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Cohen, Lorca… y Granada

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Encuentro-homenaje Federico García Lorca y Leonard Cohen (Cátedra Leonard Cohen)

Este jueves 26 de junio tuvo lugar en Granada “Cohen & Lorca. Ecos de la amistad cultural entre España y Canadá”, un encuentro homenaje a las figuras de Federico García Lorca y Leonard Cohen. El poeta granadino y el cantautor canadiense volvieron a unir sus nombres y su obra gracias a una iniciativa de la Embajada de Canadá en España, a la que se han unido el Centro Federico García Lorca y la Cátedra Leonard Cohen de la Universidad de Oviedo, que conviene recordar se creó tras el Premio de la Fundación P. de Asturias (FPA) de poesía en 2011 al canadiense, donando el premio en metálico con el que mi universidad  crearía una cátedra única, pudiendo saludar a mi querida Miriam Perandones, musicóloga y que también fue directora de esta cátedra desde 2016 hasta febrero de 2022, hoy presente en estos actos.

A las doce de la mañana en Granada, con la presencia de Jeffrey Marder (embajador de Canadá en España), Laura García Lorca (del Centro Federico García Lorca) y José Errasti (director de la Cátedra Leonard Cohen de Oviedo), se hizo el descubrimiento de una placa que recuerda este homenaje con el que se pretende rendir tributo a dos figuras que han reunido en sus creaciones un universo cultural y poético con innumerables puntos de conexión, un tributo con voluntad de perdurar en el futuro con el fomento de actividades que den a conocer la obra y los puntos comunes de ambas personalidades.

Y a las siete de la tarde, tras 40 minutos de cola, se abrían las pertas del auditorio del Centro Federico García Lorca, con unas palabras previas de Laura García Lorca, Errasti y el embajador de Canadá en España.

A continuación ocuparía la mesa sobre el escenario del auditorio la doctora en Literatura Española por la Universidad de Cádiz Elena Caballero, que expondría los aspectos más importantes de su tesis “La influencia de García Lorca en Leonard Cohen”, presentada por Fernando Navarro (periodista de El País), que moderaría el coloquio posterior donde participaron Jose Manuel Medina (de la Fundación Enrique Morente), y Chema Cano (autor del libro «Seis acordes»).

La ponencia de la doctora Caballero se limitaría a 20 minutos por cuestiones de tiempo y organización, que arrancaba un viernes 21 de octubre de 2011 viendo en TVE la entrega de los premios de la FPA con su madre asturiana, donde quedó enamorada de Leonard Cohen tras su discurso. En su exposición nos habló de «un viaje de referencias», la relación entre poesía y música, Montreal y Granada, con dos caminos: analizar las traducciones de Lorca al inglés, y la huella textual de Lorca en muchos temas propios de Leonard Cohen.

No podía faltar el recuerdo al asturiano Manolo Díaz (entonces en CBS) quien recogió al canadiense en el aeropuerto de Madrid, y durante el trayecto en taxi de Barajas al Hotel Palace (entonces casi una hora), le fue hablando del proyecto del disco «Poetas en Nueva York» donde quería contar con él junto a otros cantautores del momento. Solamente le miraba y finalmente le contestó: «mi hija se llama Lorca Cohen».

Después vendría el encargo a Cohen, la traducción o mejor adaptación del Pequeño vals vienés, 150 horas de trabajo para su Take This Waltz. Pero no solo este tema (que se haría tan popular), también The Gypsy’s Wife (1979), otra fascinación para Cohen y la que más influye por su escenario poético de la mujer que enlaza con Bodas de sangre según Elena Caballero.

No faltaron las referencias al último concierto en Sevilla de Lola Índigo o Silvia Pérez Cruz como transmisoras actuales de Lorca en sus RRSS para un público adolescente, pero especialmente Enrique Morente quien tras descubrir “el vals de Cohen” conocerá Poeta en NY y lo llevará a su disco “Omega”, una verdadera locura que un flamenco cante a Lorca con un grupo de rock como Lagartija Nick. Gracias a estos artistas aún mantenemos el legado de Federico.

Finalizada la ponencia vendría la mesa redonda donde todos mostraron la adoración por Cohen. Así Chema Cano contaría cómo ficciona en su libro “Seis acordes” y la admiración común por Cohen porque es un “contador de historias”, como en el discurso de la entrega del premio, o Dylan (otro galardonado cuatro años antes en los Premios), el Montreal de entonces para un canadiense de familia judía, su primera guitarra de 2ª mano, las influencias y emociones. Navarro también citaría a Dylan, los trovadores y unas letras por las que pregunta a Elena y cómo influye la faceta de músico en Lorca, quien contesta que toda su obra está cargada de musicalidad, un músico que se asienta como poeta, al revés que Cohen. Fernando preguntaría a Medina y a Chema del «Universo Cohen» qué influyó en Morente, con el que se cerraba la ponencia, y la unanimidad: la libertad.

Proseguiría el coloquio con un público no muy participativo, aunque surgió el tema  de las RRSS que transmiten esas letras y música, hasta los diseños, y aunque a mi generación le parezca triste, está claro que al menos la calidad de los textos de los artistas actuales es volver a mirar la música de nuestros abuelos o el recuerdo a Carlos Cano quien actualizó y «recuperó» la copla como están haciendo esta generación digital de cantantees.

El broche musical lo pondrían Rafael Liñán (voz y guitarra), Juan Trova (voz, guitarra y banjo), más Eva Manzano (baile), que comenzaría como era de esperar con Liñán cantando Take this waltz, estribillo coreado por el público. Trova además de agradecer este hermanamiento que en estos tiempos haya muchos más. Y este trío para la ocasión versionaría el romance de Las morillas de Jaén, con Eva bailando.

Siguiente tema con los tres, Rafael Cohen, Trova al banjo y los «jaleos» de Manzano para otro «hit» cantado por el público, Dancing to the end of love con ese aire flamenco sin perder el original.

Trova recordó a Paco Ibáñez que tanto ayudó a difundir el poema de Lorca El lagarto está llorando, en una versión llevada al blues por Juan y cantado también Eva, con alternancia de estrofas.

Regreso a Cohen con Rafa cantando y Trova al banjo en So long Marianne, y el estribillo coreado por un público entregado y conocedor tanto de Federico como de Leonard, que como comentaba Eva al finalizar el tema, unir danza, música, poesía es estar “en la misma gloria”.

Paco Ibáñez fue pionero en musicar a nuestros poetas, y en su disco de 1964 la portada tenía una pintura de Dalí como bien recordó Juan antes de hacernos su versión de la Canción del jinete, trío lorquiano con el sentido baile de Eva. Y una oración como Hallelujah, bailado y cantado por todos los presente siendo de lo más aplaudido antes de cerrar círculo con el Pequeño vals vienés, cantado por Juan Trova, en castellano con el punteo de Rafa y el baile de Eva, el mismo y distinto vals que Lorca inspiró.

Pasadas las nueve de la noche y con las campanas de la catedral repicando, saludos varios, un cerveza para refrescar y raudo me dirigiría al Hospital (Real)… que ya lo conté antes de esta reseña. Viva Cohen, Lorca y Granada…

Músicas viajeras

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74º Festival Internacional de Música y Danza de Granada (día 8). Música de cámara.

Jueves 26 de junio, 22:00 horas. Patio de Los Mármoles (Hospital Real). De al-Ándalus a Isfahán. Accademia del PiacereConstantinople. Músicas del Renacimiento español y de los imperios persa y otomano de los siglos XV y XVI. Fotos propias y ©Fermín Rodríguez.

Es asombroso el caso la Accademia del Piacere y cómo se puede pasar en un día de un programa complejo como el vivido en el Palacio de Carlos V a este en el Patio de Los Mármoles (Hospital Real), si bien es cierto que la complejidad de uno no tiene nada que ver con esta fusión entre Oriente y Occidente donde la calidad de los músicos les permite afrontar un concierto «llevadero», con mucha improvisación y unas obras que estos intérpretes llevan años transitando. Podría comparar este recital con una jam session renacentista donde todos los músicos tuvieron su protagonismo, sus solos y las «ruedas» que transitan entre los cuatro acordes básicos de la tonalidad (I-IV-V–I) aunque no llegaría como tal hasta el barroco posterior.

La presentación en la web del Festival ya dejaba claras la «línea programática» de la formación hoy en trío de Fami Alqhai con el cuarteto Constantinople:

Fusiones mediterráneas
«Dos conjuntos occidentales creados por dos músicos originarios de Oriente Próximo: Fahmi Alqhai nació en Sevilla, pero su familia es de Siria, donde él vivió de niño; Kiya Tabassian nació en Irán, pero desde adolescente reside en Canadá. Se reúnen en un proyecto que ha sido ya testado con gran éxito. Accademia del Piacere, el grupo de Alqhai, se presenta en formación básica de trío de violas da gamba; Constantinople lo hace como cuarteto. La música antigua europea se cruza aquí con las tradiciones orientales (persa y otomana, esencialmente) para un recorrido que tiene al Mediterráneo como la gran corriente que cohesionó sus orillas y propició un mestizaje cultural sin el que no se entendería el mundo moderno».

En tiempos convulsos para las tierras de donde provienen estos músicos, al menos nos queda la certeza que el patrimonio cultural se mantendrá por mucho que las guerras destruyan, y la esperanza de que más hermanamientos y fusiones como las de estas composiciones, muchas de transmisión oral que los especialistas y musicólogos han preservado en papel desde manuscritos desenterrados en monasterios y bibliotecas de palacios como el de Topkapi o los archivos catedralicios hispanos.

El trío de violas de gamba (Fahmi Alqhai, Rami Alqhai y Johanna Rose) son el sustento de unas músicas más cercanas a la monodia acompañada que a la polifonía, aunque comparta ambas, y si Fahmi «cantaba» era Rami quien realizaba el bordón o Johanna los «contracantos». Increíbles el setar de Kiya Tabassian, cómo sacar tanta música de un instrumento de cuatro cuerdas que igual rasgeaba que punteaba, y el maravilloso kanun de Didem Basar, una especie de cítara que no solo aportaba una tímbrica especial a este orgánico tan especial, también sus ornamentos a esa monodia instrumental que en los temas persas lo hacía con la voz de Tabassian. En este tránsito de oriente a occidente me recordó ese viaje de la tonada asturiana con o sin gaita, desde esa Persia hasta Marruecos, los cantos de los muecines en el alminar, el salto a Sevilla, los orígenes del cante flamenco y finalizar el trayecto por la originalmente romana Ruta de la Plata hasta mi tierra, del Mediterráneo al Cantábrico.

Los melismas, estilo de canto y acompañamiento instrumental son de la misma sangre, una transhumancia musical de la que todos han bebido. Y no puede faltar una excelente percusión, dos instrumentistas (Patrick Graham y Hamin Honari) que utilizaron desde los djembé y darbukas hasta un surtido «set» con panderos, panderetas, sonajas y mucho más, el necesario empuje rítmico pero también de amplio color, las pinceladas sonoras tan ancestrales que enriquecen unas obras de por sí monótonas (por lo repetitivas) y que solamente la tímbrica las hace men0s «aburridas», precisamente por el planteamiento de improvisar sobre unas melodías que se pierden en el túnel del tiempo.

Dejo a continuación las notas al programa firmadas por Juan Ramón Lara:

De al-Ándalus a Isfahán

«En 1582, Argote de Molina editó en Sevilla Embajada a Tamorlán, el extraordinario libro de viajes que escribiera Ruy González de Clavijo a inicios del siglo XV en el que narra su viaje junto al fraile dominico Alfonso Páez de Santamaría como embajadores del rey Enrique III de Castilla, hasta la corte del mítico Tamerlán: desde Cádiz a Samarcanda, con travesías tan deslumbrantes como Constantinopla o Persia. Por los mismos años de la publicación del sevillano Argote, el príncipe persa Uruch Beg, luego conocido como don Juan de Persia, hacía el viaje inverso desde Oriente a Europa, partiendo de Isfahán para establecerse en Castilla tras visitar las grandes cortes europeas.

Lejos de ser viajes aislados, estas embajadas fueron signo de los tiempos de una verdadera protoglobalización, la misma tendencia que empujó a Portugal a atravesar los océanos de oeste a este en busca del comercio con Oriente, y luego a Colón y Magallanes a cruzarlos en sentido contrario y cerrar el círculo del gran globo. Tales viajes no solo pusieron en contacto a los poderes de Oriente y Occidente, sino a culturas que, aunque lejanas, siempre mantuvieron cordones de contacto en la literatura, las artes y la música, empujando a la primera gran oleada de migraciones e intercambios multiculturales que unieron al mundo.

Inspirados en esos relatos, los conjuntos Constantinople –con sede en Montreal, Canadá, y dirigido desde el setar por Kiya Tabassian, nacido en la vieja Persia– y Accademia del Piacere –dirigido por el violagambista sevillano de origen sirio-palestino Fahmi Alqhai– se sumergen en las músicas del Renacimiento español y los Imperios persa y otomano de los siglos XV y XVI desde un marco narrativo basado en los textos de González de Clavijo y don Juan de Persia, para recorrer los viajes y las exploraciones cruzadas de estos dos viajeros a través de la música. Para ello, parten de manuscritos de los palacios sevillanos y castellanos de la Edad de Oro de la música española: un tiempo aquí llamado Renacimiento, pero igualmente prolífico para los músicos de las cortes persas y de todo el Imperio otomano, de quienes toman igualmente como materia prima musical los manuscritos desenterrados en monasterios y bibliotecas de palacios, como el de Topkapi de Constantinopla. Músicas modales de uno y otro mundo, obras maestras de esencias afines desde al-Ándalus a Isfahán, serán puestas en común por la mirada contemporánea de Alqhai y Tabassian».

No entraré a comentar cada obra del programa, tan solo destacar los proyectos de la Accademia del Piacere que lidera Fahmi Alqhai. Sus raíces y genes les llevan a la interculturalidad desde el conocimiento de cada música con un guiño actual que tiende a la mixtura o fusión. En el repertorio de nuestros Guerrero, Mudarra, Fuenllana o Santiago de Murcia son capaces desde el respeto a los originales, darles «una vuelta de tuerca» y traerlos a nuestro tiempo para acercarlos tanto a nuevos públicos como a los fieles seguidores en estos años.

Y unirse a esta Constantinople afincada en Canadá es otro paso más. Si Estambul es la puerta de Asia, parece que en un mundo ideal sin fronteras en cualquier territorio se pueden llevar y mantener  las tradiciones y el folklore, entendido como la cultura del pueblo (que incluye música, gastronomía, ropajes y costumbres… la llamada etnografía). No entenderíamos lo que cantaba Tabassian a capella o con las ornamentaciones del kanun y los diálogos con Fami, pero el orgánico elegido para ello, así como su expresividad en estos cantos persas, transmitieron un lamento que la música hace comprensible. Más de hora y media con bis incluido que deleitaron estos mármoles sin una silla libre y toda mi admiración por proyectos como este imperial persa, otomano e hispano de los siglos XV y XVI, de Isfahán a al-Ándalus, y si me apuran llegando hasta la Castilla que arrancase primero en el Reino Astur de esta piel de toro.

INTÉRPRETES:

Accademia del Piacere

Fahmi Alqhai, Rami Alqhai y Johanna Rose, violas da gamba

Constantinople

Kiya Tabassian, setar y voz

Didem Basar, kanun

Patrick Graham y Hamin Honari, percusión

PROGRAMA:

De al-Ándalus a Isfahán

Panj-gâh pishrow / Anónimo persa (s. XVI): Golestan

Anónimo / Fahmi Alqhai: Glosa sobre el canto llano Pange Lingua

Pishrow Mohayer / Osul Duyek / Anónimo persa (s. XVI): Ghome Ajam & Pir-e Mey Foroush

Francisco Guerrero (1528-1599) / Fahmi Alqhai:  Si tus penas no pruebo y su glosa

Luis de Narváez (c. 1500-1552): Diferencias de Conde Claros

Aga Mu’men (c. 1580-1640):  Nikriz Pishrow

Alonso de Mudarra (c. 1510-1580): Fantasia que contrahaze la harpa en la manera de Ludovico

Alonso de Mudarra / Fahmi Alqhai: Romanescas

Dimitrie Cantemir (1673-1723): Buzurg

Miguel de Fuenllana (c. 1500-1579): Fecit potentiam & Fantasia 37

Santiago de Murcia (1673-1739) / Fahmi Alqhai: Fandango

Kiya Tabassian: Chavosh