que hoy en día sólo se conserva en Asturias y tras la publicación del libro con CD ayudará a mantenerla viva. De hecho me consta que se grabará nuevamente, y en Cornellana, por dos músicos punteros como Joaquín Pixán y Hevia.

Pasó el tiempo volando como esas clases que siempre me gustaron en la Facultad, al conjugar lo ameno con el saber enciclopédico hecho fácil: esencia de la cultura de nuestra tierra.

Y tras una breve pausa llegó la presentación de otra joya bibliográfica y folklórica: «Cancioneru de la gaita asturiana (Historia y usos y Partitures)», dos tomos a cargo del maestro gaitero Eugenio Otero, el director del Museo de la Gaita del Pueblo de Asturias, Fonsu Fernández y el etnógrafo y estudioso de temas gaiteros Gausón Fernande, del «Colectivo Belenos«, una magna obra que muestra tras muchos años de estudios fuentes, épocas históricas, documentos administrativos, información amplia y detallada sobre intérpretes y artesanos, evolución histórica, presencia en el arte, influencias y papeles sociales o empleo de la gaita para cantos, bailes, cortejos, ritos civiles y religiosos y transmisión hasta la época actual como verdadero patrimonio a heredar y transmitir. Como bien nos contaron los tres autores, deja la puerta abierta a una ampliación, puesto que continúan recopilando materiales de todo tipo, aunque lo presentado, maquetado por Astur Paredes, cual cuarto «pegoyu» de esta obra que ya supone un hito de nuestra historia musical. La organización del libro se hace estudiando el entorno, pues no busca ser un método sino una amplia visión histórica de nuestro instrumento por excelencia, aunque lleve diversas referencias a los primeros cancioneros, pioneros estudiosos del tema y un gran contenido de partituras.

El jueves completará esta propuesta otro estudioso como Daniel García de la Cuesta con «Les Gaites», un estudio sobre el universal mundo de las gaitas y otros instrumentos afines, y a las ocho Llorián García, musicólogo y gaitero (Dixebra, Verdasca, Muyeres) con su tesis «Gaiteres y pandereteros. Xéneru y tresxéneru na música tradicional asturiana», aunque me lo perderé por cuestiones de agenda y prioridades, pero seguro que podré escucharla «en diferido» ya que el archivo sonoro que Roberto Serrano está armando en nuestra «Casa de la Música», y con motivo de estos 25 años lo está compartiendo en Internet (La música de la casa). Enhorabuena.