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Vida, agua, poesía y música…

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Domingo 12 de noviembre, 12:00 h. Avilés, Centro Niemeyer: Suena la cúpula. Recital “Las seis doncellas”: Sílvia Nogales Barrios (guitarra), Esther Acevedo (actriz y coreografía). Obras de: Gilardino, Falla, Despeyroux, Brower, E. Sáinz de la MazaCastelnuovo-Tedesco. Poesía de Juan Ramón Jiménez. Entrada: 6€ + 1€ (gestión).

Una escapada matutina a «La Villa del Adelantado» y al ágora cultural del arquitecto brasileño para disfrutar con la poesía del Nobel onubense (re)vestida por la guitarra limpia y sentida de la manchega junto al verbo impoluto de la actriz granadina universalizando este proyecto original y creativo en otra bella propuesta de Silvia Nogales, con la calidad habitual de sus interpretaciones, como este domingo resonando en la cúpula de Niemeyer.

Lástima que la acústica ideal para la guitarra no ayudase a entender siempre la poesía de Juan Ramón, aunque el esfuerzo de Esther por moverse para favorecer la inteligibilidad fue encomiable y mejor aún su dramatización y escena con una vocalización de dicción perfecta y un atrezzo sencillo además de efectivo y creativo.

La guitarra sonó tan cristalina como el agua que fluyó, dulce y salada, vida en cada poema del Moguer postcolombino con música por él inspirada.

Los adjetivos para Platero resonaron vívidos en las “seis doncellas” lorquianas, olor a mandarinas, sonidos de pozo, caldero y barreño, la ría avilesina desembocando en el Cantábrico surcándola a dúo lírico hasta el inmenso océano, el flujo dramatizado fundiendo dulce y salado como música y poesía, pues somos agua y así suena la vida.

Un espectáculo para ofrecer en cualquier recinto sin encasillarlo, necesitando buscar nuevos enfoques musicales que encajan allá donde los lleven si los gestores son «omnívoros» y sin complejos: en un teatro, un centro cultural y hasta un auditorio con la amplificación necesaria, pues música y poesía con Nogales y Acevedo es éxito seguro, amplía públicos, tiene calidad musical y literaria, con una perfecta elección de repertorio bien hilvanado, donde solo la guitarra de Silvia Nogales Barrios ya llenaría ella una hora, y si  le añadimos el extra de Esther Acevedo todo tiene más sentido para este recital que lleva 10 años de viaje y sigue tan vigente como entonces.

Una alegría volver a disfrutar en mi tierra de Silvia Nogales junto a Esther Acevedo, esperando continúen ofreciendo estos recitales distintos, cercanos, didácticos y siempre llenos de poesía incluso en las páginas instrumentales donde la guitarra habla sin palabras…

PROGRAMA:

Angelo Gilardino (1941): Elegía di marzo (Omaggio a Juan Ramón Jiménez), de «Studi di virtuosità e di trascendenza».

Manuel de Falla (1876-1946): El amor brujo (selección). Arreglo para guitarra de Miguel Llobet. Romance del pescador; Canción del fuego fatuo.

Pablo Despeyroux: Agua.

Leo Brouwer (1939): Preludios epigramáticos (selección): «Desde que el alba quiso ser alba, todo eres  madre…»; «Tristes hombres si no mueren de amores…»; «Alrededor de tu piel, ato y desato la mía…».

Eduardo Sáinz de la Maza (1903-1982): Platero y yo (1972): V. Paseo.

Mario Castelnuovo-Tedesco (1895-1968): Platero y yo op. 190 (selección): Platero; Amistad; Ángelus; La luna; El pozo; El loco; A Platero en el cielo de Moguer.

Seda, un viaje en femenino plural

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El pasado lunes 6 de junio tuve la suerte de estar en Madrid y poder asistir en la Sala Manuel de Falla del Palacio de Longoria, sede de la SGAE, a la presentación de SEDA, mucho más que un CD de la compositora, guitarrista e investigadora de Puertollano, afincada en Barcelona, Silvia Nogales Barrios, una maravilla de proyecto hecho realidad, todo un viaje en femenino plural con obras de ella misma, de la argentina Claudia Montero, afincada en Valencia donde fallecería en enero de 2021, la brasileño-americana Clarice Assad, la israelita Anna Segal, Cinthya García o María Parra, un trabajo en el que Silvia fue capaz de implicar a cantidad de instituciones y artistas no solo desde Verkami, y que se materializó en esta joya bien explicada en el texto de la contraportada: «Un viaje único y sensorial a través de las historias y la música de distintas mujeres del mundo», pues además de la grabación se incluyen ilustraciones de las cinco paradas en este itinerario personal, textos, créditos y su mundo que toma cuerpo desde la multidisciplinariedad con la que Silvia ofrece su música.

En la mesa y moderando el evento estuvieron Carlos Santos (periodista), quien creyó en ella hace tiempo divulgando en su programa «Entre dos luces» una música que me impresionó desde la primera vez que la escuché, María José Romero Rodenas (directora de la Cátedra de Igualdad de Género y Diversidad “Clara Campoamor”, de la Universidad de Castilla La Mancha), María Parra (pianista y compositora) más Esther Acevedo, actriz y escenógrafa (también tía de la artista pues la genética es siempre importante), que fueron compartiendo vivencias, anécdotas y explicaciones de este trabajo del que también pudimos degustar parte en vivo con las proyecciones oportunas, la propia Silvia Nogales en solitario, con el piano de María Parra o la escena de Esther Acevedo, mucho más que poesía e interpretación del viaje musical, banda sonora femenina llena de guiños y repleta de belleza.

Finalizado el «acto oficial», la familia de Silvia nos agasajó con un auténtico «vino español», productos de su tierra manchega donde no faltaron embutidos, quesos, empanada, dulces y por supuesto los vinos, aprovechando  para felices encuentros inesperados (Javier y Alessandro) comprobando que la música sigue abriendo puertas, más con Silvia Nogales que no sólo es ARTISTA sino luchadora que cree en lo que hace y contagia su ilusión.

Ya de vuelta en casa solo quedaba disfrutar una y otra vez del trabajo bien hecho que ya ha tenido múltiples críticas y reseñas, todas excelentes como era lógico. Cada uno de las siete obras (en 10 cortes)  son mágicas llaves hacia la belleza global, «seda» cual viaje mundial desde una guitarra propia que comenzaría en un escaparate con 6 años y ahora navega por el universo, el Ave Fénix de María Parra o La última samurai de la propia Silvia armada con su personal catana de seis cuerdas e interpretada por Esther Acevedo en un vídeo hermoso de aromas nipones.

Placeres sin preparar que me depara la vida, siempre con la música que sana más que seda, y nos hace viajar en todas las dimensiones. Enhorabuena a todos los que han hecho posible esta otra «Seda» y todo lo mejor para Silvia Nogales Barrios que como bien decía mi admirado Carlos «La libreta colorá», triunfará seguro porque es su vida sin buscar aplauso o fama.

Y los que compartimos pasiones así lo sabemos y entendemos.