Viernes 13 de mayo, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Abono X «Absolute Quiroga» OSPA, Cuarteto Quiroga, Carlos Miguel Prieto (director). Obras de John Adams y Aaron Copland.
Lástima que de nuevo hubiese poco público para este décimo de abono de nuestra orquesta porque el programa no era broma. Ya en la conferencia previa «The American way: más que vaqueros y luces de neón» el doctor y compositor
Israel López Estelche (autor de las notas al programa enlazadas arriba en obras y que hoy volvieron al papel), nos prepararía para un concierto «
Born in the USA» (como diría
The Boss Springsteen), si realmente podemos hablar de una música estadounidense con detractores y defensores cuando realmente es un mestizaje total («hibridación» lo llamó
el musicólogo cántabro) donde la herencia europea no es única. Y para la ocasión dos ejemplos de lo que podríamos llamar las dos tendencias que al menos los yanquis no tienen complejos en presumir de todas.

Uno de los compositores más interesantes del actual panorama sinfónico es
John Adams (1947) con su
Absolute Jest (2011 / rev. 2012) por lo que supone de grandiosidad en fondo y forma, «
broma absoluta» verdaderamente seria y tomando el origen latino de «gesta» más que el italiano de
scherzo, pues aúna su devoción por
Beethoven con su genialidad en un estilo personal que impresiona porque sus referentes los reconocemos desde el primer compás. Como
él mismo ha escrito, «
No hay nada particularmente nuevo en que un compositor interiorice la música de otro y ‘la haga suya’. Los compositores se sienten atraídos por la música de otro hasta el punto de querer vivir en ella, y eso puede suceder en una variedad de modas«. Con el
Cuarteto Quiroga de solista, en estos días
Atte Kilpeläinen sustituye en la viola a
Josep Puchades (que espera su próxima paternidad), «absolutos» más
Carlos Miguel Prieto al mando, pudimos disfrutar de esta auténtica locura orquestal donde en la batidora sonarían dialogando en perfecto entendimiento el
Scherzo de la Novena beethoveniana junto a sus últimos cuartetos, y todo encajado con la visión actual que
el compositor imprime a cada sección y solistas, impulso vital muy americano con una instrumentación impactante que no oculta las ideas claras de
Adams.


Si hay un referente dentro de los llamados compositores clásicos estadounidenses, ese es el neoyorkino de Broadway
Aaron Copland (1900-1999), por su formación, origen y evolución hacia lo que
López Estelche nos explicó de la «Sonoridad Americana», reunificando todas las influencias no solo europeas en un lenguaje propio, unido al sentido patriótico del
War effort que tiene sobre todo la
Sinfonía nº 3 (1946) tras finalizar la Segunda Guerra Mundial. El maestro
Prieto quiso recordar antes de comenzarla a tantos músicos que en estos tiempos difíciles no pueden volver a tocar y la esperanza en que la música no nos falte.

Plantilla generosas para una sinfonía patriótica que incluye mucho más desarrollada u propia
Fanfare for the Common Man en el último de los movimientos (
I Molto moderato – with simple expression; II Allegro molto; III Andantino quasi allegretto; IV Molto deliberato). El
maestro Prieto manejó a la perfección cada una de las secciones de la
OSPA que brillaron con luz propia por los intrincados cambios de compás, tiempo o textura, disfrutando de unos metales poderosos, una madera de ensueño, una cuerda (hoy de concertino invitada la holandesa
Fredericke Saeijs) bien equilibrada y compacta, una percusión más allá de lo rítmico, sin olvidarme del arpa, el piano o la celesta generando unas sonoridades únicas con el sello americano de
Copland.

Revalorizar la forma sinfonía en su tiempo suponía encuadrarle en los llamados «neoclásicos» pero el longevo maestro por encargo de
Koussevitzky, que dirigiría su estreno el 18 de octubre de 1946 con la Orquesta Sinfónica de Boston, no tuvo complejos y nos dejó esta tercera brillante, casi un ballet o banda sonora de la victoria aliada con toda la grandiosidad orquestal de final patriótico.
Saber fusionar estilos dotándoles de identidad propia es el gran logro de
Copland, y toda su herencia la transmitió la
OSPA con Prieto, las ideas musicales del compositor y los intérpretes en una versión reluciente, triunfante y optimista. El público aplaudió largamente a todos, con bromas y guiños del maestro astur-mexicano que se llevó de la mano a
Marta Menghini dando por finalizado un concierto de los que dejan huella en nuestra herencia «Made in USA», colonización de vuelta también con la mal llamada música clásica. Sólo hay dos MÚSICAS (la que gusta y la que no).
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Pl. del Fresno, s/n, 33007 Oviedo, Asturias, España
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May 14, 2022 @ 16:56:41
El maestro Prieto expresaba su esperanza de que no nos falte la música. Y por qué estamos nosotros faltando a la música? Por qué hay cada vez menos gente en los conciertos, tanto de la OSPA como de las Jornadas de Piano?
Qué, o quién, está fallando? Qué significado y consecuencias puede tener? Y soluciones?
Creo que se impone un debate al respecto.
May 14, 2022 @ 19:04:47
Totalmente de acuerdo contigo y ayer en el Filarmónica el homenaje a Joaquín Díaz gratis en contraprogramación municipal
May 15, 2022 @ 15:53:43
La capacidad de organización y coordinación de la actual corporación ovetense es…
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