Viernes 24 de enero, 20:00 horas. Mieres, Auditorio Teodoro Cuesta: Vuelta Abajo «América-Asturias». Entrada libre.
Tras el éxito del pasado noviembre invitados por el Orfeón de Mieres compartiendo concierto, volvían en solitario Vuelta Abajo con otro lleno en el auditorio local agotando las invitaciones desde un semana antes, y un recital con recorrido no solo por la América hispana sino con la incorporación de temas asturianos sin perder ese toque propio de los que son nuestros Sabandeños asturianos, invitados por los originales a su tierra, donde actuaron para la televisión autonómica dejando el pabellón muy alto.
Con una trayectoria amplia y manteniendo la esencia de siempre, sin estar al completo resultaron más que suficientes con ocho instrumentistas curtidos (cómo se agradece el bajo eléctrico rellenando sin molestar), algunos polivalentes, más el complemento puntual de las quince voces que también tocan flautas, sicú, charango, percusiones y hasta un teclado. Una afinación coral donde los solistas se alternan como en las presentaciones de los temas, enriqueciendo la tímbrica y buen gusto apropiado a cada uno, el concierto mierense que resultó todo un viaje musical con una sonorización perfecta.
Tras las Tolderías abriendo boca y marcando estilo en esta zamba recordando a Los Chalchaleros (de quien perdíamos hace una semana a Juan Carlos Sarabia), el Mensaje a Juan Vicente de alegría venezolana apara unir el folklore canario con su «octava isla» caraqueña que dominan con la herencia de ida y vuelta, Callejón Palmero y Tenderete (compuesto por Elfidio Alonso) demostrando que el Atlántico es más pequeño de lo que creemos, transmisión de músicas que se enriquecen y tornan a casa.
Los esclavos africanos en América del Sur, la búsqueda del buen tiempo bajando del altiplano a la playa, migraciones con historias y ritos de ese mestizaje interracial donde lo musical forma parte de él, Candombe del negro José y Samba Landó, «qué tienes tú que no tenga yo», todas con los ritmos típicos y unas voces empastadas, sin olvidar nunca presentar cada tema para ubicarlo en su extensión.
También habría momentos para el «remanso» casi espiritual en la misma línea de calidad de Vuelta Abajo, la isla cubana tabaquera de quien toman el nombrem Camino de la noche de solistas destacados en medio tiempo, o la Oración del remanso al Cristo de las Redes tan marinero, con las luces atenuadas y efectos tropicales de unas púas delicadas en intimismo paladeado, más ese bellísimo bolero eterno del Madrigal, origen cubano pero portorriqueño, a fin de cuentas siempre el Caribe de palmeras, ron y tabaco.
Canciones coreadas, conocidas o recordadas y dos éxitos que muchos entonábamos en nuestra infancia con la radio siempre conectada: Zamba de la esperanza de Chalchaleros pero popularizada por Jorge Cafrune y Marito, aquí monumento coral ya propio, y la paraguaya Galopera de arreglo contagioso en nueva demostración vocal bien arropada instrumentalmente.
Mieres entiende y conoce el folklore andino, del altiplano hasta el Caribe sin olvidar el canario, pero en lo asturiano son cátedra, por lo que el público no pudo quedarse en mero espectador y Luz de Amanecer abrió el tarro de las esencias, la Bolivia tan minera y sufrida como nuestra Asturias, colorido de flautas y bombo legüero antes de los Aires asturianos remozados y recuperados de la Tuna de Industriales de Gijón por Elvis (como tantos popurrís de Derecho o Mieres, sin dejarme aquella premiada Tuna Universitaria televisiva y ochentera, en las que estaban muchos de los Vuelta Abajo), para cerrar homenajeados como Amigo, complicidades entre butacas y escenario, amistades de muchos años, familiares y cercanas, palmas a ritmo que rompen finalmente en aplausos atronadores pidiendo «Otres tres».
Regalo del coreado segundo himno oficial, el Asturias que Victor Manuel musicó con letra de Pedro Garfias, un tema inmenso que Vuelta Abajo mejora con ritmo andino, percusión poderosa y una modulación (cambio de tono) hacia el final en un impresionante concierto que nos puso a todos muy arriba, esperando ya la próxima actuación aunque siempre nos quedan sus discos (también aprovecharon para venderlos) pero el directo siempre es único.










Gracias por dejar tu comentario