74º Festival Internacional de Música y Danza de Granada (día 2): Conciertos Sinfónicos.

Viernes 20 de junio, 22:00 horas. Palacio de Carlos V. Orquesta Ciudad de Granada, Jean-Efflam Bavouzet (piano), Cristina Faus (mezzo), Juanjo Mena (director). Obras de Falla, Ravel y Juan-Alfonso García. «En el 150 aniversario del nacimiento de Maurice Ravel y Ricardo Viñes, y el centenario del estreno en París de El amor brujo de Manuel de Falla». Fotos  de las RRSS, propias y  de ©Fermín Rodríguez.

Así presentaba este concierto la página web del festival:

Ravel, Viñes y Falla de aniversarios
Falla y Ravel coincidieron en el París de 1900. El Festival los reúne en el 150 aniversario del nacimiento de Ravel y el centenario del estreno en París de la versión para ballet de El amor brujo. El nombre de Ricardo Viñes, pianista por excelencia de aquel entorno y amigo de los dos músicos, se une a la efeméride pues nació el mismo año que Ravel e introdujo a Manuel de Falla en el ambiente musical francés a su llegada en 1907, además de ser dedicatario de Noches en los jardines de España. El pianista francés Bavouzet y Juanjo Mena ofrecerán en este concierto dos de las obras para piano y orquesta fundamentales no sólo de sus autores, sino de todo el siglo: las Noches de Falla y el Concierto en sol de Ravel. Además, este programa los une también en torno a la danza: La Valse supuso la ruptura de Ravel con Diáguilev, quien se negó a estrenar la obra con sus Ballets rusos, mientras El amor brujo fue convertido en ballet y presentado en París. Entre ambos, se escuchará Epiclesis II, una orquestación de Juan-Alfonso García de su obra original para órgano «compuesta en el centenario del nacimiento de Manuel de Falla y a él dedicada», estrenada en la Catedral de Granada en 2009.

Interesante recordar a Ricardo Viñes que sería ya instalado en París un virtuoso del piano y gran defensor entre otros de Falla y Ravel, por lo que la celebración estaba bien armada aunque los 150 años no comenzarían bien. Un tarde de truenos y relámpagos con lluvia intermitente parecía aguar la fiesta, y cambiar la ubicación palaciega al auditorio no era nada fácil por estar ocupado por la ONE preparando el concierto de domingo. Las previsiones meteorológicas marcaban las 21:00 como despejado y a las 20:42 llegaba un aviso por las RRSS que se retrasaba el inicio a las 22:30 horas, abriéndose las puertas una hora antes, pero aún con dudas no sería hasta las 22:45 cuando tras las disculpas del director del festival Paolo Pinamonti comenzaría un concierto largo, denso y con una conexión entre Granada y París que pondría a prueba a intérpretes y público, pues el orden del programa y su duración nos llevaría hasta la una de la madrugada.

Si hay emociones únicas, escuchar a Falla en La Alhambra tan cerca de su Carmen de la Antequeruela es para recordar y comenzar con el El amor brujo en su versión de 1925 hacía que 100 años después parecía traernos el pasado al presente. La Orquesta Ciudad de Granada (OCG) no podía fallar en el compositor «de casa» y con el director alavés Juanjo Mena (Vitoria-Gasteiz, 21 de septiembre de 1965) al frente presagiaba un buen arranque de concierto, contando como solista con la mezzo de Benissanó, Cristina Faus cual «cantaora», de registros graves casi para contralto (aunque sigo teniendo de referencia a Carmen Linares pero especialmente a Rocío Jurado). Una interpretación con el toque gitano donde la voz de la valenciana casi natural se llenó de la hondura interpretativa que une folklore y lírica, iluminando sus solos con el fuego fatuo siempre arropada por una orquesta donde el alavés supo controlar las dinámicas, con tiempos exigentes y distintas respuestas.

Pausa para colocar el piano en el centro antes del muy esperado pianista francés Jean-Efflam Bavouzet (Lannion, 17 de octubre de 1962) que sería lo mejor de la noche, con la elegancia y técnica ideal tanto para el Falla de la segunda parte como para el extraordinario concierto de Ravel. El compositor vasco-francés vuelca en este concierto el lenguaje de jazz que inspirará a Gershwin, el inicio de un siglo XX  que marcará otro hito en la historia de la música. Maravillosos los tres movimientos con un Bavouzet impecable, atento al maestro Mena que concertó y mandó en una OCG algo desigual pero entregada, luminosa por momentos donde las emociones estuvieron en el Adagio assai con ese piano protagonista, el francés pintor de detalles para quien Ravel es uno de sus predilectos, y un Presto arriesgado y trepidante que pondría a prueba a todos los intérpretes.

Tras la pausa, al menos se dejó el piano sin mover para un homenaje a otro enamorado de Granada, el pacense Juan-Alfonso García (1935-2015) que además de organista de la catedral de Granada,  fue canónigo emérito, comisario de este Festival Internacional de Música de Granada, y maestro de compositores como Francisco Guerrero, Manuel Hidalgo o José María Sánchez-Verdú, tan ligados a la capital nazarí. En las notas al programa del doctor Ortega Basagoiti, nos explica la obra de García que abría la segunda parte: «compuso una trilogía para órgano bajo el título de Epiclesis, el término que designa la parte de la liturgia dedicada a la invocación del Espíritu Santo. Guerrero orquestaría después Epiclesis I, y el propio García haría lo propio en 1997, revisada posteriormente en 2009, con Epiclesis II, subtitulada Plegaria. En un programa en el que tan presente está Falla, es desde luego oportuno recordar la figura de García, no solo por su doble papel como compositor y pasado comisario del Festival, sino por su admiración hacia el compositor gaditano, a quien dedicó su Epiclesis. Así lo expresaba García, recordando el carácter de invocación que tiene el título, en una entrevista con Eva Santamaría: «Yo heredé de mi maestro [Ruiz-Aznar] el afecto hacia Manuel de Falla. Él ha dado lugar a que seamos y le dediqué una obra, Epiclesis, que es la invocación del espíritu sobre una persona»». De  García recuerdo lejanamente su oratorio Cántico espiritual con la OSPA en tiempos de Jesse Levine allá por 1993, pero esta Epiclesis II, en orquestación del propio autor sobre la original para órgano de 2009, me hubiera gustado más con los registros del catedralicio o los muchos instrumentos que Granada atesora, pero no soy quien para contrariar al propio compositor. Mejor «obertura» inicial y reconocido homenaje que tendrá en otras obras de este 74 Festival, y trabajo de Mena con la OCG que serviría como puesta a punto para lo que quedaba.

Falla con Bavouzet fue el complemento ideal de estos aires franceses, dos conciertos de piano en una misma velada, el Ravel desenfadado de los felices años 20 y el Falla de los inicios, el apoyo de Viñes a quien iría dedicado, y todo un modelo a seguir, novedoso titulándolo Noches en los jardines de España donde los tres movimientos son estampas y jardines que pudimos disfrutar en su entorno y con una buena versión de Bavouzet y Mena nuevamente mostrando el feliz y necesario entendimiento con los aires franceses que el talento del pianista le imprimió cual «segundo Viñes» un siglo después. Un Generalife luminoso, una danza lejana donde la OCG ayudó a ese clima de «impresiones sinfónicas» con el piano perfilando la exuberancia antes de la fiesta gitana del Corpus más granadino que cordobés, el recuerdo del cante inicial y el buen entender que los franceses han tenido del flamenco.

Nueva pausa para retirar el piano y quedándonos con ganas de una propina de Falla o de Ravel pero faltaba aún La Valse, una obra que le queda todavía «grande» a una OCG que ha mejorado y agradecerle la valentía de afrontar un programa tan denso y exigente. El esfuerzo de Juanjo Mena en sacar lo mejor de «la orquesta de casa» fue inmenso y a lo largo de una noche mágica por las obras pudimos apreciar una cuerda compacta con dos arpas impecables; la madera también tuvo pasajes inspirados. En cambio las dinámicas no siempre tuvieron el balance ideal de las secciones donde la acústica palaciega puede ser engañosa. Hubiese acortado el programa con esta «Balsa» más que Valse y un García que sonará a lo largo del festival, pero está claro que el movimiento se demuestra andando y trabajar grandes repertorios es la forma de seguir creciendo, más con maestros como el vitoriano.

PROGRAMA

I

Manuel de Falla (1876-1946)
El amor brujo (versión de 1925)
Maurice Ravel (1875-1937)
Concierto para piano en sol mayor (1928-31)

II

Juan-Alfonso García (1935-2015)
Epiclesis II (orquestación del propio autor sobre original para órgano. 2009)
Manuel de Falla
Noches en los jardines de España (para piano y orquesta. 1909-16)
Maurice Ravel
La Valse (1919-20)

En el 150 aniversario del nacimiento de Maurice Ravel y Ricardo Viñes, y el centenario del estreno en París de El amor brujo de Manuel de Falla.