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Renacer en Pravia

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Sábado 2 de junio, 20:30 horas. XXIII Festival de Órgano Cajastur, Iglesia de Santa María la Mayor, Pravia. Jennifer Vera Martínez (corneto barroco) y Juan José Montero Ruiz (órgano): Il vero modo de diminuir.

En un ambiente italianizante por las músicas seleccionadas y la colocación del órgano praviano en un lateral, llegaba al festival un dúo realmente poco escuchado pese a gozar de fama en los tiempos del repertorio escuchado y del posterior barroco: el corneto de la cubana Jennifer Vera y el órgano del toledano Juan José Montero, dos músicos cuya trayectoria formativa y de concertistas es realmente amplia, el toque francés y el catalán, que en el caso del maestro Montero hay que citar su conocimiento de la construcción y afinación de órgano y cémbalos con Gerard Albert de Graaf (el mismo del Echevarría de Santa Marina la Real de León tan parecido al de Pravia), sin olvidar su faceta como compositor.

Las obras presentadas resultaron realmente originales y curiosas por tratarse casi todas ellas del Renacimiento a base de la técnica de la disminución, un procedimiento a base de contrapunto que presenta el tema elegido en valores menores que los de su exposición, también considerada un estilo de ornamentación pura muy en boga hasta el Barroco, en la que los motivos melódicos se descomponen, unas veces por el autor de esa disminución pero sin olvidar las no escritas que en estos repertorios corren a cargo del intérprete. Así escuchamos mucho repertorio de polifonía vocal adaptado a lo instrumental donde el adorno u ornamentación son protagonistas en ambos intérpretes.

Aunque el programa esté en la web, si quiero puntualizar algunos detalles. El concierto lo abrían a dúo calentando instrumentos, alternando también obras a órgano sólo, con un corneto que resultó plenamente «vocal» en fraseos que luego variaban pero siempre perfectamente integrado con los registros del órgano, empastado, buscando la misma afinación cual tubería añadida, incluso con las oscilaciones del aire en ellas. Difícil la ejecución pero redonda en resultados.

Destacar la elección de registros medios y graves en el órgano buscando esa homogeneidad tímbrica y tan sólo algunos «extremos» en las intervenciones solistas pero manteniendo un color a lo largo del concierto que nunca abusó de los tutti ni la trompetería.

Me encantaron el Vadam et circuibo civitatem de Victoria en la disminución de G. B. Bovicelli, el Ancor que col partire de Rore en la de G. B. Spadi y sobre todo el Io son ferito, hai lasso de Palestrina en la del primero citado.

El virtuosismo desde el buen gusto caracterizó cada ornamento y con unos tiempos apropiados para recrearse en ello, siendo muy loable el esfuerzo del corneto en la búsqueda de la limpieza melódica siempre bien arropada por el órgano. De las obras a órgano sólo destacar la Toccata del terzo tono (Merulo) y Susana en jour (glosada de Hernando de Cabezón) de registros plenos y perfecto equilibrio en los teclados, para quedarnos con la no muy rápida ni virtuosa pero llena de encanto Tocatte pour l’elevatione de Frescobaldi, placer sonoro que rematarían a dúo con la Canzone nº 2, a 4 de G. Gabrielli, alegría final quasi barroca con sonoridades plenas, colofón de un concierto renacentista que con instrumentos y repertorio apropiado siempre resultan gratificantes.

XXIII Festival de Órgano en Asturias

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En pleno volcán bancario, con poquísimo dinero para cultura y menos música, creo que es un oasis al que todavía le queda algo de agua, seguir teniendo a CajAstur apoyando muchos eventos, y el XXIII Festival de Órgano que lleva su nombre, aún sigue, seguramente porque José María Martínez, Chema para casi todos, su alma mater, como buen allerano y enamorado del instrumento rey, convence y vence.

Este fin de semana arranca en distintas localidades asturianas este esperado ciclo primaveral que no solamente mantiene vivos instrumentos antiguos, reciclados e incluso nuevos, sino que nos trae figuras de este «mundillo» que no debería ser tan minoritario aunque existan razones para entenderlo. Qué envidia siento en mis viajes a Dinamarca o Alemania al contemplar y escuchar órganos en activo no ya en el culto diario sino en conciertos y ciclos que acercan al gran público un repertorio inmortal. En España se mantiene vivo sobre todo en el País Vasco, Navarra, Cataluña, Granada, y Castilla-León que realizó una inversión reparando instrumentos que ahora resuenan como en sus buenos tiempos y un Festival en León del que soy también seguidor.

Veintitrés años nada menos llevamos en Asturias intentando hacernos un hueco en estos circuitos, con maestros y alumnos aventajados, figuras de talla mundial que llevan nuestra tierra en sus currículos pero también en sus corazones. Avanzo programación e intérpretes para los fines de semana próximos, lamentando perderme algunos por coincidencias y compromisos varios, aunque intentaré acudir a todos los que pueda, pues el plantel y la música prevista ¡es de primera!.

Este viernes 11 a las 19:30 horas en el órgano nuevo de San Tirso (Oviedo) y el sábado 12 a las 19:45 horas en el barroco restaurado de la Iglesia de Santa Marina de Puerto de Vega actuará el compositor y organista menorquín Tomé Olives (1972), seguidor de la escuela de Montserrat Torrent, con amplia trayectoria y formación en Alemania y Francia, las dos escuelas de órgano europeo por excelencia. En el programa ovetense no faltarán Buxtehude, Bach, Brahms, Böellmann o Langlais, pero también K. Koyama (1914-2009), Malcolm Archer (1952) y obras del propio Olivés. Para Puerto de Vega el repertorio español de nuestro Siglo de Oro con Ortiz, Cabezón, Correa de Arauxo, Cabanilles y también P. Bruna, M. Green o Mozart.

Para el siguiente fin de semana tendremos al maestro donostiarra Esteban Elizondo (1945) el viernes 18 a las 20:00 horas en la Iglesia de San Pedro (Gijón) y el sábado 19 a las 16:30 horas en la Basílica de Covadonga con un espectacular y novedoso repertorio por él recuperado de Eduardo Torres (1872-1934) y una selección de la colección titulada El organista español dedicada al padre Nemesio Otaño (1880-1956) donde también estarán J. M. Beobide (1882-1967) y Guridi.

El francés Löic Mallé (1947) hará sonar el nuevo órgano de Santo Tomás de Cantorbery (Avilés) el sábado 26 a las 20:30 horas con obras de Grigny, Correa, D. Scarlatti y Bach, así como alguna improvisación propia, y el «viejo» trasladado y adaptado a la iglesia de Soto del Barco el domingo 27 a las 13:00 horas con Grigny, Bach, Franck y Messiaen ¡casi nada!.

Si el órgano ha tenido pareja en su larga vida es con la trompeta, y precisamente podremos disfrutar el arranque del próximo mes con el dúo hispano-cubano formado por el toledano Juan José Montero Ruiz al teclado y Jennifer Vera Martínez con el corneto barroco (aunque también sea pianista, clavecinista, organista, directora de coro y orquesta) los días 1 de junio en la Iglesia de San Francisco de Oviedo (la iglesia redonda) a las 20:00 horas y el sábado 2 a las 20:30 horas en Pravia (Iglesia de Santa María la Mayor), que interpretarán obras de Crequillon, Courtois, Palestrina, Merulo, Victoria, Rore o Gabrielli en distintas «disminuciones» para esta formación a dúo, cornetto muto y órgano sólo.

El cierre de festival será «de casa» y estará a cargo del sacerdote y músico praviano Rubén Díez (1982) que ya ha sido maestro de capilla y organista en la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat de Roma, actuando en el Órgano de La Corte (Oviedo) el viernes 8 de junio a las 20:00 horas y el siguiente viernes 15 a las 20:00 horas en el Monasterio de Valdediós y un programa musical del siglo XVII con J. Ximénez, J. J. Froberger, S. Durón, W. Hine, P. Bruna, Cabezón, Reincken y Cabanilles.

La oferta para quienes puedan, es realmente hermosa tanto en repertorio como en las distintas sedes, localidades dignas de conocerse y disfrutar, con instrumentos a punto y rincones asturianos que ofertan lo mejor de ellos para todos los aficionados que deseen acudir a los conciertos del festival organístico. Del éxito depende seguir teniendo estos órganos funcionando y mantener festivales como el de CajAstur, pues Chema seguirá trabajando en ello, y desde aquí seguiré aportando mi granito de arena.