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Arcangelo y los planetas alrededor

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Martes 21 de mayo, 19:00 horas. Sala de cámara del Auditorio de Oviedo, XI Primavera Barroca – CNDM «Circuitos Oviedo»El arte de la improvisación: Arcangelo, Jonathan Cohen (clave y dirección). Obras de A. Corelli, Telemann, Barsanti, Bertali, Erlebach, Pandolfi Mealli, Schenck y Biber.

Último concierto de esta undécima Primavera Barroca ovetense en colaboración con el CNDM en un día festivo (Martes de Campo) que adelantó por ello el habitual horario (algunos llegaron a la segunda parte), y en un día gris, casi escocés, como comentaría Colin Scobie en su intervención tras las dos primeras obras.

Arcangelo es un ensamble que toma el nombre del violinista y compositor italiano que triunfó en su momento y alcanzaría para Couperin el Parnaso. En Oviedo se presentaban en cuarteto capitaneado por el chelista y clavecinista inglés Jonathan Cohen  (Manchester, 1977) que «haciendo un ejercicio de inmersión absoluta en el universo barroco, acepta que la información que nos dejan en muchas ediciones de aquella música está siempre incompleta, ya que la improvisación desempeñaba entonces un papel destacadísimo. En el programa de cámara que están girando explora uno de los mayores enigmas de la música barroca: ¿hasta qué punto la partitura recibida transmite todas las intenciones e ideas del compositor para su interpretación? y titulado precisamente así, “El arte de la improvisación”, absteniéndose en broma de respuestas directas al tiempo que ofrece una emocionante colección de música barroca en la que la libre creatividad se libera y captura alternativamente: transcripciones, temas y variaciones folclóricas, ornamentación, improvisación total y finalización contemporánea».

Cohen llegaba junto a un trío de excelentes músicos: Colin Scobie (violín), Teodoro Baù (viola da gamba) y Sergio Bucheli (tiorba) preparando dos partes con piezas en las que las variaciones sobre ostinati permitieron un amplio ejercicio improvisatorio, de modo que Corelli, Biber o Telemann fueron sólo el punto de partida para una sesión abierta a las sorpresas del espontáneo talento de estos cuatro intérpretes, incluso variando el programa impreso. Evidentemente había que comenzar con Arcangelo Corelli de quien elegirían tres sonatas de la opus 5 (que se publicaría en 1700), y como bien escribe Luis Gago en las notas al programa, «las demás músicas sonarán inevitablemente como plantas que giran alrededor de un sol cegador».

Dos horas de música variada, brillante, contrastada, ejecutada a la perfección con una sonoridad homogénea, bien balanceada y donde destacaron por el programa elegido el violín del escocés Colin Scobie (Edimburgo, 1991) y la viola de gamba del italiano Teodoro Baù (1992), afinación impecable e interpretaciones pletóricas.

Si en el primer Corelli presentaron las credenciales del cuarteto, con Telemann alternaron elegancia y virtuosismo, antes de «viajar» a tierras escocesas con la selección de Barsanti donde el violín de Scobie demostró la inspiración en el folklore elevada a la improvisación inherente al barroco como seña de identidad de este concierto, para quedar solo en trío en el segundo Arcangelo de la tarde en un arreglo para la viola de gamba del propio Baù con un timbre poderoso en toda la extensión del instrumento y pleno de una amplia gama de matices, sin olvidarme del continuo con Cohen y el mexicano Sergio Bucheli (Ciudad de México, 1998) realzando el protagonismo de ese «violín grande» desde unos ornamentos delicados al clave complementados por una tiorba melódica y armónica plena de la rítmica barroca.

Si la primera parte rebosó vitalidad, la segunda intimismo por momentos como en la sonata de Biber donde disfrutar de Scobie en solitario, o el Pandolfi Mealli plenamente barroco por concepción, escritura e interpretación disfrutando del cuarteto como el mejor orgánico para estas obras. Y de nuevo Baù  protagonista, con la reconstrucción por él realizada y presentada en un perfecto español, de dos movimientos de Schenck que sólo conservaban el bajo continuo pero que en un ejercicio de armonía y estudio del estilo, supuso el «descubrimiento» de las enormes capacidades que la viola de gamba alcanzó en el barroco y que el intérprete italiano elevó a mayores, el Adagio profundo y el virtuoso Presto.

La improvisación no solo es un arte que no se ha perdido, sino el verdadero «espíritu» de este concierto y que en trío o cuarteto estamos ya asimilándolos también en el barroco como si de jazz dieciochesco se tratase, ritmos conocidos, ruedas armónicas cercanas y el buen entendimiento entre estos músicos dominadores de sus instrumentos, con el protagonismo compartido del cuarteto. Una excelente velada llena de buena música que no escatimó tiempo ni esfuerzo por acercarnos a Arcangelo en compañía de sus contemporáneos con interpretaciones de una calidad que nos hacen difícil discernir entre conocidos y olvidados… no pudo cerrar mejor esta primavera con clima casi escocés.

ARCANGELO: Colin Scobie (violín), Teodoro Baù (viola da gamba), Sergio Bucheli (tiorba), Jonathan Cohen (clave y dirección).

PROGRAMA

PRIMERA PARTE

Arcangelo CORELLI (1653-1713)

Sonata para violín y bajo continuo en re mayor, op. 5, nº 1 (1700)

I. Grave – Allegro – Adagio

II. Allegro

III. Allegro

IV. Adagio

V. Allegro

Georg Philipp TELEMANN (1681-1767)

Sonata metódica nº 2 en la mayor, TWV 41:A3 (1728)

I. Adagio

II. Vivace

III. Cortesemente

IV. Vivace

Francesco BARSANTI (1690-1775)

Selección de A collection of old scots tunes (1742)

Antonio BERTALI (1605-1669)

Ciaccona en do mayor (ca. 1662)

A. CORELLI

Sonata para violín y bajo continuo en fa mayor, op. 5, nº 10 (1700, arr. para viola da gamba)

I. Preludio. Adagio

II. Allemanda. Allegro

III. Sarabanda. Largo

IV. Gavotta. Allegro

V. Giga. Allegro

SEGUNDA PARTE

Philipp Heinrich ERLEBACH (1657-1714)

Sonata en trío nº 3 en la mayor (1694)

I. Sonata (Adagio – Allegro – Lento)

II. Allemande

III. Courante

IV. Sarabande

V. Ciaconna – Final (Lento – Tremolo adagissimo)

Giovanni Antonio PANDOLFI MEALLI (ca. 1629-ca. 1679)

Sonata seconda ‘La cesta’, para violín y bajo continuo, de Sonate a violino solo per chiesa e camera, op. 3 (1660)

Johannes SCHENCK (ca. 1660-ca. 1712)

De la Sonata nº 5, de Les fantaisies bisarres de la goutte, op. 10 (1710 -reconstrucción T. Baù-

I. Adagio assai  – II. Aria presto

Heinrich Ignaz Franz von BIBER (1644-1704)

Passacaglia para violín solo en sol menor ‘El ángel de la guarda’, C 105, de las Sonatas del rosario (ca. 1674)

A. CORELLI

Sonata para violín y bajo continuo en re menor ‘La folía’, op. 5, nº 12 (1700)

Zimmermann descafeinado

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Lunes 6 de mayo, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Sala de cámara, Circuitos OviedoVI Primavera Barroca: Bailes y batallas, Café Zimmermann. Obras de Biber, Schmelzer y Froberger.

Comenzaba en Oviedo una gira de la formación coliderada por el violinista argentino Pablo Valetti con el título «Bailes y batallas» que el Pablo sevillano J. Vayón presentaba en las notas (que dejo escaneadas) como Phantasticus comentando el papel de la música en la Alemania del XVIII, formas instrumentales italianas pero con el tinte teutón que no siempre va unido a la brillantez.

El grueso del programa lo ocuparía Heinrich Ignaz Franz von BIBER (1644-1704) de quien Café Zimmermann interpretó varias sonatas que aúnan sacro y religioso como el propio poder germano donde el destinatario era importante como también nos contó Valetti. Desiguales en escritura e intensidades emocionales, la número tercera Fidicinium sacri-profanum (ca. 1683) pareció tomar el pulso con un octeto formado por dos violines, dos violas, chelo, contrabajo, órgano y tiorba que sonó empastado y compacto en todo el programa, variando un poco el número en varias para disfrutar de la calidad de unos músicos que interpretaron unas partituras no del todo agradecidas donde la variedad no es de color, algo claroscuro, sino de aires y dinámicas.

Costó afinar como es habitual en la seca sala de cámara del auditorio ovetense y al menos con Johann Heinrich SCHMELZER (1623-1680) tras el «segundo» Biber ya comenzaron a funcionar de forma orgánica. La Serenata con altre arie, a cinque en siete movimientos quedó algo «agria», mejorando con el Balletto a cuatro «Die Fechtscule» («La escuela de esgrima», 1668) de seis danzas, más rica tímbrica y rítmicamente, donde prescindieron de una de las violas como en alguna sonata de Biber.

De todo el concierto me quedo con Johann Jakob FROBERGER (1616-1667) cuya Toccata II en re menor nos permitió saborear el solo de órgano positivo de Céline Frisch y en el siguiente Ricercar I en do mayor la tiorba de Shizuko Noiri (que bisarían), obras de homenajes, bailes y batallas con poca pólvora, bien escritas y ejecutadas pero faltas del dinamismo italiano aunque los franceses de Café Zimmermann se mostraron como un conjunto honesto con las partituras, de buen sonido y trabajo previo bien llevado por Pablo Valetti.

Esta Primavera Barroca en su sexta edición sigue apostando por un repertorio que gusta al público y acude en buen número con entradas que rozan el lleno, aunque personalmente este lunes (y la «resaca» de HH aún perduraba en muchos oídos) el café, de calidad y sabor algo amargo, quedó descafeinado.

CAFÉ ZIMMERMANNPablo Valetti (violín I), Mauro Lopes Ferreira (violín II), Patricia Gagnon (viola I), Lucie Uzzeni (viola II), Petr Skalka (violonchelo), Daniel Szomor (contrabajo), Céline Frisch (órgano), Shizuko Noiri (tiorba).