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Ton Koopman, Medalla del Festival de Granada 2023

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En el día 8 de festival recibimos una gran noticia: Ton Koopman, clavecinista, organista y director de orquesta será Medalla del Festival de Granada 2023. Hoy tendremos su primer concierto en el Colegio Mayor Santa Cruz la Real a las 22:00 horas, nada menos que con la Pasión según San Juan de Bach, que contaré desde aquí.

Adjunto la nota de prensa:

 

En la última reunión de los miembros del Consejo Rector del Festival de Granada, del pasado 10 de mayo, se acordó por unanimidad la concesión de la Medalla de Honor, con motivo de la 72 edición del Festival, al clavecinista, organista y director de orquesta holandés Ton Koopman por su compromiso con la música de Bach, por su trayectoria musical a lo largo de casi seis décadas en defensa de la interpretación de la música barroca y clásica con criterios historicistas y por su vinculación con el Festival de Granada, donde se presentó en 1988, siendo este año artista residente con tres conciertos, un recital de órgano y una clase magistral en los Cursos Manuel de Falla.

El galardón reconoce la relevancia artística y profesional del artista y su vinculación con el Festival de Granada en el que participó por primera vez en 1988.

La Medalla de Honor que cada año concede el Festival Internacional de Música y Danza de Granada será entregada al prestigioso clavecinista, musicólogo y director holandés Ton Koopman, “por su compromiso con la música de Bach, por su trayectoria musical a lo largo de casi seis décadas en defensa de la interpretación de la música barroca y clásica con criterios historicistas y por su vinculación con el Festival de Granada, donde se presentó en 1988, siendo este año su artista residente con un total de tres conciertos, dos de ellos al frente de su orquesta Amsterdam Baroque, Orquestra & Choir, un recital de órgano y una clase magistral dentro de la 54 edición Cursos Manuel de Falla, tal como ha acordado el Consejo Rector en su reunión celebrada el pasado 10 de mayo. El acto de entrega de la medalla de honor tendrá lugar en el Hospital Real al final del concierto que se ofrecerá en el patio de los mármoles del hospital real el jueves, 29 a las 21 30 horas.

El holandés Tom Koopman (Zwolle, 1944) es uno de los artistas residentes este año en el Festival, en el que actuará dos veces como director de la Orquesta Barroca de Ámsterdam que él mismo fundó (en la primera de ellas, con participación también del Coro), otra dos veces en calidad de organista, en uno de los casos, dentro de un espectáculo del FEX y ofrecerá una clase magistral en los Cursos Manuel de Falla. A punto de llegar a sus 80 años, Tom Koopman no necesita presentación, pues es una de las grandes figuras de la música barroca de las últimas décadas, un continuador de la línea que iniciaron en los años 50 nombres míticos como los de Gustav Leonhardt y Nikolaus Harnoncourt, ya fallecidos.

Su presentación en el Festival será además por todo lo alto con una Pasión según San Juan de Bach que se presentará hoy en el Colegio Mayor Santa Cruz la Real a las 22:00 horas. Cuando llegó a Leipzig en 1723, Bach se impuso la tarea de renovar por completo el repertorio que se escuchaba en las iglesias de la ciudad. Fruto de ese empeño son sus ciclos de cantatas –culminación de toda una tradición que arranca con la misma reforma de Lutero– y sus pasiones, cumbre del arte occidental. El Viernes Santo de 1724 Bach ofreció la primera de ellas, escrita sobre el Evangelio de San Juan, una pasión no tan monumental como la escrita tres años después sobre San Mateo, pero de una cohesión dramática, doctrinal y musical deslumbrante, como han destacado muchos especialistas, que la tienen por obra de culto. Koopman ofrecerá la obra al frente de su Orquesta y Coro Barrocos de Ámsterdam, fundados respectivamente en 1979 y 1992 y con los que, entre otras cosas, registró la integral de las cantatas sacras y profanas de Bach. Como solistas, un sólido cuarteto europeo que forman la soprano Hana Blažíková, el contratenor Maarten Engeltjes, el tenor Tilman Lichdi y el bajo Klaus Mertens.

Ton Koopman
(Zwolle, Países Bajos, 1944)

Director de orquesta, clavecinista y organista. Artista residente del 72 Festival

Ton Koopman es uno de los ejemplos más notables de músico integral entre las filas de la interpretación históricamente informada –por otro nombre “música antigua”– en su triple condición de clavecinista, organista y director de orquesta. El discurrir de su ya extensa carrera profesional ha traspasado la barrera del medio siglo. Pertenece a esas primeras generaciones del movimiento historicista que irrumpieron en la escena internacional desempolvando el pasado musical del Renacimiento y del Barroco, desde el máximo respeto y fidelidad posible hacia la esencia original.

El prestigioso maestro holandés vuelve al Festival de Granada, 31 años después de su última visita en 1992, para ofrecer 5 actuaciones distintas: dos conciertos, un recital de órgano, protagonizará un espectáculo de música y danza barroca para los más pequeños en el FEX y una Clase Magistral en los Cursos Manuel de Falla.

Conciertos en anteriores ediciones del Festival

1988 Orquesta Barroca de la Comunidad Europea. Ton Koopman, director. Obras de Bach y Haendel

1992 Ton Koopman. Recital de órgano. Obras de Arauxo, Cabanilles, Bruna, Bach

Conciertos en 2023

Colegio Mayor Santa Cruz la Real. Amsterdam Baroque Orchestra and Choir. Ton Koopman, dir.

Bach: La pasión según San Juan

Patio de los Mármoles (Hospital Real). Amsterdam Baroque Orchestra. Ton Koopman, dir.

Bach. Ofrenda musical

Parroquia de Nuestro Salvador. Ton Koopman. Recital de órgano. Obras de Bach

En el FEX. Teatro Alhambra. Ton Koopman, órgano. Marieke Koopman. Cecilia

En los Cursos Manuel de Falla. Clase magistral de órgano.

Más zarzuela por favor

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Martes 27 de junio, 22:00 horas. 72 Festival de Granada, Palacio de Carlos V, “Universo Vocal”, Gala lírica I: María José Moreno (soprano), Carlos Álvarez (barítono), Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM), José María Moreno (director). Obras de ópera y zarzuela. Fotos de Fermín Rodríguez.

 

Crítica para Ópera World del jueves 29, con los añadidos de fotos (propias y de las RRSS), links siempre enriquecedores, y tipografía que a menudo la prensa no admite.
El maestro Arturo Reverter titula las notas de esta primera gala lírica del Festival «Sustancia lírica de dos voces andaluzas» donde disecciona cada página que escuchamos, y todo ello organizado como es habitual en estos recitales con dos partes separando ópera y zarzuela, suma de arias y romanzas, dúos y números orquestales, todas obras archiconocidas pero siempre agradecidas de escuchar. La Danza Española nº 5 de Granados, conocida como “Andaluza”, tiene como añadido una poesía de Luis Muñoz Lorente que refleja en parte el espíritu siempre inspirador para compositores e intérpretes de todos los géneros y estilos en esta tierra del sur que en parte siento mía:
“¡Mi Andalucía! Rojo clavel de un gran vergel
Alma de España que guarda en su entraña amor,
Es el sonar de tu cantar copla de amar”.
Sabor andaluz con la soprano granadina María José Moreno, el barítono malagueño Carlos Álvarez con la orquesta de su ciudad sumando al titular desde la temporada 2020-21 José María Moreno, un mallorquín a la batuta uniendo para esta gala sentimientos mediterráneos aunque la música siempre sea universal y no conozca fronteras, triunfando lo nuestro.
La Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) dista mucho de la que disfruté hace años en la capital de la Costa del Sol con Manuel Hernández Silva al frente tanto en conciertos sinfónicos como en recitales y ópera. Desconozco los cambios habidos en estos años, pero en esta gala granadina adoleció de brillo en los violines, echando de menos más entendimiento entre las distintas secciones, con alguna inexactitud imperdonable para estos profesionales junto a la necesaria sonoridad global que pecó de oscuridad con desajustes variados en pasajes demasiado conocidos donde se apreciaron estas carencias.
El maestro Moreno pese a los esfuerzos y gestos por momentos demasiado exagerados, tampoco tuvo la respuesta exigida desde el podio ni en las partes orquestales, caso de las oberturas operísticas o en los preludios e intermedio de zarzuela, ni en las acompañantes de las voces, no siempre mimadas estando en el mismo plano sonoro, y por momentos con la sensación de ir “a remolque” que fue más que evidente aunque la batuta luchó por encajar y enderezar lo que cojeaba. Lástima que páginas de tanta enjundia como el Preludio de El tambor de granaderos (1894) de Ruperto Chapí (1851-1909) la percusión no estuviese presente y marcando con decisión, o el conocidísimo Intermedio de La boda de Luis Alonso (1896) de Gerónimo Giménez (1854-1923) que hubiese necesitado más limpieza en la ejecución de la OFM e incluso pausar un poco los tempi para disimular estas carencias globales.
En la parte vocal los artistas brillaron en algunas páginas solistas, empastaron bien en los dúos y resultaron mucho mejor en la parte dramatizada o escenificada que en la lírica, siendo necesarias ambas aunque no podemos negar su profesionalidad y conocimiento de sus intervenciones, todas bien interiorizadas aunque evitasen notas agudas, las buscaran con diferente resultado, o incluso las obviaran.
Los dúos elegidos por María José Moreno y Carlos Álvarez fueron desiguales en el resultado vocal y global. De los operísticos, Mozart bien de color y equilibrio dinámico, especialmente Don Juan con Zerlina en “Là ci darem la mano” y sobre todo Donizetti “La voilà, la voilà…” de La fille du régiment (1840) que resultó lo mejor de la primera parte por interpretación y escena, con la OFM más balanceada con ellas.
De las zarzuelas, Federico Moreno Torroba (1891-1982) con Luisa Fernanda (1932) es una obra completa vocalmente, y en el dúo de Carolina y Vidal “Para comprar a un hombre” el color de Moreno y Álvarez fue ideal, con buena química entre ambos, luciéndose más el malagueño que la granadina, mientras en el que cerraría recital, el mejor y popular Pablo Sorozábal (1897-1988) de La del manojo de rosas (1934) con un tempi no muy cómodo para “Hace tiempo que vengo al taller”, al menos la calidad de ambos solistas prevaleció y nos recordó los buenos momentos sobre la escena.
Individualmente María José Moreno ha ganado en corporeidad y sus agudos no son tan incisivos, con un color ideal para las arias operísticas de esta velada, aunque el grave pierda algo de volumen, más si la orquesta tampoco mimó los matices. Las agilidades fluyen bien aunque las respiraciones rompan un poco la línea melódica buscando el ataque preciso. De las conocidas romanzas de zarzuela, Moreno optó más por asegurar los agudos que por la expresividad, que intentó jugando con unos tempi que la OFM no siempre encajó con ella. Con todo, la soprano granadina va asentándose con un registro que, de acertar en la elección de los roles, la mantendrá muchos años en escena, y su entrega dramática en esta gala fue lo más destacable.
Carlos Álvarez lleva años siendo un barítono importante e imponente sobre la escena. En este “universo vocal” hizo gala de sus tablas y veteranía, el timbre propio y corpóreo de amplia proyección. En la ópera total dominio mozartiano junto a la expresividad donizettiana, mientras que en nuestro género lírico es una voz que eleva el nivel esperado y exigible para exportar la zarzuela más de lo que hacemos. Abriendo la segunda parte, Pablo Luna (1879-1942) y la canción de Manacor “Qué me importa ser judío” de El niño judío (1918) rescata del olvido esta romanza única que el malagueño interpretó con toda su sabiduría. Otro tanto con páginas que triunfan solas más que la propia obra donde se incluyen, caso de la Jota de Perico, de El guitarrico (1900) aunque “amoldada” desde las tablas en una versión particular, puede que otro ejemplo de páginas solistas que triunfan más que la propia zarzuela de Agustín Pérez Soriano (1846-1907).
Desde Granada venció nuestro género por excelencia con dos voces andaluzas que fueron muy aplaudidas, quedándonos con ganas de una propina a dúo, que para sorpresa sería el Preludio de La Revoltosa de Chapí  ¡finalizando con una obertura! y esperando de este “universo vocal” al menos escuchar a Felipe y Mari Pepa aunque fuesen con acento propio. La OFM con el director mallorquín mantuvieron las sensaciones ya comentadas, debiendo pedirles interpretaciones con igual calidad que la escrita y con tantos referentes en nuestra historia lírica.
FICHA:
María José Moreno, soprano – Carlos Álvarez, barítono – Orquesta Filarmónica de Málaga – José María Moreno, director
Programa
I
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791):
Obertura de Le nozze di Figaro (1786)
Crudel! Perché finora (duetto Conte-Susanna)
Hai già vinta la causa (aria Conte)
Crudele!…
Non mi dir (aria Donna Anna), de Don Giovanni (1788)
Là ci darem la mano (duetto Don Giovanni-Zerlina)
Gaetano Donizetti (1797-1848):
Obertura de Don Pasquale (1843)
La voilà, la voilà… (duetto Sulpice-Marie), de La fille du régiment (1840)
II
Pablo Luna (1879-1942):
Qué me importa ser judío (canción de Manacor), de El niño judío (1918)
Pablo Sorozábal (1897-1988):
En un país de fábula (romanza de Marola), de La tabernera del puerto (1936)
Federico Moreno Torroba (1891-1982):
Para comprar a un hombre (dúo Carolina-Vidal), de Luisa Fernanda (1932)
Ruperto Chapí (1851-1909):
Preludio de El tambor de granaderos (1894)
Agustín Pérez Soriano (1846-1907):
Jota de Perico, de El guitarrico (1900)
Amadeo Vives (1871-1932):
Canción del ruiseñor, de Doña Francisquita (1923)
Gerónimo Giménez (1854-1923):
Intermedio de La boda de Luis Alonso (1896)
Pablo Sorozábal:
Hace tiempo que vengo al taller, de La del manojo de rosas (1934)