Sábado 8 de julio, 12:30 horas. 72 Festival de Granada, Monasterio de San Jerónimo, “Cantar y tañer. Sones antiguos y barrocos”: Al Ayre Español, Maite Beaumont (mezzosoprano), Eduardo López Banzo (director). “Afectos amantes. Cantadas de José de Torres». Obras de Torres y Handel. Fotos propias y de Fermín Rodríguez.

En estos tiempos como en aquellos, lo español nunca se ha defendido ni presumido de ello y en el terreno musical otro tanto. Si nuestro
José de Torres y Martínez Bravo (c. 1670-1738) se hubiese llamado Joseph Towers probablemente tendría un espacio mayor en la Historia de la Música, sin complejos, tal y como pudimos comprobar al emparejarle con
George Frideric Handel (1685-1759), mejor que Jorge Federico Jendel cuyo nombre tampoco diría mucho.
No nos olvidemos tampoco de compositores como Juan Hidalgo, Cristóbal Galán o Sebastián Durón, aunque
Torres hizo consolidar un cambio propio al incorporar géneros, formas, estilos y modos interpretativos característicos de la música italiana, sin perder nuestra identidad.

Y es que
Al Ayre Español se fundó en 1988 por el aragonés
Eduardo López Banzo (Zaragoza, 1961) para derribar tópicos de nuestro barroco y revivir los años dorados, que pese a todas las adversidades y calamidades sufridas por la música española, al menos las copias llevadas a Hispanoamérica las “salvaron de la quema” aunque solo sea una ínfima parte de lo perdido.

Esta mañana llegaban a Granada para proseguir reivindicando al maestro en la Capilla Real de Madrid, teórico, editor, compositor y organista madrileño
José de Torres con tres de sus Cantatas o “Cantadas”, porque así se traducen al castellano, responsable de la composición de música sacra en la corte durante las primeras décadas del siglo XVIII como bien explica
en las notas al programa Álvaro Torrente. Es en el género de la cantata sacra donde
Torres va a destacar, y
Al Ayre Español volvió a defender junto con la mezzo
Maite Beaumont (Pamplona, 1974) unas páginas que contemplando el retablo de San Jerónimo parecían llevarnos al presente o darnos ese viaje en el tiempo pasado que no fue mejor pero sí maravilloso.

La
cantante navarra es parte insustituible del proyecto de
López Banzo con su voz carnosa, ancha, de proyección amplia, tesitura y color idóneo para estas cantadas, donde no solo se necesita una dicción clara, que la tiene, también el necesario dramatismo para interpretar y hacer llegar unos textos siempre didácticos para el momento cantando al Nacimiento (
Divino hijo de Adán) que irían sustituyendo a los villancicos, o al Santísimo Sacramento (
¡Oh, quién pudiera alcanzar! y
Afectos amantes), la devoción al Cuerpo de Cristo desde la Edad Media impulsada en España por la Contrarreforma, que en la corte española también gozó de especial preferencia, a la que se sumará la cantata por su lenguaje altamente alegórico, donde abundan las expresiones amorosas, evocaciones a la naturaleza y la identificación de Cristo con personajes mitológicos. La dramatización literaria a cargo de
la pamplonica fue perfecta, sus arias, con el oboe de
Pedro Lopes e Castro encontraron el ropaje instrumental perfecto, tal vez abusando de un portamento más expresivo que técnico en su amplio y homogéneo registro, así como unas agilidades limpias. Los recitados fueron otra demostración de entrega y convencimiento, con el clave perlado de
Eduardo López Banzo o el archilaúd del siempre seguro aunque discreto
Juan Carlos de Mulder que brilló en cada intervención.

Las melodías de
Torres, “afectos cantados”, están llenas de luz y verdad, de ornamentos nunca recargados para que los textos se vean realzados, y
Al Ayre Español ayudó con todos los contrastes tímbricos, dinámicos y de aire en cada una de las cantadas elegidas. Mención especial para el violín del cubano
Alexis Aguado, “alter ego” de
López Banzo por su genuina conexión y mando en muchos de los movimiento por él empezados, marcando dinámicas y cambios de
tempi muy exigentes.

De Jorge Federico Handel
Al Ayre Español eligieron, para intercalar con las cantadas, dos sonatas para disfrutar de la cuerda, tanto la frotada de los dos violines, cello y contrabajo, empaste, entendimiento y sonoridad digna de admiración, como la punteada del archilaúd ya citado por su papel imprescindible, y la pinzada al clave del maestro. Respirando el estilo italiano, resultaron el complemento prefecto de
Torres por “aire”, musicalidad, entrega y devoción al alemán enterrado en Westminster. Un Jorge emparentado con Joseph que esta mañana fueron de la mano.

Como regalo, tras una alocución del maestro
López Banzo rememorando los años de trabajo, los acontecimientos históricos de estas páginas no suficientemente escuchadas, la práctica de escuchar obras nuevas y nos repetirlas en todas las versiones posibles, reivindicando de nuevo a
José de Torres y el
grave de su cantada
“Mortales hijos de Adán” salvada en Guatemala.
Maite Beaumont con
Al Ayre Español cerraban esta “matinée” granadina en el decimoctavo día de Festival, que mantiene un excelente nivel con las
formaciones españolas en defensa de nuestro Patrimonio Musical.
Pedro Lopes e Castro, oboe – Alexis Aguado, violín – Kepa Arteche, violín – Aldo Mata, violonchelo – Xisco Aguiló, contrabajo – Juan Carlos de Mulder, archilaúd.
Eduardo López Banzo, clave y dirección.
Maite Beaumont, soprano.
PROGRAMA
Afectos amantes. Cantadas de José de Torres
Anónimo (c. 1700):
Pasacalles I y II
José de Torres (c. 1670-1738):
Divino hijo de Adán (cantada al Nacimiento. Madrid, 1712):
Aria – Recitado – Aria – Recitado – Aria – Grave
George Frideric Handel (1685-1759):
Sonata en sol mayor, op. 5 nº 4:
Allegro – A tempo ordinario – Allegro non presto – Passacaille – Gigue – Menuet
José de Torres:
¡Oh, quien pudiera alcanzar! (cantada al Santísimo):
Grave – Recitado – Aria – Despacio – Fuga – Recitado – Aria – Grave
George Frideric Handel:
Sonata en sol menor, op. 5 nº 5:
Largo – Come alla breve – Larghetto – A tempo giusto – Air – Bourrée
José de Torres:
Afectos amantes (cantada al Santísimo):
Estribillo – Recitado – Aria – Recitado – Aria – Recitado – Coplas