Martes 21 de marzo, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Sala de cámara: Circuitos CNDMX Primavera Barroca. Academy of Ancient Music, Jessica Cale (soprano). Obras de Haendel y Bach.

Oviedo es «La Viena Española» y su actividad musical es imparable, como intento reflejar en este blog  pese a no acudir a todos los conciertos por coincidencias en la programación, pero también por mis viajes (ventajas de la jubilación) fuera del Principado.

Y este martes proseguía el «no parar melómano», primero a las 18:00 horas con la conferencia del doctor Ramón Sobrino en colaboración con el CONSMUPA, con quien arrancaba la décima edición de la X Primavera Barroca, dentro de los Circuitos del CNDM; media hora más tarde al lado del auditorio, en el Club de Prensa Asturiana, Antonio Moral Rubio (quien fuese también, entre otros muchos cargos, director del CNDM) junto a Aarón Zapico presentaba el Festival de Granada, que siempre tiene presencia asturiana, este año con el maestro langreano inaugurándolo en el Palacio de Carlos V esta 72 edición con un original homenaje a Falla por los 100 años de El retablo de Maese Pedro, siendo presentados ambos por Mª Encina Cortizo. Finalmente a las 20:00 horas en la Sala de Cámara, recinto ideal para estas músicas, el concierto de la mítica Academy of Ancient Music (AMM), hoy reducida a quinteto, con el género dominante del último barroco, la «sonata en trío»: cuatro obras de Mein Gott, de quien celebrábamos este 21 marzo su 338 cumpleaños (según el calendario juliano) y fecha que se ha declarado «Día Europeo de la Música Antigua«.

También tendríamos a la soprano galesa Jessica Cale que nos dejaría cinco (más otra de propina) de las «Nueve arias alemanas» de Händel. El mejor tándem germano para abrir boca y triunfar ante una afición fiel, hoy llenando aforo, aunque tosiendo cual fuego cruzado no ya en los silencios entre movimientos u obras, tampoco respetando la interpretación. Oviedo espera cada marzo este nacimiento primaveral con el periodo histórico que más adeptos jóvenes está captando, máxime cuando la calidad de la programación atrae incluso público de otros lugares, de lo que deben tomar nota los responsables que hace diez años «no daban un euro» por esta nueva oferta totalmente afianzada en la capital del Principado.

Alternando partes instrumentales y vocales de los dos genios coetáneos con vidas paralelas, distintas y complementarias, comenzaba el quinteto de la AAM con la Sonata a trío en la mayor, op. 5 nº1, HWV 396 (1739) de G. F. Haendel (1685-1759) y la Sonata para violín y clave en la mayor, BWV 1015 (1717-1723) de J. S. Bach (1685-1750), dos ejemplos de la «música pura» entendida desde un lenguaje común con rasgos propios, cuando la música instrumental empezaba a independizarse de la vocal y algunos músicos italianos concibieron estas piezas con dos instrumentos agudos dialogando sobre un bajo, fórmula que tuvo tal éxito que los dos alemanes la cultivaron intensamente. Como bien indica Pablo J. Vayón en las notas al programa «Las cuatro sonatas del catálogo BWV de este recital son típicamente corellianas (…) También es una sonata en trío la op. 5, no 2 de Haendel, que pertenece a una serie de siete publicadas por John Walsh en 1739, auténticos pastiches construidos con música previa…». La del alemán nacionalizado inglés una de las primeras delicadezas de la tarde con un «ensemble» donde destacó el clave de Devine siempre bien ornamentado y el violín de Čičić algo apagado, pero que en la sonata BWV 1015 del cantor de Leipzig nos dejaron una joya a dúo. Otro tanto del traverso de Brown con clave y cello BWV 1033 que abriría la segunda parte. De nuevo Bach con la BWV 1079 de la Ofrenda Musical en la interpretación camerística de los músicos de la AAM nos brindarían estas sonatas da chiesa para disfrutar del «padre de todas las músicas», partituras donde cada instrumento estuvo en el plano idóneo tanto individual como de conjunto.

Ya con Jessica Cale escucharíamos las dos primeras arias de las Neun deutsche Arien, HWV 202-210 (1724-1726) de Händel sobre textos de su contemporáneo Barthold Heinrich Brockes (1680-1747), y volviendo a citar al musicólogo sevillano « Sorprendentes resultan (…) las Neun deutsche Arien que Haendel escribió para un destino hoy desconocido en los años 1720. Se trata de piezas compuestas sin voluntad de ciclo para voz de soprano (o tenor), un instrumento melódico sin especificar y bajo continuo». La soprano británica tiene un color de voz esmaltado, buena dicción en alemán, algo corto de volumen el registro bajo pero con la musicalidad esperada en la «escuela inglesa», lo que nos permitió comprobar el magisterio de Handel para estas arias de «carácter panteísta, meditativo y moralizante», válidas también para tenor, realzando unos textos (con originales y traducción de Luis Gago) que se engrandecen aún más con las notas de Georg Friedrich Händel antes de mutar a Georges Frederick Haendel, en cierto modo el banco de pruebas de sus grandes oratorios.

Cale organizó estas arias contrastando tiempos, algo muy barroco como todo el programa (rápido-lento), con la más extensa HWV 206 en la segunda parte, para cerrar programa con las HWV 202 y HWV 207. Maravillosa instrumentación dejando partes con flauta o violín más un continuo efectivo en acompañamiento y omnipresente, además de necesario, sin sobrepasarse nunca permitiendo escuchar la voz de la soprano con toda la gama de expresión y ornamentos nunca exagerados, contenidos por la importancia de la letra, siendo merecedor primer premio del público en el London Handel Festival Singing Competition de 2020.

La propina sería Süße Stille, sanfte Quelle, HWV 205 de honda y emotiva expresividad con la AAM perfecta en su papel secundando a Cale, auténticas delicadezas alemanas con sello «british» pues para ellos estas músicas siempre tienen «A touch of class» y la mejor forma de celebrar este 21M.

Academy of Ancient Music: Rachel Brown (flauta), Bojan Čičić (violín), Gavin Kibble (chelo), Kristiina Watt (tiorba), Steven Devine (clave). Jessica Cale (soprano).