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Disfrutando con la lírica

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Miércoles 26 de julio, 20:00 horas. Teatro Filarmónica, Oviedo: La Castalia, Concierto Escenificado de Clausura del VIII Taller Internacional de Ópera y Zarzuela. Entrada libre. Arias y dúos de ópera y zarzuela.

Oviedo es capital de la lírica desde hace años y llevamos tiempo exportando voces al panorama escénico. La Castalia continúa su labor docente de potenciar y perfeccionar los nuevos talentos que este último miércoles de julio clausuraban otro taller lírico con un concierto que desde 45 minutos antes congregaba una enorme cola desde la calle Menzidábal bordeando la de San Francisco hasta la Confitería Rialto para llenar este «coliseo musical carbayón», ávidos de escuchar páginas muy conocidas de ópera y zarzuela, algunas incluso tarareadas y comentadas por vecinos de localidad que demuestran su amor por la lírica y las ganas de seguir manteniendo esta capitalidad musical en «La Viena Española».

Hay que comenzar citando al profesorado de La Castalia que durante diez días han hecho trabajar a unas voces jóvenes con mayor o menor experiencia pero dándolo todo sobre las tablas cual examen final donde aplicar lo aprendido en este VIII TALLER INTERNACIONAL DE ÓPERA Y ZARZUELA:

PROFESORADO: Begoña García-Tamargo (Canto), Susana Gómez (Escena Lírica), Mario Álvarez (Repertorio), Yelyzaveta Tomchuk (Repertorio), Ana Cristina Tolivar (Fonética), Tomás Zorzo, Rama (Yoga), Borja Roces (Expresión Corporal), Mario Bueno (Fisioterapia).

Bajo la dirección artística de Begoña García-Tamargo, con los pianistas Mario Álvarez y Yelyzaveta Tomchuk, que se fueron turnando en el concierto con mucho que tocar y acompañar, la dramaturgia y dirección escénica de Susana Gómez para que la actuación fuese lo más completa, no sólo cantar sino moverse en escena, interiorizar los personajes, hacer creíble cada personaje y cada cuadro elegido, y con una  presentadora como la profesora Ana Cristina Tolívar que resultó el perfecto hilo conductor de un viaje musical sin movernos de la butaca, como bien nos lo contó, fueron saliendo las distintas voces con mayor y menor protagonismo así como experiencia.

Del alumnado, las sopranos Silvia Llera, Ángeles Rojas, Lourdes Simón y Analy Velásquez, la mezzo María Heres, el contratenor Mikel Malda, los tenores Enrique Parra y Daniel Vargas, más el barítono Ángel Simón nos ofrecieron una pequeña muestra de arias, dúos y hasta un concertante de distintas óperas y zarzuelas.

Imposible detallar cada número, pero al menos citar la consolidación de la aturiana María Heres  como la Santuzza de «Cavalleria Rusticana» (Leoncavallo) y explorando la «Carmen» de Bizet a dúo con el almeriense Enrique Parra de timbre hermoso que brilló también en todo el final del acto I de «La Bohème» (Puccini) y defendió con personalidad su Edgardo de la «Lucía di Lammermoor» (Donizetti).

La Mimì de la venezolana Ángeles Rojas no tuvo problemas de tesitura ni de empaste, tampoco de dramatización aunque echase de menos matizar más unos agudos suficientes.

Buen color, técnica, escena y entrega la del barítono Ángel Simón desde el «catálogo» de Leporello hasta el Calor de nido de «Katiuska» (Sorozábal), gran profesional que siempre busca mejorar.

Nuevamente me sorprendió el joven contratenor Mikel Malda ganando en cuerpo y escena sobre todo en el aria Va tacito e nascosto del «Giulio Cesare» (Haendel) incorporando el Annio de «La Clemenza de Tito» (Mozart) a dúo con una discreta Lourdes Simón.

La «Luisa Fernanda» de la chilena Analy Velásquez resultó otra grata sorpresa vocal y trabajando un poco la escena del dúo Cállate corazón con un «apagado» Daniel Vargas que empastó bien con la soprano.

Finalizar con Puccini y el inicio del acto III de «Madama Butterfly» sacó a escena al cuarteto con la breve Butterfly de Rojas, la imponente Suzuki de Heres, el poderoso Sharples de Simón y el más que correcto Pinkerton de Parra, redondeando un concierto donde no faltó la propina bisada y colaborando profesores y público de la conocida seguidilla de «La verbena de La Paloma» (Bretón) Por ser la Virgen de la Paloma con mantones y disfrutando todos. Como los alumnos comentaban en La Nueva España, «Hay que disfrutar, o no lo hará el público».

Festival de Granada 2024: avance

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Adjunto algunas pinceladas y el avance de la 73 edición del Festival de Granada que tendrá lugar del 16 de junio al 14 de julio de 2024, con algunos links a las Webs de los distintos artistas y las fotos tomadas de Internet y RRSS.

Festival de Granada 2024

AVANCE FESTIVAL 2024: algunas pinceladas

La 73ª edición del Festival de Granada tendrá lugar del 16 de junio al 14 de julio de 2024 con 32 jornadas. Habrá un Preludio del Festival, que tendrá lugar durante el fin de semana del 7 al 9 de junio.

Se presentarán grandes orquestas como la mítica Filarmónica de Viena, la Orchestre de la Suisse Romande, la Gustav Mahler Jugengorchester, la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y la Orquesta y Coro Barrocos Collegium 1704, todas ellas por primera vez en Granada. Y vuelven la Orchestre de Paris, Capitole de Toulouse, Orquesta y Coro Nacionales de España, Orquesta Sinfónica de RTVE, Orquesta Ciudad de Granada y Le Concert des Nations.

Se darán cita grandes directores de orquesta como Kirill Petrenko, Lorenzo Viotti, Charles Dutoit, Tarmo Peltokoski, Christoph Eschenbach, Vasili Petrenko, Klaus Makela, David Afkham, Jordi Savall o Sir András Schiff.

Entre los solistas se pueden destacar grandes figuras como Martha Argerich, Maria João Pires, Elisabeth Leonskaja, András Schiff, Alexei Volodin, Christian Zacharias y jóvenes intérpretes como Paul Lewis, Seong-Jin Cho, Alexandre Kantorow, Juan Pérez Floristán, Benjamin Alard o Jean-Guihen Queyras.

Se presentará el Aterballetto de Italia y se celebrará el 50 aniversario del estreno de Fuenteovejuna de Antonio Gades. La reina del fado portugués Mariza será otro de los grandes atractivos del festival de 2024.

El Compositor Residente será JOSÉ MARÍA SÁNCHEZ VERDÚ (Algeciras, 1968).

Los Artistas Residentes serán los pianistas MARIA JOÃO PIRES y PAUL LEWIS, (integral de las sonatas completas de F. Schubert).

©Fotos Webs y RRSS.

Mi Festival de Granada, una experiencia única

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A lo largo de un mes y desde este blog he ido subiendo mis críticas y reseñas del 72 Festival de Granada, que paso a resumir en esta entrada como «MI FESTIVAL», los conciertos que evidentemente tuve que seleccionar ante la oferta inmensa, sin asistir a la Danza -otra de las señas de identidad del Festival- en el Generalife ni al Flamenco, tampoco al FEX o los Cursos «Manuel de Falla», pero con todo, una experiencia única e inolvidable.

Mi eterna gratitud a todo el EQUIPO, desde su director Antonio Moral, la Jefa de Prensa Teresa del Río, María José Serrano en el Patrocinio y Relaciones Externas o Nina von Krogh en la Coordinación Artística, por citar sólo a mis «habituales». También al fotógrafo Fermín Rodríguez, sus imágenes oficiales que no pueden faltar en cada entrada, Redes Sociales y noticias… por supuesto a todo el amplísimo y numeroso personal (técnicos más voluntarios) con quienes este festival funciona como un perfecto engranaje muy entrenado tras tantos años de trabajo, no siempre visible pero que merecen mi reconocimiento vivido en primera persona.

Mención especial al Colegio Mayor Santa Cruz La Real, mi segunda casa en un mes granadino donde me trataron con mucho cariño y todas las atenciones inmerecidas para este melómano noctámbulo (no solo por los horarios de los conciertos). Gracias a su director Juan García Montero, a Lorenzo y Óscar por «dar de comer al hambriento», a mis «guardianes» Paqui, David, Samuel y Ariel, junto a todo el personal de limpieza con el resto de trabajadores de un alojamiento increíble donde conviven Los Padres Dominicos (Don Antonio a la cabeza) y muchos grupos de estudiantes, también profesores que acuden en verano a formarse en la capital nazarí, donde curiosamente me encontraría a un compañero norteamericano que trabajó en  mi IES «El Batán» de Mieres justamente el curso 2018-19 que estuve de baja por el accidente de moto, pero que el destino nos deparaba el final de esta canción hecho realidad (La vida te da sorpresas). También mi cariño para el ponceño Isidoro Valentín «Cholo» residente en New Jersey con quien platicaba a menudo compartiendo filosofía, poemas y vida.

Imposible igualmente describir lo que supuso para este asturiano conocer en persona a muchos de mis referentes musicales, artistas internacionales y críticos tanto nacionales como locales, así como el reencuentro con muchos conocidos entre los que estuvieron gente muy querida (sin olvidarme de Lorena Jiménez, «Asturische Macht» y Asturian power).

Y ya dejo a partir de aquí todo «Mi Festival» con los links a la críticas de mis 29 días y 30 noches, 39 conciertos en 9 escenarios distintos.

Miércoles 21
Universo vocal. Ópera I, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

El retablo de maese Pedro. Un tríptico sobre Don Quijote

OCG – Aaron Zapico – Compañía Etcétera – Enrique Lanz.

Jueves 22
Universo vocal. Ópera I, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

El retablo de maese Pedro. Un tríptico sobre Don Quijote
Orquesta Ciudad de Granada, Alicia Amo, soprano (Trujamán), David Alegret, tenor (Maese Pedro), José Antonio López, barítono (Don Quijote), Juan Carlos Garvayo, clave,  Aarón Zapico, dirección musical. Compañía EtcéteraEnrique Lanz, dirección de escena, títeres, escenografía y proyecciones.

Viernes 23
Grandes intérpretes, Patio de los Mármoles (Hospital Real), 21:30 h:

Víkingur Ólafsson, piano: Mozart y sus contemporáneos

Sábado 24
Cantar y tañer. Sones antiguos y barrocos, Monasterio de San Jerónimo, 12:30 h:

Benjamin Alard, órgano.

Conciertos de Palacio, Auditorio Manuel de Falla, 20:00 h:
Joven Orquesta Nacional de España (JONDE) – Eliahu Inbal, director.

Domingo 25
Cantar y tañer. Sones antiguos y barrocos, Monasterio de San Jerónimo, 12:30 h:

Officium Ensemble – Pedro Teixeira, director. Magister musicae, Motetes de Sebastián de Vivanco y sus contemporáneos portugueses (con motivo del IV centenario de la muerte de Sebastián de Vivanco).

Conciertos de Palacio, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

Filarmonica della Scala – Riccardo Chailly, director.

Lunes 26

Música de cámara, #Ligeti100, Patio de los Arrayanes, 22:30 h:

Quatuor Diotima.

Martes 27

Universo vocal. Gala lírica I, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

María José Moreno, soprano – Carlos Álvarez, barítono – Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) – José María Moreno, director.

Miércoles 28

Ton Koopman: Medalla de oro del Festival de Granada 2023.

Solo Bach, Colegio Mayor Santa Cruz la Real, 22:00 h:

Amsterdam Baroque Orchestra and Choir – Hana Blazikova, soprano – Maarten Engeltjes, contratenor – Tilman Lichdi, tenor – Klaus Mertens, bajo – Ton Koopman, director.

Johann Sebastian Bach (1685-1750): Johannes-Passion, BWV 245 (La pasión según San Juan, 1724).

Jueves 29

Solo Bach, Patio de los Mármoles (Hospital Real), 21:30 h:

Amsterdam Baroque Orchestra – Ton Koopman, director.

Johann Sebastian Bach (1685-1750): Suite orquestal nº 2 en si menor, BWV 1067;
Musikalisches Opfer, BWV 1079 (Ofrenda musical, 1747).

Viernes 30

Solo Bach, Colegio Mayor Santa Cruz la Real, 22:00 h:

Orquesta Barroca de SevillaGiovanni Antonini, director.
Johann Sebastian Bach (1685-1750): Suites orquestales

Sábado 1

Cantar y tañer. Sones antiguos y barrocos, Monasterio de San Jerónimo, 12:30 h:

Nereydas – María Espada,  soprano – Javier Ulises Illán, director. Senderos del alma

Grandes intérpretes, Parroquia de Nuestro Salvador, 21:00 h:

Ton Koopman, órgano.

Domingo 2

Grandes intérpretes,  Crucero del Hospital Real, 12:30 h:

Giovanni Antonini, flautas: It’s as easy as lying

Conciertos de Palacio, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

Orchestre des Champs-Elysées – Philippe Herreweghe, director.

Lunes 3

Colegio de Arquitectos de Granada, Asociación Amigos del Festival, 18:30 h:

Ricardo Molina Oltrá: Conferencia en torno a Turandot.

Grandes intérpretes, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

Javier Perianes, piano. Concierto homenaje a Alicia de Larrocha en el centenario de su nacimiento.

Martes 4

Universo vocal. Liederabend, Patio de los Mármoles (Hospital Real), 21:30 h:

Anna Lucia Richter, mezzosoprano – Ammiel Bushakevitz, zanfona, piano: Licht!

Miércoles 5

Cantar y tañer. Sones antiguos y barrocos, Colegio Mayor Santa Cruz la Real, 22:00 h:

Il Giardino Armonico –  Giovanni Antonini, dirección y flauta – Avi Avital, mandolina.

Jueves 6

Conciertos de Palacio, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

Orchestre Philharmonique du LuxembourgYuja Wang, piano – Gustavo Gimeno, director.

Viernes 7

Conciertos de Palacio Tríptico Mahler I, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

Orchestre Philharmonique du LuxembourgGustavo Gimeno, director:
Tomás Marco (1942): Angelus Novus (Mahleriana 1) (1971).
Gustav Mahler (1860-1911): Sinfonía nº 6 en la menor «Trágica» (1903-1905).

Sábado 8

Cantar y tañer. Sones antiguos y barrocos, Monasterio de San Jerónimo, 12:30 h:

Al Ayre EspañolMaite Beaumont, soprano – Eduardo López Banzo, director:
Afectos amantes. Cantadas de José de Torres.

Solo Bach, Auditorio Manuel de Falla (Sala B), 20:00 h:

La RitirataPierre Hantaï, Diego Ares, Ignacio Prego y Daniel Oyarzabal, claves –Josetxu Obregón, violonchelo y dirección artística.
Johann Sebastian Bach (1685-1750): Conciertos para dos, tres y cuatro claves

Domingo 9

Solo Bach, Auditorio Manuel de Falla (Sala B), 12:30 h:

Pierre Hantaï, clave.

Conciertos de Palacio, Tríptico Mahler II, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

Orquesta Nacional de España –  David Afkham, director:
Tomás Marco (1942): Ur-Nachtmusik (Mahleriana 4) (2023) *Estreno absoluto. Obra encargo del Festival de Granada.
Gustav Mahler (1860-1911) Sinfonía nº 7 en mi menor (1904-1905).

Lunes 10

Música de cámara, Patio de los Arrayanes, 22:30 h:

Mandelring QuartettJudith Jáuregui, piano: Proyecto Shostakóvich

Martes 11

Grandes intérpretes, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

Daniil Trifonov, piano.

Miércoles 12

Universo vocal. Ópera III, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

Turandot, drama lírico en tres actos. Versión concierto.

Orquesta y Coro Titulares del Teatro Real – Andrés Máspero, director del coro – Coro Infantil «Elena Peinado» (Elena Peinado directora) – Nicola Luisotti, director.
Anna Pirozzi, soprano (La princesa Turandot) –  Vicenç Esteve, tenor (El emperador Altoum) – Adam Palka, bajo (Timur) – Jorge de León, tenor (Calaf) – Salome Jicia, soprano (Liu) – Germán Olvera, barítono (Ping) – Moisés Marín, tenor (Pang) – Mikeldi Atxalandabaso, tenor (Pong) – Gerardo Bullón, barítono (Un mandarín).

Jueves 13

Grandes intérpretes, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

Igor Levit, piano.

Viernes 14

Música de cámara, #Ligeti100, Patio de los Mármoles (Hospital Real), 21:30 h:

Cuarteto Cosmos.

Sábado 15

Cantar y tañer. Sones antiguos y barrocos, Monasterio de San Jerónimo, 12:30 h:

Academia Barroca del Festival de Granada –  Carlos Mena, directorSoli Deo Gloria

Universo vocal. Recital lírico I, Auditorio Manuel de Falla, 20:00 h:

Angela Gheorghiu, soprano – Jeff Cohen, piano.

Domingo 16

Cantar y tañer. Sones antiguos y barrocos, Crucero del Hospital Real, 12:30 h:

Armonía Concertada (María Cristina Kiehr, soprano –  Ariel Abramovich, vihuelas de mano): El dulce trato hablando: la música de Alonso Mudarra

Universo vocal. Gala lírica II, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

Magdalena Kožená, mezzosoprano – La Cetra BaselAndrea Marcon, clave y dirección: Alcina: Amor embrujado – Amor encantado

Lunes 17

Solo Bach, Patio de los Arrayanes, 22:30 h:

Armida Quartett

Johann Sebastian Bach (1685-1750): Die Kunst der Fuge, BWV 1080 (El arte de la fuga, 1742)

Martes 18

Universo vocal. Recital lírico II, Palacio de los Córdova, 22:30 h:

Mariola Cantarero,  soprano –  José Quevedo ‘Bolita’, guitarra flamenca – Paquito González, percusión: Libre, Canción española para soprano, guitarra flamenca y percusión.

Miércoles 19

Conciertos de Palacio, Tríptico Mahler III, Palacio de Carlos V, 22:00 h:

Orquesta Joven de AndalucíaAngela Gheorghiu, soprano – Víctor Pablo Pérez, director.

RESIDENTES:

Compositor: TOMÁS MARCO (Madrid, 1942).
Artista, director de orquesta y flautista: GIOVANNI ANTONINI (Milán, 1965).
Artista, director de orquesta, clavecinista y organista: TON KOOPMAN (Zwolle, 1944).

Mi Festival: 29 días, 39 conciertos en 9 escenarios.
Palacio Carlos V, 22:00h (5+10=15)
21, 22, 24, 25 y 27/06 // 2, 3, 6, 7, 9, 11, 12, 13, 16 y 19/07.
Monasterio de San Jerónimo, 12:30h (2+3=5)
24 y 25/06 // 1, 8 y 15/07.
Patio de los Mármoles (Hospital Real), 21:30h (2+2=4)
23 y 29/06 // 4 y 14/07.
Crucero (Hospital Real), 12:30h (2)
2 y 16/07.
Auditorio Manuel de Falla, 20:00h (1+3=4)
24/06 // 8, 9 y 15/07.
Colegio Mayor Santa Cruz la Real, 22:00h (2+2=4)
28 y 30/06 // 5 y 8/07.
Patio de los Arrayanes, 22:30h (1+2=3)
26/06 // 10 y 17/07.
Parroquia de Nto. Salvador, 21:00h (1)
01/07.
Palacio de los Córdova, 22:30h (1)
18/07.

Balance del 72 Festival de Granada

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Aún con la «resaca musical» de 29 días y 30 noches granadinas con las correspondientes reseñas en el blog, espero hacer un resumen donde acceder a cada concierto, 39 en total con sesiones dobles los fines de semana.

Mientras preparo mi propio resumen, adjunto la nota de prensa con el BALANCE de esta 72ª edición con los links a los conciertos que asistí citados en la misma:

La 72 edición del Festival de Granada ha realizado un total de 124 actividades, las mismas que en 2022.

Al menos 55.100 espectadores han disfrutado de los 109 espectáculos programados.

60 conciertos (53,2%) han tenido carácter gratuito con un total de 19.417 asistentes

El Festival ha alcanzado este año un récord histórico de taquilla con 1.424.000 euros recaudados en los 49 conciertos puestos a la venta, lo que supone un incremento del 26,6% con respecto a 2022 y de un 58,5% si se compara con 2019 (año prepandemia)

Los Cursos Manuel de Falla han realizado un total de 14 actividades académicas con 124 alumnos, además de una exposición del Taller de fotografía.

La 72 edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada llegó anoche a su fin con la participación de la Orquesta Joven de Andalucía, dirigida por Víctor Pablo Pérez, con la presencia de la gran soprano rumana Angela Gheorghiu, que alcanzó un memorable éxito tras las cuatro arias de Puccini que interpretó, además de la popular canción de Granada, que ofreció como bis. Sin duda la edición de 2023 se recordará entre otros muchos, por el concierto del mítico cantautor norteamericano, Bob Dylan, icono del pop y folk americano de varias generaciones, que arrasó en su debut en el Teatro del Generalife.

Entre las citas más destacadas de este año hay que resaltar la inauguración del Festival con el Retablo de Maese Pedro de Falla, que se presentó en el Palacio de Carlos V en una espectacular producción de marionetas gigantes diseñadas por Enrique Lanz, director de la Compañía Etcétera, con dirección musical de Aarón Zapico.

La gran pianista china Yuja Wang, junto al director Gustavo Gimeno y la Filarmónica de Luxemburgo, ofrecieron unas ‘históricas’ Variaciones Paganini de Serguei Rachmaninov, como destacó la prensa musical. Otros tres insignes pianistas, Perianes, Trifonov y Levit, bordaron igualmente sus respectivos recitales y la mezzosoprano Madgalena Kozena cantó con un gusto exquisito las siete exigentes arias de la ópera Alcina de Haendel. Otra de las citas especiales del festival fue el recital de Lied que interpretaron la mezosoprano Anna Lucia Richter y el pianista Ammiel Bushakevitz.

Pero la obra que concitó el aplauso unánime, tanto del público como de la crítica, fue la ópera Turandot de Puccini magníficamente interpretada por un reparto de campanillas, encabezado por Anna Pirozzi y Jorge de León, junto a los conjuntos estables del Teatro Real, magistralmente dirigidos por Nicola Luisotti, en su estreno granadino. Otro gran triunfador fue el barítono Carlos Álvarez, que hacia su debut en el festival. En el apartado barroco, el legendario Ton Koopman, que recibió la medalla de honor del festival y fue el artista residente de este año, junto a Giovanni Antonini, dejó en el haber del festival una emocionante Pasión según San Juan de Bach, a pesar de las circunstancias adversas en las que se ofreció. La obra encargo del festival Ur-Nachtmusik de Tomás Marco, –compositor residente del que se ofrecieron un total de nueve obras suyas desde 1971 hasta su ultimo estreno mundial– recibió una buena acogida por parte de la crítica especializada y el público que llenaba el Palacio de Carlos V. La obra estreno fue interpretada por la Orquesta Nacional de España, dirigida por su director titular, que además ofrecieron una magnífica versión de la Séptima de Mahler, quizás su sinfonía más compleja y de difícil interpretación.

En el apartado de danza dos de las grandes compañías europeas dejaron su sello de calidad en el Teatro del Generalife. El Ballet de Hamburgo presentó su mítica producción de El sueño de la noche de verano, concebida por el legendario John Neumeier, su director durante los últimos 50 años, que se despidió de los escenarios en Granada. El prestigioso Ballet Bejart de Lausanne nos trajo otra de las más grandes producciones de finales del siglo pasado: Ballet for life. La Compañía de Antonio Najarro sorprendió al público por su belleza plástica y su originalidad. Por último, el Ballet Nacional de España trajo a Granada uno de sus trabajos más recientes y exitosos: La bella Otero, bailada por Patricia Guerrero. El flamenco volvió a tener una destacada presencia con 7 conciertos ofrecidos como en años anteriores en el Auditorio Municipal de la Chumbera y en el Palacio de los Cordova. Allí brillaron con luz propia el joven jerezano Jesús Méndez, el cantaor chiclanero Antonio Reyes acompañado al toque de un sensacional Pepe del Morao. Y otro de los grandes de la guitarra José Quevedo Bolita, que acompaño sabiduría a una cantaora volcánica como Argentina y a la soprano granadina Mariola Cantarero, que se adentró en la canción española aflamencada. Por último, el versátil instrumentista Jorge Pardo, esta vez en formación de trío, trufó con su habitual maestría el mundo del flamenco con el del jazz.

El balance final se puede calificar de muy positivo. La 72 edición del Festival de Granada ha sido en la que más localidades se han puesto a disposición del público en toda la historia del Festival con un total de 46.477 plazas disponibles frente a las 37.415 del pasado año (24,2% de incremento, de las cuales se han ocupado 38.977 localidades (83,9%) En 2022 la ocupación fue del 84,4% con un total de 31.567 entradas ocupadas. Esta oferta sin precedentes ha supuesto que el Festival haya alcanzado su récord histórico de ingresos de taquilla con 1.424.000 euros, superando las cifras del año pasado en un 26,6%. En total sumando los conciertos de pago y los gratuitos del FEX, los matinales de las iglesias, los recitales de órgano y los celebrados en el Corral del Carbón y el Centro García Lorca, la afluencia de público ha sido de 54.700 espectadores, lo que supone un aumento del 10,3% respecto de 2022.

A lo largo de 31 jornadas, se han realizado en el festival los 109 espectáculos programados, (sin ninguna cancelación), que han estado muy positivamente valorados, tanto por la crítica especializada como por los 54.700 espectadores que los han presenciado in situ. De estos espectáculos, 50 se corresponden a la 20 edición del FEX (la extensión del festival), que se ha celebrado en los 8 distritos de Granada capital y en 12 municipios de la provincia (Alhendín, Castilléjar, Cijuela, Fuente Vaqueros, Huéscar, Íllora, Laroles, Maracena, Monachil, Padul, Purullena y Yegen), además del Puerto de Motril y Sierra Nevada. Este año el festival salió por vez primera de la provincia de Granada con una extensión a Jaén capital (JONDE dirigida por Eliahu Inbal). Estas actividades han sido seguidas por 18.355 espectadores y todos estos conciertos han sido de entrada libre.

Con respecto a los Cursos Manuel de Falla, que han cumplido 54 ediciones, se han convocado 14 actividades académicas: 7 Cursos, 2 talleres, 4 clases magistrales y la Academia Barroca del Festival. El total de alumnos matriculados ha sido de 131. Una edición más se organizó la exposición Fotografía, música, danza y ciudad con los trabajos de los alumnos del Taller de Fotografía de los 54 Cursos, en la Sala Zaida de Fundación Caja Rural Granada.

Repercusión en medios de comunicación

La repercusión mediática del Festival ha sido muy amplia y con un tono positivo. Según se desprende del estudio de la Plataforma Onclusive de seguimiento y análisis de medios, la cobertura del Festival ha superado las 1.200 noticias: 1.000 recortes de prensa e impactos ‘on line’; + 32 reportajes y entrevistas en televisión; +120 cortes e intervenciones en radios. El valor económico de esta repercusión mediática se ha valorado en 12,4 Mill €.

GRABACIONES

Radio Clásica-RNE y la Unión Europea de Radiodifusión, UER (21 grabaciones)

Radio Clásica, de RNE, ha realizado 21 grabaciones, de los cuales 13 serán emitidos a través del satélite de la Unión Europea de Radiodifusión (UER).

Canal Sur – Canal Sur Más

Canal Sur televisión emitirá próximamente el concierto que ofreció el barítono Carlos Álvarez y la soprano María José Moreno con la Orquesta Filarmónica de Málaga, el 27 de junio en el Palacio de Carlos V, y además difundirá en diferido la ópera de cámara de Manuel de Falla, El Retablo de Maese Pedro.

Televisiones internacionales: (6 grabaciones)

Las cadenas internacionales de televisión, Mezzo, Medicci, France Télévisions (F3 Nouvelle Aquitaine & Corse, @CultureBox) y Qwest TV se harán eco de 6 espectáculos del Festival: El Retablo de Maese Pedro, la actuación del Ballet Nacional de España, el recital de piano de Javier Perianes, el concierto de Nereydas y los de las Orquesta Filarmónica della Scala de Milán, Gala Lírica con Carlos Álvarez y Maria José Moreno junto a la Orquesta Filarmónica de Málaga, y Orchestre des Champs-Élysées. A lo largo de los meses de agosto y noviembre habrá más de 80 emisiones de estos conciertos.

Alfa y omega

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Miércoles 19 de julio, 22:00 horas. Clausura del 72 Festival de Granada, Palacio de Carlos V, “Conciertos de Palacio”, Tríptico Mahler III: Angela Gheorghiu (soprano), Orquesta Joven de Andalucía (OJA), Víctor Pablo Pérez (director). Obras de Mahler y Puccini. Fotos propias y de Fermín Rodríguez.

(Crítica para Ópera World del jueves 20, con los añadidos de links siempre enriquecedores, y tipografía que a menudo la prensa no admite)

Como en mi bandera asturiana, esta septuagésimosegunda edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, he estado de principio a fin, alfa y omega casi simbólicos de nuestra propia vida, toda una película donde coinciden figuras que por edad están llegando a su ocaso (también pueden remontar cual Ave Fénix) junto otras que emergen en el siempre difícil universo musical.

Para clausurar por todo lo alto el alfa de una Orquesta Joven de Andalucía (OJA), esperanza sinfónica que hace 30 años sería impensable en un paisaje yermo de estudiantes con acceso a las formaciones, y que bien plantada la semilla ha germinado, crecido y dado su fruto. De importar atriles para nuestras orquestas hispanas a exportarlos por medio mundo.

En la dirección el burgalés Víctor Pablo Pérez (1954) de quien puedo presumir haberle visto comenzar su andadura en la entonces Orquesta Sinfónica de Asturias de 1980 a 1988, seguir su carrera posterior (volvería a Oviedo para dirigir María Moliner) y en plena madurez continuar aportando sabiduría a muchas orquestas, también las jóvenes como esta OJA, capaces de afrontar repertorios de altura compartiendo escenario con una de las voces más universales del momento.

Dejar como “omega” a la soprano rumana Angela Gheorghiu supone comprobar su trayectoria inmensa en una carrera que aún no tiene meta porque vive la vida desde la pasión operística y, deseándole larga vida, está claro que siempre ha sabido “morir en escena” como sus heroínas, a las que ha hecho suyas con interpretaciones históricas, y su Puccini granadino de Palacio Imperial la convierte en inmortal.

Dos mundos en la noche final, Gustav Mahler (1860-1911) y Giacomo Puccini (1858-1924), coetáneos que dejan atrás un romanticismo periclitado para comenzar un siglo XX distinto pero también convulso, aunque no lo esperasen, como sus vidas y composiciones, conocedores mutuos, de inspiración asombrosa donde la literatura marcará la simbiosis letra y música que engrandece sus partituras. Al menos por esta vez solo hubo una única letra, los libretos del genio de Lucca elevados al olimpo escénico.

Segunda actuación de Angela Gheorghiu en el festival, esta vez con la OJA eligiendo cuatro arias de Puccini por pares (con el Adagetto para orquesta en fa mayor separándolas): «In quelle trine morbide», de Manon Lescaut, «Donde lieta usci», de La bohème, «Un bel dì vedremo», de Madama Butterfly y «O mio babbino caro», de Gianni Schicchi. Auténtica exhibición vocal la de la rumana de musicalidad, gusto, técnica, dramatización de cada personsaje, matices y delicadeza que no siempre tuvo la respuesta de la potente orquesta detrás y no en el foso, aunque siempre pienso que es difícil contener la exuberancia sinfónica del de Lucca y más con jóvenes totalmente entregados. Víctor Pablo concertó bien con la soprano, no siempre fácil porque cada aria es un mundo y en intérpretes de esta altura, siempre distintas. Manon logró el silencio gélido de la bochornosa noche desde la primera frase; Mimi volvió a sacarnos la pena de una muerte joven como “la Gheorghiu” nos tiene acostumbrados a interpretar; la esperanza de Butterfly nos llevó a un Nagasaki con la pureza vocal y la carga dramática, para finalmente Lauretta cantar a papá poniéndonos la piel de gallina con los pianissimi y musicalidad que si al piano el pasado sábado cortaba el aire, con la OJA el público se rindió a sus pies. Personajes puccinianos, dramaturgia total y la categoría de una diva, dicen que la última, en agradecer el acompañamiento de unos músicos jóvenes que contarán a sus hijos esta noche histórica en Granada.

Y el regalo esperable con la orquesta sin miramientos de dinámicas para la página de Agustín Lara que Angela Gheorghiu, a quien le dejaron un abanico para aminorar el fuego, manejó la conocida canción en una personal interpretación dándolo todo en es final por todo lo alto volando sobre la tempestad sonora andaluza ante el delirio del público que llenaba el Palacio de Carlos V. Dos actuaciones de la rumana en este festival, hoy omega por la conclusión pero alfa ante la profesionalidad, entrega y excelencia de la espléndida Gheorghiu que está en ese momento de disfrutar cantando, y en Granada se le notó.

Con Mahler se abría y cerraba este concierto de clausura, la poco escuchada Nicht zu schnell, del “Cuarteto con piano en la menor” en orquestación de Colin Matthews que sirvió para templar a una OJA bien llevada por Víctor Pablo Pérez, más la Quinta que junto a la Sexta y Séptima conformaron un tríptico mahleriano muy interesante. Soy reiterativo cuando escribo que “no hay quinta mala” y la del bohemio no es una excepción. El director burgalés comenzó la Trauermarsch sin prisa, exponiendo su visión en los primeros compases, con una sección de metales equilibrada y afinada, la madera con la misma calidad, la cuerda iría ganando enteros, la tensión del Stürmisch bewegt nos dejó una percusión acertada, ya con toda la OJA rodando comandada por un Víctor Pablo claro en el gesto y marcando todo. Aplausos que me pregunto si se están convirtiendo en moda entre movimientos o provienen del desconocimiento, aunque vinieron bien para afinar ante la temperatura que aún era alta. El bellísimo Scherzo nos trajo a un solista de trompa excelente y unas lengüetas logrando ese toque “burlón”, mientras las dinámicas funcionaron algo descompensadas, de nuevo por el ímpetu juvenil, concertino a tener en cuenta, pizzicati rotundos y más aplausos al terminar este tercer movimiento. Al menos en el cinematográfico Adagietto no sucedió lo mismo, una cuerda aterciopelada plegada al rubato desde el podio, sin corbata porque la temperatura no bajaba y hasta alguna lipotimia hubo cual “Muerte en Granada” esperable, que no perturbó apenas el excelente clima alcanzado antes del optimismo final del Rondo – Finale. Allegro – Allegro giocoso. Frisch.
Alegría mahleriana al comprobar que hay futuro orquestal ante obras de envergadura, y emociones puccinianas contadas y cantadas por una Angela Gheorghiu cautivadora para un público donde no faltaron desde fans suyos venidos hasta de Texas, hasta las familias de los jóvenes que repetirán este jueves en Baeza. El examen granadino lo superaron con un bien alto, rozando el notable, y queda la reválida jienense tras el duro trabajo que siempre tiene recompensa.

PROGRAMA

Tríptico Mahler III

I

Gustav Mahler (1860-1911)

Nicht zu schnell, del Cuarteto con piano en la menor (orquestación de Colin Matthews)

Giacomo Puccini (1858-1924)

«In quelle trine morbide», de Manon Lescaut

«Donde lieta usci», de La bohème

Adagetto para orquesta en fa mayor

«Un bel dì vedremo», de Madama Butterfly

«O mio babbino caro», de Gianni Schicchi

II

Gustav Mahler

Sinfonía nº 5 en do sostenido menor (1902)

I. Trauermarsch. In gemessenem Schritt. Streng. Wie ein Kondukt

II. Stürmisch bewegt. Mit grösster Vehemenz

III. Scherzo. Kräftig, nicht zu schnell

IV. Adagietto. Sehr langsam – Attaca

V. Rondo – Finale. Allegro – Allegro giocoso. Frisch

¿Lírica flamenca o Flamenco lírico?

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Martes 18 de julio, 22:30 horas. 72 Festival de Granada, Palacio de los Córdova, “Universo vocal”, Recital lírico II: Mariola Cantarero (soprano), José Quevedo ‘Bolita’ (guitarra flamenca), Paquito González (percusión). Libre, Canción española para soprano, guitarra flamenca y percusión. Obras de Ángel Barrios, Turina, Falla y José Quevedo. Fotos propias y de Fermín Rodríguez.

Quienes me conocen me han bautizado como “omnívoro musical” y siempre abierto de miras y oído a todo intento de innovar repertorios y ganar públicos. Se habla de fusión, mestizaje, hibridaciones, inspiraciones o versiones, pues romper clichés y tomar ingredientes de siempre combinándolos de otra forma es igual de respetable. En mis años de docente explicaba al alumnado que la melodía era un cuerpo femenino al que se le vestía de diferentes formas (con armonías, ritmos, instrumentaciones y toda las técnicas ancestrales actualizadas); si el cuerpo es proporcionado y bello, cualquier ropaje o vestimenta le queda bien. Caso contrario será un arte conseguir que el ropaje disimule e incluso favorezca ese cuerpo.

Tomar obras “clásicas” de por sí bellas y (re)vestirlas para que sigan luciendo y no afeando, también es un arte. El mundo de la moda diferencia entre la “Alta costura” con modelos exclusivos y a medida de trajes únicos, frente al “prêt-à-porter”, confeccionado en serie según unas medidas o tallas predeterminadas que se acomodan a un gran número de personas, y que alcanza modelos de calidad aunque dependiendo quién los lleve parezcan exclusivos. Sobre esto desconozco la respuesta sobre si es clase, percha o vaya usted a saber pero salta a la vista (y al oído).

Toda esta introducción viene a colación porque el mundo de la música está lleno de modas, trajes a medida y comerciales partiendo de cuerpos desde todos los criterios estéticos que queramos. El flamenco, como el jazz, son músicas con alta carga de improvisación y poca escritura (aunque la preparación de las generaciones jóvenes en el primer caso, ha llevado al papel sus arreglos, creaciones o anotaciones como ya hiciesen los segundos). Se puede fusionar toda la música sin más etiquetas, y el proyecto que presentaba en su tierra la soprano Mariola Cantarero (Granada, 1978) resulta interesante porque cambia el punto de vista y la óptica: acercar la lírica y el belcanto al mundo natural de esta tierra, un patrimonio universal del que además nuestros Falla o Turina bebieron, y parecía necesario devolver lo “prestado” pues de bien nacidos es ser agradecidos, más en esta tierra y en esta noche con dos flamencos gaditanos: el guitarrista José Quevedo ‘Bolita’ (Jerez de la Frontera, 1974), para mi la auténtica “estrella” en el penúltimo firmamento granadino, y el toque de Paquito González (Sanlúcar de Barrameda, 1981), discreto pero con las pinceladas necesarias de una percusión que realza ese pellizco intrínseco a lo jondo.

El Palacio de Los Córdova registró una buena entrada y un público algo “apagado” para un proyecto interesante y bien amplificado con lo que supone de captar todo (respiraciones, desafines, excesos y dudas), percibiéndose inseguridades por parte de todos. Un espectáculo de flamenco lírico más que de lírica flamenca en la voz de “La Cantarero” intentando empaparse de tanguillos, tarantos, alegrías, seguiriyas, fandangos del Albaicín, guajiras y boleros en este marco idóneo por la propia geografía interior y exterior.

Abriría la soprano granadina con tres cantes de Ángel Barrios (1882-1964), La novia del aire (bolero andaluz), Hechizo y nostalgia, más Con puñales de cariño, impecable el toque de ‘Bolita’ llenándolo todo con esa guitarra forjada al lado de los grandes.

Importante el acercamiento del jerezano al músico sevillano Joaquín Turina (1882-1949) con tres revisiones de Poema en forma de canciones, op. 19 (1917) sobre textos del asturiano Ramón de Campoamor (1817-1901) que conocemos en su versión con piano y que desde el aire flamenco suenan nuevos, distintos, vestidos de granadina los Cantares, Los dos miedos y Las locas por amor. No es un arreglo del piano a la guitarra ni se cantan igual, mejor hablar de distintos vestidos, en este caso a medida del “modisto Bolita” aunque no encontró la talla correcta para Mariola Cantarero, que por otra parte y literalmente eligió un vestuario interesante de moda granadina como pude leer en la prensa: “en la primera parte un diseño exclusivo de Monae y joyas de San Eloy, la mítica joyería que hay en la Plaza del Carmen”. El sabor local quedó en la escena y cantar sentada como los flamencos no sumó “pellizco” aunque sea de valorar el intento del sabor granadino y andaluz. Creo que su color y timbre vocal no son adecuados para ella, pero había que probar este vestuario y comprobar la respuesta de una clientela que como quien suscribe, no pareció muy conforme.

Mientras la soprano se preparaba para la segunda parte con un vestido verde muy ampuloso de una diseñadora sevillana, José Quevedo ‘Bolita’ y el toque mínimo de Paquito González nos dejaría el Falla que Paco de Lucía llevaría a su terreno tras tiempo de estudio de las partituras, escuela con alumnos aventajados como el jerezano que nos dejó su versión y visión de la Danza del fuego fatuo y la Danza del molinero, el ropaje acorde con el resto del espectáculo y la Granada nocturna con el Albaicín y la Alhambra escuchando. Sonido bien amplificado y virtuosismo propio donde el duende también tuvo algo swing. El genio de Algeciras tuvo mucho que ver, transmitir y legar para todas las generaciones posteriores.

Y en la segunda parte las Siete canciones populares españolas (1914) de Manuel de Falla (1876-1946), un gaditano enamorado de Granada moldeando cuerpos perfectos que ‘Bolita’ intentó diseñar para la soprano con desiguales resultados, tanto por las armonías (las costuras no parecieron bien cosidas en alguna) como por la “caída” de los siete ropajes. Mi Asturiana no tuvo la claridad textual ni canora de un cuerpo musical tan hermoso aunque la Nana al menos intentó acunarnos en esta noche de calor más atmosférico que humano, y lo más “flamenco” resultó un Polo que bisarían como tercera propina tras una Granaína (dedicada a Marina Heredia, presente y “catedrática” en el buen cantar), y el famoso Adiós Granada con los mismos diseños.
Insistir en el enorme trabajo de José Quevedo ‘Bolita’ por confeccionar siete vestidos de pasarela andaluza inspirados en Don Manuel, pero la voz lírica tampoco hubiera “desfilado” vestida con los originales, como si en esta pasarela los tacones no asentasen o faltase el ritmo natural que se suplió con los buenos deseos de una mixtura sin botones ni cremalleras.

Lo más interesante fueron las dos composiciones de José Quevedo para Mariola Cantarero, diseños propios como los patrones, no visiones ni búsquedas estilísticas, verdadera creación de una guajira verdaderamente bella y en el mejor sitio para escucharla como Blanca flor de La Alhambra con una voz jugando menos en el registro agudo y acertando con la ambientación, o Si no es mi pena (Fantasía y bolero), un soneto de Francisco de Quevedo que no creo fuese sangre del guitarrista aunque encontrar los textos que musicar son otro arte.

PROGRAMA

Libre. Canción española para soprano, guitarra flamenca y percusión

Ángel Barrios (1882-1964)

La novia del aire (bolero andaluz)

Hechizo y nostalgia

Con puñales de cariño

Joaquín Turina (1882-1949)

De Poema en forma de canciones, op. 19 (1917):

Cantares

Los dos miedos

Las locas por amor

Manuel de Falla (1876-1946)

Siete canciones populares españolas (1914):

El paño moruno

Seguidilla murciana

Asturiana

Jota

Nana

Canción

Polo

José Quevedo (1974)

Blanca flor de La Alhambra (Guajira)

Si no es mi pena (Fantasía y bolero, soneto de Francisco de Quevedo)

La cuadratura de Bach

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Lunes 17 de julio, 22:30 horas. 72 Festival de Granada, Patio de Los Arrayanes, “Solo Bach”: El arte de la fuga, Armida Quartett. Obra de J. S. Bach. Fotos propias y de Fermín Rodríguez.

En esta edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada se han programado conciertos de cuartetos y varios dedicados a “Mein Gott” por lo que sumando ambos en un solo concierto era la cuadratura del círculo. Y Johann Sebastian Bach (1685-1750), padre de todas las músicas encontró en estos cuatro “apóstoles alemanes” del Armida Quartett (Berlín, 2006) la profecía cumplida de “inventar el cuarteto de cuerda” antes que el propio Haydn de quien toman el nombre estos cuatro artistas que con sus cuerdas frotadas fueron capaces de convertir la teoría en práctica.

Seremos muy pesados insistiendo en los “marcos incomparables” de Granada que hacen distinto y especial este festival, pero de nuevo la magia del Patio de Los Arrayanes funcionó, tras un día infernal la temperatura bajó lo suficiente para no agobiarnos con el calor, y el agua que los nazaríes adoraban obró el milagro o la magia no solo de refrescar el ambiente, la acústica ideal y el reflejo del estanque en los arcos haciendo pensar que brotaba agua encima del cuarteto alemán.

El maestro Enrique Martínez Miura titulaba sus notas al programa como «Perenne modernidad» porque “dios Bach” sigue actual, habita entre nosotros y no debemos tomar su nombre en vano. Nos cuenta sobre El arte de la fuga que “los datos señalan que Bach la escribió al acabar la Ofrenda musical, del verano de 1747 a la primavera de 1749, hasta casi el momento mismo de su enfermedad final”, cerrando también el círculo bachiano con “el arte de la alquimia musical”, pues a partir de una melodía con la matemática musical se construye el universo de la fuga, no sólo un arte sino una inspiración para encontrar la fórmula magistral y como matemática sonora, combinar cuatro elementos en todas las variante posibles, nada mejor que con un cuarteto de cuerda siempre capaz de desentrañar los secretos insondables que un teclado, peo ni siquiera el órgano, pueden salir a la luz.

Retomando el texto de Martínez Miura sobre esta receta magistral de “dios Bach” que es El arte de la fuga, “(…) se ve hoy como una creación atemporal, aunque de hecho solo podía haber sido fruto de su época. Los músicos más jóvenes coetáneos de Bach pensaron que con ella el viejo compositor daba un gigantesco paso atrás, al intentar la resurrección del contrapunto, porque para ellos ya solo contaba la música elegante y sentimental. Pero la posteridad ha visto en la asombrosa compilación todo un símbolo de modernidad por lo que menos se comprendió en su momento: como música absoluta”.
El Armida Quartett que ha transitado compositores de todas las épocas con notable éxito, vuelve al origen para jugar con las cuatro voces en contrapunto desde todas las combinaciones posibles, alternando inicios de la frase en cada uno de sus componentes, disfrutando de una sonoridad compacta y clara que permitía escuchar cómo “Bach dios nuestro” iba construyendo cada uno de los motivos, dándoles el aire y presencia diferenciadas sin perder la unidad global de tan magna obra aún por explorar. Casi 300 años después cada “receta” trabajada desde 1747 a 1749 traducida al cuarteto de cuerda sigue asombrando por la interminable capacidad creativa para conseguir emocionar con dinámicas extremas, juegos de arcos, la monodia básica que arma una polifonía contrapuntística mágica, superposición de líneas construyendo un magno edificio sonoro al que de haber proseguido Bach podría haberlo ampliado “ad aeternum” en una escalera al cielo.

Die Kunst der Fuge, BWV 1080 es como cuadrar el círculo o redondear el cuadrado, las combinaciones de cuatro elementos tomados de cuatro en cuatro que matemáticamente dan veinticuatro permutaciones aunque el alquimista puede convertirlas en tres, pues “La monumental fuga inacabada –se interrumpe abruptamente en el compás 239–, se conserva como página a tres voces, pero justo donde éstas se cruzan aparece en notación alemana el tema BACH –si bemol, la, do, si–, lo que sugeriría una fuga cuádruple destinada a culminar con esta firma un posible plan de veinticuatro fugas finalmente incompleto” como nos cuenta don Enrique. Iniciar en el violín segundo, en el chelo o en la viola, prescindir de los extremos y seguir manteniendo la magia, las dinámicas, el empaste, afectos y experimentos todos satisfactorios porque el resultado final sigue siendo “oro musical”. No es un planteamiento abstracto ni una elaboración teórica, trasciende al más allá y la perfección de la música es tal que permite todo tipo de recreaciones, por lo que desde el cuarteto de cuerda se destilan todos los microorganismos que conforman un ente musical siempre único.

Uno de los hijos de Bach, el segundo Carl Philipp Emanuel, afirmaba que «mientras escribía esta fuga murió el compositor donde el nombre de BACH aparece en el contrapunto». Misterios que se resuelven plagiando a Santo Tomás, “si no lo escucho no lo creo” y Bach descendió a Los Arrayanes invitándonos a poner el oído en la fuga. El “nuevo catecismo” nos lo explica Enrique Martínez Miura y la transmutación la realizó el Armida Quartett.

Todos los que escuchamos anhelantes la “palabra de Bach” nos faltó terminar orando al unísono “Amen” este nuevo milagro musical, aunque en uno de nuestros mandamientos se nos diga “No tomarás el nombre de Bach en vano”. Este lunes vigesimoséptimo del advenimiento granadino hemos santificado la fiesta.

Armida Quartett

Martin Funda, violín – Johanna Staemmler, violín – Teresa Schwamm-Biskamp, viola – Peter-Philipp Staemmler, violonchelo

PROGRAMA

Johann Sebastian Bach (1685-1750)

Die Kunst der Fuge, BWV 1080 (1747-1749)

Contrapunctus I

Contrapunctus II

Contrapunctus III

Contrapunctus IV

Contrapunctus V

Contrapunctus VI a 4 in stile francese

Contrapunctus VII a 4 per Augmentationem et Diminutionem

Contrapunctus VIII a 3

 Contrapunctus IX a 4 alla Duodecima

Contrapunctus X a 4 alla Decima

Contrapunctus XI a 4

Contrapunctus XII a 4

Contrapunctus Inversus XIII a 4

Contrapunctus XIV

Estupenda Kožená

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Domingo 16 de julio, 22:00 horas. 72 Festival de Granada, Palacio de Carlos V, “Universo vocal”, Gala Lírica II: Alcina: Amor embrujado – Amor encantado, Magdalena Kožená (mezzo), La Cetra Basel, Andrea Marcon (clave y dirección). Obras de Handel, A. Corelli, Geminiani, A. Marcello y Veracini. Fotos propias y de Fermín Rodríguez.

“Estupendo”, adjetivo: del latín stupendus; admirable, asombroso, pasmoso, excelente, admirable, maravilloso, espléndido, magnífico; dícese que destaca por sus cualidades extraordinarias.
En la vigésimosexta noche del festival llegaba otra estrella del “Universo vocal” y aplíquese el adjetivo de estupenda a la mezzo checa Magdalena Kožená (Brno, 1973), acompañada además por una de sus formaciones habituales como es la La Cetra Basel con Andrea Marcon. Escuchar a “la Kožená” es siempre un placer, mi admiración viene de años precisamente con estos mismos acompañantes, y además en Granada un programa en torno a George Frideric Handel (1685-1759) y su Alcina, HWV 34 (1735), con toda la carga dramática ideal para su voz, jugando entre dos vertientes del amor como rezaba el título: embrujado y encantado.
Interpretar es además de cantar, hacerse con el personaje, creérselo, transmitir todas las emociones y estados de ánimo. Si el texto es consistente y la música de Handel tiene todos los ingredientes, la mezzo checa cantó, encantó y cautivó desde su primer aria.
Tras la Ouverture – Musette – Menuet de La Cetra con un buen orgánico y presencia de las dos oboes, interpretada con el rigor histórico y la sonoridad pomposa del alemán nacionalizado inglés, la entrada de la mezzo checa ya lograría encantar con las dos primeras arias cargadas de dramatismo, expresividad, con una proyección completa y dominando los matices extremos donde el registro grave fue rotundo y las agilidades precisas. La dualidad entre lo enérgico y lo íntimo con toda la expresión que Kožená imprime, la ternura intrínseca del personaje, Si, son quella refinada y línea de canto más que solvente.
Sin perder la ambientación aunque con un sonido algo menos claro, La Cetra ofrecería de Arcangelo Corelli y Geminiani el Concerto grosso en re menor ‘La Follia’, op. 5 nº 12 (1700) para valorar la calidad de esta formación (ya sin viento) en otra interpretación “de libro”, donde los contrastes entre solistas y “grueso” permiten respirar esa música barroca que cada vez atrae más público por su frescura. Marcon desde el clave completaba el otro que por momentos se mezclaban en ornamentaciones, en cierto modo aumentando volumen pero perdiendo limpieza, una pena porque esas decoraciones son parte esencial de las obras (más con la voz). Tímbrica compacta de “los Basel” con un continuo redondeando esta noche imperial.
Volvía Kožená hechizándonos como la protagonista con el aria Ah! mio cor! Schernrito sei! estupenda, excelente, sintiendo su papel en cuerpo y alma, en los “da capo” dando una lección de cómo jugar con las melodías y enriquecerse porque las repeticiones siempre son distintas. Emoción en las frases, en las palabras remarcadas, dinámicas globales bien llevadas por Marcon que entiende como pocos la voz y la (re)viste de la carga dramática apropiada, el gran Handel inspirado en la “moda italiana” con toda la decoración que no nos hace perder la esencia, los amoríos entre Alcina y el caballero Ruggiero llenos de un belcantismo único y exigente para la mezzo, tesituras extremas que Kožená mantiene con una homogeneidad y color subyugante, La Cetra acompañando con esa regularidad de contrates casi monótonos pero nunca iguales que realzaron más si cabe este aria.
La segunda parte siguió subiendo enteros y cada recitativo con aria nos envolvían en la acción desde la gestualidad de la estupenda checa con una técnica arrolladora y diría que mágica como la propia Alcina, voz jugando con todos los recursos para cautivarnos con la pócima musical. Furioso (como Orlando) el recitativo Ah! Ruggiero crudel y el aria Ombre pallide, semideclamación y coloratura de altos vuelos con agudos impecables, pianísimos de bellos armónicos que lograban un silencio increíble en las sillas, más los agudos estratosféricos de la mezzo siempre con una altura dramática impresionante, soberbia y donde cada ritornello seguía recreando con Marcon y La Cetra vistiendo a la medida.
Puente con la Obertura VI en sol menor de Veracini con protagonismo de las dos oboes que volvían literalmente al primer plano más el fagot dando un paso al frente para “saltar” del bajo continuo al coprotagonismo del viento madera en esta “suite” (dividida en cuatro movimientos: Allegro, Largo, Allegro y Menuet. Allegro). Maravillosas las solistas con sonido dulce, fraseos largos y entendimiento mutuo para un juego de pregunta-respuesta donde La Cetra también cantó y encantó bajo las manos de Marcon.
Y las últimas dos arias con el aplauso interminable de un público hechizado, rendido a “la maga”,
Ma quando tornerai y Mi restano le lagrime, el alejamiento entre Alcina y Ruggiero que por arte de magia canora resulta el acercamiento a todos y la pregunta de cuándo volveremos a escucharla. Magdalena Kožená es la maga que nos hechizó por su dominio del rol, agresividad escrita y cantada con la carga necesaria donde los bruscos saltos de los violines al unísono realzaban el dramatismo, seguido del Largo central bellísimo con una línea de canto sensible, lágrimas casi reales hasta el final esperanzado por recuperar el amor que se escapa. El canto que nos atrapó y recuperó la pasión barroca,“los afectos” por el gran Handel teatral y exigente, aún mayor en interpretaciones como las de este “universo vocal” en La Alhambra por esta figura del barroco que podemos disfrutar en disco pero cuyo directo es irrepetible, subyugante y mágico.
Aunque esperadas las propinas, complicidades y risas entre Marcon y Kožená por el orden, emocionante, soberbia y único Handel del Lascia ch’io pianga (de “Rinaldo») convertido en “top ten” por muchos intérpretes barrocos, con las diferencias que establecen los ornamentos en las vueltas (bravo por el concertino), el juego con el tempo o la expresividad. La mezzo checa puso la piel de gallina en una interpretación para guardar en la memoria auditiva y emocional de tantos melómanos; se podrá cantar muchas veces así de bien pero mejorar lo escuchado imposible.
El segundo regalo nos devolvería a la Italia de “La veritá in cimento”, el Vivaldi recuperado para la escena y la animada Solo quella guancia bella con “los Basel” dando el aire festivo tras tanta carga dramática nocturna (cambiando una de las oboes por flauta de pico), y “La Kožená” despidiéndonos con otra lección de canto barroco. Entre el público Sir Simon Rattle disfrutaría al menos tanto como nosotros.
PROGRAMA
Alcina: Amor embrujado – Amor encantado
I
George Frideric Handel (1685-1759)
De Alcina, HWV 34 (1735):
Ouverture – Musette – Menuet
Di’ cor mio, quanto t’amai
Si, son quella, non più bella
Arcangelo Corelli (1653-1713) / Francesco Geminiani (1684-1762)
Concerto grosso en re menor ‘La Follia’, op. 5 nº 12 (1700)
George Frideric Handel
De Alcina:
Ah! mio cor! Schernrito sei!
II
Alessandro Marcello (1673-1747)
Andante Larghetto del Concerto grosso nº 3 en si menor, SF 937 «La Cetra» (publ. 1738)
George Frideric Handel
De Alcina:
Ah! Ruggiero crudel, tu non me amasti!
Ombre pallide
Francesco Maria Veracini (1690-1768)
Obertura VI en sol menor
George Frideric Handel
De Alcina:
Ma quando tornerai
Mi restano le lagrime

Mucho Mudarra

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Domingo 16 de julio, 12:30 horas. 72 Festival de Granada, Crucero del Hospital Real, “Cantar y tañer. Sones antiguos y barrocos”: El dulce trato hablando: la música de Alonso Mudarra, Armonía Concertada (María Cristina Kiehr, soprano; Ariel Abramovich, vihuelas de mano). Obras de Alonso de Mudarra. Fotos propias y de Fermín Rodríguez.

Comprendo al porteño Ariel Abramovich quien confiesa en su propia biografía «Deslumbrado por una fantasía de Luis de Narváez, decide –aún adolescente– su exclusiva dedicación al repertorio para laúd y vihuela del siglo XVI, decisión que mantiene hasta el día de la fecha sin mayor arrepentimiento». Este enamoramiento lo mantiene con los años, y en 2013 fundará Armonía Concertada dedicado a la literatura ibérica para voz y cuerda pulsada del siglo XVI.

En sus notas al programa, Pablo J. Vayón explica cómo la vihuela en el Renacimiento toma importancia, desde 1536 cuando «Luis Milán publica en Valencia el Libro de música de vihuela de mano intitulado El Maestro, la tradición vihuelística estaba ya bien asentada en España”, libros que ya en tiempos de buenas imprentas van reflejando tradiciones y adaptándose a la evolución de instrumento y estilos.

El palentino Alonso Mudarra (1510-1580), ya como canónigo de la catedral sevillana escribirá sus Tres libros de música en cifra para vihuela, un saber enciclopédico pues los dos primeros libros incluyen unas pocas piezas instrumentales destinadas a la guitarra que le ganaría terreno a la propia vihuela (fantasías, tientos, diferencias, danzas y glosas sobre números de misas polifónicas, casi todas de Josquin Desprez), y es en el tercer libro donde están varias piezas vocales que escucharíamos en este concierto matutino del vigésimosexto día de Festival en el ciclo “Cantar y tañer. Sones antiguos y barrocos”.

La soprano María Cristina Kiehr emigrada de Tandil a Basilea y alumna de René Jacobs también cambiaría el violín por la voz, especializándose en repertorios renacentistas y barrocos tempranos. De emisión natural aunque algo monótona al no ser unas páginas solísticas sino más bien en el estilo que sostiene la polifonía desde la vihuela, como explica el experto sevillano «la voz del superius mientras su acompañante reducía en un instrumento (de cuerda pulsada o de teclado) el resto de voces», una tradición heredada de los italianos siempre de moda en España.

Con un programa monográfico sobre el citado tercer libro de Mudarra, el recital se hizo algo pesante pese a la buena dicción de la soprano argentina y el polifónico acompañamiento de las vihuelas de su compatriota Ariel, aunque el calor le jugase alguna pasada de afinación (me hizo gracia que utilizase la aplicación de los “celulares” para tal menester) y antes del último bloque tuviese que acudir al camerino por la tercera “de reserva” ante la imposibilidad de lograr templar el instrumento. Mi posición en un lateral tampoco fue la óptima para poder escuchar mejor la proyección musical del dúo, alabando de todas formas esta defensa del patrimonio de voz y vihuela.

Las intervenciones solistas de Ariel Abramovich nos ofrecieron la calidez de “La abuela vihuela” (como reza el cuento musical de Noemí González), esa sonoridad ancestral antes de mudar a la guitarra más nuestra, una fantasía como forma libre de tocarla, caso del famoso romance de Conde Claros, o las dos glosas sobre partes de misas de Josquin.

Personalmente reconozco mi gusto por la polifonía renacentista pero en conjunto vocal y “a capella”, con el tactus y los modos antes de la llegada del barroco rompedor que unificaría tonos, modos y ritmos. Los textos elegidos por Mudarra son de por sí pura poesía en castellano, italiano y hasta latín, como en el último bloque que nos contó María Cristina Kiehr mientras Ariel buscaba la tercera vihuela. Pero optar por la melodía cantada más el resto de voces en la vihuela les da mayor peso y protagonismo, aunque la cantante confesase estar sin dormir y no tener la voz en condiciones óptimas. Tampoco la temperatura ni la sesión matutina son las mejores para este monográfico que se me hizo soporífero y falto de variedad, entendiendo la labor de difusión de Armonía Concertada que nos regalarían un coetáneo como Juan Vázquez también con texto de Juan Boscán.

Bien reunir todo los géneros vocales en este recital, analizados al detalle por el crítico y musicólogo sevillano, aunque personalmente presentar esta música renacentista de esta forma no sea una de mis mejores elecciones, más cuando presumimos de un siglo de oro polifónico y con excelentes grupos vocales nacionales que lo interpretan y llevan a unos discos cada vez más escasos en las grandes superficies. Al menos la casa Arcana publicó el primer disco del dúo, Imaginario: de un libro de música de vihuela, primera reconstrucción de un cuaderno para cantar acompañado a la vihuela, y hace dos, Glossa el segundo, The Josquin Songbook. El trabajo al menos queda recogido aumentando nuestro patrimonio musical y sonoro.

Armonía Concertada (2013)

María Cristina Kiehr, soprano – Ariel Abramovich, vihuelas de mano

PROGRAMA

El dulce trato hablando: la música de Alonso Mudarra

Alonso Mudarra (1510-1580)

De Tres libros de música en cifra para vihuela (Sevilla, 1546):

Si me llaman a mi
Gentil cavallero

Israel, mira tus montes

O, gelosia d’amante (Jacopo Sannazaro)

Claros y frescos ríos (Juan Boscán)

Fantasía por el segundo tono

Si por amar, el hombre

Por ásperos caminos (Garcilaso de la Vega)

Conde Claros

Itene all’ombra (Jacopo Sannazaro)

Fantasia por el primer tono

Recuerde el alma dormida (Jorge Manrique)

La vita fugge (Petrarca)

Hanc tua Penelope (Ovidio)

Dulces exuviæ (Virgilio)

Isabel, perdiste la tu faxa

Gheorghiu única

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Sábado 15 de julio, 20:00 horas. 72 Festival de Granada, Auditorio Manuel de Falla, “Universo Vocal” Recital lírico I: Angela Gheorghiu (soprano), Jeff Cohen (piano). Obras de Giordani, Paisiello, Donizetti, Beethoven, Tosti, Schumann, R. Strauss, Rachmaninov, Rameau, Martini, Massenet, Saint-Saëns, Brediceanu, Stephănescu, Bartók, Bellini y Satie. Fotos propias y de Fermín Rodríguez.

La considerada como “última diva de la ópera”, Angela Gheorghiu (Adjud, 7 de septiembre de 1965) llegaba a Granada esta tarde de sábado en un recital con el pianista Jeff Cohen (Baltimore, 1957) y toda la expectación que levanta una estrella mundial como la soprano rumana, aunque no hubiese un lleno hasta la bandera.

Si entendemos diva como diminutivo de divina “La Gheorghiu” lo es y no hay otra igual en el firmamento lírico. La rumana es un imán que capta toda la atención visual y auditiva desde que pisa la escena, independientemente de lo que cante, y en un recital todo suma. Es diva porque conquista al público, lo hace cómplice, hipnotiza con una voz que mantiene un color especial, un “saber cantar” como pocas, artista absoluta que juega desde un dominio total de la técnica, convirtiendo cada página es un microrrelato que sigue emocionando.

Un recital resulta más exigente que cualquier ópera precisamente por esa carga dramática que conlleva cada obra elegida, y la primera parte arrancó con varias páginas que todo estudiante de cante ha transitado, y los llamados pianistas repertoristas aún más. Qué maravilla cuando las canta una maestra como Angela Gheorghiu y el piano de Jeff Cohen, veterano en estos menesteres sabiendo dónde respirar, esperar, incluso saltarse algún compás porque enganchará sin problemas con la artista, y eso es la soprano rumana.

Tres páginas para ir tanteando acústica, temperatura, ubicarse y controlar escenario: la arietta Caro mio ben de Giuseppe Giordani, el aria de la ópera «La bella molinara» de Giovanni Paisiello, Nel cor più non mi sento (1788), y la alegre canzonetta napolitana Me voglio fà ‘na casa, también conocida como Amor marinaro de Donizetti,  incluida en Soirés d’automne, sin necesidad de sobretítulos (ilegibles sobre el telón de fondo) donde “la Gheorghiu” comenzó a sentirse bien, actuando y conquistándonos.

Como buen “acompañante” y eligiendo páginas relacionadas con el programa cantado, Jeff Cohen daría el primer “descanso” con el recién escuchado Paisiello y las Seis variaciones sobre «Nel cor più non mi sento», WoO 70 de Beethoven, aseadas y sin más exigencias que comprobar cómo los grandes compositores sintieron las obras líricas del momento para recrearlas al piano, llamémoslas variaciones o paráfrasis, aunque esta del “sordo genial” no sean especialmente exigentes para los pianistas.

Y comenzaba a subir la emoción, el buen cantar, el sentimiento, la auténtica interpretación de dos canciones que conozco desde mis años jóvenes, el cautivador y gran melodista italiano Paolo Tosti con dos poemas que la música del de Ortona eleva al Olimpo de concierto: Ideale (texto de Carmelo Errico) y Sogno (de Olindo Guerrini). Si se me permite jugar con los títulos Angela Gheorghiu fue ideal para este sueño con el piano respetuoso de Jeff Cohen, qué placer cómo frasea la rumana, cómo juega con la “mezza voce”, matices increíbles, adornar en el punto exacto, crecer emocionalmente ese final de frase en un agudo siempre preciso y cadencioso esperando el clímax y feliz unión de letea y música. El sueño de esta tarde granadina comenzaba en ese momento y proseguiría con Respighi y Nebbie. Otra lección de canto con gusto, musicalidad que rebosa por todas partes, conquistando con la mirada, el gesto corporal, colocando la voz en la máscara con una facilidad envidiable en la que muchas otras sopranos deberían mirarse. La siguiente parada seguiría ascendiendo cual cumbres de los “ochomiles” que cada página elegida suponía.

Segunda intervención de Jeff Cohen en la “visión” que de Robert Schumann hará Liszt del conocido lied Widmung (al fin cantó el piano solo), buen puente sin excesos antes del Du bist wie eine Blume que “la Gheorghiu” en un alemán perfecto nos brindó, preparándose en el idioma de Goethe con toda la expresión de un Schumann que se ha “instalado en Granada”.

Últimas dos cumbres de la primera parte para disfrutar de la rumana, el Zueignung, nº 1 de los ocho lieder de la op. 10 de Richard Strauss, intenso, dramático, bello, interiorizado y comunicado como sólo las grandes son capaces, y nuevo paso arriba con Vesenniye vody, op. 14 nº 11 de Rajmáninov con el ruso de lenguaje cantado y tocado, página apasionada de lirismo y apoyaturas, con el crescendo final envuelto en acordes y octavas muy de la casa. brillante para el tándem Gheorghiu-Jeff Cohen con química, entendimiento, carga emocional y música para disfrutar.

Si la primera parte fue sumando enteros, la segunda continuaría “in crescendo” porque la soprano rumana, que como buena diva cambió el azul turquesa por un desenfadado tricolor y rosa en el pelo, con mejora en la iluminación sobre la tarima y graduado el termostato del aire acondicionado del auditorio, ya plenamente cómoda, dominadora de la escena, haría grandes las miniaturas en la lengua de Moliere con un francés perfecto, sin nasalizarlo en absoluto, jugando con una pronunciación que es poesía pura, primero Le Grillon de Rameau, después un auténtico Plaisir d’amour de Jean-Paul-Égide Martini, placer de canto, de interpretación en el amplio sentido de la palabra, con un piano siempre amoldado a la soprano, y rematando este bloque la Elégie de Massenet, quinta de las diez «Piezas de género para piano», rezo íntimo y acto de amor que “la Gheorghiu“ interpretó con su línea de canto impecable, precisa, colorista, jugando con los matices y la expresión intrínseca al texto que musicalizado aún crece más, bien arropada por un Cohen elegante y “al servicio de la voz”.

Desde el piano seguiría el homenaje lírico con la paráfrasis que Saint-Saëns compuso de la famosísima Méditation y La Mort de Thaïs de la ópera homónima de Massenet. Un piano al fin contundente y desde el conocimiento de los originales operísticos tras muchos años de repertorista, temáticamente ideal para cerrar esta parte francesa antes de irnos hasta la Rumanía natal de “la Gheorghiu“.

Cuánta música por descubrir y qué buena cuando se siente en las entrañas, se canta con el corazón y transmite el amor por la tierra que te ha visto nacer y llevas contigo como la mejor herencia. Gheorghiu nos enseñó a Tiberiu Brediceanu (1877-1968) con Cine m-aude cântând y textos de la tradición popular), después a George Stephănescu (1843-1925) y Mândruliță de la munte, músicas cercanas en el tiempo por compositores que dejan en su música parte del patrimonio, y nadie mejor que la soprano rumana para hacernos viajar a su tierra con estas melodías donde el piano es fiel compañero.

Quedándose en la Rumanía de la soprano y con la visión del húngaro Bartók el pianista y compositor estadounidense nos interpretaría las Seis danzas populares rumanas, Sz. 56 que van subiendo en dificultad en un piano no siempre rotundo pero sí entregado dando unidad a un programa vocal donde estos “descansos” al menos tuvieron todo el sentido. Los años pesan en los dedos pero el bagaje añade el poso y la veteranía para sortear vericuetos técnicos.

Y llegaba el “non plus ultra”, pues Bellini es bel canto y la canción Vaga luna, che inargenti, de la que Arturo Reverter en sus notas al programa dice puede “considerarse una suerte de precedente en miniatura de la cavatina Casta diva de Norma” en la voz de Angela Gheorghiu resultó un aria de calado, enorme, parando el tiempo en la palabra o sílaba exacta, el ornamento ideal no escrito, la magia de la noche granadina donde el piano remataba el bordado áureo más que plateado de la soprano. Resulta maravilloso escuchar estas páginas tan conocidas cuando se interpretan como las canta “la última diva”.

Todavía faltaba la última cumbre o un paso más en el firmamento lírico, un “juguete» vocal y pianístico del incomprendido francés Satie cuyo baúl fue el mejor regalo para la historia musical de los felices años 20 (los del pasado siglo, claro). Su vals Je te veux con letra de Pacory nos transportó al Paris corazón artístico que nuevamente con Gheorghiu y Cohen, en sincronía técnica, emotiva y veterana, rematarían un recital que podemos calificar de antológico, donde hasta la rumana se movió en escena con todo el gracejo al que esta música nos llevó.

Público rendido ante la diva, simpática, generosa, entregada, cautivadora, cómplice con todos, afable y una “tercera parte” fuera de programa que supuso como la canción de Sinatra Fly me to the Moon, pues aún queda mucho universo para esta gran Angela Gheorghiu. Pocas sopranos me han emocionado y esta noche hasta se me saltaron las lágrimas tras escucharle su Lauretta del O mio babbino caro, imposible expresar todo lo que su voz transmite en este aria del “Gianni Schicchi” de Puccini, que no por conocida se escucha cantar como la rumana. Auditorio en pie arrodillado ante tanta grandeza vocal.

Y llegaría otro “no va más” en el Auditorio Manuel de Falla con su Granada (Agustín Lara) entregada, no importa que el piano se comiese notas y hasta compases al pasar página, tampoco la pronunciación mejorable del español, que sólo nosotros somos capaces, porque ¡cantaba Angela Gheorghiu! y no necesitábamos más.

Para volar hasta el “Universo vocal” de este Festival, la popular canción La Spagnola (que siempre recordaré por Mario Lanza en su película “Serenade”) que Angela Gheorghiu sintió propia y hasta los zapatos rojos parecían hechos a medida para esta su primera noche granadina.
El día 19 pondrá el broche de oro al 72 Festival Internacional de Música y Danza de Granada, aunque esta vigésimoquinta noche la recordaré como “mi noche con la Gheorghiu”.

PROGRAMA

I

Giuseppe Giordani (1751-1798)

Caro mio ben (Texto: Giuseppe Guarini)

Giovanni Paisiello (1740-1816)

Nel cor più non mi sento (Texto: Giuseppe Palomba)

Gaetano Donizetti (1797-1848)

Me voglio fà ‘na casa miez’ ‘o mare (Anónimo)

Ludwig van Beethoven (1770-1827)

Seis variaciones sobre «Nel cor più non mi sento», WoO 70 (piano solo)

Francesco Paolo Tosti (1846-1916)

Ideale (Texto: Carmelo Errico)

Sogno (Texto: Olindo Guerrini)

Ottorino Respighi (1879-1936)

Nebbie (Texto: Ada Nedri)

Robert Schumann (1810-1856) / Franz Liszt (1811-1886)

Widmung (piano solo)

Robert Schumann

Du bist wie eine Blume (Texto: Heinich Heine)

Richard Strauss (1864-1949)

Zueignung (Texto: Hermann von Gilm)

Serguéi Rajmáninov (1873-1943)

Vesenniye vody, op. 14 no 11 (Texto: Fiódor Ivánovich Tiútchev)

II

Jean-Philippe Rameau (1683-1764)
Le Grillon (Texto: Pierre-Jean de Béranger)

Jean-Paul-Égide Martini (1741-1816)

Plaisir d’amour (Texto: Jean-Pierre Claris de Florian)

Jules Massenet (1842-1912)
Elégie (Texto: Louis Gallet)

Camille Saint-Saëns (1835-1921)

Méditation, Paráfrasis de concierto sobre La Mort de Thaïs de J. Massenet (piano solo)

Tiberiu Brediceanu (1877-1968)

Cine m-aude cântând (Texto de tradición popular)

 George Stephănescu (1843-1925)

Mândruliță de la munte (Texto: Vasile Alecsandri)

Béla Bartók (1881-1945)

Seis danzas populares rumanas, Sz. 56 (piano solo)

I. Joc cu bâtă (Danza del bastón). Allegro moderato – II. Brâul (Danza del fajín). Allegro – III. Pê-loc (Danza del zapateado). Andante – IV. Buciumeana (Danza del como). Moderato – V. Poargă românească (Polca rumana). Allegro – VI. Mărunțel (Danza rápida). Allegro.

Vincenzo Bellini (1801-1835)

Vaga luna, che inargenti (Anónimo)

Erik Satie (1866-1925) Je te veux (Texto: Henry Pacory)

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