Miércoles 15 de junio, 19:30 horas. Club de Prensa «La Nueva España». Coloquios 75 años de Ópera en Oviedo (1948-2023):
“Emilio Sagi y Emilio Casares, dos sabios asturianos en la lírica mundial”.
La próxima temporada de ópera de Oviedo cumplirá sus 75 años ininterrumpidos de historia, de los que quien suscribe lleva 51 (cuando venía de Bilbao los Barosi y cía acumulando 6 funciones en 12 días). Por ello se han organizado este mes de junio tres conferencias, esta de hoy miércoles más los días 20 y 28 del presente mes, algo alejadas de septiembre que supone, como siempre el pistoletazo de salida, pero congregando a buen número de aficionados asturianos así como a varios de los directivos de la Asociación Asturiana de Amigos de la Ópera y Fundación Ópera de Oviedo, organizadores la temporada, con su presidente y director general y artístico a la cabeza, así como Mario Arias, segundo teniente de alcalde municipal.
Nuestros dos Emilios, Casares y Sagi, tan unidos a Oviedo, mantuvieron una conversación sobre los principales puntos de interés de la ópera a través de la historia y de la ópera en la actualidad con Alicia Suárez Hulton, periodista responsable de comunicación de Ópera de Oviedo, como moderadora. Interesantes siempre las aportaciones de ambos porque tienen a sus espaldas no solo un amplio currículum sino también haber sido los impulsores de la efervescencia musical de nuestro Principado desde sus ámbitos, sembrar en aquellos finales de los 70 e inicios de los 80, los Festivales de Música y Danza para ver crecer una afición que sigue manteniendo a Oviedo como capitalidad musical, como bien recordó el profesor Casares con datos que nuestro añorado Luis G. Iberni recogió manteniendo la proporción entre la población y los eventos musicales, siendo Zaragoza la última de ese ranking.
Emilio Sagi os adelantó algún detalle del próximo estreno mundial de La Dama del Alba de Luis Vázquez del Fresno con quien aún continúa cerrando la escenografía de la que será director, en colaboración con Daniel Bianco en el diseño de la misma, así como en el vestuario de Susana de Dios, ambientación de postguerra con decorados asturianos para una música de nuestro tiempo de la que avanzó tener arias increíbles y partes orquestales muy interesantes.
Emilio Casares siempre en su línea, recordó la importancia de la educación musical en nuestro país, olvidada por los políticos salvo el «paréntesis» de los 70 cuando logró implantar en el recordado BUP esta materia con el primer libro de texto suyo, «el verde» de la editorial leonesa Everest tras una noche por el Húmedo que sin creérselo nos devolvería la enseñanza musical a aquel floreciente bachillerato unificado. Pesimista ante los tiempos actuales, crítico y certero con la situación, también de la ópera, donde quedan aún cientos de títulos por representar y que al menos no se puede hablar de crisis aportando datos del siglo XIX con el ejemplo de Cádiz o Toro, historias que llegarían hasta la República y los posteriores años de dictadura, repasando incluso el papel que jugaron los conservatorios, o el dominio italiano que siempre ha vendido mejor que nosotros su producto estrella, en este caso la ópera, así como el nulo interés de nuestros políticos por la música, que además sigue empeorando.
También Sagi desde sus distintos puestos de gestor y escenógrafo, aprovechó para defender nuestra lírica y la necesaria actualización de los libretos, pues son fruto del momento que nunca es igual, para recordar el Londres de juventud con Pepa Ojanguren al que volverían años después de camino a Cardiff, reconociendo que ya no era igual porque ellos tampoco, paralelismo con el Oviedo que todos vivimos y el actual. Nosotros sí vamos cambiando…
Interesantísimas las aportaciones para dotar a la Ópera de Oviedo de personalidad propia, no hacer lo mismo de «otras», poniendo de ejemplo el Wozzeck nunca representado aquí y ahora por partida doble en Barcelona y Valencia, o una Lulú, apostillando Casares los costes de esas producciones (más barato pagarles viaje y estancia a París) y cómo lo de Oviedo es un auténtico milagro.
Por supuesto se trató la necesidad de captar nuevo público sin echar al actual, desde un punto de vista didáctico, como el alabado Proyecto Zarza de muestra, y sabiendo programar para ellos, la música tanto en casa como en la educación, que parecer ser un hueso duro de roer a la vista de los momentos actuales, recordando Sagi sus tiempos de profesor en un colegio femenino religioso donde a la hermana melómana se le ocurrió «programar» una Suor Angelica nada apropiada a las adolescentes del momento, y que por cierto, nunca ha llevado a la escena.
Casi dos horas con semejante pareja de «sabios» que pasaron volando, anécdotas de cada Emilio siempre sabrosas, algunas intervenciones del público con debate y el deseo compartido de mantener la actividad musical en esta «capitalidad musical» ovetense que tiene ópera, zarzuela (la única temporada junto a Madrid), sociedad filarmónica, dos orquestas, jornadas de piano y ciclos variados. Cierto que haría falta más teatro, pero como bien recordó Sagi, la ópera como la zarzuela es «drama en música», «comedia en música», representación… Mañana lo podré comprobar y contar desde aquí con el estreno en Oviedo de María Moliner.