Sábado 8 de julio, 20:00 horas. 72 Festival de Granada, Auditorio Manuel de Falla (Sala B), “Solo Bach”: La Ritirata, Pierre Hantaï, Diego Ares, Ignacio Prego y Daniel Oyarzábal (claves), Josetxu Obregón (violonchelo y dirección artística). Obras de J S. Bach. Fotos propias y de Fermín Rodríguez.
Espectacular concierto vespertino del 18º día del festival granadino, calor en el exterior y temperatura ideal en el Auditorio con un monográfico Bach dedicado a los conciertos para dos, tres y cuatro claves. Difícil reunir sobre el escenario intérpretes e instrumentos, cuyos modelos dejo al final, dos propiedad de Diego Ares y Daniel Oyarzábal transportados desde Madrid, más otros en el propio Auditorio Manuel de Falla, siendo “la joya” el último que Pierre Hantaï utilizaría para redondear el despliegue clavecinístico con todo lo que supone de transporte, aclimatación y sobre todo la afinación perfecta de todos ellos (1).
Porque La Ritirata con Josetxu Obregón trajo un cuarteto de cuerda siempre compenetrado por tanto tiempo haciendo música juntos, más tres clavecinistas españoles que son habituales tanto en solitario como formando parte de distintas formaciones barrocas, y comandados por el el maestro francés (que repetirá en solitario este domingo en la sesión matutina), alternándose en los distintos conciertos, como iré indicando, y compartiendo este amor por Bach donde todos ellos desplegaron el virtuosismo que les caracteriza.
Aunque en las primeras palabras de Obregón avanzaba lo que supuso la intendencia de mover instrumentos, dejaría para el último concierto las descripciones de los claves utilizados mientras se reubicaban instrumentos mimados por los afinadores y los técnicos de Radio Clásica con la microfonía.
El crítico valenciano Enrique Martínez Miura (1953) en las notas al programa desmenuza los cinco conciertos que escuchamos, transportándonos al Collegium musicum de Leipzig y a los viernes (aunque hoy fuese sábado), del Café Zimmermann en medio del humo del tabaco, imaginándonos a Johann Sebastian Bach (1685-1750) acompañado ocasionalmente por sus hijos mayores Wilhelm Friedemann y Carl Philipp Emanuel.
Con Pierre Hantaï y Diego Ares como solistas (llevando la dirección del conjunto el maestro francés) comenzaba la velada escuchando el Concierto para dos claves en do mayor, BWV 1061, con los habituales tres movimientos (Allegro – Adagio overo Largo – Fuga. Vivace), que según Martínez Miura no parece proceder de adaptación alguna. Impetuoso primer movimiento por parte de todos tras un más tranquilo y expresivo central, para disfrutar de los dos claves en un “duelo ornamental” cargado de lirismo antes del último fugado donde comprobar el equilibrio de todo el conjunto mientras los claves iban contestándose.
Cambio de solistas para el Concierto para dos claves en do menor, BWV 1060, Ignacio Prego y Daniel Oyarzábal con otro lujo de obra y tímbricas, estructura tripartita (Allegro – Adagio – Allegro), el primero con la técnica del eco de los motivos entre los solistas, seguido del segundo que enlaza con el último y animado cierre. Sonidos de clave tanto solistas como en continuo resultando un placer ver a los intérpretes “relevarse” en los protagonismos mientras La Ritirata destacaría por su conjunción y afinación impecable.
Como en los juegos subía la apuesta de dos a tres y llegaría el Concierto para tres claves en re menor, BWV 1063, trío de virtuosos (Hantaï, Prego y Oyarzábal) emulando a los tres Bach, padre e hijos. Aunque el primero se hace más protagonista, y con el francés siempre se agradece, las dificultades existen para los tres mientras “la orquesta” tiende a reforzar y armonizar los teclados. Impresionantes las dos cadencias solistas y el primer violín por tímbricas y ajustes rítmicos en un conciertos enérgico donde Bach escribe para los teclados con su inspiración divina.
Se mantenían los tres claves pero cambiando al francés Hantaï por el gallego Ares en el Concierto para tres claves en do mayor, BWV 1064. Considerado como una de las grandes obras instrumentales de Bach, La Ritirata tuvo mayor presencia estando los solistas más equilibrados en cuanto a protagonismo, siendo difícil al oído reconocer quién “tomaba la palabra” a no ser que fuésemos observando a cada uno. Nuevo despliegue sonoro y técnico por todos los músicos sobre el escenario del auditorio antes del “derroche final” que nos esperaba.
Reubicación total, colocando al contrabajo más atrás y los cuatro teclados casi engarzados con el donado por el gran Rafael Puyana al Archivo Falla “presidiendo” por sonoridad (16, 8, 4 y 2 pies) con tres teclados (Obregón lo describió como un rinoceronte por potencia) en las manos de Hantaï. El Concierto para cuatro claves en la menor, BWV 1065 es una transcripción del Concierto para cuatro violines en si menor, op. 3, nº 10 de Vivaldi pero la grandeza italiana se hace gigantesca por cómo la elabora “Mein Gott”, jugando con timbres, armonía y unos bajos poderosos. De los tres movimientos el central lento es como contemplar cuatro pistas de un espectáculo viendo cómo van sucediéndose llevando el foco a cada uno, con el “ensemble» rodeando este ejercicio de escritura e interpretación. El sumum solístico que sigue siendo único, bisando los dos últimos movimientos como un regalo para todos.
Andoni Mercero, violín I – Pablo Prieto, violín II – Daniel Lorenzo, viola – Jorge Muñoz, contrabajo. Josetxu Obregón, violonchelo y dirección artística.
Claves: Pierre Hantaï, Diego Ares, Ignacio Prego y Daniel Oyarzábal.
PROGRAMA
Concierto para dos claves en do mayor, BWV 1061. (Allegro) – Adagio overo Largo – Fuga. Vivace
Concierto para dos claves en do menor, BWV 1060. Allegro – Adagio – Allegro
Concierto para tres claves en re menor, BWV 1063.
(Allegro) – Alla siciliana – Allegro
Concierto para tres claves en do mayor, BWV 1064.
(Allegro) – Adagio – Allegro assai
Concierto para cuatro claves en la menor, BWV 1065.
(Allegro) – Largo – Allegro
Claves utilizados:
Clave fabricado en 1982 por Willard Martin en Bethlehem, Pennsylvania, según un original de Nicolas Blanchet.
Clave fabricado por Andrea Restelli en 2005 en Milán, según un modelo original de Christian Müller, Alemania, 1738.
Clave fabricado por Titus Crijnen en 2016 en Sabiñán, según un modelo original de Ruckers Colmar, Países Bajos, 1624.
Clave fabricado en 1994 por Andrea & Anthony Goble en Oxford, según el original de Hieronymus Albrecht Hass, Hamburgo, 1740. Donado por Rafael Puyana al Archivo Manuel de Falla.
(1) Gracias a José María Leonés por su trabajo titánico para una afinación perfecta de los cuatro claves.













































