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Aleluya barroco

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Miércoles 31 de octubre, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo: Conciertos Día Universal del Ahorro 2012. OSPA, Raquel Lojendio (soprano), Aarón Zapico (director). Obras de Geminiani, C. Avison y Vivaldi. Patrocinado por CajAstur; entrada por invitación.

Comienza para algunos el Puente de los Santos y puede ser causa de las muchas butacas vacías aunque tampoco hubo facilidades para encontrar entradas que no estaban a la venta. Personalmente tengo que agradecer a Forma Antiqva que me hiciesen llegar una para un concierto que suponía el debut de Aarón Zapico al frente de una «OSPA de cámara» para un repertorio que el hermano mayor domina y supo transmitir a esa cuerda que siempre es referente de la orquesta asturiana, con el refuerzo en el contínuo del fagot y los otros dos hermanos Zapico, Daniel y Pablo, perfecto acompañamiento de la soprano tinerfeña (estuvo anunciada Sabina Puértolas aunque ni ella misma lo supo y alguien responderá del entuerto) que dio lo mejor de ella, entregada en alma y cuerpo. El programa de mano no era tal a pesar del «ahorro», pues no ayudó nunca a parte del público que estuvo más perdido que un pulpo en un garaje. Lástima que el Barroco no tenga más presencia en las salas de concierto, felicitándonos de los tres conciertos del nuevo ciclo «Oviedo Barroco» para los que ya me hice con el abono (44€) en la Sala de Cámara que espero se llene más que la Principal de este último día de octubre.

El mayor de los Zapico y cabeza visible de Forma Antiqva tiene las ideas muy claras en un repertorio donde se mueve como pez en el agua, lo que supo transmitir a la perfección a una orquesta que pareció disfrutar tanto o más que muchos de los presentes. La elección de cuatro motetes para soprano de Vivaldi (que figuraban sin más en el cartoncillo biográfico) y su organización fueron perfectos pese a la «reiteración» estilística que suponen, una dificultad añadida a la interpretación que nunca fue idéntica ni siquiera en los Da Capo, sin perder rigor y gracias a esa claridad buscada por Aarón Zapico bien entendida por todos los músicos.

Geminiani y su Concerto grosso nº 12 «La Folia», Op. 5/12 abría velada con las cartas boca arriba, sin esconder nada y aprovechando el magisterio de los solistas, impecables todos, Vasiliev, Corpus, Alamá y Atapin, más «el grueso»donde el continuo de guitarra barroca y tiorba equilibraban una plantilla de lujo para la ocasión: 7 primeros, 7 segundos, 3 violas, 2 cellos, 2 contrabajos más fagot y el «dúo Zapico». Y Aarón no permitió ruptura encadenando el primer motete de Vivaldi, «In turbato mare irato» RV 627 que trajo a escena a una Raquel Lojendio segura, poderosa en los agudos, equilibrada en el medio y suficiente en el grave, con una técnica al servicio de esta música que en vez de instrumentalizar la voz resultó más bien «vocalizar los instrumentos» a lo largo de todo el concierto, con unos fraseos y contrastes en todo que dieron la unidad estilística que la dirección buscó, con tiempos bien elegidos para poder degustar todo el caudal sonoro.

Otro tanto podríamos decir del siguiente y complementario motete «In furore iustissimae irae» RV 627,  potente interpretativamente y frescura total en cada uno de los músicos, con los Aleluya finales tan unificados estilísticamente y tan distintos en su vocalización, un triunfo añadido.

También se organizó la segunda parte sin ruptura entre el Concerti grosso nº 5 en Re m. del inglés Charles Avison plenamente italianizante y «Sum in medio tempestatum» RV 632, microcosmos del «Cura Pelirrojillo» donde más allá de las agilidades vertiginosas del primer movimiento trajeron el recitativo con la guitarra de Pablo profunda en la sencillez y cálida al sumarse la tiorba de Daniel, más aún con Mascarell en el fagot del Aleluya final que redondeó este motete como el mejor del concierto para mi gusto.

Todavía faltaba el más cinematográfico de los motetes, «Nulla in mundo pax sincera» RV 630 brillante culminación del concierto donde fluyó la estructura conocida con nuevos contrastes y la voz de Lojendio pletórica en una durísima interpretación que nos devolvió un barroquismo asturiano pero universal, frescura y personalismo para un repertorio nada manido y poco escuchado del que Aarón Zapico logró nuevas perspectivas siempre fiel al estilo.

La propina hispana con Raquel y los gemelos Zapico a trío corroboraron ese aire asturiano para el veneciano Vivaldi al que los hijos de Eloy Zapico (presente siempre en el recuerdo) y Marga Braña han reinventado hace tiempo.

Forma Antiqva pintan muy bien

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Los Hermanos Zapico, Aarón, Daniel y Pablo, siguen de plena actualidad, no ya por otra portada y reportaje, esta vez en la revista «Melómamo» del actual mes de octubre, sino que además actuaron este jueves 18 en Amberes nada menos que en el Museo Rubens (Museum Rubenshuis de Antwerpen, Bélgica), todo un lujo de entorno que no puede evitar el manido «marco incomparable», y cuyas fotos, propiedad de Forma Antiqva, ilustran esta entrada y han colgado en su Twitter©, al que también me he sumado. Son nuestros mejores embajadores: de España, Asturias y cómo no Oviedo (patrocinados por su Ayuntamiento como imagen de la marca «Ciudad de Cultura» -algo que parece estar de moda- y donde tienen sede en el Auditorio) en la formación original de Concerto Zapico, los tres hermanos que cautivaron al sello alemán Winter&Winter con el que grabarán una segunda entrega dedicada a sinfonías y arias de ópera del barroco transcritas por ellos mismos, siguiendo una labor de investigación e interpretación digna de encomio. Los podremos escuchar en Los Conciertos del Auditorio el 19 de diciembre.

También actuarán el 30 de abril de 2013 en Oviedo donde asombrarán con la formación al completo y Aitor Hevia de violín solista en la personal versión de Las Cuatro Estaciones que les sigue dando muchas alegrías casi año y medio de su estreno en el Festival de Granada y su posterior grabación en el propio Auditorio Manuel de Falla.

Y su agenda, siempre bien compaginada con la docencia que los tres hermanos ejercen, no para (no olvidemos la Academia de Música Antigua de Gijón). Así el miércoles 31 de octubre con motivo del llamado «Día del ahorro» (?) que patrocina una entidad bancaria, Aarón Zapico dirigirá un programa de Motetes de Vivaldi con la OSPA precisamente con invitaciones de una Caja que ya no es de ahorros ni pone a la venta estas entradas. Intentaré colarme para poder contarlo.

Mientras tanto, los gobernantes quitando música, arte, cultura clásica de la educación pública para volver a mis tiempos de estudiante con un sacrificio económico que no todos pueden permitirse, ni siquiera los que puedan llegar a ser profesionales, y de ésto saben mucho los Hermanos Zapico.

P. D.: Nuevo premio para Forma Antiqva y en su tierra.

Lázaro: pasado presente para el futuro

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Miércoles 25 de abril, 20:00 horas. Catedral de Oviedo: Sancta Ovetensis «Esplendor musical en la Catedral de Oviedo». María Espada (soprano), Guillermo Peñalver (traverso), Forma Antiqva; Aarón Zapico (clave y dirección). Obras de Joaquín Lázaro (1746-1786), Telemann y Vivaldi.

Mantener la capacidad de asombro es todo un valor añadido. Viniendo de Forma Antiqva es algo que me está mal acostumbrando, y que la extremeña María Espada siga enamorándome con su voz acabará en adicción.

Pasar en tan poco tiempo de un programa operístico a todo un acontecimiento musical como supone recuperar históricamente -con la siempre envidiable y admirable aportación de una musicóloga como María Sanhuesa– al gran Joaquín Lázaro y (re) estrenar en estos tiempos música que acumulaba polvo, por no decir que dormía en el olvido, uniendo rigor y esplendor precisamente en el marco donde sonó hace más de tres siglos, es motivo de orgullo y satisfacción. Ya va siendo hora de poner en su sitio a nuestros músicos «desconocidos» y sus obras, capaces de compartir sesión con los llamados «grandes» en igualdad de condiciones porque pueden tutear sin miedo a los llamados «famosos» que lo son más por difusión que por calidad en muchos casos. Este proyecto pergeñado desde nuestra tierra con músicos que sólo el paso de los años pondrá en los libros de historia, conjugando rigor y esplendor en malos tiempos para la cultura, parecen querer llevar la contraria apostando nada menos que por la calidad en grado sumo. Escuchar trescientos años después la música que sonaba, realmente esplendorosa, en la Catedral de Oviedo con estos intérpretes predestinados a este «regreso al pasado» desde el presente y con visión de futuro ya es suficiente.

Con los conocimientos actuales plantear que Joaquín Lázaro fue un adelantado a su tiempo al componer una música «clásica» en pleno barroco, presagiando un Mozart aún por llegar ¡y desde Oviedo! cual antecedente vienés, creo sea la primera línea para un estudio musicológico serio todavía pendiente de nuestro Maestro de Capilla.

Desconozco la idea primigenia u origen de colocar a Telemann abriendo las arias de tiple (en el feliz y secular reencuentro soprano) de Lázaro en la Catedral, incluso abriendo boca con un Vivaldi que estos intérpretes ya han «nacionalizado» asturiano desde Granada como si de un bloque musical homogéneo se tratase, pero puedo asegurar que el compositor turolense sonó perfectamente conjuntado, incluso adelantado, a los considerados de primera línea, sólo por desconocimiento ya subsanado al situarlo en el mismo plano. El enfoque interpretativo de Aarón Zapico comandando una formación que le sigue plenamente, es sinónimo de frescura y seriedad en pleno siglo XXI. Las cinco arias que María Espada revivió este día histórico para la música universal, con el perfecto arrope de Forma Antiqva ad hoc en todo, han supuesto completar un vacío del que ni siquiera teníamos conciencia.

Me falta tiempo, aunque sobra perspectiva, para pedir ¡más Lázaro! en la línea del avanzado primero en León y después en Oviedo, esplendor y seriedad en un compositor del que Saldoni cita como autor de piezas de «gusto admirable». Imposible destacar alguna en especial salvo el regalo del bis «soberano Dios» cual cántico astur completo con visión universal.

No se puede pedir más de intérpretes, dirección e investigación musicológica, recogiendo lo sembrado, sin olvidar la organización en una fecha que personalmente nunca olvidaré (dos años de la muerte de mi abuela Lucía Riesgo con 105 años que no eran -ni son- nada) para un retorno al pasado que supuso ¡apostar por el futuro!. La música siempre faro y luz para caminos oscuros, indescriptible con palabras.

Dejo reflejado programa e intérpretes, calidad a raudales para un público que supo responder a un evento local siempre universal de nuestra Vetusta casquiana llenando el templo que devolvió trescientos años en hora y media, pasado hecho presente para el futuro.

A. Vivaldi: Obertura de la Symphonia RV 111a. (Allegro – Andante – Presto)

Joaquín Lázaro (1746-1786): A Eulalia dichosa, aria para tiple, trompas, cuerda y contínuo.

G. P. Telemann: Sinfonía del Concerto Polonoise TWV 51:D3: Adagio – Vivace.

Lázaro: Ven en buena hora, Dios soberano. Aria para tiple, flauta, cuerda y contínuo.

Lázaro: Reparad qué luz clara y peregrina, Recitado y Cavatina para tiple, trompas, flautas, cuerda y contínuo.

G. P. Telemann: Sinfonía del Concerto Polonoise TWV 43:G7: Adagio – Allegro – Largo – Allegro.

Lázaro: El soberano Dios. Recitado y Aria para tiple, trompas, flautas, cuerda y contínuo.

Telemann: Sinfonía del Concerto Polonoise TWV 43:B3: Polonoise – Allegro.

Lázaro: Noche preciosa, clara y divina. Aria para tiple, trompas, flautas, cuerda y contínuo.

INTÉRPRETES

María Espada, soprano.

Guillermo Peñalver, traverso.

FORMA ANTIQVA:

Javier Bonet, trompa I – Miguel Ángel Curiel, trompa II.

Guillermo PeñalverAna López, traversos I y II.

Jorge Jiménez, Pablo Prieto, Judith Verona, violines I.

Miren Zeberio, Cecilia Clares, Javier Gallego, violines II.

Antonio Clares, viola – Ruth Verona, chelo – Vega Montero, contrabajo.

Pablo Zapico, archilaúd – Daniel Zapico, tiorba.

Clave y dirección: Aarón Zapico.

P. D.: Crítica de Javier Neira en LNE del jueves 26.

Forma Antiqva en León y Oviedo

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Aún reciente su último éxito con «Dido y Eneas» este martes 24 en el Auditorio de León y mañana miércoles en la Catedral de Oviedo, la soprano María Espada y el flautista Guillermo Peñalver con «Forma Antiqva» bajo la dirección de Aarón Zapico, ofrecerán sendos conciertos bajo el título Sancta Ovetensis con la música rescatada del Maestro Lázaro en nuestra Catedral (¡gran labor de María Sanhuesa!) junto con piezas de Vivaldi y Telemann.

Auguramos nuevo triunfo de esta formación que no deja de sorprendernos en cada concierto. Espero contarlo desde aquí.

Al fin ¡profetas en su tierra!

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Sábado 14 de abril, 20:00 horas. Conciertos del Auditorio, Oviedo. Forma Antiqva: Dido and Aeneas, Z. 626 (H. Purcell), ópera en versión concierto.

Ya iba siendo hora de que la formación asturiana comandada por Aarón Zapico, reconocida internacionalmente y en plena cima de la música antigua tuviese el merecido reconocimiento en su tierra, y además en casa, pues desde hace un año es conjunto residente en el Auditorio de Oviedo.

Si The Four Seasons están asombrando en toda Europa, la participación en la temporada de ópera asturiana con La incornazione di Poppea en septiembre de 2010 marcó un antes y un después en el ciclo carbayón, para muchos un descubrimiento. Esta vez era Dido y Eneas semiteatralizado con unos recursos al límite pero que con calidad frente a la crisis lograron un éxito rotundo en los setenta minutos largos sin respiros.

Aunque el elenco completo aparezca en el grueso programa del concierto, comenzar diciendo que todos los participantes, director, cantantes y orquesta estuvieron al máximo rendimiento, consiguiendo un equilibrio imposible en todo. El llamado «Coro» realmente fueron cinco voces solistas, alternando cuatro de ellas con papeles bien conjuntados con los protagonistas, plantel perfecto para esta ópera inglesa (que me encanta sean asturianos los que marcan estilo), la formación orquestal con la misma calidad a la que nos tienen acostumbrados desde hace tiempo, y al frente Aarón Zapico con todo el esfuerzo ingente de tocar el clave, esta vez de pie, y dirigir todo sin perder detalle para lograr los merecidos y largos aplausos, premio al ingente trabajo realizado, que además no tiene descanso…

Espectacular la Dido de Amaya Domínguez, pasional hasta en el vestido y con un poderío vocal e interpretativo que cautivó a la audiencia (¡buenísimo el superconocido lamento ó Try hand, Belinda!), una mezzo a a seguir muy de cerca (los franceses ya lo hacen). Impresionante como siempre María Espada en el papel de Belinda en un momento álgido de la carrera de esta soprano extremeña que aún tiene mucho por delante pese a su juventud, con color, gusto, fuerza y presencia.

El contratenor afincado en Valencia Flavio Ferri-Benedetti creo que fue el más aclamado no ya por una exquisita técnica sino por el enorme trabajo que supuso pasar del coro a convertirse en una Hechicera realmente creíble (parecía magia la transformación) además del Espíritu creíble en este drama tomado de Virgilio. Excelente la valenciana Mariví Blasco pasando del coro a los papeles de Dama II y Bruja I, al igual que la murciana Olalla Alemán como Bruja II, todo un lujo tenerlas de «secundarias» con una trayectoria individual realmente envidiable en ambas. La breve intervención del «corista» extremeño y Marinero Víctor Sordo nos dejó con ganas de disfrutar un tenor de color hermoso y registro amplio para estos repertorios. El único que se mantuvo en el coro fue el bajo sevillano Javier Jiménez Cuevas, auténtico refuerzo en el grave que no pasó desapercibido en los números del «quinteto», otra voz con amplia experiencia solista. Dejo para el final el Eneas de Francisco Fernández-Rueda por ser el único que hoy pudo desequilibrar el conjunto, tal vez por la gran calidad del resto de reparto o bien por ciertas o puntuales carencias de emisión que pese al excelente acompañamiento orquestal, quedó oscurecido, y aún más en los «concertantes», si bien el color de su voz parece perfecto para este estilo de música.

De la semiescenificación de esta ópera camerística aplaudir desde las excelentes notas al programa de una especialista como María Sanhuesa (gracias a ella volveremos con María Espada y Forma Antiqva en breve -el miércoles 25– con uno de los tesoros catedralicios ovetenses) hasta los mínimos cambios y un sofá bien situado, que lograron teatralizar el drama griego: soltar la coleta para convertirse en Hechicera o descalzarse, ponerse un mitón negro y «despeinarse» en las Brujas siempre con elegantes vestidos negros, la camiseta a rayas del Marinero con un pañuelo blanco al cuello al retirar la americana, y volver uniformes (en el amplio sentido) al coro. Las protagonistas sobrias y elegantes, volviendo el sevillano Príncipe troyano a resultar algo «pobre» en vestuario (tejanos y americana), desconozco si en consonancia con el rol o problemas de equipaje ante las huelgas aéreas nuestras de cada semana, que hizo su aparición bajando por las escaleras del patio de butacas para sorpresa de algunos. Si además llegamos a tener baile y cortejo realmente hubiera sido ya el sumum.

De los dieciséis instrumentistas contando el excelente clave del director Aarón Zapico, menciones especiales a la concertino Guadalupe del Moral, la chelista canaria Ruth Verona, habituales con «Forma Antiqva«, y los flautistas Alejandro Villar y Guillermo Peñalver en un derroche de virtuosismo con toda la familia de flautas de pico que utilizaron. Como formación destacar una afinación perfecta sin tener que interrumpir nunca la continuidad de los tres actos, poderosos en las danzas instrumentales y concertando a la perfección siempre atentos al Maestro Zapico, así como los jugosos y brillantes bajos contínuos donde también hay que citar al gran «gambista» François Joubert-Caillet.

La alegría de ver reconocido el trabajo conjunto en el Auditorio de Oviedo es grande, esperando volver a escucharles más a menudo en su tierra aunque sean los mejores embajadores de Langreo, Asturias y España allá donde actúan, siempre con calidad, frescura y una musicalidad envidiables. Debería preocuparnos la crisis intelectual de los regidores, pero la económica se vence con el trabajo bien hecho que realiza Forma Antiqva desde casa, ellos pueden con todo (¡hasta con la salud del respetable! que este sábado, pese al frío, apenas se hizo notar).

P. D. 1: Crítica del concierto por Javier Neira en LNE y entrevista de Aurelio M. Seco a María Espada en LVA.

P. D. 2: Crítica de Aurelio M. Seco en LVA del Lunes 16.

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