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Bartoli no iguala a Di Donato

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Una semana barroca en Oviedo que comenzó con el Bach único del RIAS, con el Concerto Kölhn, inalcanzable tras la comparativa, las Reinas Barrocas de Joyce DiDonato recogidas en CD y finalmente la esperada Cecilia Bartoli también con disco, «Mission», aunque en formato reducido al faltar el gran Jarouskky pero con I Barocchisti y Diego Fasolis que resultaron mejor que la mediática mezzo romana, sobre todo en sus intervenciones instrumentales ¡qué bueno Thibaud Robinne!.

Decir que lo mejor del «Recital Steffani» fue Händel por partida doble y Vivaldi creo que está too dicho, propinas que hicieron alargar hasta las 22:30 el concierto para desasosiego del público-reloj que parece tener un resorte impidiéndole tener la mínima educación ni respeto a los artistas.

No desmerece nunca «La Bartoli», cautivadora, conocedora de sus «limitaciones» y sabia en la elección de un repertorio buscado a su medida, aunque pueda resultar algo monótono por monográfico y sin comparación con su anterior visita «Sacrificium». Agracecerle su entrega y labor divulgadora de compositores menos conocidos -como sucediese con Salieri y «Amadeus»- que con ella se convierten en superventas. Fuegos de artificio y auténtica mascletá en plenas fallas valencianas. Duelo «Farinelli» con la trompeta que para muchos fue la traca final…

Llenar el Auditorio es importante, pero yo hubiese querido un poco más. Del «duelo de mezzos» ha salido vencedora la americana. Desde casa y con tiempo, entraremos en detalles.

Noche completa y vienesa

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Viernes 15 de marzo, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Concierto de abono 8: OSPA, Matthias Bamert (director). Obras de Schönberg, Mozart y Schubert.
Tres obras de tres compositores con Viena como nexo común y un programa tal vez «obligado por la crisis» pero al que no podemos poner pegas.

La Noche transfigurada, Op. 4 -revisión 1943- (Schönberg) es un auténtico examen para cualquier cuerda orquestal y la de la OSPA volvió a sacar sobresaliente bajo una batuta experta como la del Maestro Bamert, de gesto contenido pero preciso y conocedor de esta Verklärte Nach originalmente para sexteto de cuerdas que además consiguió esa sonoridad camerística para la sección estrella de nuestra formación. Hacía tiempo que no escuchaba con tanta limpieza y vigor los arcos, en general todos los recursos que la obra exige, brillando solistas y conjunto en una lectura clara de la partitura. Emociones contenidas y muestrario anímico hecho música a partir de un texto de Dehmel que recuerda muy bien el maestro Rogelio Álvarez Meneses en las excelentes notas al programa (número 02 de la revista trimestral de la OSPA) que incluyo como enlace en los autores del inicio. Obra aún tonal pero expresionista por lo que a «expresión de sentimientos» concierne, personalmente lo mejor del concierto, con los músicos en total empatía.

Con el trasiego necesario en escena para la siguientre obra, enmarcada en la llamada «Harmoniemusik» (de la que nos habló Rogelio Álvarez en la conferencia previa) y finalmente el descanso que no sabíamos si vendría aquí, apareció el octeto de viento que podemos contemplar en las fotos, con el maestro suizo al frente, personalmente innecesario por la formación camerística pero igualmente artífice del excelente resultado de esta Serenata nº 12 en Do m., KV. 388 (Mozart), como espoleados por la «transfiguración» anterior y demostrando nuevamente el nivel de excelencia también en la sección de viento asturiana: Ferriol y Romero, Mascarell y Falcone, Andreas y Daniel, Morató y Rosado fueron desgranando los cuatro movimientos escritos con la maestría, dificultad y precisión del genio de Salzburgo, y un Bamert sin batuta mimándolos cual coro de cámara, empastes de cañas dobles, muestrario de combinaciones de cuatro a dos, con las trompas ensambladas como una -puntualmente algo fuertes- y clarinetes buscando equipararse a los oboes en presencia, todo un juego de excelencia donde el peso recayó en Juan Ferriol que sigue asombrando por su excelencia en todas sus intervenciones. Una maravilla mozartiana descubierta por muchos aficionados y colocada entre Arnold y el bueno de Franz, aunque la música de cámara con los solistas de la OSPA debería estar en otra programación.

La Sinfonía nº 8 en Si m., D. 759 «Incompleta» (Schubert) nos devolvió la orquesta casi al completo y recuperando la «colocación vienesa» que sigue funcionando a la perfección, sobre todo en este repertorio. Si las dos obras anteriores parecieron «calentamiento» para el tutti, la interpretación que Matthias Bamert hizo de esta sinfonía en dos movimientos hizo brotar todo lo anteriormente sembrado. «Intensidad e introspección» escribe Álvarez Meneses de esta obra polémica sobre su planteamiento, inconcluso o así pensado, resultó más que suficiente para disfrutar del conocido Allegro moderato con la entrada en graves envolviendo todo y el juego orquestal posterior, y sobre todo paladear el Andante con moto, «La apoteosis del amor» cerrando sentimientos presentados en la primera parte. No tiene final buscando el «aplauso fácil», tal vez interrogante buscada en esta «noche transfigurada» pero amorosa y menguada solamente en efectivos, que no en calidad. Sonoridades claras, contrastes en su medida, volúmenes ajustados, conocimiento y convencimiento para un compositor que nunca cansa al descubrir algo nuevo si hay química entre todos.
El próximo viernes tendremos el concierto extraordinario de Semana Santa con La Creación de Haydn donde recuperaremos orquesta, Coro de la FPA y la vuelta de Benjamin Bayl, pero todo a su tiempo…

ReJoice DiDonato

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Lunes 11 de marzo, 20:00 horas. Conciertos del Auditorio: Joyce DiDonato (mezzo), Il Complesso Barocco, Dmitry Sinkovsky (violín y director). Obras de A. Cesti, D. Scarlatti, Monteverdi, G. Giacomelli, Vivaldi, G. M. Orlandini, J. A. Hasse, Händel, G. Porta, Gluck y Keiser.

El último disco de la mezzo norteamericana se titula Drama Queens que como bien explica en las notas al programa Carlos García de la Vega, es una expresión coloquial inglesa que «Tiene un matiz jocoso a la vez que peyorativo y viene a definir a aquellas personas que tienden a exagerar y sobreactuar ante la más mínima contrariedad que se encuentran en su vida diaria», y el único que la diva de Kansas tuvo en Oviedo fue entrar para la segunda parte y caerse por dos veces al pisar el vestido de Vivienne Westwood Couture que también luce en las fotos del CD, del que también tenemos información en el programa. No constaban los calcetines rojos de los caballeros, a juego con el color de los dos vestidos de la «Reina Barroca«.

La formación musical italiana de Alan Curtis, que también figura en el CD, estuvo liderada en esta ocasión por el contratenor, violinista y director ruso Dmitry Sinkovsky, lleno de tics y gestos que por momentos resultaron exagerados, pero dejándonos un Concierto para violín y cuerdas «per Pisendel», RV 242 del cura pelirrojo muy aseado, limpio y virtuoso aunque algo pobre de sonido. Los números instrumentales dieron prueba de calidad en una semana plenamente barroca (que finalizará el próximo sábado con otra mezzo como «La Bartoli»), formación de sonido brillante, dinámicas amplias y afinación siempre cuidada. Como acompañante en las arias de DiDonato sonó en su sitio, en tutti y continuo, incluso los solistas como Marco Brolli a la flauta brillando a gran altura.

De los dos bloques elegidos por una de las divas de ahora, y volviendo a las notas de García de la Vega, resultó un «pasatiempo de Auditorio con estas Reinas de Drama, princesas, emperatrices. personajes escritos por músicos del XVIII (excepto Monteverdi) que «La DiDonato» interpretó con su estilo propio y las críticas habituales que no desmerecen en absoluto su entrega en el escenario.

Hace tiempo que las voces se clasifican por color en vez de tesitura, y las mezzos para el barroco necesitan un registro casi de soprano con el cuerpo grave casi de contralto más una técnica que exige incluso más que el belcanto. La americana tiene todo esto con limitaciones; personalmente me gusta su timbre -sé que muchos discreparán- aunque juegue con cambios guturales, dentales o nasales que pueden enmascarar el color aunque siempre se dan en momentos de dramatismo puntual. El estilo para el barroco es impecable en técnica, ornamentos de locura siempre claros, aunque el grave quedase más de una vez tapado por la agrupación camerística y, al menos en Oviedo, demostró una riqueza y variedad interpretativa según los roles, en especial la Ottavia de «la Poppea» de Monteverdi en la primera parte o el aria lenta de la «Ifigenia» de Porta llena de lirismo donde los músicos arroparon aún más la elegancia.

Me encantó el Piangerò la sorte mia del «Julio César» de un Händel (que ya cautivó con su anterior «Furore»), más en la parte rápida que en los lentos flanqueantes, aunque la belleza de la partitura es capaz de sonar siempre bien. Los pianissimi cortaron la respiración y hasta las toses del respetable, porque también las divas son capaces de detener un instante…

El «regocijo» o si se me permite jugar con el inglés ReJoyce de Donato, fueron las cuatro propinas que parte del público parece evitar al llegar la hora de la cena, pillándoles de pie en la puerta de salida. De todos es conocido el caracter extrovertido y simpático de la cantante que también cautiva, incluso su italiano para agradecer los aplausos y explicar que prefiere cantar a caminar con polisones siempre incómodos.

Lasciami piangere de Reinand Keiser (de su ópera «Galsuinde, reina de España»), recogida en el CD, Col versar, barbaro, il sangue de Orlandini («Berenice»), pues ya estaba bien de amoríos y llantos, más los bises de la primera y de Da torbida procella del citado Giuseppe Maria. Sin prisas seguro que hubiera continuado enamorando, pero también los músicos debían alimentarse de algo sólido.

El duelo de mezzos en semana barroca carbayona se decidirá el próximo sábado con «Mission» imposible y entradas agotadas. Para gustos, colores, y DiDonato brilló y enamoró…

FeliciBach

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Sábado 9 de marzo, 20:00 horas. Conciertos del Auditorio, Oviedo. RIAS Kammerchor, Concerto Kölhn, Hans-Christoph Rademann (director). Motetes y sinfonías de Bach.

No había mejor forma de celebrar mis 22 años de matrimonio que acudir con mi señora, casi religiosamente, a disfrutar de Bach, rememorando nuestro particular Peregrinaje a tierras del Cantor de Leipzig en agosto de 2007, cantado por uno de los coros de referencia y con una agrupación instrumental de la que hay en casa muchas grabaciones.
Los alemanes están de mini gira por España (Kursaal de San Sebastián, Auditorio de Oviedo, Baluarte de Pamplona, Palau de la Música Catalana de Barcelona) con un recital bien armado y los Motetes 225 a 29 como eje vertebrador, intercalando las sinfonías de diversas Cantatas. Gustavo Moral Álvarez en las excelentes notas al programa de Oviedo titula «Música para sentirse en el centro del mundo» y para los que amamos a Bach sobre todas las cosas y a sus intérpretes como a nosotros mismos, escuchar estas obras siempre es alivio de espíritu, pues pese a ser «fúnebres» cuatro de los cinco motetes de esta tarde, «no son visiones tristes o dolientes de la muerte sino que nos confortan y consuelan, preparando el alma para el tránsito hacia la vida eterna, donde gozará la presencia de Dios» que escribe Rafael Banús en las notas del Baluarte.

El concierto comenzaba con el Motete BWV 226, credenciales de coro para no dudar de lo que esperaba: empaste, afinación, equilibrio, técnica prodigiosa al servicio de una música que subraya siempre el texto bíblico, y un conjunto instrumental perfecto para el acompañamiento colla parte aunque algo titubeante en el fagot u órgano, como si aún no acertase Rademann con ellos, más centrado en las voces a doble coro.
La Sinfonía de la Cantata BWV 21 dio protagonismo al concertino y al español Rodrigo Gutiérrez en el oboe, que el director casi llevó de la mano para una formación historicista que domina este repertorio, donde el tempo lento resultó conmovedor y el entendimiento comenzó a fluir.

El Motete BWV 228 volvió a traer un coro envidiable acompañado de un continuo que sí funcionó, con un órgano portativo, cello y contrabajo redondeando colores, «No temas, estoy contigo».
La Sinfonía de la Cantata BWV 42 sirvió para gozar los solos de concertino, oboes y fagot, más «entonados» aún, cual preludio para el primer gran motete de la noche, el conocido Jesu, meine Freude BWV 227, doble coro del que salen los cuatro solistas para renovar «mi alegría», color vocal idéntico en la división, disfrute de fugados, destacando hasta los silencios tras los nichts (nada) del texto, toda la gama posible de matices, arte vocal con mayúsculas como no puede ser menos en un coro profesional que interpretó este Bach de Sto. Tomás de forma magistral, siempre bien arropado por la orquesta y continuo. De agradecer el respeto del público que no aplaudió hasta finalizar esta primera parte, como pasaría con la segunda, aportando ese clima de espiritualidad que la música de El Cantor es capaz de transmitir.

El oboista español bordó sus intervenciones en la Sinfonía de la Cantata BWV 156 con reminiscencias o regusto italiano, que Bach conocía, y buen gusto interpretativo, dando paso al Motete BWV 229. Mismos calificativos y aún mayor compenetración entre todos, con un Rademann convincente por convencido, voces todas bien dirigidas, sonsacando estos tratados casi matemáticos del gran Bach.
La Sinfonía de la Cantata BWV 49 tuvo en el órgano al solista correspondiente, algo desigual en sus intervenciones, como si hubiese retardo en los ataques y cromatismos, pero sin pega a sus hermosas ornamentaciones, así como el oboe d’amore / da caccia español que tuvo su merecido minuto de gloria compartido con el corno inglés y fagot, más una cuerda siempre en su sitio, sinfonía de alegría contagiosa y quasi brandemburguesa.

Para cerrar Singet dem Herrn ein neus Lied, BWV 225, «Cantad al Señor un cántico nuevo», aire festivo y jubiloso, uno de los motetes más duros para doble coro que los berlineses bordaron técnica e interpretativamente con un cuarteto de solistas nuevamente impactantes junto a «los de Colonia». Qué maravilla escuchar las agilidades cual instrumentos de viento, registros extremos con un color siempre cuidado en igualarse, dinámicas nunca exageradas, afinación perfecta, contrastes de «tempi» sin fisuras, seguridad aplastante para esta joya bachiana, atreviéndose incluso a bisar el Aleluya. Mejor aniversario de boda imposible.

Buenos mimbres

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Jueves 7 de marzo, 20:30 h. Teatro Jovellanos, Gijón. Orquesta Clásica de Asturias, Juan Andrés Barahona (piano), Daniel Sánchez Velasco (director). Obras de Mozart, Fauré y Sánchez Velasco. Entrada: 16€.
Cuarta temporada de una orquesta que «crece año a año en rendimiento, calidad, repertorio, profesionalidad, entrega, emoción y exigencia a una labor bien hecha», como reza en su presentación. Plantilla corta, no estable en muchos atriles, conjugando juventud y veteranía para repertorios de siempre que van abriéndose a obras más cercanas en el tiempo, incluyendo las del propio director que con trabajo concienzudo es capaz de exprimir e incluso adaptar obras para los mimbres que tiene y fabricar un cesto que resulta un éxito. Cinco violines primeros, cuatro segundos, tres violas, tres cellos, un contrabajo y un sexteto de viento formado por oboe, flauta, clarinete, fagot, trompa y trompeta para la segunda parte, cuarteto con dos trompas y dos oboes para la obra que abría velada.
El Concierto para piano y orquesta nº 12, K. 414 (385p) en LA M. de Mozart tuvo como solista al asturiano Juan Andrés Barahona, que volvió a gustarme como en anteriores interpretaciones, obra engañosamente fácil -como todo Mozart- que exige limpieza, fraseos claros, dinámicas amplias, pedales en su sitio y una perfecta concertación. Si bien la orquesta estuvo algo indecisa, diría que temerosa por momentos, la seguridad estuvo de parte del pianista que disfrutó con cada movimiento y sus correspondientes cadencias, cual sonatas en miniatura de diseños mozartianos con todo lo que ello conlleva. El Allegro brillante, poderosamente simple y en tiempo justo con buenos diálogos y solos, escalas cristalinas, legatos dialogados y con discurrir fluido; Andante lleno de lirismo tanto en la cuerda como en el piano con trinos impecables, reposo del guerrero, apoyaturas de musicalidad infinita subrayadas por el viento como un tiempo casi pastoril, alternancias solo – orquesta dialogadas y bien concertadas, cadenza delicada y final para desembocar en el Rondeau. Allegretto perfecto colofón de un concierto que Beethoven pudiera conocer resultando casi romántico en la interpretación de Barahona, cuerda y viento bien compenetrados con el solista, bien concertado desde el podio, optando por el paladeo antes que el virtuosismo, escuchando cada tema y dándole el carácter apropiado. Aplausos merecidos y propina, puede que uno de los Cuentos de la vieja abuela de Prokofiev, que ya me falla la memoria.

Un paso en el tiempo supuso las Masques et Bergamasques Op. 112 de Fauré en arreglo del director, repertorio en el que la orquesta asturiana también disfruta, puede que más exigente y curiosamente mejor llevado, siempre desde el conocimiento que Sánchez Velasco tiene de las obras que prepara al mínimo detalle, bien memorizadas y sabiendo qué quiere y puede sacar de cada sección. El arreglo de la obra no dejó los brillantes colores del título sino sutiles claroscuros, al menos eso irradió la versión del avilesino para «su» orquesta a lo largo de los cuatro movimientos, quedándome con el tercero, Gavotte: Allegro vivo precisamente por las sensaciones transmitidas para una orquesta camerística que no intentó emular la sinfónica sino ofrecer otro punto de vista del mismo cuadro.

El Divertimento nº 1 para orquesta de cámara del propio Daniel Sánchez Velasco (1972), con la misma plantilla de Fauré, es una obra bien tejida en sus tres movimientos contrastados en tempo y estilos, académico por lo tonal pero buscando armonías avanzadas sin perder nunca lo melódico y jugando con las texturas en la orquestación elegida, herencias de Shostakovich o Prokofiev tamizadas por el buen oficio del músico integral que es Daniel. Allegretto – Adagio – Scherzando es la sucesión, logrando los mejores momentos del concierto, con los músicos ya rodados y perfectamente conjuntados, más el viento que la cuerda, siempre en la disposición vienesa por la que el Maestro Daniel apuesta y que en la OSPA parecen estar descubriendo con Milanov.
Como funcionó perfectamente, la primera propina del Vals Triste de Sibelius resultó llena de sutilezas, rubati y empaste más logrado, con unos pianísimos que cortaron la respiración, rematando con La carrasquilla de Guridi que en esta versión orquestal sonó juguetona, «nada vieja» y alegre para volver a casa con el ánimo arriba.

Hay que seguir agradeciendo esfuerzos como el de la OCA con Daniel Sánchez Velasco al frente, escuela para músicos y público como necesario recorrido cultural, muestrario de obras que abarcan épocas y estilos siempre presentes. Oviedo el sábado 9 y Avilés el martes 13 podrán disfrutar de este programa.

Un Nevsky en cuerpo y alma

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Miércoles 6 de marzo, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo. Proyección de la película de Sergei Einsenstein «Alexander Nevsky» (música de S. Prokofiev). Intérpretes: Marina Pardo (mezzosoprano), Coro de la Fundación Príncipe de Asturias (director: José Esteban Gª Miranda), Oviedo Filarmonía, Marzio Conti (director). Entrada libre.

Organizado por la Universidad de Oviedo y como ya hiciese con «Metrópolis» en el Campoamor en mayo pasado, esta vez en la pantalla gigante del Auditorio pudimos deleitarnos con la proyección de otra joya del Séptimo Arte, película de 1938 que no pierde con el paso del tiempo ni desmerece de las grandes producciones, en versión original con subtítulos al castellano de una calidad global impresionante en todo, máxime cuando la banda sonora original de Prokofiev pudimos escucharla en directo con unos intérpretes perfectos siempre guiados por el maestro italiano, que sigue arriesgando con propuestas que además salen bien.

Si la partitura de Prokofiev es una auténtica cantata que el Coro de la FPA dirigido por mi querido Pepu ya interpretó al menos otras dos veces que yo recuerde (guardando además una copia de la partitura), todo el entorno de este miércoles ayudó a disfrutar tanto a los músicos como al público.

En un foso «redescubierto» (que nunca antes se abrió en los muchos años del Auditorio) donde se colocó la orquesta, el coro sentado y separado en dos bloques de blancas y graves en el escenario, con atriles iluminados tenue pero suficientemente (qué bien funcionan los leds) y la caja escénica adelantada, el piano con Sergei Bezrodni a la izquierda, para coronar sobre ellos la pantalla gigante, unido a un sonido perfecto, pudimos saborear imagen y sonido como auténticos privilegiados, un público que hizo cola una hora antes y abarrotó la sala (algunos no sabían de qué iba, pero era gratis), escuchando nuevas texturas en esta disposición y ubicación global.

Casi dos horas de épica total, con una dirección perfecta en ajuste con la propia película, una orquesta que sonó «de otra forma» destacando por protagonismo los abundantes metales y percusiones, sin obviar la madera más una cuerda compacta y homogénea capaz de transmitir y subrayar el poderío escénico pergeñado por Eisenstein, y el coro empastado como nunca, cómodo, de amplias dinámicas y protagónico como pueblo a lo largo del film, sin olvidarme la breve pero emocionante intervención de la mezzo asturiana Marina Pardo, elegante, en el centro, ubicación excelente para proyectar su voz hasta el fondo del auditorio con la orquesta a sus pies, literalmente. Un Nevski en cuerpo y alma.

Enhorabuena a todos, especialmente a la Universidad y la Fundación Príncipe de Asturias, siempre con el Ayuntamiento apoyando, por seguir ofreciendo espectáculos de esta calidad y originalidad que ayudan a rescatar joyas de la historia cultural muy escasas, apuesta de futuro para unos tiempos donde los políticos parecen ir en dirección contraria.

Pablo Canalís: un mundo sonoro

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Este jueves 28 que cerraba un «febrero loco» me acerqué hasta la Casa de Cultura de Noreña para conocer en persona a Pablo Canalís que presentaba una mínima parte de su colección de instrumentos del mundo en directo y de paso promocionar esa joya de Libro-CD «Folclores imaginarios» editado por Norte-Sur Records que capitanea Beznar Arias, mi promotor preferido…

El primer ejemplar me lo regaló nada más salir al mercado mi admirado John Falcone, Músico con mayúsculas y colaborador, con otros amigos comunes, en el disco grabado, donde el bajista de «Senogul» y multinstrumentista que es mi tocayo Pablo Canalís fusiona desde su particular visión todos los sonidos que atesora en esta peculiar colección con los actuales que también domina. El libro publicado en 2012 es un arduo trabajo de muchos años, que además del valor didáctico al incluir una descripción de los instrumentos utilizados, rezuma lirismo desde unas ilustraciones hermosísimas hasta toda una confesión compartida de cómo surge cada uno de los veinte temas, poesía incluso en cada uno de los títulos de los temas.

No puedo elegir ninguno porque son mundos independientemente intercomunicados que respiran vida en su única globalidad -¡vaya frasecita que me ha salido!-. Lo llevo escuchando una temporada y leyendo en internet los merecidos elogios a este trabajo de Canalís, compartiendo con John el mismo hechizo y muchas de las críticas que aquí dejo enlazadas, mucho mejor escritas que esta primera mía «a vuela pluma» nocturna.

Imposible en una hora hacer sonar y explicar cada uno de los instrumentos -una mínima parte de todos los que atesora- con detalle, mimo y un toque de humor que nunca puede faltar. Personalmente intentaré llevarlo a mi instituto para darle el tiempo que necesite pues la clase puede resultar no ya amena y entrenida, que lo será con plena seguridad, sino enriquecedora para un alumnado que necesita conocer y escuchar esta joya de «Folclores imaginarios».

Dejo incrustado a continuación un vídeo como pequeña aproximación a lo que se puedemos degustar y disfrutar, olvidándonos de etiquetas, clasificaciones o estilos. Simplemente música de hoy y de siempre con Pablo Canalís:

Y aquí una colección de enlaces varios referidos a las críticas y entrevistas a Pablo Canalís y su Libro Disco:

http://www.hipersonica.com/criticas/pablo-canalis-folclores-imaginarios-una-caja-de-pandora-llena-de-misterios-y-sorpresas

http://fusionasturias.com/otras-secciones/musica/alquimista-de-la-musica-pablo-canalis-musico.htm

http://sinfomusic.net/portal/index.php?option=com_k2&view=item&id=1284:pablo-canalis-folclores-imaginarios-norte-sur-records-2012&Itemid=69

http://musica.elcomercio.es/pablo-canalis-un-pintor-de-sonidos

http://www.lne.es/oviedo/2012/11/06/el-sonido-del-planeta/1322324.html

http://musicforambients.blogspot.com.es/2012/09/pablo-canalis-folclores-imaginarios-2012.html

http://loskillingzoe.blogspot.com.es/2012/05/tres-miembros-originales-de-killing-zoe.html

http://renacerelectrico.blogspot.com.es/2012/10/pablo-canalis-folclores-imaginarios.html

http://soulwormfans.blogspot.com.es/2011/03/mensaje-pablo-canalis.html

http://musica.elcomercio.es/el-musico-pablo-canalis-editara-el-libro-cede-experimental-folclores-imaginarios

http://www.musicopolis.es/pablo-canalis-–-folclores-imaginarios-norte-sur-records-2012/500642012/

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