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Un menú coral de muchas estrellas

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Domingo 8 de octubre, 20:00 horas. Colegiata de San Juan Bautista, Gijón. Concierto de inauguración de la Temporada 2023-2024 de Aurum y El León de Oro (cuarta  bajo el mecenazgo de SATEC). «Menú degustación», obras de varios autores. Directores: Elena Rosso y Marco A. García de Paz. Fotos de Beatriz Montes y propias.

Domingo de temperatura veraniega empezando octubre y nueva escapada a Gijón, esta vez para disfrutar de un menú degustación a cargo del coro femenino Aurum que dirige Elena Rosso, y Marco A. García de Paz con El León de Oro (LDO), quien también presentaría cada uno de los tres grandes bloques en que se estructuró este concierto donde hubo música renacentista y contemporánea, con algunos «aperitivos» de los programas que nos esperan, algunos ya escuchados en distintos festivales corales nacionales.

Tanto Aurum como el LDO siguen manteniendo sus altos niveles de calidad: empaste, afinación, amplios matices, dominio absoluto del repertorio, musicalidad, y una renovación de voces condservando el «núcleo duro» que amalgama y permite a este proyecto afrontar tanto el repertorio «de siempre» como nuevas obras, sin perder nunca la esencia de una forma de vida coral única en estos más de cinco lustros, continuando una proyección internacional que ningún otro coro español tiene.

Abrían un menú musical Aurum con dos obras de su programa «¡¡¡CAN-TA-TE!!»Cantate Domino de Hans Leo Hassler (1564-1612) y el motete Sancta et inmaculata de Francisco Guerrero (1528-1599), voces iguales pero de amplia tesitura, sonoridad perfecta y cuerdas de emisión cristalina.

Punto y aparte dos obras del gallego Julio Domínguez (1965), uno de los compositores de cabecera de los gozoniegos, para el Pregón de las Fiestas del Socorro en el Luanco de donde partió este sueño coral: primero Rompeolas, con los habituales cambios de posiciones siempre buscando sonoridades distintas, después esa maravillosa D’Alborada que incluye efectos como silbidos, taconeo o movimiento mientras reconocemos temas asturianos como «Esta noche ha llovido», «Ayer vite na fonte»  reagrupándose en cuatro grupos cual diálogos escénicos con la solista María Peñalver San Cristóbal, o un final asombroso con «Dónde vas por agua» rítmico y obra perfecta para las féminas doradas que nos dejaban con buen sabor de boca con el de Ponteareas.

El segundo bloque, ya con el LDO (donde se sumarían varias voces de Aurum) se centraría en la música del renacimiento, una de las señas de identidas del coro gozoniego, el «Kyrie» de la Missa Praeter rerum seriem (George de La Hèle, 1547-1586) dentro del proyecto «Praeter rerum seriem» que ya ha interpretado el pasado año y durante el actual, después movimientos de los componentes para otro plato fuerte dentro de «Cadere ad inferos» que llevaron a Álava y Estella: el Incipit lamentatio de Thomas Tallis (c. 1505-1585), el tactus renacentista bien entendido por Marco de Paz, con las voces extremas que abrazan esa sonoridad única que culmina con un Jerusalem que nos redime de todo mal. El último plato que llevarán pronto al CD dentro de su contrato con Hyperion© y a Madrid, la «segunda capital» del director, son «Los Maestros Flamencos en la Corte Española» con el Regina Caeli de Philippe Rogier (1561-1596) a doble coro, la versatilidad de los luanquinos y la apuesta por unas obras que nunca son iguales y por algo eran las preferidas de una corte más culta que la actual.

El tercer bloque aún traería más contundencia, como los buenos menús, al centrarse en obras contemporáneas y un «aperitivo» con piano del repertorio sinfónico coral donde LDO también está muy solicitado. Primero Nunc Dimittis de Arvo Pärt (1935), uno de los compositores preferidos del director que con su coro suenan sencillos pese a la complejidad de la sencillez buscada por el estonio, unos fragmentos del Réquiem de Verdi (1813-1901) que podremos disfrutar en Oviedo dentro de los «Conciertos del Auditorio» el próximo 24 de noviembre y de nuevo a la Oviedo Filarmonía y Lucas Macías el 28 de abril próximo, hoy «suplida» con el piano de Óscar Camacho, al que se sumará el Joven Coro de Andalucía para redondear casi 80 voces en la monumental misa del de Le Roncole. Esta «versión reducida» sonó igual de impactante desde el inicio, el Dies Irae verdaderamente «terrorífico» sin excesos pese a la enorme sonoridad mostrada por «los leones» o el Libera me que redondeó  esta especie de «sorbete» entre platos, contando nuevamente con la solista María Peñalver, nerviosa por la responsabilidad de «emular» a la prevista para Oviedo Dinara Alieva, y que no empañó un avance de lo que nos espera en la capital asturiana, agradeciendo el apoyo municipal carbayón al Concejal de Cultura David Álvarez presente entre el público.

El postre, con presentación aparte, vendría con Sator, obra escrita por el noruego Bodvar D. Moe (1951) a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 que está basada en el palíndromo de origen y significado inciertos
“Sator Arebo Tenet Obera Rotas”, invocación que se utiliza en Laponia para restañar las hemorragias, y aquí por extensión para detener el derramamiento de sangre. Con múltiples efectos sonoros incluyendo un rítmico pandero, esta obra sonará en la «Jornada de Puertas Abiertas» que celebrará el LDO el próximo mes de noviembre en Lugones y Avilés, y al que están invitados aquellos cantores amateurs que quieran disfrutar como «leones» con obras tan actuales y emocionantes como este Sator.

Aún quedaría el regalo cual café con chupito del prolífico Eric Whitacre (1970) y su Sainte-Chapele, un encargo para los 40 años tan bien cantado por Peter Philips y The Tallis Scholars como estos fieles y aventajados alumnos del LDO y Marco A. García de Paz.

Una temporada que intentaremos degustar al completo, «arrancando» el Día del Pilar con Los Peques y Aurum en la Catedral de Oviedo, y que este domingo de verano en octubre pudimos saborear cual restaurante de muchas estrellas corales para mostrarnos la excelente carta de El León de Oro y Aurum con sus respectivos «master chefs».

Oro molido… y cantado

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Martes 15 de noviembre, 19:45 horas. Sociedad Filarmónica de Oviedo, Concierto 15 del año 2020 (2.040 de la sociedad). El León de Oro, Marco Antonio García de Paz (director): Tres estaciones de la belleza. Obras de S. Vivanco, F. Guerrero, T. L. de Victoria, A. Makor, J. Gavito, J. Vila, J. Busto, J. Domínguez y A. Alcaraz.

La centenaria sociedad ovetense acogió este martes a la formación coral asturiana más internacional y laureada de nuestro panorama musical, El León de Oro (LDO) que cumple ya sus bodas de plata pero por el que los años siguen manteniéndole en todo lo alto, «polifonía de oro» con la renovación generacional lógica de los años que no influye para nada en su excelencia, siempre con el sustento de los pocos fundadores aún en activo sirven para mantener aglutinado un verdadero estilo de vida y una forma de entender la música coral transmitida por el Maestro García de Paz, que además está llevando al Coro de RTVE a unos estándares en la línea de su «coro imagen».

El programa que trajeron hasta el teatro musical ovetense se organizó con el título tan sugerente de Tres estaciones de la belleza, casi un catálogo del amplio repertorio de nuestro coro «dorado» al que los «leónigans» rendimos culto, con obras muy trabajadas para esta temporada, caso de Sebastián de Vivanco (1591-1622) del que se conmemora su 400 aniversario, emparejado con otros dos grandes habituales en las voces del LDO, Guerrero y Victoria,  primera estación renacentista donde todos ellos brillaron al mismo nivel, pero colocando al compositor abulense en el lugar que le corresponde junto a la llamada «trilogía de oro» que los luanquinos interpretan como pocas formaciones y tantas alegrías les han dado desde el feliz maridaje con Peter Phillips. De Vivanco nos dejaron tres motetes con el sello inconfundible de los asturianos: jugando con 24-25-26 voces bien equilibradas y balanceadas, de afinación perfecta, emisión cuidadísima y una interpretación de calidad bien llevada por Don Marco que transmite no ya amor por esta música sino un magisterio de cátedra en perfecta simbiosis con sus coralistas. Y en el mismo bloque el Ave virgo sanctissima de Guerrero con todas las virtudes ya conocidas para finalizar esta primera «estación de belleza» con el Regina coeli de Victoria capaz de seguir emocionando con un doble coro en una acústica irreconocible por lo buena que resultó para estas voces únicas, bisándolo de regalo.

Segunda estación que mantuvo el latín como texto pero cantado para nuestro tiempo, O lux beata trinitas del esloveno Andrej Makor (1987) al alcance de pocos coros por la complejidad que con el LDO no se aprecia por su facilidad para estas partituras, otra joya de nuestro Jesús Gavito (1979) como es O sacrum convivium, uno de los componentes habituales del coro que hoy la docencia le impidió volver a disfrutar, como nosotros, de su magnífica obra interpretada por su «otra familia»; parada In Paradisum del catalán Josep Vila (1966) para degustar unas cuerdas deliciosas de color donde siempre me asombran las sopranos que son increíbles por sus agudos impolutos llenos de matices sin excesos, arropadas por los bajos contundentes a la vez que delicados, sustento coral necesario junto a todo el «tejido» de tenores y contraltos. Y qué decir del doctor Javier Busto (1949) cuyo O magnum mysterium sólo los «leones» pueden mantener en su ADN coral en estos 25 años las distintas generaciones que por él han pasado y pasarán.

Belleza de la estación tercera, también contemporánea de inspiraciones folklóricas porque en todos los estilos LDO mantiene su nivel de entrega y calidad, con dos obras del gallego Julio Domínguez (1965), otro de los compositores fundamentales del coro, con El mar se rizó a contrapelo de bellísima escritura e interpretación, o Si la nieve resbala de sus «Cantos asturianos», donde el público pudo comprobar la riqueza de nuestra tradición elevada a la excelencia coral bien compuesta. «Cuatro Jotas» de Jesús, Josep, Javier y Julio, antes de finalizar con otra de las obras que están como el mejor escaparate «dorado», la Fariñona y marañueles del alicantino Albert Alcaraz (1978), el legado que pasa por todos los cantantes de oro en estos 25 años y esperando siga transmitiéndose de generación en generación, pues no sólo refleja el espíritu asturiano allá donde lo cantan sino también la riqueza de nuestro patrimonio musical cuando se afronta desde el conocimiento coral y se interpreta con la altura de miras de El León de Oro.

Mantener la ilusión

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Domingo 14 de noviembre, 19:30 horas. Teatro Palacio Valdés, Avilés: El León de Oro, Marco A. García de Paz (director): Romería para una pasión. Obras de: Victoria, GuerreroA. Alcaraz, J. Elberdin, A. Makor y J. Gavito.

En tiempos de Covid cantar es toda una hazaña, con mascarillas una heroicidad y mantener con el paso de los años la calidad y la ilusión, un hito. Este coro asturiano que se renueva sin fisuras, no sólo continúa su imparable actividad sino que ha conseguido crear una temporada de conciertos estable (patrocinada por SATEC) que abrían en Gijón y continuaron este domingo en La Villa del Adelantado, programas que aprovechan su amplio repertorio (siempre necesario refrescarlo) y las novedades que se agradecen, organizándolo temáticamente como en El León de Oro es costumbre.

Con el título “Romería: música para una pasión” presentaron una peregrinación coral que va más allá de lo meramente auditivo para seguir disfrutando de unas voces únicas, envidiables, empastadas siempre sin importar los efectivos, con el balance ideal y unos matices “marca de la casa”. Un auténtico viaje de los “leónigans” cual peregrinos recorriendo con el coro este itinerario pasional organizado en nueve etapas, cada una distinta, interiorizada y expresada como sólo LDO es capaz.

Maravilloso comprobar las combinaciones en escena, dobles coros, comenzando por Victoria y Guerrero que están en los genes iniciales tras el magisterio de Peter Philips, semilla que ha germinado, voces blancas con su habitual colorido angelical (Elena Rosso impecable en sus solos), y voces graves rotundas en bajos con tenores acertados (pese a su minoría).

Los compositores actuales que tienen en este coro el mejor escaparate para disfrutar de la calidad de sus partituras, Alcaraz o Elberdin junto al esloveno Makor, incorporados a un repertorio que crece como ellos, la música sacra de nuestro tiempo en las voces con futuro e interpretaciones íntimas, entregadas, perfectas en la búsqueda del ideal coral.

Y la música de la tierra, inspiradora de nuestro Jesús Gavito Feliz pero también de Domínguez o nuevamente Alcaraz, folklore de altura que lleva Asturias con su mejor coro, melodías universales con voz natural, canciones de las que presumir y exportar con este coro allá donde va.

Peregrinaje musical y éxito de Gavito con su bellísima e inspirada En toda la quintana que hubieron de bisar, con un cuarteto del coro femenino en la bolsa lateral (y la solista triunfadora) tras el baile final esta vez “sin madreñes ni guiás” porque este camino se hace al cantar.

PROGRAMA

Destino: Tomás Luis de Victoria (1548 – 1611): Regina coeli (SSABar + SATB)

Esperanza: Francisco Guerrero (1528 – 1599): Ave virgo sanctissima (SSATB)

Redención: T. L. de Victoria: Salve Regina (SSABar + SATB)

Pérdida: Albert Alcaraz (1978): Ecce quomodo moritur justus

Oración por las almas: Josu Elberdin (1976): Ave Maria gratia plena.

Llegada: Andrej Makor (1987): O lux beata trinitas.

Entre dos mundos: Jesús Gavito (1979): En toda la Quintana.

Fiesta: Julio Domínguez (1965): Cantos Asturianos.

Baile: Albert Alcaraz (1978): Fariñona y Marañueles.

NOTAS AL PROGRAMA

«Partimos en la etapa del destino ¡Aleluya! Oh, Regina Caeli. Somos afortunados por poder partir en esta empresa. Cuando volvamos habremos resurgido tal y como el que llevaste en tu seno resucitó. Nuestra voz firme y decidida resuena como las campanas en lo alto de la torre. Partimos.

Al segundo día el cansancio acecha nuestros huesos, pero afortunados de nosotros, vemos la luz, que, como un faro de esperanza, nos atrae y nos brinda las fuerzas llenándonos de ilusión igual que el Ave Virgo Sanctissima, una brillante perla preciosa. Es muy pronto para rendirse.

En nuestra tercera etapa de andanza recordamos aquello que nos apesadumbra y rogamos perdón a la Reina de los Cielos. Le pedimos clemencia: O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria. Ella, misericordiosa, vuelve sus ojos hacia nosotros y elimina el peso que cargamos sobre los hombros. Nos hemos redimido.

Al cuarto amanecer se empañan nuestros ojos. Ecce quomodo moritur justus: “Observen como el justo muere y nadie se da cuenta. Los hombres justos son sacados del paso y nadie presta atención”. Las pérdidas que hemos sufrido a lo largo de nuestra vida ocupan nuestros pensamientos.

En la quinta etapa abrazamos el pasado por última vez y lo dejamos ir. Rezamos una oración por aquellas almas que nos han convertido en quien somos hoy: Ave maria gratia plena. La belleza y la plenitud inundan nuestros corazones.

Al sexto día vislumbramos la luz del faro de nuestro destino. La luz bendita de la trinidad, O lux beata trinitas, desaparece el cansancio de nuestros cuerpos. Hemos llegado.

La séptima etapa transcurre entre dos mundos. No estamos solos en nuestro destino, hay muchos más devotos, y la celebración transita entre lo religioso y lo profano. Igual lo hace la música, que se oye donde un pequeño coro de ángeles nos invita a transitar entre los más mundano y lo puramente celestial.

Al abrir los ojos la octava mañana ya es de día, tras la ceremonia el pueblo y los caminantes mezclan sus historias y se reúnen para entonar unos cantos populares, Cantos asturianos. Comienza la fiesta.

La música no cesa de sonar, la fiesta ha durado todo el día. Con las campanadas de medianoche nos adentramos en nuestra última etapa. El baile. Hay algo hipnótico en tantos cuerpos moviéndose al compás, el ambiente está extasiado. Somos uno más entre la multitud. Caemos exhaustos. La romería ha concluido. Nuestra pasión… se ha incendiado».

Cercanos sentimientos corales

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Domingo 26 de septiembre, 19:00 horas. Colegiata de San Juan Bautista, Gijón. «Nuestra música actual«: El León de Oro, Marco Antonio García de Paz (director). Obras de: Josu Elberdin, Albert Alcaraz, Javier Busto, Julio Domínguez y Jesús Gavito. Entrada por invitación.

Casi 25 años de historia coral asturiana tiene a sus espaldas El León de Oro –LDO– un proyecto de vida que busca la excelencia, con una cantera que surte de voces al coro adulto donde nunca se notan musicalmente las incorporaciones ni las bajas porque las líneas de trabajo son las mismas desde los inicios y la convivencia entre veteranía y juventud es lo mejor para mantener una calidad suprema que ha convertido a la formación vocal asturiana entre las mejores del mundo dentro de los llamados coros amateurs siempre actuando como profesionales.

Da gusto seguirles en este crecimiento y madurez que dan los años, presumir de «leónigan» y comprobar que el trabajo bien hecho, con entrega y pasión, tienen su recompensa: la actual gira del coro con la Novena de Beethoven junto a la orquesta de Savall, e incluso el debut orquestal  de su director y fundador Marco A. García de Paz con la Oviedo Filarmonía o su reciente nombramiento como titular del Coro de RTVE.

Este último domingo de septiembre, primero otoñal aunque veraniego aún por temperatura en la capital de la Costa Verde, me considero privilegiado y agradecido de la invitación para asistir a la presentación de la segunda temporada propia de «los leones» con una selección de obras sacras y populares escritas por compositores españoles vivos, muy cercanos todos a la propia historia del coro que han entendido el folklore asturiano desde la excelencia coral, y en la línea de seguir apoyando lo nuestro, lo de casa, música y músicos cercanos de distintos estilos corales que son vanguardia del mundo coral español y universal, partituras que LDO ha llevado por todas partes asombrando no ya interpretativamente, como este concierto, sino con unas obras maravillosamente bien escritas que con estas voces alcanzan verdadero sentimiento coral.

Si las chicas solas abrían las partes sacras y populares del concierto, portentosas con páginas a voces iguales que suenan celestiales, el «Aurum» de Elena Rosso, hoy de nuevo solista excepcional,  el coro al completo desgranó lo mejor y más popular de su repertorio, que hasta nos dejaron dos estrenos mundiales pensados por y para ellos: el regalo para la boda de Marco y Elena que les hizo Julio Domínguez y al fin escuchamos en las voces de sus destinatarios, y la «reinterpretación» de En toda la Quintana que Julio Gavito, también bajo del coro, preparó pensando en su propia formación, colocando cuatro voces blancas emparejadas en los dos púlpitos sobre el escenario de la Colegiata desacralizada, que sigue teniendo una acústica ideal para la música. Estrenos de dos compositores igualmente presentes en el resto del programa pues también hubo de regalo O Sacrum Convivium del propio Gavito, que cerraría un concierto de obras sentidas, queridas y mimadas por Marco García de Paz, parte de la propia historia del coro compartida por muchos de los presentes, volviendo a demostrar que son vanguardia coral en interpretación de todos los estilos, comunión sacra y profana en tiempos difíciles que LDO incluso con mascarillas, hacen fáciles y más llevaderos.

Excelente idea conjugar repertorio sacro y popular, pues en ambos se mueven cómodos y entregados, el empaste envidiable, la afinación perfecta, el sustento de unos graves poderosos y el paraíso de unas sopranos estratosféricas siempre contenidas, para un concierto donde los compositores elegidos resultan los ideales para las características corales de las que «los leones» siempre son el mejor exponente. parte de su propia esencia, depositarios de la inspiración de los amigos y embajadores de nuestra música actual como así titularon el programa gijonés.

Programa: Nuestra música actual 

Salve Regina – Josu Elberdin (1976)

Ave María gratia plena – Josu Elberdin (1976)

Ecce quomodo moritur justus – Albet Alcaraz (1978)

O Magnum Mysterium Javier Busto (1949)

Estou amor aquí – Julio Domínguez (1965)

Cantos asturianos – Julio Domínguez (1965)

El mar se rizó a contrapelo – Julio Domínguez (1965)*

Del aire y la arenaJesús Gavito (1979)*

Fariñona y marañueles – Albert Alcaraz (1978)

*Obras de estreno

Notas al programa

Con esta selección musical nos adentramos en el recinto de lo más sagrado y al mismo tiempo el lugar de lo más cotidiano, de aquello que se encuentra vivo en nosotras y nosotros. Hoy escucharemos música coral de nuestro entorno más cercano, autores de varios universos compositivos que se posicionan a la vanguardia de la música coral española, pero sin olvidar la raíz de la tradición popular. 

El programa se inicia con dos obras del guipuzcoano Josu Elberdin, ambas sobre textos de alabanza a la Virgen que celebran su regalo al mundo. Se crea así un fuerte contraste con la composición de Albert Alcaraz sobre el responsorio Ecce quomodo moritur justus por lo solemne de su texto: “Observen como el justo muere. Y nadie se da cuenta”. 

Seguimos con el gran misterio de la Cristiandad puesto en música por Javier Busto, que, haciendo honor al tema, nos mantendrá en suspense con su envolvente inicio. 

Nos iremos acercando a música de nuestra tierra con la primera de las tres obras de Julio Domínguez: Estou amor aquí. Basada en un poema de Xela Arias (1962-2003) es una de las pocas obras que es capaz de traducir a música la enorme intimidad que contiene la mirada entre dos amantes. Dentro de Cantos Asturianos podrán identificar algunos de los temas más populares de nuestro cancionero como Si la nieve resbala o Chalaneru. La última, El mar se rizó a contrapelo, es una obra muy especial para nosotros, ya que se trata de un regalo de bodas para Marco y su mujer, Elena, que hoy, 11 años más tarde, estrenamos por fin. 

La última obra que debuta esta tarde se la debemos a nuestro compañero, Jesús Gavito, quien ha imaginado para nosotros una disposición policoral en la que se juega con la llamada entre el mundo de los inmortales y aquellos a los que solo nos queda llorar nuestras penas. 

El fin de fiesta lo pone Fariñona y marañueles, también del alicantino Alcaraz, ideal para menear la saya con otras tres armonizaciones
del cancionero asturiano que seguro, reconocerán. 

Por último, sepan que entra en la elección de este programa nuestro compromiso para con los compositores que construyen las obras con las que nos edificamos como coro. A su buen hacer y su afán por mantener la música coral viva y llena de belleza, calidad y calidez, gracias.

Placeres corales

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Miércoles 18 de abril, 20:30 horas. Auditorio Teodoro Cuesta, Mieres: II Semana de la voz: La Voz en la Música Coral. Ensemble Voblana, Fernando Santirso González (piano), Rocío Fernández López (directora). Entrada: 5 €.

Me pregunto dónde está la afición coral mierense, porque de nuevo el auditorio que lleva el nombre de nuestro poeta, escritor, folklorista y músico local presentaba una entrada ridícula y desalentadora para todo el que se sube al escenario, y eso que los artistas viajan con sus familias y amistades, esta vez desde la cuenca hermana. Con esfuerzo se organiza esta semana de la voz y nada mejor que un coro justo cuando la Música Coral ha sido declarada bien cultural de la sociedad en España. cuya texto dejo aquí:

“El reconocimiento de la actividad coral como bien de nuestra sociedad y el apoyo a las iniciativas que persigan su fomento, así como el reconocimiento de la figura del director de coro como elemento indispensable de dicha actividad”.

Un coro de cámara con cuatro voces por cuerda, doce voces más la directora, todas mujeres, voces blancas que son el espejo a seguir con toda una trayectoria detrás desde el Conservatorio del Nalón formando a niños desde los 6 años, entendiendo que para recoger hay que sembrar, y esta mujeres, todas con estudios musicales decidieron en 2015 organizar este coro de VOces BLAncas del NAlón, pues es el acrónimo de su origen (dejo enlazada su página web). Con un programa dificilísimo y variado demostrando que no hay etiquetas, solo buena música coral -hay que buscarla- cantado de principio a fin de memoria con coreografías varias, implicación de todas ellas, no es de extrañar que allá donde van sean premiadas. Elegantes y sobrias, falda azul azulete con top negro, zapatos negros o descalzas, según las canciones, y el tono dándolo una de las componentes para cercanía en la escucha y comodidad en la dirección.

La calidad de VOBLANA es innegable, nos dejó boquiabiertos y disfrutamos como hacía tiempo con su empaste, afinación, sentimiento, buen gusto, desparpajo al presentar distintas componentes cada uno de los temas largamente aplaudidos como no recuerdo en Mieres, y un placer coral junto a mi admiración por estas jóvenes que nos hicieron pasar este miércoles al fin primaveral con sus temas.
Con la sala en penumbra fueron entrando con velas para cantarnos la bellísima canción irlandesa Jersulamen (en arreglo de Michael McGlynn) circulando entre las butacas y pasillos en un efecto de abrazo vocal desde la siempre difícil heterofonía, esa textura única donde las trece voces eran independientes para alcanzar esa belleza indescriptible.

Una muestra de polifonía religiosa con la Salve Regina del húngaro Miklós Kocsár nos transportó a las formaciones monacales, coros de niños o monjas de luz celestial, con unas sopranos sorprendentes y las contraltos sustentando unos graves increíbles para las voces blancas, en esta difícil página llena de disonancias y contrapuntos delicados bien interpretados por las chicas de Voblana.

Ya conocía Nunc dimittis del alicantino Albert Alcaraz, con la contralto solista y el piano de Fernando Santirso González antes de la entrada del coro a capella sumándose el teclado dejándonos una interpretación portentosa.
El gallego Julio Domínguez es otro de los grandes compositores para coro de nuestros días, y el Pater Noster de Voblana conjuga una hermosa partitura y una ejecución detallista, vocalizada y sentida con Rocío Fernández que conoce cada obra a la perfección también como contralto, lo que se nota por el entendimiento entre todos.

Torrevieja es un referente mundial en el mundo de los coros y sobre todo por su certamen de habaneras donde Voblana se presentaron con Habanera Salada (Ricardo Lafuente Aguado) balanceada al ritmo marino con el vuelo de la falda cual olas mediterráneas sobre las que se reflejaron unas celestiales sopranos, estratosféricas en agudos bien emitidos y sin chillar, con una sonoridad envidiable de las trece voces al sumarse la directora que en un extremos simplemente apuntaba y ayudó al final siempre exacto. La repetirían como regalo.

Desconocida para mí esta partitura actual desde México La Muerte Sonriente de la joven compositora Diana Syrse con toda su cultura de celebración alegre para ese paso obligado, resultó un auténtico bombazo por la puesta en escena, recitado previo, de nuevo la contralto solista, la coreografía, sumar instrumentos precolombinos, percusión y aerófonos, crótalos en tobillos o muñecas, percusiones con los pies en las tablas en un auténtico espectáculo, visualmente un placer y vocalmente estratosféricas. El número 13 es mágico y sin supersticiones con Voblana, y la sonrisa fue de oreja a oreja contagiándonos vitalidad, juventud y excelencia musical.

Todavía quedaban dos joyas más. Bob Chilcott es otro reputado compositor coral y con un pianista de talla como Fernando Santirso, sin contrabajo ni batería, pudimos escuchar el «Kyrie» y el «Sanctus» de A Little Jazz Mass, aires de gospel en latín para unas liturgias que deberían ser obligadas cuando se cantan así, voces llenas de matices y dinámicas amplias pero siempre ajustadas, buen gusto y estilo, movimiento corporal adecuado y las trece voces de color único lleno de brillo.

Fin de fiesta mágico con un piano virtuoso necesario para el arreglo de Bohemian Rapsody de Queen, maravilla de mi juventud por la que no pasa el tiempo, la inspiración clásica de Freddie Mercury cuya voz llegó a rivalizar con «la Caballé» para regocijo olímpico. Adaptación para voces blancas y piano que por momentos nos puso la carne de gallina y una lágrima corriendo por la mejilla.

Porque habiendo calidad en la partitura y además en interpretaciones como esta de Voblana y Fernando Santirso nos encontramos con este auténtico espectáculo músico-coral, de trabajada coreografía donde cada motivo daría para una exposición fotográfica, interpretación global tanto corporal como vocal de estas trece flores con piano que espero sigan funcionando en estos tiempos donde la verdadera crisis acaba siendo la intelectual, y mejor desconectar de las noticias para seguir disfrutando con la mejor terapia.

Si es coral y del nivel de Voblana el placer es obligado. Excelencia coral y el mejor de los conciertos de esta II Semana de La Voz organizada por la Concejalía de Cultura y la coordinación de la Escuela de Canto y Repertorio Haragei que dirige mi querida Elena Pérez-Herrero que disfrutó tanto o más que los privilegiados que acudimos este miércoles al auditorio de este Mieres adormecido y gris donde la luz sigue poniéndola la música.

GRACIAS

PP, leónigan de oro

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Sábado 4 de noviembre, 19:30 horas. Iglesia de La Laboral, Gijón: 20 aniversario del Coro «El León de Oro». Peques del León de Oro (PLDO), Aurum, Elena Rosso Valiña (directora); El León de Oro (LDO), Marco Antonio García de Paz (director), Peter Philips (director honorífico). Obras de Palestrina, Michael McGlynn, Julio Domínguez, Susanna Lindmark, John Tavener, Ch. V. Stanford, Frank Martin, T. L. de Victoria, F. Poulenc, Knut Nystedt, Ola Gjeilo, P. Philips y Arvo Pärt. Entrada con invitación (agotadas).

Verdadera fiesta coral de cumpleaños la vivida, sentida y compartida desde la desacralizada iglesia de «La Laboral» para seguir conmemorando veinte años, nada según el tango y toda una vida en el difícil mundo de la música, aún mayor en el mundo coral y un verdadero milagro en estos tiempos. El León de Oro es una filosofía de vida, unir personas para hacer lo que les gusta con pasión, cantar y además bien. Una familia cuyos progenitores son Marco y Elena, músicos capaces de aunar ilusiones desde el amor coral regalándonos todo un proyecto con visión de futuro.

Veinte años que me he declarado «leónigan» porque a diferencia del hooligan futbolístico, no soy violento ni agresivo sino «incondicional a muerte«, enamorado de la música que hacen estos leones. La legión de leónigans ha ido creciendo cautivados desde el primer concierto, las redes sociales otro descubrimiento incluyendo canal propio en YouTube©, los concursos, los premios internacionales, la Champions League de los coros, una trayectoria impecable que les ha permitido afrontar cualquier repertorio con la misma calidad, todo el trabajo que se desconoce pero lleva a la búsqueda de la perfección vocal. Que alguien legendario, historia viva de la música coral inglesa y mundial como Peter Phillips, PP para ir aclarando el titular, cayese rendido ante el LDO era algo inevitable y capitaneará los leónigans el resto de su vida. Este «coro de autor» como titulaba el programa y el número del pasado verano de la revista Scherzo  (agotado y que guardo como un tesoro) tiene unas señas de identidad únicas, pero verlo y sobre todo escucharlo dirigido por PP convierte en milagroso lo que se escucha, agradeciendo que aceptase la dirección honorífica de este coro apasionado mútuamente.

Este sábado nuestro LDO reunió a todos los leónigans que cabían en la iglesia de la Laboral (muchos no pudieron hacerse con una invitación, agotadas rápidamente desde muchos días antes), para compartir música y pasión además del nombramiento de Peter Phillips como Director Honorífico, quien disfrutó del concierto de principio a fin, como «leónigan de oro» pero también al frente nuevamente del LDO. La acústica del faraónico, escurialense si se prefiere, templo elíptico de Cabueñes, resultó ideal para unos coros fantásticos, reverberación cercana a los cuatro segundos pero que no emborrona el resultado vocal sino que lo engrandece aún más, a diferencia de otros conciertos instrumentales o sinfónicos, aunque alguno buscaba precisamente estos efectos.

Mi pasión por los leones puede hacer pensar que también me ciega, pero obnubilar además de nublar o confundir, también significa embelesar, fascinar y deslumbrar, como el oro puro que atesoran. Los peques PLDO de Elena son el futuro desde el presente, solo hace falta escucharles y con una calidad impensable en otros coros de la misma edad. Su Palestrina del Adoramuste Christe fue magistral, la afinación de Si la nieve resbala de Julio Domínguez milagrosa, la interpretación con cajón peruano y dramatización incluída de Song of hope (Susanna Lindmark), canción de esperanza y la línea a seguir por cualquier coro infantil y juvenil. No quiero olvidarme de Maria Matrem de McGlynn con el coro separado, peregrinando hacia Olaya Álvarez Suárez en solitario presidiendo y enamorando con su voz perfectamente arropada por sus compañeros. No quiero pasar por alto que la soprano solista cantaría con los tres coros, cambios de vestuario incluidos, y todavía repetiría intervención solista en la obra que cerraría concierto, una joya de la que este coro de oro puede presumir. La cara de satisfacción de PP, sentado delante de mí junto a los comentarios con Marco, corroboran su título de «leónigan de oro«.

A continuación Marco dirigiría al LDO con tres obras muy trabajadas (escuchadas hace poco en el Campoamor celebrando doble aniversario) a las que acústica, variadas disposiciones del coro y gusto en interpretar obras del siglo XX son una seña de identidad de los leones. As one who has slept de Tavener (1944-2013), siempre jugando con la policolaridad y ubicaciones distintas, Beati quorum via de Stanford, y especialmente el «Credo» de la Misa para doble coro de Frank Martin volvieron a enamorar a los leónigans, PP en cabeza.

Las satisfacciones últimamente vienen a cargo de Aurum, las leonas que triunfan allá donde van en el complicado mundo de los coros de voces iguales, que en el caso de las chicas, las llamadas voces blancas, aún resulta más difícil. Pero con la misma filosofía de siempre, Elena ha sido capaz de ensamblar unas voces redondas, delicadas, flexibles con los repertorios, y de una calidad que está siendo recompensada internacionalmente. De nuevo PP se rendía ante el nivel de «las chicas de rojo» (por no llamarlas «las chicas de oro») porque sus cuatro intervenciones fueron indescriptibles, desde O Regem caeli de Victoria que «firmó el propio PP» asintiendo feliz al final, Ave verum corpus de Poulenc que cerrando los ojos era británico de escuela vocal por el color tan unificado de las distintas voces, el Hosanna de Nysted poderoso y con gusto, separando del coro para envolver al público de las primeras filas (inenarrable sentir el aliento cual abrazo de las voces graves) y Northern Lights de Gjeilo, nuestras femeninas luces del norte adaptadas a cualquier época y estilo desde un trabajo vocal de altura.

Adela Sánchez fue la maestra de ceremonias presentando las diferentes partes del concierto, recordando la trayectoria de estos primeros 20 años, números abrumadores de actuaciones, obras y cantantes que han pasado por el coro (muchos presentes), compositores, músicos, docentes, antes de la parte final del concierto ya con Phillips al frente de autores y obras que domina como pocos, dirección en estado puro (Elena daba los tonos), transmisión clara y diáfana, comunicación innata por la química entre cantores y directores, milagro hecho realidad con ¡un solo ensayo! porque todo es posible con estos leones.

Descubrir al «otro» Peter Phillips (1560-1628) y su Ecce vicit Leo a 8 fue el mejor aperitivo antes de Victoria y Pärt a pares, maestros de la música coral ideales para el lucimiento del mejor coro asturiano de la historia, con todas las combinaciones de coros y voces.

Del abulense dos joyas como el Super flumina Babylonis y el Magnificat Primi toni, la chispa que saltase hace años en la Catedral de Oviedo multiplicada por la madurez de todos, y el estonio etiquetado como padre del «minimalismo sacro» pero artesano vocal desde un lenguaje actual que los leones con PP también han entendido al detalle: Virgencita dedicado a la mexicana Vírgen de Guadalupe en 2012 que bisarían al final, sentido, emocionado, dramáticos silencios rotos por las toses, herencia española bien entendida por un creyente y músico universal en interpretación magistral, más Nunc dimitis de nuevo con Olaya Álvarez de solista arrancando bravos entre unos leónigans entregados.

Vendrían las palabras de Marco (traducidas por Paco al oído de Peter), el británico agradecido en español, el regalo de un retrato a carboncillo del agradecido Director Honorífico y esa Virgencita que puso broche dorado a este cumpleaños para esta familia coral que empezó en el bar de Julio y pocos imaginarían hasta dónde iban a llegar desde Luanco.

Aún continuaría la fiesta con asturianía internacional, sidra en un lagar cercano, como el propio Phillips, cercanía de los grandes, sencillez, afabilidad desde la maestría de un leónigan de oro para siempre. Gracias Leones y veneración total con PP.

P. D.: Fotos en Facebook© de Beatriz Montes Durán (BMD Studio).
Crítica del concierto en La Nueva España por Eduardo Viñuela, y reseña en El Comercio.

Aurum, mujeres al poder

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Miércoles 29 de octubre, 20:30 horas. Auditorio del CONSMUPA, Oviedo: Coro Femenino «Aurum», Elena Rosso Valiña (directora). Obras de César Alejandro Carrillo, Jacobus Gallus, R. Schumann, Eva Ugalde, Jackson Berkey, Javier Fajardo, Idoia Azurmendi, Javier Busto, Tobin Stokes, Josu Elberdin y Julio Domínguez.

El León de Oro más que un proyecto musical es una filosofía coral, una familia numerosa bien avenida y planificada, donde «Aurum» ha alcanzado su mayoría de edad sin abandonar nunca el hogar. En dos años han crecido en todos los sentidos y los premios solamente avalan el duro trabajo bien hecho con Elena Rosso al frente.

Como embajadoras corales acudirán el próximo fin de semana a Tolosa para competir en la 46 edición de su reconocido concurso, con las mejores formaciones mundiales, así que hemos podido comprobar en el auditorio del conservatorio carbayón con un público entendido, que escuchó con riguroso silencio, respeto y admiración, el programa que defenderán en la capital coral guipuzcoana y cantarán en una minigira por tierras vascas antes de llegar al destino final.

Dos partes como es costumbre, polifonía y folklore, difíciles ambas, memorizadas por todas y dando una lección de excelencia en todo: colorido vocal y visual, coreografías, afinación, empaste, dinámicas impresionantes y sobre todo mucha disciplina. Aún retocarán y asegurarán cada una de las partituras que llevan preparadas al detalle. Destacar la (s)elección de obras básicamente actuales, frescas, cercanas al LDO casi todas y perfectamente organizadas para un certamen competitivo donde el nivel global es altísimo aunque la experiencia de las féminas sea grande y garantía de éxito.

Del programa íntegro que dejo aquí, destacar a Schumann, pero especialmente el hermosísimo Miserere de Eva Ugalde que hacen aún mayor emocionalmente, transmitiendo la riqueza de una partitura casi a medida de «las chicas de oro». También el Ascendit Deus de Jackson Berkey por el alarde polifónico de una obra que conjuga el saber del «Ars Antiqva y Ars Nova» ya trabajado por Los Peques de El León de Oro también para Tolosa, pero que Aurum recrean y engrandecen desde su excelencia vocal. Dejo para el final de la primera parte Fervor na brétema de Javier Fajardo (presente en la sala) por tratarse de una obra ejemplar de principio a fin, participación puntual de dos xilófonos (esta vez metalófonos) y tambor de tormenta, reubicaciones de las voces en el escenario, siempre con una sonoridad rotunda, y la belleza de una partitura que estas voces blancas sienten propia, para ellas compuesta y algo indescriptible que transmiten desde el escenario.

Un breve descanso para afrontar la parte de folklore, calzadas con madreñas que no sólo les dan altura sino el recurso de percusiones más allá de lo asturiano, como en el Zutaz del doctor Busto, la maravilla visual y vocal de Ikimilikiliklik (T. Stokes), conjuro de brujas, aquelarre con rememoranzas maoríes, trabalenguas, magia coral en estado puramente femenino, y D’Alborada de Julio Domínguez, más que una recreación de temas asturianos, inspiración donde la percusión de las madreñas vuelve a integrarse en el canto. Excelentes las Aurum con Elena Rosso que vuelve a marcar diferencias en la dirección por su magisterio, gesto claro y preciso, pero sobre todo una trabajadora nata que ve recompensado su esfuerzo.

Gracias a todas y Tolosa disfrutará con ellas, el mejor premio que se puede tener.

Final y principio en Covadonga

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Miércoles 29 de agosto, 19:00 horas. Real Colegiata de San Fernando, IV Ciclo de conciertos «Órganos de Covadonga»: Rubén Díez García (órgano), Escolanía de Covadonga (director: Jorge de la Vega Laria). Obras de J. P. Sweelinck, P. Bruna, Julio Domínguez, D. Zipoli, J. Rinck, J. Lidón, J. Mª Beovide, y J. Adam Reincken.

Volvía a Covadonga un día antes de la Novena y como final de un agosto organístico dando comienzo a un curso por parte de la Escolanía que se prepara ya con nuevas voces blancas ilusionadas en esta etapa donde compartirán tanto con los ya veteranos, alternando este cierre de ciclo nada menos que en esa joya del siglo XVIII que es el realejo de la Colegiata y en las manos de mi admirado Rubén Díez con un programa lleno de esquisiteces, que dejo a continuación.

La parte coral bien llevada por el maestro De la Vega (antiguo escolano y alumno de Leoncio Diéguez) estuvo perfectamente elegida para un día y lugar donde la Virgen siempre es protagonista. Tras la apertura organística de la Fantasía chromatica (Sweelinck), clara y pulcra como nos tiene acostumbrados el padre Rubén, el «incipi» del Salve Regina de las voces graves alternado con el Tiento de 1º tono de mano derecha y al medio a dos tiples (Pablo Bruna) del órgano portátil, duro en su mecánica pero realmente sobrecogedor en sonoridades y registros divididos, para seguir la Escolanía completando el gregoriano y rematando el tiento, para al completo desgranar ese bellísimo Ave María de Julio Domínguez, sabedores que la nueva hornada tendrá que acoplarse al duro trabajo diario con los veteranos pero compartiendo desde el primer concierto buena música, siempre un placer ver chiquillos de seis años que apenas pueden con las partituras pero «concelebrando» esta liturgia musical de órgano y coro.

La Suite II en Sol m. de Domenico Zipoli tuvo su «interludio coral» a la mitad de sus cuatro movimientos (Preludio, Corrente, Zarabanda y Giga) con el Pange Lingua de Rinck y el posterior gregoriano de las voces graves, buena elección y momento de esa cesura conjugando el perfecto maridaje de las voces a capella y el subrayado instrumental plenamente espiritual como resultó igualmente el Cantábile para órgano al alzar en la misa y allegro (José Lidón), glosa incluída del Pange Lingua, delicia para paladares auditivos, esquisiteces en los registros y subrayado pleno antes de ese nuevo rezo cantado de la Cantiga a la Virgen (Beovide) entonado por las voces graves, veteranas y sustento necesario en el quehacer diario.

El cierre una auténtica maravilla en este recuperado realejo de la Colegiata que ya le había escuchado en Valdediós: la Fuga en Sol de Johann Adam Reincken, organista sin concesiones delineando unas voces cristalinas para esta obra virtuosa en ejecución maestra.

Volví a disfrutar con todo el programa, parte conocido pero siempre nuevo al escucharlo en este órgano cuya mecánica antigua convive con la tubería nueva respetuosa con su ubicación y reverberación, maestría intrepretativa desde la elección de los registros que lograron pasar de momentos íntimos a sonoridades plenas sin olvidar la perfecta ornamentación en Bruna o Zipoli y la íntima mística de Lidón hasta alcanzar la plenitud con Reincken, un Rubén Díez trabajador, estudioso y artista en el amplio sentido de la palabra al que espero escuchar más a menudo.

Y la propina estuvo fuera cuando la Escolanía subió hasta la Sagrada Cueva a entonar el «Himno de Covadonga» a capella y prefacio musical a la Novena de la Santina. Final de ciclo, principio de un curso escolar que en Covadonga arranca a lo grande como no podía ser menos.